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A pesar de

LA GRAN ESTAFA HISTÓRICA

Intercambio epistolar con Alfredo Fierro

Ver la "tercera página" de Alfredo Fierro

Apreciado Alfredo:

Veo que no te asusta la longitud de mis respuestas. De todas formas voy a ver si la actual queda dentro de unas medidas más razonables: que no supere las tres o cuatro páginas.

Gracias por la exposición de tu recorrido, un recorrido que te ha conducido a esta situación de "echar de menos" a Dios y a un Cristo, a pesar de que la imagen dogmática de ese Cristo haya sido "la gran estafa histórica".

¿En qué medida llegaremos a salvarnos de haber participado, al menos como cómplices, en esta estafa? A ti se te tendrán en cuenta, muy fácilmente, un montón de títulos de libros y las decisiones que has ido tomando -aunque haya sido, en confesión tuya, como "hombre lento"- en tu trayectoria personal.

A mi me podría valer -eso espero- los capítulos que, durante una buena temporada (2014-2016), fui agrupando bajo el título general de "Catequesis sobre el error del Dios encarnado". El que todo fuera copiado de unos y de otros (Roger Haight, John Hick, James D.G. Dunn, Georges Morel...) no debería quitarme méritos.

Sigue mi consejo de siempre:
¡Deja los links para una segunda vuelta!
    Mi catequesis sobre
el error del Dios encarnado

Si ello no bastara pediría la presencia como testigos de un grupo francés -del ámbito de la Iglesia Reformada- que, a los primeros compases de mi web (allá por finales del siglo pasado), se pusieron a hablar sobre "le prétendu texte du prétendu jésuite prétendument espagnol".

Sigue otro consejo mío:
¡No todos los links te han de interesar!
    L'hérésie est en marche

Les había llegado (en aquellos tiempos tenía correspondencia telemática con una señora de la Iglesia Reformada de Francia, que mantenía su propia página web, Le Pharisien libéré) mi recuadro, que alguien cariñosamente lo tildó de "provocativo", en el cual podía intentar resumir, bajo nueve afirmaciones (no eran las 12 tesis de Spong, que por aquel entonces todavía no conocía, ni mucho menos las 95 tesis de Martin Lutero), mi respuesta a una encuesta preparatoria de una reunión de jesuitas (del grupo llamado "Misión Obrera").

Convertido, a finales de 1997, en un potencial editor gracias a una Canon BJ-200, imprimí en un cuadernillo (Con el pretexto de una encuesta) esta respuesta que iba enlazando trozos de correspondencia mía con otros jesuitas.

Mi recuadro provocativo

Con el pretexto de una encuesta

rafa_oit (129K)

Puedo apuntarme, como tú, a la crítica de la teología de la liberación. Al menos eso es lo que pensaron algunos de mis compañeros cuando leyeron (y comentaron) la carta que en 1987 escribí a Rafa Yuste, quien, de "aceitunero altivo" (su manera de ser cura en las aldeas de Fuente Palmera) y militante con responsabilidades en Comisiones Obreras del Campo, decidía, como otros tantos, irse a Nicaragua.

Carta a otro... que se va

Rafa en una reunión de la OIT

En 2003 todavía alguien recordaba esta carta. Víctor Codina, quien en el 87 había dicho "Tu carta tiene la virtud de incordiar y de hacer salir de sus casillas al lector", la mencionaba en su libro diario de un teólogo del posconcilio. entre europa y américa latina (publicado por la editorial San Pablo, Bogotá-Colombia). En la página 124 hablaba de "una carta provocadora y profética".

A pesar de este título halagador me vi obligado a escribirle, ya que se permitía resumir mi carta de este modo: "En sustancia viene a decir que toda la problemática de la justicia y liberación corresponden al siglo XIX".

Carta a Víctor Codina

Él, y algunos otros, se olvidaban, al leerme, del sabio dicho escolástico "requiritur, sed non sufficit" (necesario, pero no suficiente).

