Me gusta utilizar el género epistolar, ya que permite mantener una cierta libertad en las expresiones sin faltar al debido respeto por las personas y todos sabemos que en la larga historia de la literatura espiritual los epistolarios, las cartas, la correspondencia han tenido siempre su lugar de honor.
A mi que, como a Dietrich Bonhoefffer, tengo "una especial inclinación por ese género de comunicación
", también me resulta "un medio gustosamente aprovechado de toma de postura, de reflexión en voz alta sobre problemas de la teología o de la política eclesial del momento, de rendirse cuentas a sí mismo, bajo la excusa formal de darlas a otro, acerca de su situación anímica en un instante determinado
".
En azul, expresiones tomadas en préstamo a José J. Alemany en su prólogo a Dietrich Bonhoeffer. Redimidos para lo humano. Cartas y diarios (1924-1942)
Grácias por la visita
Miquel Sunyol sscu@tinet.cat Enero 2003 Última actualización: junio 2009 |
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