Creo que no todos hemos tenido las mismas motivaciones para integrarnos en los distintos grupos de curas "obreros". Creo que puede hablarse de una primera etapa de "misión", donde se vive con cierta "culpabilidad" la lejanía de la clase obrera respecto de la Iglesia. Y quiere demostrarse que la Iglesia (y seguimos pensando que la iglesia somos los curas) también puede vivir las condiciones de la vida del trabajo manual. El modelo sería el de "France, pays de mission". En aquellos tiempos (años de una dictadura, ante la que la iglesia -algunos sectores de ella- comienzan ya a vivirla también con cierta culpabilidad) la militancia política y sindical es "apostólica", y esto comportó que se viviera con muy poca "crítica interna": Lo principal era demostrar que podíamos ser más izquierdistas que los de izquierdas de toda la vida.

Yo no soy de esta primera época (un poco marcada en nuestra casa por la figura del Borri, y en el país vasco por otro famoso del que ahora no recuerdo su nombre), pero en esos mismos años, para no seguir viviendo y estudiando "como hijos de papá", dejamos "la casa solariega" y nos ponemos a "trabajar y estudiar". Es verdad que el trabajo fue de "profesor" y, para mí y otros, en la "empresa del padre" (en mi caso, en el colegio de Sant Ignasi de Sarrià). Si la Historia no se equivoca, seré considerado como uno de los fundadores de los "pisos de estudiantes" en el sector jesuítico de Cataluña. Y esto lo hicimos -entre otros motivos- para salir de las estructuras macro-económicas de la Compañía de Jesús, y vivir de una forma más "personalizada" de nuestro trabajo.

El Chad fue mi "pays de mission", donde yo quise "servir en pobreza" a unas comunidades cristianas de muy reciente constitución. (La palabra "servir" es muy jesuítica; una traducción sencilla sería "ayudar").

Cuando vuelvo del Chad (verano del 74), una vez cumplido un cierto compromiso inicial de tres años, el grupo de jesuitas que en Catalunya (y en el resto del estado) trabajan ya llevan una cierta historia, y los talantes de todos ya no son tan uniformes.

No sé si es correcto decir que unos se pusieron a trabajar para demostrar algo a algunos (son los que quieren seguir predicando aunque no quieran predicar desde el púlpito), y otros que ya tenemos suficiente en buscar el sitio y la manera de vivir honestamente el Evangelio.

Francisco de Asís ya tenía la intuición de esta duplicidad apostólica..