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Capítulo
II
Otros "encuadres"
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Misión Obrera versus superiores de la Compañía. 1970Un hecho importante acaecido en el mes de abril inaugura un año de enfrentamientos con los superiores A finales de abril el P. General de la Compañía Pedro Arrupe, visitó España. Antes de su llegada los medios de comunicación social anunciaron que se entrevistaría con el Jefe del Estado, General Franco. Esto produjo una inmediata reacción en la M.O. que decidió no asistir a los encuentros de los jesuitas con el P. General. |
Jesús
Giménez Company, S.I.
La Misión Obrera de la Compañía de Jesús en España (1963-1984) Trabajo
práctico de Licenciatura en Teología, realizado bajo la dirección
de Joaquín Losada Espinosa, S.I.
Archivo de tesis de licenciatura y doctorado de la Biblioteca de
la UPCo, Canto Blanco |
Las razones las expresaron así en una de las distintas cartas que recibió el P. General:
La Vanguardia, 2 de mayo de 1970 | La Vanguardia, 10 de mayo 1970 |
De la crónica oficialEsta visita, motivada por el decreto de la Congregación General XXXI y programada desde hacía algún tiempo había sido diferida en otoño de 1969 por el Sínodo Extraordinario de los Obispos. Finalmente los PP. Provinciales de España sugirieron como su fecha más apta la primavera de 1970. Algunos acontecimientos ocurridos durante los últimos meses de 1969 y primeros de 1970, relacionados con la Compañía española y suficientemente conocidos por todos y el temor por parte de otros sectores de que el significado de la visita pudiera ser tergiversado, superponiendo a su carácter familiar y privado una finalidad política, habían producido una cierta tensión ante la venida a España del P. Arrupe. |
Manuel
Alcalá, S.I.
Crónica de la visita a España del R.P. General Pedro Arrupe, S.I. Informe
para el P. Asistente.
(Ejemplar encontrado en los Archivos de Loyola) |
El P. Manuel Alcalá acompañó al P. Arrupe como secretario y jefe de prensa durante todo el viaje |
Próximo capítulo
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La Vanguardia, 3 de maig de 1970 |
Gracias
por la visita
Miquel Sunyol sscu@tinet.fut.es Enero 2003 |
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El P. Manuel Alcalá, en su capítulo en el libro Pedro Arrupe. Así lo vieron
(Ed. Sal Terrae), Gozo y martirio en España (1965-1970), se refiere al intento de un grupo de jesuitas españoles, con el apoyo de una parte importante de los obispos de España y de sectores del Vaticano, de constituirse en una provincia independiente para poder seguir con toda fidelidad su vocación jesuítica. Como fecha inicial de este proceso podría señalarse la del 20 de agosto de 1966, en Loyola, aprovechndo el Primer Congreso Internacional de los Ejercicios Espirituales.
Aprovechando tiempos libres, unos treinta de los presentes se reunieron con alguno de los delegados para la próxima fase de la Congregación General XXXI, el 20 de agosto de 1966. Tras mutua "información" sobre lo que ellos creían ser detrimento de gobierno, redactaron un comunicado conjunto, donde, entre otras cosas, se decía textualmente lo siguiente.
Muchos jesuitas españoles siguen fieles al auténtico sentido de su vocación y están dispuestos a cualquier sacrificio para que la compañía vuelva a ser plenamente lo que gloriosamente ha sido y siempre debe ser
No entra dentro de mi propósito hablar de la evolución de este intento. Lo que yo todavía no sabía era que el 18 de marzo del 70 (un mes y medio antes del viaje) los siete Provinciales de España presentaban -en grupo- su dimisión
El 18 de marzo los siete provinciales españoles habían presentado la dimisión de sus cargos al Padre General de forma solidaria. De ello habían informado también al Papa Pablo VI. Se trataba de un doble signo de respetuosa protesta ante la consulta de la Santa Sede a la Conferencia Episcopal española sobre la oportunidad de instituir una "provincia autónoma" con los jesuitas "de estrecha observancia". Los obispos españoles habían dado mayoritariamente "luz verde" al proyecto. Esto podía suponer una división irreversible de la Compañía española, y los provinciales no podían tolerarlo. Por eso dimitían... Las razones de tal decisión son, en reesumidas cuentas, las siguientes: La consulta vaticana al episcopado español sobre un asunto interno y tan esencial de la Orden supone una desautorización práctica del gobierno y una amenaza a la unidad de la Compañía en España
Esta decisión de forma solidaria
de los Provinciales no está nada mal. Lo que no llego a comprender es por qué, unas semanas más tarde, uno de estos provinciales no aceptará que un grupo de jesuitas tome también de forma solidaria
unas decisiones como signo de respetuosa protesta
Me he de corregir. Donde pone "un de estos provinciales
" debería decir "un provincial
". El provincial, a quien me refiero (ya lo veremos en su momento) acababa de estrenar el cargo en este intervalo de semanas.
De este capítulo del P. Alcalá me permito copiar los siguientes párrafos:
En la Península Ibérica, por lo demás, aumenta llamativamente la oposición de los jesuitas jóvenes al régimen dictatorial de Franco. Con ello se viola un "tabú" de los jesuitas más veteranos, que habían padecido, primero, el exilio y el despojo por parte de la II República española (1932) y, más tarde, consideraban al triunfador de la guerra civil (1936-1939) como el político católico ideal. No se olvide que Francisco Franco tenía "carta de hermandad" con la Compañía de España, no sólo por haberle restituido los bienes expoliados, sino además por otros innumerables favores
No faltaban, por otra parte, tensiones de tipo socio-político. Algunos sectores de jesuitas, muy críticos con la dictadura franquista, [más adelante hablará de "pequeños sectores de índole progresista"] se distanciaban de la visita, [más adelante añade "protagonizando ausencias y protestas en Valencia, Barcelona, Sevilla, Madrid] por haberse incluido en ella una entrevista del Padre Arrupe con el entonces Jefe del Estado español... Otro grupo, [más adelante especifica que es "el grupo de la fidelidad"] por el contrario ["aunque de forma no tan solidaria"], se ponía de acuerdo para expresar su disconformidad con el gobierno del P. General, rehusando tomar parte en algunos actos previstos para aquellas jornadas ["no actuando en las concelebraciones eucarísticas y manteniendo en los encuentros y coloquios a los que asistieron un elocuente silencio"]