Un General | ![]() |
en EL POZO |
Recibí una crítica, y precisamente de un ex-jesuita: |
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La
crítica
de un antiguo compañero... (28 abril del 99) |
Miquel:
Ayer por la noche, al volver de Barcelona, leí tu web conocida a través de tu notificación enviada a la gente de la "Diàspora". Me gusta tu forma de comunicarte, pero también he de decirte que me dejó un mal sabor de boca. Por eso, hoy, a primera hora, te escribo estas líneas para preguntarte qué es lo que pretendes con tus mensajes..., con tu web. No me ha gustado el tono con el cual hablas del P. Kolvenbach i, precisamente, a personas que no son de la Compañía. Encuentro que puede crear mal ambiente y nos da una imagen confusa de tí mismo. Podría ser una forma de comunicarte con jesuitas descontentos o con ex-jesuitas críticos..., pero con gente de la "Diàspora". Me gustaría, Miquel, que nos enviaras cosas más positivas, menos irónicas y menos críticas. |
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Benvolgut...
En primer lugar, muchas gracias por tu mensaje. Ya me gustó saber, al ver el listado de direcciones, que podía entrar en contacto contigo, de quien, de tanto en tanto, siempre he ido teniendo noticias. A veces, por nuestros amigos de Marcel Légaut. Confio que este intercambio electrónico abra paso, y pronto, a un poder hablar directamente, cosa que no creo que sea demasiado difícil. En un principio, pensé la web como un "comer juntos", una comida o una cena donde se va hablando de diversos temas, no todos ellos de la misma categoría. Ya desde el primer día dije que también saldrían "cosas de jesuitas", pues -como es natural- es uno de los temas de los cuales se habla en mi mesa. |
Mi
respuesta...
(29
abril del 99)
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Déjame
defenderme un poco. El tema de "La
hora de las exclusiones" es el último capítulo de
un cuadernillo que hice a finales del 97, aprovechando una encuesta del
grupo de Misión Obrera para nuestra reunión anual. Este cuadernillo
es el que he ido publicando, mes a mes, desde octubre del 98 (cuando comencé
a hacer la web).
En la encuesta de Misión Obrera había una pregunta sobre"Pertenencia a la Compañía" y sobre el tema de qué actividad pastoral teníamos. Aproveché los comentarios que ya tenía hechos (y que ya había repartido entre el reducido grupo de MO catalana) para contestar a estas dos preguntas. Decirte también que normalmente mis escritos son fragmentos de cartas a mi hermano Ignacio y a Ramón Alaix (ambos en Bolivia), y de aquí provienen ciertas características de estilo. Y lo que es más importante: son cartas entre jesuitas, reflexiones entre jesuitas sobre "la vida religiosa"... Durante estos últimos años (y ya en aquellos de la máquina de escribir) ya hacía una cierta distribución de estos "fragmentos de cartas", a veces a través del Boletín de Misión Obrera, o a base de fotocopia y de reparto manual en las reuniones. Me preguntas qué es lo que prentendo con la web: ampliar un poco este círculo de lectores; con la pretensión (ya sé que un poco fuera de la realidad) de que muchos de estos pocos lectores sean sacerdotes, religiosos, religiosas; me gustaría que el público de Claret se animara a leer mi web (no les haría ningún daño). A este público potencial, un discurso del P. General de la Compañía de Jesús no les es indiferente, pues todos sabemos que la Compañía de Jesús, por suerte o por desgracia, marca caminos en la iglesia católica, y más precisamente, en la "vida religiosa". La iglesia católica vive (desde las esferas oficiales) y promueve un período de involución: esta afirmación la comparto con muchos jesuitas. Quizás estoy menos acompañado, pero no me quedo solo, cuando afirmo que la Compañía tambié vive un proceso de involución, del cual el discurso del P. Kolvenbach a los provinciales de Europa era una muestra (a mi entender) al querer cortar unos caminos (desde los "secularizados" a los "conventuales") que para algunos jesuitas habian constituido la respuesta que, a través de