Mi "non sufficit" de ninguna manera negaba el "requiritur". Tuve la suerte de estrenar el sacerdocio en este "requiritur", colaborando, primero con un "contrato de sustitución de vacaciones" ya en el verano del 70, el de los obreros de la construción muertos en Granada, y, después, durante el curso 70-71, mientras estudiaba el 4º de teología, con un "contrato de fines de semana", en la parroquia de Egara (Terrassa), la parroquia inmortalizada por Pep Ricart en su libro (ya más que agotado) una parroquia obrera bajo el franquismo.

A mi regreso (junio 1974) de los tres años "misioneros" en el Chad, un compañero me habló del libro que acababa de salir, jesús el liberador de Leonardo Boff (1). Comprado y leído, mi comentario fue: "Esto son los sermones que hacíamos en Terrassa".

¿Cómo conocí a Leonardo Boff?

Ya ves, reivindico una "teología de la liberación" europea anterior a la latinoamericana y Rafa Yuste, cuya tesis doctoral dirigida por Manuel Fraijó tenía por objeto la teología de la liberación (Filosofía política en la teología de la liberación), en esta reivindicación, me daba la razón.

De acuerdo, ellos necesitaban reducir toda la teología europea a teología idealista/hegeliana para, cual marxistas de la teología, reivindicar la suya cómo transformadora y no sólo interpretativa.

Sigamos adelante. Ambos mantenemos (¿quién lo podrá negar?) el interés "por el hecho religioso, por el estudio del cristianismo". Y yo, en particular, me atrevería a añadir "por los orígenes del cristianismo".

En carta a Xavier Melloni, criticando en junio del 2000 su artículo "LOS CIEGOS Y EL ELEFANTE" (Cuadernos Cristianismo y Justicia, nº 97), le decía:

Xavier, ya sé que un folleto de CiJ no tiene que dar todas las explicaciones de todo y que puede dar muchas cosas por sabidas. Pero yo encuentro a faltar en estas frases o, al menos, en algunas de ellas, algún adjetivo que evitara dar una visión simplificadora y monolítica de toda aquella realidad socio-religiosa que podríamos llamar como "los movimientos de Jesús después de su muerte".

Utilizo con toda conciencia un plural ("los movimientos de Jesús") y también conscientemente prescindo de palabras como "primeros cristianos", "iglesia primitiva", "comunidades apostólicas"...

Ni tu Cuaderno ni mi carta pueden entrar en este apasionante debate sobre los orígenes del cristianismo. Pero sí que debemos, por pedagogía, dejar claro que sólo fue una parte de esta "primitiva iglesia" la que llegó a postulados universalistas (y posiblemente fueron los que menos conocieron cara a cara a Jesús).

Temo que los que yo me imagino que son los lectores normales de CiJ sigan, después de tu lectura, en sus esquematismos. Por ejemplo, en este: judíos devotos particularistas y nacionalistas / encarnación del Verbo de Dios en un ser humano / vida (obras y palabras) y muerte de Jesús / acontecimiento-experiencia pascual / judíos universalistas.

Mi critica a Xavier Melloni

Veo que en esta carta del 2000 no citaba un texto de Earl Doherty que después, quizás a partir del 2012, he ido citando, sin querer llegar a sus últimas conclusiones:

Una diversidad descontrolada

Los documentos ponen de manifiesto un panorama del primer cristianismo punteado con una desconcertante variedad de comunidades y sectas, rituales y creencias acerca de una entidad "Cristo/Jesús", la mayoría de las cuales muestran poco terreno común y ninguna autoridad central. También falta cualquier idea de tradición apostólica que remontara a un hombre humano y a su círculo de discípulos. Los estudiosos se contentan con diseñar esta situación como una multiplicidad de respuestas diferentes para el Jesús histórico, pero tal fenómeno no sólo es increíble, sino que en ninguna parte está atestiguado con evidencia. Por el contrario, toda esta diversidad refleja expresiones independientes de las tendencias religiosas más extendidas de la época, basado en la expectativa del Reino de Dios y en la creencia en una fuerza divina intermedia que proporciona el conocimiento de Dios y un camino para la salvación. Sólo con los Evangelios, que comenzaron a aparecer probablemente hacia el final del siglo, muchos de estos elementos fueron reunidos para producir la figura compuesta de Jesús de Nazaret, en una historia midráshica acerca de una vida, ministerio y muerte ubicado en la época de Herodes y Poncio Pilato.

Y en este "apasionante debate sobre los orígenes del cristianismo" está la figura de Jesús de Nazaret. Ciertamente, un apasionante debate. ¿Cómo una figura histórica concreta pudo dar origen a tantas interpretaciones diferentes?

Ver el listado no exhaustivo
de Harry W. Hurtado

Y para esa multiplicidad de "Jesuses" no hubo que esperar a nuestras épocas postmodernas. En tu después de cristo recordabas al medieval Godofredo de Estrasburgo:

El venerado Cristo gira como banderín al viento, se pliega como vulgar paño. Consiente que hagan con él cuanto quieran y a todo se doblega según el corazón de cada uno. Él es siempre lo que tú quieras que sea.

Pero yo no puedo añadir "desde un punto de vista no confesional".

Desde hace ya un cierto tiempo tampoco puedo decir "desde un punto de vista catequético", pues por diversas causas me he ido quedando sin "público". Y a mí me gustaba considerarme como un "catequista".

Mistagogos y catequistas

No sé si alguna vez te habrás preguntado por qué sale un "/fqi" en los diversos archivos de mi web. Mi web, primordialmente, no está dirigida a los otros, sino a mí mismo en un intento de "fides quaerens intellectum" (la fe que busca entendimiento), el título original del famoso proslogion de San Anselmo. Con mi web no intento "salvar" ante los otros "ni a Dios ni al Cristo". ¿Los intento salvar, al menos, ante mí mismo?

Para salvarlos, me parece que ya hace tiempo empecé a tirar cosas por la borda, aligerar la nave para poder seguir surcando los mares...

A principios de los noventa (del siglo pasado) ya había ido arrojando lastre por la borda:

Este es otro recuadro mío del año 1992, esta vez preparando la reunión anual de los Capellans Obrers dels Paisos Catalans, teniendo como lectura base un comentario de Schlier sobre la carta a los Efesios.

La condición de posibilidad de que Jesús continue "resucitado" en el mundo pluricultural e interreligioso de hoy es que aceptemos el carácter temporal y geográfico de la expresión "Hijo de Dios" y que renunciemos a "exclusividades" y a "manifestaciones de Dios" definitivas.

Nos es necesario renunciar a dos palabras que, en otro tiempo, nos gustaron mucho: una es la de Efesios 1, 10:
avnakefalaiw,sasqai ta. pa,nta evn tw/| Cristw/
...hacer la unidad de todas las cosas en Cristo...
Y la otra sería la de la Carta a los Hebreos 7, 27, el escrito del Nuevo Testamento más revolucionario. Por eso es tan poco conocido y explicado:
evfa,pax
el "semel" latino, de una sola vez para siempre

"Que Jesús continue resucitado", esto es, que pueda seguir teniendo algún sentido para la gente de hoy día. Que siga teniendo sentido, al menos, para mí.

No sé si serías de los que me exigirían que me "mojara", que no intentara "escurrir el bulto". No sé hasta qué punto todavía valdrá lo que dije en 2011 después de criticar el "volver a Jesús", propuesto como "la autocorrección decisiva" por Pagola:

La imposible solución de Pagola

Ya te dije que de tu HISTORIAS DE DIOS (1981), leído no hace mucho en mis horas de playa, quedé impactado por aquella carta de aquel soldado alemán muerto en Stalingrado: ya, sin miedos algunos, me atrevo a decir: "Aquel Dios a quien pedimos no existe".

