Mi correspondencia con...
...Fernando García Gutiérrez
Subject: Viaje Arrupe año 70
Date: Tarragona, 9 mayo 2008
Carta a Fernando García Gutiérrez
Apreciado Padre:
Muy agradecido por la conversación que pudimos tener en Sevilla, sintiendo mucho que las responsabilidades que le atribuían las noticias breves de la Provincia en su relación de la etapa del P. Arrupe en la Bética en su viaje de mayo de 1970, no fueran del todo ciertas.
El P. Fernando García Gutiérrez fue nombrado por el P. Provincial como coordinador general de la visita del P. Arrupe y organizador de la visita a Sevilla.
Según me dio a entender, ya todo venía coordinado y organizado desde más altas esferas. Los treinta y ocho años que ya han pasado dejaron también sin respuesta mi pregunta sobre qué significado y qué alcance se dio (entre los superiores) a la ausencia de los jesuitas de Misión Obrera en la reunión-charla que el P. Arrupe tuvo con los jesuitas en el salón de cine del colegio de Portaceli, ausencia que el P. Alcalá destaca en su crónica.
Ya le dije que el tema de mi "estudio" (más sencillamente, una simple recogida de documentos y de retazos de memoria) era Las reacciones que se produjeron en el colectivo jesuítico de Misión Obrera al saber que el P. Arrupe en su viaje a España de mayo del 70 haría una visita a Franco.
Pude agradecerle el que pudiera Ud. precisar a qué se refería el P. Arrupe cuando, en otros momentos de su viaje, defendía su visita a Franco apelando a un deber de gratitud. Por ejemplo, en Valencia, en los primeros días de su viaje:
Conozco a esta autoridad civil española a quien voy a visitar, personalmente. Ha sido un bienhechor nuestro en el Japón; gran bienhechor del Japón. Yo me siento obligado. No quiero dar la motivación. Pero estos son algunos de los motivos que he tenido que considerar.
Franco, fiándose de Arrupe, había dado "papeles" a un grupo (¿unos nueve?) de jesuitas húngaros que habían huido de su país, y que se hallaban totalmente indocumentados y en peligro evidente de ser detenidos en cualquier parte y ser devueltos a su país. Ud. había sido compañero de estos jesuitas en el Japón y seguía recordando sus nombres y sus fisonomías.
¿Podría Ud. ponerme por escrito, aunque sólo sea brevemente, lo que me contó de palabra acerca de estos jesuitas húngaros?
Muy posiblemente, el P. Arrupe ya había tenido ocasión de agradecerle personalmente a Franco este favor en alguno de sus encuentros personales con él cuando viajaba a España, ya que, según nos dice el Diccionario Histórico de la Compañía de Jesús, en su artículo sobre Franco (redactado por el P. Gabriel Verd), "el P. Arrupe, cuando iba a España, solía visitar a Franco". En Barcelona, en la tensa charla de El Clot, dirá que "ya he estado dos veces con él antes, cuando no tenía todos estos problemas del generalato".
No deja de llamarme la atención el hecho de que el P. Arrupe, cuando en esta charla de El Clot se ve de nuevo obligado a defender su visita a Franco, no recurre ya a ningún deber de gratitud hacia el Caudillo, sino a no dejar perder la oportunidad de enfrentarse con él para defender a la clase obrera.
Ahora bien, ¿no puede ser que sea la única ocasión en que el General de la Compañía pueda enfrentarse y hablar con Franco directamente de tantos problemas que de otra manera no se puede? Yo pongo la pregunta. ¿No es la única ocasión que yo puedo hablar, como hablé cuando estaba en el Japón hora y media con Franco, ya he estado dos veces con él antes, cuando no tenía todos estos problemas del generalato ¿verdad? ¿No puede ser una ocasión en que yo personalmente puedo hablar de problemas que pueden favorecer muchísimo a la clase obrera?
¿Quién le habría aconsejado este cambio de táctica?
Por el catálogo ya sabía que Ud. pertenecía, como el P. Arrupe, a la Provincia del Japón y, durante la conversación, me fui dando cuenta de que lo unía a él no sólo el conocimiento de "compañeros en el Señor", sino la amistad de "Compañía de Jesús, compañía de amor". Conocimiento y amistad que quedan reflejados en su libro El Padre Arrupe en Japón que me regaló.
Me animé, pues, a preguntarle si el P. Arrupe, en alguna ocasión posterior se había referido, a nivel coloquial, a estas "reacciones" de la Misión Obrera. Ud. me dijo que no recordaba que alguna vez se le hubiera referido a este tema. Otros testimonios me han dicho que diez años después todavía recordaba que en Valencia le habían cerrado las puertas añadiendo "y luego me enteré de que casi todos habían salido. Y esto no me ha pasado nunca en ninguna parte".
Sus largos años de conocimiento y amistad con el P. Arrupe me llevó a hablarle de la carta que, por iniciativa del P. Francis X. Talbot, director de la revista AMERICA, el P. Asistente de Estados Unidos, Zacheus J. Maher, y los siete provinciales escriben al general Franco el 31 de julio de 1938 para mostrarle su agradecimiento, ofreciéndole sus oraciones y una limosna personal junto a la colecta realizada por el director de AMERICA. Con esta carta quieren confirmar
...no solamente la lealtad y ayuda de nuestros hermanos los Jesuitas Españoles, quienes desde el principio estuvieron de Su parte, sino también la nuestra, es decir la de todos los miembros de la Compañía de Jesús de esta Asistencia de América, en cuyo nombre nos dirigimos a Su Excelencia,
Esta carta fue traducida del inglés al castellano por el P. Arrupe. Como puede ver por la fotocopia que le adjunto, la carta fue enviada escrita a mano y siempre me ha quedado la curiosidad de saber si, además de traducirla, también le pidieron que la escribiera. ¿Podría Ud. decirme si es la letra del P. Arrupe? Ya ve, es una curiosidad...
Si me pudiera ayudar...
Le expreso una vez más mi agradecimiento por la entrevista y por el rato que me dedicó. Ya sé que Ud. volverá a repetirme que no me pudo ayudar mucho, pero estas entrevistas con "gente importante de la Orden" (permítamelo decirlo de esta manera) tienen un valor añadido: el que algunos, que mantienen ciertos recelos ante mis afanes investigadores, no se crean que hago un viaje de Tarragona a Andalucía para hablar sólo con los jesuitas que han ido saliendo.
Muy cordialmente
Miquel Sunyol
MI CORRESPONDENCIA CON...
Todos los que han intervenido
Quiero manifestar mi satisfacción y, al mismo tiempo, mi agradecimiento, por el hecho de que han sido muy pocos los e-mails o las cartas que han quedado sin respuesta. Intento comprender sus razones, sabiendo que es más segura una carta con su sello confiada a un cartero que un e-mail confiado a un servidor