llos, el Espíritu daba a la diversidad de situaciones vivenciales de los hombres y mujeres de Europa. Y no creo que haya de resultar extraño a nadie que alguno de estos jesuitas, muy contento de que el carisma ignaciano pueda ser vivido de muchas maneras, haya reflexionado, primero en voz baja (en una carta a mi hermano) y que, después, haya querido poner al alcance de otros (jesuitas o no) estas reflexiones. No es (o al menos no quiere ser) ninguna manera de comunicarme con jesuitas descontentos o con ex-jesuitas críticos... Es (o al menos quiere ser) una manera de comunicarme con jesuitas contentos de la forma actual de vida, la que hemos ido descubriendo a lo largo de muchos años, gracias a muchos otros jesuitas. Y si, además, estas reflexiones pueden llegar a otros religiosos o religiosas, y a otros cristianos (o no cristianos) preocupados -mejor, contentos- "por Dios y por sus cosas"..., pues mucho mejor. De todo eso, de todos esos caminos por donde nos lleva la Vida, sí que me gustaría hablar contigo, en mi casa o en la tuya. Adios. Y repito: muchas gracias. |
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3 de desembre
Visita del P. General a la comunidad jesuítica de EL POZO. Pregunta i respuesta
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También fue preguntado sobre el futuro de misión obrera (M.O.) y su difícil pervivencia. El general contestó que la situación social y política a la que respondió M.O. se ha modificado. Han aparecido nuevas sensibilidades desde los pobres en Europa (cuarto mundo) y M.O. no se ha involucrado suficientemente en ellas y tiene el peligro de quedar al margen. No le preocupa que desaparezca mientras haya jesuitas que trabajen con los pobres y en pobreza. | |||||
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Carta
de Isidoro Galán
a Miquel Sunyol Cartagena, 8 de febrero 2000 |
Querido compa Miquel:
Como no tienes esta información, te la envío para que la incorpores a tus disquets, y veas más claro, si es que dudabas, que le importamos un bledo a la Orden como tal movimiento de M.O. No sé cómo enjuiciarás el diagnóstico del General. A mi me parece su juicio mezquino, utiliza el método de medias verdades y despacha la aventura más seria surgida de la "ecclesia" desde el estamento clerical en todo el siglo XX. Y al referirme a la aventura, la sitúo como la parte jesuítica del movimiento de los curas obreros. Creo que este movimiento entre nosotros se rompió demasiado pronto -la permanencia hasta la jubilación es tan insignificante que no se ha notado-. Quizás el acercamiento a la Institución nos hizo no valorar lo que tenía el colectivo de alternativo, desclericalizador, puente hacia la "eclesia laica" en el seguimiento del laico revolucionario Jesús de Nazaret. De todas formas la S.I: nunca entenderá a un colectivo que vive al margen de su poder, no integrado en su organigrama y que se toma en serio a los pobres-explotados como sujeto y no como objeto de la Caridad. Bueno, Miquel, que conste que no me han sorprendido las apreciaciones del General en jefe, siempre a las órdenes de la alta política vaticcana. Oye, no sé si habrás visto la entrevista con Batolomé Meliá del nº 64 (octubre-diciembre 1999) de Jesuitas, en la que relata la vida y muerte de Vicente Cañas. Recuerdo que tú me hablaste de él hace mucho, pero me sorprendió que viniera en semejante Revista. A ver si nos vemos…¿Coincidiremos el 12 de marzo en la abstención en en voto? Un fuerte abrazo Isidoro |
Querido Isidoro:
Gracias por tus informaciones y, también,
por tus comentarios. Ya sabemos que las opiniones del P. General sobre
Misión Obrera -al menos cuando expresa su pensamiento de forma directa
y espontánea- no es que sean muy felices. Recuerdo cuando dijo -quizás
de una forma excesivamente espontánea- que lo nuestro podría
"equivaler a privar a un obrero de un trabajo que necesita". Tal
"espontaneidad" de nuestro P. General mereció -que yo sepa- una
carta de Ramiro Pàmpols al General y unos
comentarios míos publicados en el nº 44 de nuestro boletín
de Misión Obrera.