Desde Stalingrado

¿Qué nos quiere decir el evangelio de Marcos con aquel último grito puesto en boca de Jesús?

Elwi elwi lema sabacqaniÈ
o[ evstin meqermhneuo,menon
~O qeo,j mou o` qeo,j mou( eivj ti, evgkate,lipe,j meÈ

«Eloí, Eloí, ¿lemà sabactani?»,
que vol dir:
Déu meu, Déu meu, per què m'has abandonat?

Posiblemente, si me leyera esto ahora Torres Queiruga me diría: "¿De qué te sirvió, chaval, traducirme y condensar algunos artículos míos para Selecciones de Teología?" ¿No sabíamos ya, después de este "lamà sabactani", que no existía Dios alguno para acudir a nuestras citas?"

Voy ya, para acabar, a tu "interpelación personal": ¿Es posible dejar la Compañía de Jesús?

Tanto el jesuita declarado apofático [ya sabes que éste soy yo] como el jesuita agnóstico afirman que no se arrepienten "de haber sido y de, supongo, morir como jesuita". Quizás en aquellos años de sus juventudes no había muchas otras opciones... Parece que tanto el uno como el otro han sabido encontrar hasta ahora, cada uno a su manera, ya sea viviendo como ermitaño urbano (el jesuita declarado apofático) como viviendo en comunidad (el jesuita agnóstico), su propio modo de proceder dentro de la orden jesuítica. "Hasta ahora", en cuanto toca al jesuita declarado apofático, mientras los superiores actuales sepan seguir el prudente consejo que el P. Arrupe dio a los Provinciales de España en la reunión celebrada en Roma, del 15 al 21 de junio de 1970, poco después de su primer viaje a España como General de la Compañía de Jesús, que incluía una visita -protestada desde diversos sectores de la Compañía- al general Franco, el dictador considerado como un gran bienhechor (an outstanding benefactor) de la Compañía de Jesús.

Existe efectivamente le peligro de que, al querer atar ahora a estos hombres que han estado muy sueltos, se vuelvan totalmente al mundo obrero y se separen de la Compañía.

No le parece al jesuita declarado apofático contradictorio con lo anterior sus actuales afirmaciones de que ahora, cuando el abanico de opciones es más amplio, muy posiblemente no volvería a entrar en la Compañía.

Extractado de
De jesuita declarado apofático
a jesuita agnóstico

Esperando "morir en la Compañía de Jesús", dejemos, sin embargo, el futuro abierto. A tu pregunta interpeladora respondería con un "Sí, es posible. Es posible que un año ya no aparezca mi nombre en el catálogo". Pero la respuesta a tu otra formulación, la de "dejar ser jesuita", creo que sería negativa. Y esta respuesta negativa no surge de lo que yo ahora pueda sentir, sino de la visión (casi podríamos decir contemplación) de los compañeros que, a lo largo de los años -en una época, casi masivamente; en épocas ya más posteriores, casi a cuenta gotas- han ido dejando de aparecer en el catálogo. ¡Cuántos de ellos son más "jesuitas" que yo!! No sólo José Mª Díez-Alegría era "un jesuita sin papeles".

