ανάστασις | ||
Johann
Christoph Friedrich von Schiller Marbach am Neckar (Württemberg), 10.11.1759 - Weimar, 9.5.1805 |
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ανάστασις | ||
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CANTO DE LA CAMPANA Johann Christoph Friedrich von Schiller |
1. | Firmemente fijado en la tierra, tapiado con obra de ladrillo, | ||
Se alza el molde, de arcilla cocida. | |||
Hoy nacerá la campana. | |||
Mozos de la [fundición], ¡rápido, manos a la obra!. | |||
5. | El sudor ardiente | ||
Deberá correr por la frente | |||
Si la obra debe alabar al maestro | |||
Pero sólo el cielo podrá bendecirla. |
La tarea que vamos a acometer | |||
10. | Bien merece unas serias palabras. | ||
Si le acompañan buenas palabras | |||
El trabajo se hará con más brío. | |||
Contemplemos ahora con diligencia | |||
Lo que nuestras débiles fuerzas van a crear: | |||
15. | Hay que despreciar al mal hombre | ||
Que nunca ha reflexionado sobre lo que hace, | |||
Porque lo que adorna al hombre | |||
Aquello por lo que se le dio la razón | |||
Es el poder sentir en lo profundo de su corazón | |||
20. | Lo que hace y crea con sus manos. |
Coged leños hechos con el tronco de una pícea, | |||
Y procurad que sean bien secos | |||
Para que la llama, comprimida, | |||
Penetre en la tobera. | |||
25. | Cuando el cobre hierva, ya fundido, | ||
Añadid, raudos, el estaño | |||
A fin de que el denso caldo | |||
Fluya como lo requiere la colada. | |||
Lo que construyan nuestras manos | |||
30. | Con la ayuda del fuego, en el profundo foso de colada, | ||
En su estancia en lo alto del campario | |||
Dará sonora fe de nosotros. | |||
Y todavía perdurará en días lejanos, por venir, | |||
Llegando al oído de muchos hombres, | |||
35. | Afligiéndose con el afligido y | ||
Uniéndose al coro de los oficios divinos. | |||
Lo que aquí abajo el voluble destino | |||
Depare al hombre | |||
Resonará en la corona de bronce, | |||
40. | Quien lo propagará para edificación de todos. | ||
Veo saltar burbujas blancas, | |||
¡Bien! Las masas de metal ya están fundidas. | |||
Mezclad ahora con ellas las sales de potasa, | |||
Que así se acelerará la colada. | |||
45. | Y de espuma | ||
Tiene que estar limpia la aleación, | |||
Para que, siendo puro el metal, | |||
La voz de la campana resuene clara y plena. |
Porque es con sonido festivo y alegre | |||
50. | Que ella saluda al recién nacido querido | ||
En los primeros pasos de su vida | |||
Que realiza en brazos del sueño. | |||
En el seno del tiempo, duermen todavía | |||
Sus destinos, los acíagos y los resplandecientes, | |||
55. | Mientras los tiernos cuidados del amor de su madre | ||
Velan su mañana dorada. – | |||
Los años pasan volando, rápidos como flechas. | |||
El chico se separa orgullosamente de la niña | |||
Para precipitarse, impetuosamente, en la vida | |||
60. | Y varear el mundo con su bastón de caminante | ||
Regresa, hecho un extraño, a su hogar, | |||
Para descubrir ante sí, | |||
Como una criatura celestial, la niña, convertida en joven doncella, | |||
Maravillosa, en el esplendor de su juventud, | |||
65. | Con mejillas ruborizadas y recatadas. | ||
Embarga entonces un anhelo desconocido | |||
El corazón del muchacho, vaga solo, | |||
De sus ojos brotan lágrimas y | |||
Rehúye las filas revoltosas de sus hermanos. | |||
70. | Ruborizándose sigue los pasos de la chica, | ||
Se siente feliz cuando ella le saluda. | |||
Busca lo más hermoso que los campos pueden ofrecerle | |||
Para adornar con ello su amor. | |||
¡Oh! Tierno anhelo, dulce esperanza, | |||
75. | la época dorada del primer amor, | ||
Cuando el ojo ve ante sí abierto el cielo | |||
Y el corazón desborda de felicidad. | |||
¡Oh! ¡Ojalá pudiera verdear siempre | |||
Esa bella época del amor joven! | |||
80. | ¡Los tubos de ventilación ya se vuelven de color tostado! | ||
Sumergiré esta vara de hierro, | |||
Y si sale recubierta de una capa vidriosa, | |||
Es que habrá llegado el momento de hacer la colada. | |||
¡Ahora!, mozos, ¡Al tanto! | |||