1. La situación política y social a la que respondió M.O. se ha modificado 2. Han aparecido nuevas sensibilidades desde los pobres en Europa (cuarto mundo) 3. M.O. no se ha involucrado suficientemente en ellas 4. M.O. tiene el peligro de quedar al margen La primera afirmación reconoce que el movimiento de los curas obreros (quizás para ser más exactos deberíamos decir de los "prêtres ouvriers"), contexto en el cual debemos situar a la llamada "misión obrera" de los jesuitas, nace en una situación política y social determinada y concreta. Al menos, somos "hijos legítimos" de la realidad. Implícitamente reconoce que fue una respuesta "política" Pero el general no dice (y aquí no sabemos si es porque no lo sabe o porque no lo quiere decir) cuál fue esta "situación política y social determinada". Algunos analistas sitúan el "nacimiento" del movimiento de los curas obreros (de los "prêtres ouvriers") en la Segunda Guerra Mundial, cuando, sin pretenderlo, cristianos -algunos de ellos sacerdotes- y comunistas (ya sea en la resistencia o en el trabajo obligatorio) se encuentran juntos luchando por una misma causa. Fue una experiencia profunda, la caída de un doble muro: uno, el que los católicos habían levantado con el frente al mundo moderno; el otro, el que los marxistas, ignorando sus raíces judeo-cristianas, erigían frente a toda creencia en un Dios de "un mundo otro". Fue, para los cristianos, la experiencia de "una fe otra", una fe que podía ser compartida con cualquiera que buscara "un mundo otro". Sin necesidad de "vuelos transoceánicos a la búsqueda de pobres", algunas frases del Evangelio se abrían a una nueva comprensión: "Buscad el Reino…". Y era una nueva comprensión que destrozaba la vieja seguridad de que la fe sirve para algo. ¿Para qué sirve la fe si, sin ella, también se "busca el Reino"? En "una situación política y social determinada", ¿qué diferencía el cristiano del comunista? La sola posibilidad de poder ponerse esta pregunta destrozaba cualquier tratado de "Ecclesia" de la B.A.C. Fue una profunda experiencia teologal… Acabada la resistencia, acabado el trabajo obligatorio, ¿debía darse por acabada esta "experiencia teologal"? |
Carta
de Miquel Sunyol
a Isidoro Galán Bonavista, 26 de febrero del 2000
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Algunos quisieron seguir en ella: era necesario "encarnarse" en "una situación política y social determinada". Era aceptar el descubrimiento del "lugar teológico": no era posible la experiencia teologal encerrado en el mundo de los creyentes ni manteniendo el estatus social de "clérigo". "Una situación política y social determinada" era compartir la lucha por "un mundo otro" con otros hombres y mujeres que no compartían nuestras creencias. | Utilizo el lenguaje de la época, cuando todavía se creía que Dios se había encarnado, se había hecho hombre | |||||||||
Era, ciertamente, "la aventura más seria surgida de la «ecclesia» desde el estamento clerical en todo el siglo XX". Acepto esta formulación tuya, pero no quisiera olvidarme de otros clérigos que a principios de siglo, desde situaciones intelectuales, intentaron "tender puentes" hacia el mundo moderno ("aventura" que también fue condenada). . | La imagen de "tender puentes" podría ser sustituida por la de "horadar un túnel": iluminaría más toda la oscuridad de la "aventura". El tema místico de "la noche oscura" no es ajeno ni al movimiento modernista ni al movimiento de los curas obreros. | |||||||||
El "Vaticano", mejor que otros, comprendió toda la seriedad de la aventura. Fueron consecuentes y la condenaron. Condenaron lo que a la larga podía echar abajo la cúpula de San Pedro: este "colectivo alternativo, desclericalizador, puente hacia la «ecclesia laica» en el seguimiento del laico revolucionario Jesús de Nazaret". El Vaticano comprendió que no era algo para "trabajar con los pobres" | ||||||||||
Déjame hacer de Mt 13,52:
hace unos cuantos años, con motivo de la "salida" de Fernando Cardenal,
le escribí una carta al P. General (el mismo que ahora, y hablo
del 84),
en donde le insertaba estos párrafos:
Si me permite, quisiera dejar ahora la palabra a dos amigos míos jesuitas para acompañar su repetida afirmación de "que nadie tendrá que dejar la Compañía por la única razón de trabajar con los pobres". Comentando por carta, hace ya algunos meses, el caso del P. Cardenal, mi amigo, misionero en Bolivia, me decía:
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El les dijo: "De modo que todo letrado que entiende del Reinado de Dios
se parece a un padre de familia que saca de su arcón cosas nuevas
y viejas".