Gracias por la visita
Miquel Sunyol

sscu@tinet.cat
26 julio 2022
Para decir algo Página principal de la web
(1) Publicado el año 1972 en el Brasil. La primera traducción al castellano es del marzo de 1974; el "nihil obstat" de la traducción catalana es del 23 de octubre de 1975 (jesucrist lliberador).
Jesús de Nazaret no es el primero ni el último
De mis lecturas en Oruro me gustó una idea de Juan Luis Segundo. Venía a decir, con muy buen criterio, que todos tenemos en nuestras vidas unos modelos, unos "testigos", que son los que dan sentido a nuestras vidas. Estos "testigos" forman una cadena, una tradición. Cada uno de nosotros debería preguntarse quiénes son nuestros testigos particulares.
Jesús, ciertamente, sería un anillo de esta cadena. La más importante tal vez, pero quizás no siempre para todos. Pero no es la primera: ¿qué hubiera sido de Jesús sin un Isaías o sin un Ezequiel? Precisamente porque Jesús era un eslabón de una determinada tradición fue escuchado, y entendido y seguido por una determinada gente; y, por la misma razón, se encontró ya de salida con los adversarios.
Ni la última y definitiva, ni la más inmediata a nosotros: ¿qué hubiera sido Jesús para mí sin un Dostoiewski o sin un Bonhoeffer o sin un Charles de Foucauld? ¿O sin una Thérèse de Lisieux?
Haced una lectura seguida del texto. Dejad los links, que os puedan interesar, para una segunda lectura
Jesús de Nazaret no es "el definitivo"
En aquel tiempo (finales de los años 80) la palabra "definitiva" me dio cierto miedo y no pude menos que avisar: Me parece que me he pasado un poco con la palabra "definitiva": quizás es un poco demasiado fuerte.
En el 91 estos miedos ya habían desaparecido. Delante de Jesús también nos hemos de preguntar: ¿qué he visto en él? ¿cuáles son los valores que tomo de él? ¿cuáles son sus actitudes que no comparto? También él, como todo testigo humano, es un punto de referencia limitado: limitado por todo un conglomerado de valores, de criterios, de costumbres, de visiones, de tendencias…, que vienen de muy lejos, que vienen de su "tiempo"; y limitado,además, por opciones personales que él hizo y que no necesariamente han de ser asumidas por todos.
Jesús de Nazaret no es "el mejor"
No me molestan para nada todas las afirmaciones dogmáticas (evangélicas, neotestamentarias, conciliares…) sobre Cristo, ni tampoco las que puedan decir sobre María: son las respuestas que una determinada cultura (influenciada por otras muchas culturas), en una determinada época, con un determinado lenguaje, delante de unas determinadas cuestiones de unos determinados hombres (y mujeres) ha dado a unas preguntas siempre pendientes de los humanos.
Pero también sé (cosa que nuestra larga formación jesuítica nos lo ha querido medio ocultar) que otras culturas -en otras épocas, con otros lenguajes, delante de otras cuestiones de otros hombres- han hecho también sus propias afirmaciones. Y no me siento de ninguna manera obligado a negar que éstas puedan ser más acertadas (de la misma manera que tampoco me siento obligado a afirmar que mis amigos son los mejores del mundo).
Lo que los cristianos hemos ido afirmando de Jesús de Nazaret y de sus relaciones con Dios puede ser "una buena manera" de dar respuesta a las cuestiones, esperanzas, angustias, ilusiones… que nos hemos ido poniendo o teniendo en una "fase religiosa" (que yo no me atrevería a decir que ya esté superada).
Si todo lo que decimos de Jesús y de Dios es "una buena manera" de expresar cómo el hombre se puede llegar a comprender… Si lo que afirmamos de Jesús no quiere entrar en contradicción con lo que otros dicen de otros...
Jesús de Nazaret nos queda muy lejos
Me gusta poner distancia entre Jesús y nosotros, negar una falsa cercanía (al estilo de "Jesús te llama", "Jesús te interpela") de la que en otros tiempos fui amigo. En mayo del 94 en un sermón de primera comunión decía:
