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Este título -el de un espacio radiofónico mantenido en Catalunya Música por Victòria Palma- me ha venido rápidamente a la cabeza al hojear el libro -gracias a que una amiga lo había comprado- de Dolores Aleixandre, religiosa del Sagrado Corazón, escondido centro, publicado este año 2014 por Sal Terrae, "una editorial de los jesuitas".
En el ràpido hojeo tropecé con estas líneas en la página 154:
...pero él, cuando algunas mujeres imprudentes y atrevidas le ungieron con perfumes, en vez de apresurarse a lavarse y purificarse, dejó que su túnica, sus pies y su cabeza quedaran impregnadas de un penetrante olor a nardo... (Mc 14, 3-11; Jn 12, 1-11; Lc 7, 36-50).
En la página 58 ya había hablado de
...las mujeres que ungieron a Jesús (Lc 7, 36-50; Mc 14, 3-11; Jn 12, 1-11) derramaron silenciosamente sus perfumes sobre sus pies o su cabeza.
Un lector (o lectora) normalillo piensa que diversas mujeres (al menos tres) se hicieron merecedoras de los adjetivos "imprudentes y atrevidas".
Ningún documento evangélico da pie a hablar en "femenino y en plural"; en ninguno de ellos encontraríamos dos escenas en la que una mujer unge los pies o la cabeza de Jesús.
Dolores Aleixandre ha hecho bien en no poner la cita del evangelio de Mateo (Mt 26, 6-13), conocedora de que éste repite el relato de Marcos.
Muy posiblemente los autores de los evangelios conocidos bajo el nombre de Marcos y Juan comienzan en este punto a seguir un documento más primitivo, un evangelio de la pasión/resurrección. A partir de este punto la narración de Marcos (que será seguida por Mateo y Lucas) y la de Juan siguen un orden cronológico de los acontecientos, que hasta ahora no se había dado.
Este primitivo evangelio de la pasión/resurrección no era una crónica periodística de las últimas horas de Jesús, sino una profunda meditación (la meditación de un largo sábado santo) hecha a través de una selección de textos de la Escritura, siguiendo el modelo de la pasión/reivindicación del justo. Esta selección de textos de la Escritura no estaba al alance de las "multitudes" (oi` o;cloi), y, entonces, nos vemos obligados a preguntarnos: ¿Quién era este grupo de "licenciados en Sagrada Escritura" que se habían convertido en discípulos de Jesús?
La unción de Jesús en Betania sería el pórtico, el exordio, la escena programática que quería explicar ya desde el principio las razones profundas de todo lo que se explicará.
El grupo de "licenciados" (del que no es necesario excluir a las mujeres) recurre a dos textos de la Escritura.
El primero recuerda la unción de Saúl por Samuel, un "auténtico profeta del Señor" (1Sa 3, 20)
1Sa 10, 1 | kai. e;laben Samouhl to.n fako.n tou/ evlai,ou
kai. evpe,ceen evpi. th.n kefalh.n auvtou/ kai. evfi,lhsen auvto.n kai. ei=pen auvtw/| ouvci. ke,crike,n se ku,rioj eivj a;rconta evpi. to.n lao.n auvtou/ evpi. Israhl kai. su. a;rxeij evn law/| kuri,ou kai. su. sw,seij auvto.n evk ceiro.j evcqrw/n auvtou/ |
Entonces Samuel tomó la redoma de aceite
y la derramó sobre su cabeza y le besó diciendo: Yahvé te unge por príncipe de su heredad. Tú reinarás sobre el pueblo de Yahvé y le salvarás de la mano de los enemigos que le rodean. |
El segundo texto, la unción de Jehú por uno de los hermanos profetas de Eliseo:
2Re 9, 3 | kai. lh,myh| to.n fako.n tou/ evlai,ou
kai. evpiceei/j evpi. th.n kefalh.n auvtou/ kai. eivpo,n ta,de le,gei ku,rioj ke,crika, se eivj basile,a evpi. Israhl |
Toma entonces la redoma de aceite
y derrámala sobre su cabeza y dile: "Esto dice el Señor: Yo te unjo por rey de Israel". |
Recordemo el texto de Marcos:
Mc 14, 3 | katakeime,nou auvtou/
h=lqen gunh. e;cousa avla,bastron mu,rou na,rdou pistikh/j polutelou/j( suntri,yasa th.n avla,bastron kate,ceen auvtou/ th/j kefalh/jÅ |
Cuando estaba recostado a la mesa,
vino una mujer trayendo un vaso de alabastro lleno de ungüento de nardo auténtico, de gran valor, y rompiendo el vaso de alabastro, lo derramó sobre su cabeza. |
Nuestros "licenciados" presentan, ya desde el principio, una unción real, presentan a Jesús aceptando esta unción real, mesiánica, aceptando el papel de liberador del pueblo, y, ya desde este principio, nos presentan el final inevitable: la muerte y sepultura. Este es el resumen de su evangelio (to. euvagge,lion), de este evangelio (to. euvagge,lion tou/to), puntualizará Mateo. Evangelio, que al ser proclamado por todo el mundo, recordará siempre a una mujer.
En aquesta escena no son las mujeres (pues, sólo hay una) las que han sido "imprudentes y atrevidas", sino los "licenciados", los cuales -no digo con imprudencia, pero sí con atrevimiento- han atribuido una tarea profética (la unción de un rey) a una mujer.
El evangelio de Juan no acepta esta imprudencia y atrevivmiento de los "licenciados": la unción no será ni profética ni real. Da a la mujer un nombre ya conocido y familiar, María, la hija de la casa donde se celebra la cena, que se limita a ungir los pies de Jesús.
Podemos mirar en Jn 18, 28-38 los equilibrios que hace el evangelio de Juan sobre el tema de la realeza de Jesús.
Supongo que hasta aquí todos estamos de acuerdo en mantener el título de este artículo: Femenino y singulares. Una única unción, una sola mujer.
Y supongo que algunos ya están pensando en la unción de Lc 7, 36-50. "Aquí tenemos, al menos, una segunda unción y una segunda mujer", dirán.
Dejadme decir: "Lucas es Lucas y es muy Lucas. Es un gran autor y es un poco misógino". Él no puede aceptar una mujer profetisa. Corta por lo sano y suprime esta escena, aunque sea una "escena prográmatica". No era la primera vez que hacía algo parecido: ya había suprimido la "escena programática" ("El Reino de Dios está cerca") que Marcos había compuesto para su evangelio (Mc 1, 14-15) y se inventó, a partir de un texto de la Escritura (que recorta donde quiere), la escena de Jesús en la sinagoga de (Lc 4, 16-21).
Pero la imagen de una mujer ungiendo (los pies de) Jesús no la puede dejar escapar; le va bien para "fabricar" un Dios de misericordia y de perdón, pero para que Dios pueda perdonar es necesario que tenga pecadores a su alcance. Lucas "recicla" una mujer profetisa en una mujer pecadora.
Pero también en Lucas sólo podemos hablar en Femenino y singulares: una única mujer, ahora disfrazada de prostituta de pueblo, unge a Jesús.
Es muy posible que nunca la cabeza de Jesús fuera ungida por una mujer... Ni la cabeza ni los pies... Y lo que más nos puede doler: ni mujeres "imprudentes y atrevidas".
Gracias por la visita
Miquel Sunyol sscu@tinet.cat 19 julio 2014 |
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