Anar a la versió catalana |
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No sé si esta es la pregunta que se hizo el canónigo Jaume Collell (1846-1932) cuando recibió de su amigo mossèn Jacinto (a veces era Jascinto) Verdaguer una carta en la cual le hacía una descripción de "l'aplech [romería] de Montgarre" del 15 de agosto de 1883, "santuario [en la Vall d'Aran] desconocido por muchos catalanes y sostenido casi solo por los franceses".
La carta ya se hacía larga, pero antes de que "el papel se le acabe y el tiempo también"...
A pesar de que mi carta se alarga no quiero dejar de contarte un caso que sé por el rector de este santuario. El día de Santo Tomás de 1808, unos "paquetayres" [=contrabandistas] pernoctaron en Mongarre. De madrugada oyeron tocar a misa: unos tenían sueño, otros jugaban y bebían; de los 18 solo cuatro asistieron al santo sacrificio. Poco después salieron juntos para ir a pasar el puerto de Orla, cuando cae de la montaña de la izquierda un alud de nieve que los cubrió y los ahogó a todos, menos a los cuatro bienaventurados que habían ido a misa.
¿Una distorsión más de la imagen tradicional de Dios que ya le podemos perdonar al poeta nacional de Catalunya?
De hecho, más grave es la imagen distorsionada que nos ofrece el evangelio de Mateo como si fuesen palabras de Jesús. El último y definitivo acto de Dios hacia la humanidad -supuestamente- creada por él es separar los unos de los otros: unos a la derecha, otros a la izquierda; unos ovejas, otros cabritos; unos benditos, otros malditos; unos al reino preparado, otros al fuego eterno también ya preparado.
Que le pregunten a la beguine clergesse Marguerite Porete (Clàssics del Cristianisme, nº 85), en clergie molt suffisant, quién encendió en la Place de la Grève, en pleno corazón de París, el uno de junio de 1310, la hoguera que la quemaría viva a ella y a su libro, El espejo de las almas simples. ¿Quién encendió la hoguera? ¿Otra imagen distorsionada de Dios?
¿Y quién encendió las hogueras del 21 de mayo de 1559, fiesta de la Trinidad, en Valladolid? Aquel día la comitiva real estaba encabezada por una jesuita, doña Juana de Austria, que ejercía las funciones de la regencia de los reinos de España (12 julio 1554 - septiembre 1559) durante la ausencia de su padre, el emperador Carlos, y del príncipe -después ya rey- Felipe.
¿Quién encendía las hogueras de todos aquellos "autos de fe"? ¿Una distorsionada imagen de Dios?
Es necesario que la concepción teísta (la que tenía Homero, la que tenía Jesús, la que tenían mis padres) que, a lo largo de la historia, ha posibilitado tantas "imágenes distorsionadas", sea puesta en cuestión y que ya no valgan nuevos y continuados esfuerzos de purificación de una imagen que "ex radice" (desde su más profunda raíz) es falsa. De hecho, la concepción teísta no es más que un intento de explicar la totalidad mundanal: y los hombres crearon -no podían hacer otra cosa- un personaje externo a esta totalidad, a imagen y semejanza de ellos.
A finales de 1997 ya escribía: que "no creo en Dios", en este "Dios de mis padres" que hemos recibido. Le seguían otras ocho afirmaciones, todas ellas dentro de un recuadro que un amigo, muy cariñosamente, lo catalogó de "provocativo".
¿Empezaba yo entonces, sin saberlo, a caminar espiritualmente sin creencias, sin religiones, sin dioses?
Gracias por la visita
Miquel Sunyol sscu@tinet.cat 28 mayo 2014 |
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