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Capítulo
XII
A modo de epílogos Sección Tercera La Reunión de Roma: la Misión Obrera a juicio |
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Contenido de este capítulo | |||||||||||
* Los que eran superiores también recuerdan: Urbano Valero
* Nuevos documentos encontrados: nuevas puntualizaciones * La reunión de Roma: la Misión Obrera a juicio |
En la entrevista con el P. Urbano Valero, al hablar de la reunión de los PP. Provinciales de España con el P. Arrupe, tenida de manera extraordinaria en Roma del 15 al 21 de junio de 1970, poco después del viaje, le hacía estas preguntas:
Sigamos adelante. En junio la reunión habitual de los Provinciales de España se tuvo de manera extraordinaria en Roma con el P. General. Uno de los temas (el segundo) fue "Misión Obrera". ¿Se hubiera hablado de ella si no hubiera pasado lo que pasó?
Sí, ciertamente, ya que queríamos dar una mirada global a la Compañía en España, y no podíamos dejar fuera a la Misión Obrera
Y este documento, ¿es letra de Torres Gasset?
Yo creo que sí, pero no puede pertenecer a esta reunión. En el 70 el Provincial de Catalunya era Rifà... Lo que se dice también pega bien a Torres Gasset. Entre todos nosotros era el que comprendía mejor a la Misión Obrera, era el más cercano...
La lectura de los documentos ("afferantur codices") nos ayudará a dar la respuesta correcta. Según el Acta de la
inició la exposición del tema de Misión Obrera el P. Enric Rifà, Provincial de Catalunya, quien se centró en un estudio del P. Torres Gasset. Este estudio comenzaba con unos "prenotandos":
para pasar a analizar los hechos:
y sugerir algunas normas:
y proponer un modo de proceder:
Por último señala que se dan condiciones favorables:
Tal como recordaba el P. Urbano Valero, no todos los PP. Provinciales compartían esta "optimista" visión
A continuación, según las Actas de la reunión, hay una "rueda" Provincia por Provincia:
Los PP. Provinciales, en su análisis de estos jesuitas atraídos y condicionados por el mundo en que viven, señalan un doble peligro:
No falta la comparación con los franceses:
Y llegan a preguntarse si el sacerdote obrero ¿es sacerdote? o ¿es el fermento en pro de la justicia y de los derechos de hombre del obrero?
Al examinar su relación con la Compañía, aceptan que como otros jesuitas en ministerios nuevos (vg. catedráticos de universidad) se sienten "separados" y añaden que "sienten aversión a todo lo que sea jerarquía", ya sea de la Iglesia o de la Compañía. Y siguen las siguientes precisiones:
Un cierto "mea culpa" surge en las conciencias de los Provinciales: ha habido dilación en darles directrices concretas. Algunos se defenderán alegando la imposibilidad de hacerlo: los acontecimientos han desbordado la acción de los Provinciales.
Un propósito de enmienda: estar más alertas con ellos. Es algo urgente debido a la situación de la Misión Obrera y a los peligros que la acosan.
Los Provinciales buscan soluciones y, entre ellas, "parece la mejor llegar a un Directorio de la M.O. en España", que no debería hacerse sin la colaboración de elementos de M.O. Aquí se apunta la conveniencia de una reunión de los provinciales con representantes de M.O., pero no a las inmediatas ("ahora lo verían como llamarles a juicio"). En el interim se piensa en algunas medidas concretas ("para implantar ya desde ahora"):
En la entrevista con Urbano Valero le pregunté:
¿Recuerda si el P. Arrupe intervino al tratarse este tema?
Seguramente, sí. Siempre lo hacía después de haber escuchado a todos.
Lo que el P. Urbano Valero, después de cuarenta años, no podía llegar a recordar nos lo recuerdan "los papeles". Sigamos, pues, con las Actas de la reunión:
El P. General comentó los diversos temas tratados. "He reflexionado -dice- bastante sobre el tema".
La Compañía debe estar presente en este campo, pero el que quiera dedicarse a este ministerio debe tener clara su posición: este ministerio es uno de tantos en la Compañía. No se puede permitir que derive a un grupo de "nosotros aquí y la Compañía burguesa allí". Por eso la Misión Obrera supone sujetos equilibrados y de profunda formación espiritual.
Cuando se trata del sacerdote obrero, propondría que sea una vocación de por vida, como el que va a misiones, con todas sus consecuencias, vg., que en caso de enfermedad acepte ser tratado como un obrero. La entrega ha de ser plena, pero sin desvincularse de la Compañía: ha de ir a nuestras casas y ser recibido como uno más. Esto no excluye que algunos vayan a trabajar sólo como una experiencia más, para adquirir trato, conocimiento, etc…
Es esencial en ellos la espiritualidad: ha de ser gente sumamente espiritual, han de trabajar en forma evangélica en la sociedad obrera que está marxistizada, y para ello necesita tener las ideas muy claras sobre dónde está el marxismo y dónde el evangelio. Por eso los obispos franceses, después del fracaso del 46, exigen que sean gente muy selecta y tengan previamente tres años de trabajo pastoral, antes de ser obreros.
El trabajo será ciertamente duro y difícil, pero llegarán a ser unos grandes conocedores del ambiente y podrán dar al sociólogo y al teólogo científicos, los elementos reales para su trabajo; esta ayuda mutua puede ser una gran cosa para la Compañía.
