G. Adolfo Bécquer

Apuntes biográficos

RIMAS

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Como se arranca el hierro de una herida

Yo me he asomado a las profundas simas

En la clave del arco ruinoso

¡Los suspiros son aire y van al aire!

Las ondas tienen vaga armonía

Fatigada del baile

Voy contra mi interés al confesarlo

¿Quieres que de ese néctar delicioso

Entre el discorde estruendo de la orgía

Como en un libro abierto

Yo sé un himno gigante y extraño

Lo que el salvaje que con torpe mano

Del salón en el ángulo oscuro

Alguna vez la encuentro por el mundo

Saeta que voladora

Cuando me lo contaron sentí el frío

Yo sé cuál el objeto

¡Qué hermoso es ver el día

¿Cómo vive esa rosa que has prendido

Hoy como ayer, mañana como hoy

¿Qué es poesía?, dices mientras clavas

Por una mirada, un mundo,

¿Será verdad que cuando toca el sueño

Las ropas desceñidas,

Cuando miro el azul horizonte

Tú eras el huracán y yo la alta

Besa el aura que gime blandamente

Antes que tú me moriré: escondido

Tu pupila es azul y cuando ríes

Nuestra pasión fue un trágico sainete

Cuando en la noche te envuelven

Este armazón de huesos y pellejo

Dos rojas lenguas de fuego

Dejé la luz a un lado y en el borde

Olas gigantes que os rompéis bramando

Cuando volvemos las fugaces horas

Sabe si alguna vez tus labios rojos

Volverán las oscuras golondrinas

No digáis que agotado su tesoro,

Asomaba a sus ojos una lágrima

Mi vida es un erial,

Sacudimiento extraño

Si al mecer las azules campanillas

Dices que tienes corazón, y sólo

Al ver mis horas de fiebre

Los invisibles átomos del aire

Llegó la noche y no encontré un asilo,

Fingiendo realidades

Al brillar un relámpago nacemos

Hoy la tierra y los cielos me sonríen,

-Yo soy ardiente, yo soy morena,

Cuando sobre el pecho inclinas

Sobre la falda tenía

Si de nuestros agravios en un libro

Una mujer me ha envenenado el alma,

Primero es un albor trémulo y vago,

Como la brisa que la sangre orea

Cuando entre la sombra oscura

¡Cuántas veces al pie de las musgosas

Cendal flotante de leve bruma,

No sé lo que he soñado

Espíritu sin nombre

Despierta tiemblo al mirarte,

  Como guarda el avaro su tesoro,

Cruza callada y son sus movimientos

Su mano entre mis manos,

¿De dónde vengo...? El más horrible y áspero

Como enjambre de abejas irritadas,

Es cuestión de palabras y no obstante

De lo poco de vida que me resta

Cerraron sus ojos

Te vi un punto y flotando ante mis ojos

Pasaba arrolladora en su hermosura

En la imponente nave

¿A qué me lo decís? Lo sé: es mudable,

No dormía; vagaba en ese limbo

Me ha herido recatándose en las sombras,

¡No me admiró tu olvido! Aunque de un día

Porque son, niña, tus ojos

.

.

LEYENDAS

La ajorca de oro

Creed en Dios

El Cristo de la calavera

El Beso

El Gnomo

El Caudillo de las manos rojas

El monte de las ánimas

El rayo de luna

La corza blanca

La cruz del diablo

La cueva de la mora

La rosa de pasión

Los ojos verdes

Maese Pérez el organista

El miserere

La promesa