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PIPAS DE PERSONAJES CÉLEBRES
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GRAHAM BELL
BELL
estuvo siempre rodeado de pipas y tabaco en los laboratorios donde trabajaba.
Sus tabacos favoritos eran los suaves VIRGINIAS americanos y ya en el cenit de
su vida se aficionó al PRINCE ALBERT que introdujo la tabaquera R. J. REYNOLDS,
en 1906. Sus pipas preferidas eran las curvas que le permitían una mayor
comodidad en el momento de trabajar con las manos. Tenía una extraordinaria
colección, que lamentablemente sus herederos no conservaron.
MODELO:
BENT BILLIARD.
MATERIAL
ORIGINAL:
madera de brezo.
CURIOSIDADES:
La BENT BILLIARD de BELL es una pipa con un acabado de la época (principios del
siglo XX) que se caracteriza por tener dos “aros” trabajados en la misma
madera del caño, un modelo que actualmente está fuera de catálogo. Se trata
de una pipa cómoda para fumar, una pieza clásica que no puede faltar en
ninguna colección. El tabaco quema bien y es fácil de limpiar. Fue
en Edimburgo, su ciudad natal, donde el joven ALEXANDER GRAHAM BELL tomó buena
nota de la tradición “pipera” de Escocia. Una vez en Canadá, donde se
trasladó con su familia, el visionario BELL se aficionó a la pipa, que lo
acompañó a lo largo de su vida. Obsesionado por mejorar la comunicación de
los sordomudos y con el objetivo de que su mujer MABEL pudiera oír, investigó
a fondo las señales eléctricas y la fisiología del oído humano, lo que le
llevó a plantearse la invención del teléfono. El 10 de marzo de 1876, a la
edad de 29 años, BELL consiguió, en Bostón, la primera comunicación con su
ayudante TOM WATSON mediante un aparato situado en una habitación contigua. A
continuación, fumó tranquilamente la mejor pipa que tenia a mano en su
laboratorio, escribió a su padre comunicándole “su gran éxito” y
augurando que “llegará el día en que la gente conversará con sus amigos sin
necesidad de salir de casa”. Al año siguiente, fundó la BELL TELEPHONE
COMPANY y prosiguió con éxito sus descubrimientos en otros ámbitos. WILLIAM
ORTON, presidente de la empresa telegráfica WESTERN UNIÓN, rechazó comprar la
patente del invento del teléfono que ALEXANDER GRAHAM BELL intentaba vender por
100.000 dólares, alegando: “¿Qué uso le podríamos dar en nuestra empresa a
un juguete eléctrico como ése?”. |