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Una reflexión personal al irse acabando los Ejercicios Espirituales Lamiarrita 2005, "predicados" por Toño (José antonio García Rodríguez)
No sé si con lo que voy a decir voy a pisar algo de lo que mañana Toño nos pensaba decir. Pues si el primer día empezó recordando un texto de Karl Rahner, es posible que para el último día tenga pensado otro texto de Rahner.
Y, quizás, siendo el último día, uno de los últimos textos de Karl Rahner, lo que dijo, pocas semanas antes de morir, en el homenaje que la Academia Católica de Fribourg le tributó.
Resumía, sin que nosotros sepamos si él ya sabía que era su testamento, su larga vida de teólogo católico en cuatro experiencias.
En la primera nos recordaba lo que, según él, aunque muchas veces lo olvidamos, todo teólogo católico sabe: que toda afirmación sobre Dios, que es legítima e inevitable, debe ser al mismo tiempo negada, retirada.
Todos sabemos que esto no se lo inventa Rahner: no hace más que repetir lo que dijo el concilio, no el del Vaticano II, sino el IV Concilio de Letrán en 1215: que si, por ejemplo, decimos que “Dios es padre”, al mismo tiempo debemos poner, con mayor énfasis, (“la desemejanza es más grande que la semejanza”), su negación: “Dios no es padre”.
Entre el Creador y la criatura no se puede afirmar semejanza alguna, sin afirmar que entre uno y otra es más grande todavía la desemejanza
Quia inter creatorem et creaturam non potest tanta similitudo notari, quin inter eos maior sit dissimilitudo notanda
Hemos vivido una semana inmersos en afirmaciones; algunos quizás se atreverían a decir que acribillados, apabullados por afirmaciones. Todas estas afirmaciones, para no tener ahora que repetirlas una a una, las podríamos resumir en aquella del primer día:
Y nunca hemos oído en todos estos días, dicho con más fuerza, un
¿Es que Toño se ha olvidado del Concilio de Letrán, o ha prescindido de este último consejo, casi testamento, de Karl Rahner?
Yo diría que no. El sabe que la tarea del Director de Ejercicios, al menos en esta faceta que nosotros le pedimos, es bien modesta: explicar brevemente la historia.
Y sabe también que todo mistagogo, que todo guía hacia el misterio, llámese instructor, maestro de novicios, padre espiritual, staretz, o gurú, o chamán, no puede acompañar (y no debe pretender acompañar) hasta la misma muga, hasta la misma línea de la frontera.
Si yo ahora pusiera como negaciones todas las afirmaciones sobre Dios de estos días, mis negaciones seguirían siendo afirmaciones.
Esta segunda etapa, la de la negación, es tarea de cada uno. Y no es un saber, sino también un gustar y sentir. Cada uno ha de experimentar hasta dónde puede llegar en esta negación.
Nadie, yo al menos, nunca me atreveré a decir a otro:
Pero creo, con el concilio y con Rahner, que quien no llegue a decírselo a si mismo, no acabará de llegar -en palabras del propio Rahner- a quedar sumergido o sumergida en el silencio del Dios inalcanzable.
Lectura recomendada
Nuestras afirmaciones sobre Dios
Un texto de Karl Rahner
Gracias por la visita
Miquel Sunyol sscu@tinet.org Agost 2005 |
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