Mi carta es del diciembre del 84. El párrafo central es el siguiente: "Quisiera hacerle una pregunta. Por su carta me entero que ya en el año 1982, cuando el P. Cardenal sólo tenía «un importante puesto directivo en la juventud sandinista», el P. Dezza le hizo una «petición expresa de dejar su cargo en la juventud saninista». Ante esta información, le preguntaría si el P. Dezza o usted mismo han hecho la misma petición a nuestro compañero P. Enric Puig, desde hace algunos años Director General de Joventut de la Generalitat de Catalunya. En caso negativo, ¿podríamos saber las causas?"
En la actualidad, es uno de los "misioneros" que los jesuitas de Catalunya han enviado a Girona |
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Debemos comprender que para nuestro "General
en jefe, siempre a las órdenes de la alta política vaticana"
no sea motivo de preocupación, sino de alivio, la desaparición
de Misión Obrera, el final de esa "aventura", la extinción
de esa experiencia teologal ,
el aborto de una «ecclesia laical»…
Aquí podría acabar la carta, pero la fotocopia que me mandaste me lo impide. Después de la visita a la comunidad del Pozo, el P. General fue al colegio de Chamartín, en cuyo salón de actos del "Colegio Nuestra Señora del Recuerdo", "tuvo ocasión de encontrarse con un amplio grupo de laicos colaboradores y amigos de la Compañía", en donde pudo ir "desgranando las líneas maestras de la colaboración con los laicos en la misión". La relación remitida por Agustín Alonso, Coordinador de la Comisión de Apostolado laical, no nos lo dice, pero el lector puede intuir la preocupación del P. General por si desapareciera "ese amplio grupo de colaboradores del trabajo apostólico de los jesuitas". |
Hace poco uno de mis nuevos amigos interneteros de nombre vasco me escribía: "El tema de la unidad en lo Divíno y la experiencia de Dios, experiencia liberadora y por tanto incontrolable desde cualquier "organización", es algo casi proscrito en nuestra religión (bueno en realidad en la mayoría de religiones), ¿por qué ese miedo a una cuestión fundamental. Creo que esa experiencia es más frecuente de lo que parece y nada tiene que ver con la imagen de mistico como equivalente de ser especial, casi un anacoreta, y totalmente fuera de la sociedad | |||||||||
Que nadie se lleve a engaño. El laico
es en la Compañía un mero "colaborador del trabajo apostólico
de los jesuitas". Su relación con ellos no nos abre a nuevas experiencias,
ya que "vivimos de una misma experiencia e inspiración ignaciana"
(naturalmente, la nuestra) .
A nuestro P. General le es fácil comprender a ese grupo de colaboradores, pero ni él, ni la Compañía, ni la S.J. podrá "nunca entender a un colectivo que vive al margen de su poder, no integrado en su organigrama y que se toma en serio a los pobres-explotados como sujeto y no como objeto de la caridad". Acabo ya, adelantándote que el 12 de marzo coincidiremos en la abstención. Considero desde hace años que la abstención es una opción política seria. Y el cuento de los "partidos democráticos" y de la "España democrática" se pone una vez más de manifiesto con la prohibición a los EH de propugnar la abstención en los espacios gratuitos. Saludos a tu gente. Miquel |
El intentar que los "colaboradores laicos" tengan la misma espiritualidad (espiritualidad ignaciana, los ejercicios, el carisma laical ignaciano) que nosotros "representa, según el Provincial de Catalunya, un gran esfuerzo económico". Es el programa FORPE, que actualmente cumple diez años, dirigido al profesorado laico de los colegios de los jesuitas de Catalunya | |||||||||
Gracias por la visita
Miquel Sunyol sscu@tinet.cat Abril 2000 Última actualización: 2 diciembre 2016 |
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