Recordar no es copiar; hacer memoria de alguien no es imitarlo, no es repetir. Recordar no es querer revivir una situación ya pasada. Sería tan fácil, si nos fuera posible, seguir repitiendo las palabras de Jesús, ir copiando sus gestos y sus acciones, hablar de Dios como Jesús lo hizo, seguir manteniendo sus esperanzas y sus planteamientos políticos, seguir teniendo el mismo Dios que Jesús… Sería tan fácil, si ello fuera posible, vivir los mismos radicalismos de Jesús: ni pan, ni bolsa, ni dinero.
Jesús vivió hace veinte siglos y ninguno de nosotros puede volver a repetir aquellas palabras del principio de la carta llamada Primera de San Juan: "Lo oímos, lo vieron nuestros ojos, lo contemplamos, lo palparon nuestras manos". Jesús nos queda muy lejos. Recordar a Jesús, hacer memoria de él es aceptar esta primera verdad: que Jesús nos queda muy lejos.
Jesús de Nazaret nos llega ya "desdibujado"
por el Nuevo Testamento (Evangelios incluidos)
En 2006, Pepe Godoy, el Pope, nos "predicó" los ejercicios de Lamiarrita. Después le escribí:
Aunque sólo pude estar cuatro días en Lamiarrita, quiero agradecer tu faena de predicador, no tanto por las cosas que nos dijiste, sino por la manera de decirlo. Y también -¿por que no?- por esas pequeñas precisiones lingüísticas de quien por algunos años, antes de dedicarse "al pico y a la pala", estudió en Roma.
Entusiasmado por ese "un tal Jesús" (ese Jesús sin artículo de Mc 1,9), nos lo quisiste hacer cercano, a veces tan cercano que te olvidaste de mantener la distancia reglamentaria de los 9 metros entre los evangelistas y Jesús.
Un día nos presentaste a Jesús que inauguraba su "carrera" anunciando el Reino de Dios. Así lo leemos en Marcos (Mc 1, 15) y en Mateo (Mt 4,17). Más tarde (no recuerdo ahora si fue el mismo día o en la prédica del día siguiente) nos hablaste de Jesús en la sinagoga de Nazaret, tal como lo vemos en Lc 4, 16-22. Tu tono de voz era de quien había estado allí presente y que, después de tantos años, seguía teniendo grabado en la memoria cómo Jesús, al ir leyendo el texto de Isaías, interrumpió su lectura y se negó a anunciar " el día de la justicia de Yahvé", o, en traducción de Alonso Schökel/Mateos, "el día del desquite de nuestro Dios".
Nos avisaste (por si todavía quedaba entre nosotros alguna ánima bendita) de la pluralidad de los evangelios, de cómo cada evangelista hacía su peculiar "retrato" de Jesús.
Totalmente de acuerdo y -añado yo ahora- este "pluralismo evangélico" nos exige a nosotros una tarea de selección: ¿Cuál es nuestro Jesús? ¿Cómo resumir el programa de Jesús?
Jesús de Nazaret y su futuro
La condición de posibilidad de que Jesús continúe "resucitado" en el mundo pluricultural e intercultural de hoy es que aceptemos el carácter temporal y geográfico de la expresión "hijo de Dios" y que renunciemos a exclusividades y a "manifestaciones de Dios" definitivas.
Nos es necesario renunciar a dos palabras que, en un tiempo, nos gustaron mucho: una es la avnakefalaiw,sasqai (el tema de la recapitulación de todas las cosas en Cristo de Efesios 1, 10) y la otra sería el evfa,pax, el "semel", de una vez por todas de la Carta a los Hebreos.
El Dios de Jesús de Nazaret ya no puede ser el nuestro
Ya hace tiempo que voy diciendo que el Dios de Jesús no puede ser nuestro Dios.
El año pasado, si no recuerdo mal, ya dije que quien quisiera ese Dios de Jesús (o ese Dios que Mateo presenta como el Dios de Jesús), cuyo último acto con la humanidad creada por él es separar a unos y otros -unos a su derecha, otros a su izquierda; unos ovejas, otros cabritos; unos benditos, otros malditos; unos en el Reino, otros al fuego eterno- que se lo quedara...