Calcomanías caseras. Introducción

Pintura y acabado

calcomanías CASERAS

Introducción

¿Cuántas veces nos hemos tenido que conformar por no contar con las calcomanías o calcas para una versión determinada o peor aún, se nos han estropeado al utilizarlas?

Pues bien, posiblemente a todos nosotros nos ha ocurrido esto en alguna ocasión. Afortunadamente la solución a este problema es bastante sencilla y económica en el corto plazo. Básicamente, lo que debemos hacer es fabricar nuestras propias calcomanías.

Crear calcomanías personalizadas no es tan difícil como uno podría pensar. Con los productos que se comercializan desde hace tiempo es posible que cualquier aficionado con una impresora doméstica pueda hacer sus propias calcomanías.

Imprimir nuestras calcomanías presenta algunos retos: las calcomanías blancas o de colores claros requieren más trabajo para obtener el producto final; las tintas de impresora no son impermeables y después de imprimir hay que utilizar productos para sellarlas y protegerlas; se necesita un mínimo conocimiento sobre algún programa editor de imagen.

La lista del material necesario será:

- Un conjunto de hojas blancas y transparentes para realizar calcomanías caseras.

- Laca, barniz o un producto sellador para calcomanías.

- Una impresora a color de inyección de tinta y un escáner.

- Un programa de edición de imágenes.

- Un conjunto de calcomanías originales o fotos del modelo deseado.

Editor de imágenes

No es necesario comprar un programa profesional para editar imágenes para hacer calcomanías. Cualquier programa de edición de imágenes de libre distribución como GIMP o IrfanView será suficiente.

Sí es recomendable tener algún manual o tutorial del programa a mano. El manual ayudará a aprender lo más básico, y también será el lugar donde acudir si uno se atasca, lo que puede ocurrir a menudo si es un programa que se utiliza muy poco o de tarde en tarde.

Por donde empezar

Cuando se haga una calcomanía a partir de una foto, lo mejor seria tomar la foto uno mismo. Así nos aseguramos de la claridad y nitidez de la imagen, y que no está distorsiona por el ángulo en que se haya tomado la foto. Naturalmente se pueden obtener las fotos de Internet, pero siendo conscientes que esas imágenes las han realizado otras personas.

Para diseñar una calcomanía desde el principio, como una inscripción o un número de serie, se utilizará la herramienta de texto del programa escogido, seleccionando el tipo de fuente, el tamaño y el color.

Fuentes Truetype...
Por internet se pueden encontrar fuentes de letras para instalar en el ordenador que imitan las tipografías originales.

En ambos casos, siempre es mejor hacer el triple de la cantidad de calcomanías que se necesiten para asegurarse de tener un reemplazo por si ocurre algo. Además, ahorraremos tiempo y frustraciones guardando muy a menudo el trabajo que se esté realizando en el ordenador.

Proceso de creación

Como se ha dicho, la fabricación de calcomanías es relativamente sencilla y económica, ya que el conjunto de hojas nos durará bastante tiempo (dependiendo también de la escala en que se trabaja).

Primero deberemos contar con un conjunto de calcomanías originales, o en su defecto con buenas fotografías que muestren los numerales, insignias y marcas que vamos a fabricar.

A continuación, utilizando el escáner, copiaremos las calcomanías o fotografías en una resolución de 400 a 600 DPI (píxeles por pulgada), guardando las imágenes en nuestro disco duro.

Realizado esto, con el programa editor de imágenes iremos abriendo las imágenes escaneadas. Es preferible que el programa permita trabajar las imágenes por capas, lo que nos permitirá contar con imágenes finales nítidas y de trazos limpios y claros en sus bordes.

La idea general es calcar las fotos escaneadas utilizando el programa adecuado y luego imprimirlas en el papel especial para calcomanías. Es recomendable realizar una impresión de prueba en papel antes de utilizar las hojas especiales.

Detalles a tener en cuenta al crear calcomanías

Escoger el tipo de papel para calcomanías correcto (blanco o transparente), recordando que la impresora no imprime el color blanco.

Dado que las hojas tienen como medidas aproximadas 21 x 14 cm es recomendable recortarlas en 4 partes (7 x 14 cm) con el objetivo de maximizar el área de impresión, imitando las hojas de calcomanías originales que acompañan a las maquetas comerciales. Este tamaño puede variar dependiendo de la escala en que se trabaje.

Una vez hecha la impresión final en el papel para calcomanías, se deberá rociar sobre él la laca, barniz o producto sellador. Es recomendable esperar a que la tinta haya secado bien y no aplicar otra capa antes de 12-24 horas de secado.

Generalmente con 2 ó 3 capas de producto sellador será suficiente para garantizar un buen resultado a la hora de aplicar las calcomanías.

Estas calcomanías al ser caseras, no tienen la misma resistencia al agua como las originales, por lo que es sumamente importante que: su pasada por el agua sea muy breve, y su manipulación para su colocación sea muy cuidadosa (utilizando pinzas y teniendo cuidado de no rozar demasiado sobre los colores).

La experiencia indica que los resultados finales son bastante buenos una vez adquirida cierta técnica en la elaboración y aplicación de las calcomanías.

Dado que el papel suele ser de buena calidad tanto en su textura como grosor, los bordes opacos que producen el efecto llamado silvering (el borde plateado alrededor de las calcomanías) son prácticamente inexistentes. Sin embargo, es recomendable también preparar la superficie de la maqueta con una capa de barniz.

Finalmente, está todo listo para poder realizar los efectos que sean necesarios sobre la maqueta y sellar todo el trabajo con el acabado de barniz que corresponda.

A modo de conclusión podemos decir que fabricar calcomanías caseras, ya sea para reemplazar otras o para crear alguna versión especial es relativamente simple y económico. Sólo falta atreverse y comenzar a practicar la técnica para tener unas maquetas con un toque más personal y con excelentes resultados.