Existe efectivamente le peligro de que, al querer atar ahora a estos hombres que han estado muy sueltos, se vuelvan totalmente al mundo obrero y se separen de la Compañía. Por eso es necesaria tanta formación espiritual para vivir esa vida; y también mucho contacto con la Compañía, vg., en reuniones de teología, a las que vaya como uno más, no a adoctrinar: yo soy el pobre y Ud. el burgués. Dado el pluralismo, necesitamos los unos de los otros. Por lo demás, el ser sacerdote obrero no debe llegar consigo una concepción distinta de la vida; aunque la vida que lleve sea distinta; lo mismo que pasaría con un misionero en Culión. Y han de ser gente escogida, madura; no escolares (sería ponerlos en peligro próximo).
Es apostolado magnífico que se debe fomentar, y todos lo vemos así. Si son hombres de espíritu, todos los aceptarán; si empiezan con esas declaraciones, marxismos, etc., los hombres de buena voluntad se pondrán en guardia. Hay pues que llegar a tomas de posición; y hay elementos para ello. De modo positivo, esto es lo que queremos; lo negativo se caerá por su base; porque de hecho hoy el mayor enemigo de la Misión Obrera es la misma Misión Obrera.
Presento este resumen de lo que dijo el P. Arrupe tal como viene en las Actas, sin entrar a hacer ningún análisis. Considero que "el que lo leyere" tendrá suficientes elementos de juicio para hacerlo. Me permito, sin embargo, recordar el final de la entrevista con el P. Urbano Valero:
A veces me pregunto: ¿quién hizo más por la renovación de la Compañía? ¿Arrupe o los que salieron durante su generalato?
Todos hicieron algo. Arrupe hizo muchísimo y supo aprovechar las aportaciones de los demás. El, ciertamente, era un hombre de formación clásica jesuítica, tanto en lo religioso como en lo político, pero junto a esto supo estar "abierto".
Me ha gustado esta conversación. Veo que Ud. se considera "arrupista", pero sin caer en el "culto a la personalidad". Como yo.
"Culto a la personalidad", no; pero sí con una gran estima y veneración por él.
El tema de Misión Obrera lo cierra en la tarde de ese mismo día el P. Rifà haciendo "un resumen de lo tratado". No habrá una reunión plenaria de Misión Obrera, sino más bien la convocatoria de "una reunión reducida, convocada por el Provincial de España, con asistencia de los PP. Provinciales y de dos miembros de M.O. por Provincia".
Acta de la reunión
(lo que toca a Misión Obrera) |
Las conclusiones
(sobre Misión Obrera) |
En la carta que el P. Arrupe dirige el 29 de junio de 1970 "A los Padres y Hermanos de Espanya" (Después de la visita a las Provincias de España) no encontramos la expresión Misión Obrera (tampoco encontramos referencias a otros apostolados concretos), pero podemos seleccionar estos párrafos:
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diario de barcelona, 12 de mayo de 1970 |
Gracias por la visita
Miquel Sunyol sscu@tinet.cat 17 abril 2011 Actualizada: agosto 2011 |
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Mis suposiciones...
Por lo menos existe un documento manuscrito (del cual sólo tengo dos páginas, pero que podría ser más amplio). De este documento manuscrito, tengo una copia mecanografiada (de una página, pero de idéntico contenido que el anterior). Supongo que éste es el principio del "estudio" sobre el que se basó el P. Rifà en la reunión de los PP. Provinciales con el General en Roma. El autor de este documento sería el P. Torres Gasset.
Existe, además, otro documento más largo (cuatro páginas), mecanografiado, presentado como perteneciente a la reunión de Roma, y en nota manuscrita añadida se dice que es un "resumen del escrito de los PP. Torres y Martín Montoya". El principio de este escrito sigue -resumiéndolo- el contenido del documento anterior, aunque podemos advertir una ampliación: se precisa que se habla de la Misión Obrera "en su acepción amplia = Parroquias Obreras, Escuelas Profesionales, etc.".
Un hecho: en Roma se decide tener una reunión de Provinciales con los de Misión Obrera. Para preparar esta reunión, el P. Rifà -según consta en la acta de la reunión de Provinciales del mes de septiembre celebrada en Pinar de Chamanrtín, "aconseja que el P. Valero reúna a los PP. Montoya y Torres Gasset (y quizás al P. Bermudo) y con ellos programe la reunión y redacte el documento-base". Supongo, pues, que el P. Martín Montoya, en una segunda fase habría introducido ciertas "enmiendas" al primer texto del P. Torres Gasset. Un resumen de este escrito del P. Torres Gasset con añadidos del P. Martín Montoya habría sido distribuido a los PP. Provinciales como "documento de trabajo" para preparar la reunión con los jesuitas de Misión Obrera.
La historia de esta reunión de los PP. Provinciales de España con los jesuitas de Misión Obrera, que pasó a la historia como "la reunión del nabo", rebasa los márgenes propuestos del presente trabajo: "Un estudio de las reacciones que se produjeron en el colectivo jesuítico de Misión Obrera al saber que el P. Arrupe -en su viaje a España de mayo del 70- haría una visita a Franco". Si alguien se anima a contar "la reunión del nabo" encontrará abundante documentación.