Se considera color primario al color que no se puede obtener mediante
la mezcla de ningún otro.
Estas teorías fueron desarrolladas por la Escuela Francesa de pintura
en el siglo XVIII, y se siguen aplicando en las escuelas de pintura y
en el diseño gráfico.
Posteriormente, tras el desarrollo del impresionismo en el siglo XIX y
con el desarrollo de la teoría ondulatoria de la luz se encontraron
pistas para determinar con mayor precisión los colores primarios, de
tal manera que se encontró que ni el azul ni el rojo son colores
primarios, puesto que éstos pueden obtenerse de la mezcla de varios
tintes, siendo los tonos exactos el color cercano al azul cian y el
tono cercano al rojo magenta. Al mismo tiempo, con la difusión de la
fotografía y del cine se encontró que la luz, al mezclarse
selectivamente, obtenía un modelo de color diferente al de la mezcla de
pinturas y recíproco a éste, por lo cual se definió otro modelo de
color, el RGB.
Los colores primarios se pueden mezclar entre sí para producir la
mayoría de los colores: al mezclar dos colores primarios en partes
iguales se produce lo que se conoce comocolor
secundario, y al mezclar
un primario con su secundario complementario
se produce un color
terciario, que está formado por los tres primarios en proporciones de
50+25+25 y se les llama comúnmente tierras.
Tradicionalmente, los colores rojo, amarillo y azul se consideran los
pigmentos primarios del mundo del arte. Sin embargo, esto no es
técnicamente cierto, o al menos es impreciso. Los tres colores
primarios de la pigmentación son el magenta, el amarillo cadmio y el
cian.
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