85. | Comprobadme la aleación, | ||
Mirad si lo duro con lo dúctil | |||
Se ha unido, en buena señal. | |||
Pues, donde el rigor con la ternura, | |||
Y lo fuerte con lo débil se hayan unido, | |||
90. | Ahí habrá un buen sonido. | ||
Por ello, el que vaya a atarse para siempre, | |||
¡Que pruebe, antes, si el corazón se aviene al corazón! | |||
La pasión es corta, el arrepentimiento, largo. | |||
La guirnalda virginal juguetea | |||
95. | Con gracia en los rizos de la novia, | ||
Cuando las campanas de la iglesia, | |||
Con claro sonido, llaman invitando al esplendor de la fiesta. | |||
¡Ah! La más hermosa fiesta en la vida de cada uno | |||
También es la que pone fin a la primavera de nuestras vidas. | |||
100. | Con el cinturón, con el velo, | ||
También se rasga la bella ilusión. | |||
¡La pasión huye, | |||
El amor debe permanecer! | |||
Cuando la flor se marchita, | |||
105. | Le llega al fruto el momento de crecer. | ||
Al hombre le corresponde salir | |||
A la vida hostil: | |||
Debe obrar y luchar | |||
Y plantar y producir, | |||
110. | Servirse de ardides y quitar por la fuerza | ||
Debe osar y apostar | |||
Si quiere conquistar la felicidad. | |||
Entonces fluye una abundancia infinita, | |||
El granero se llena con preciosos bienes, | |||
115. | Crecen las estancias, se ensancha la casa, | ||
Y en ella reina | |||
La recatada ama de casa, | |||
La madre de los hijos, | |||
Y gobierna sabiamente | |||
120. | La casa y a los que en ella moran, | ||
Instruye a las hijas, | |||
Y refrena a los chicos. | |||
No dejan de moverse ni un momento | |||
Sus manos laboriosas. | |||
125. | Y con su ordenada mente | ||
Va multiplicando las ganancias. | |||
Y llena de tesoros las arcas fragantes | |||
Y enrolla el hilo alrededor del ronroneante huso, | |||
Y en el ropero de pulcro acabado va atesorando | |||
130. | La lana reluciente, el lino inmaculadamente blanco, | ||
Y da a lo bueno, brillo y esplendor, | |||
Y nunca descansa. |
Y el padre, con mirada satisfecha, | |||
Desde la estancia más alta de la casa | |||
135. | Cuenta y recuenta su suerte floreciente, | ||
Contempla los postes de madera de sus cercas, irguiéndose derechos, | |||
Y los llenos recintos de sus pajares y heniles, | |||
Y los graneros, doblándose bajo el peso de la bendición de los campos | |||
Y las suaves olas de los trigales, | |||
140. | Y dice, con palabras llenas de alarde: | ||
„¡Firme como la tierra, | |||
Resistente a la desdicha, | |||
Se alza la magnificencia de mi casa!“ | |||
Pero con las fuerzas del destino | |||
145. | No puede alcanzarse un pacto eterno | ||
Y la desdicha se abate, rauda, sobre él. | |||
¡Bien! La colada puede empezar: | |||
La muestra del caldo se ve bellamente dentada; | |||
Pero antes de hacerle fluir, | |||
150. | ¡Recemos una pía oración! | ||
¡Destapad, con certero golpe, la piquera! | |||
¡Que Dios proteja el edificio! | |||
Humeantes, caen a chorro las olas de fuego pardo | |||
En el canal de la colada. | |||
155. | Benéfico es el poder del fuego | ||
Cuando el hombre lo vigila y domeña. | |||
Lo que hace, lo que crea | |||
Se lo debe a esta fuerza divina. | |||
Pero esta fuerza, regalo del cielo, se hace aterradora, | |||
160. | Cuando, liberándose de sus cadenas, | ||
Avanza, la hija libre de la naturaleza, | |||
Siguiendo sólo sus propias sendas. | |||
¡Ay del hombre, si, ella, moviéndose a su antojo, | |||
Y creciendo sin ninguna resistencia, | |||
165. | Por las callejuelas concurridas | ||
Va propagando el monstruoso incendio! | |||
Pues los elementos odian | |||
Todo lo que la mano del hombre haya creado. | |||
De las nubes | |||
170. | Brota la abundancia, | ||
Cae la lluvia, | |||
De las nubes, sin elegir a dónde irá, | |||
¡Cae el rayo! | |||
¿La oís gemir en lo alto del campanario? | |||
175. | ¡He aquí la tormenta! | ||
Rojo como la sangre | |||
Está el cielo, | |||
¡No es el fulgor del día! | |||
¡Qué alboroto | |||
180. | En las calles! | ||
¡Nubes de vapor se elevan! | |||
Con llama trémula va ascendiendo la columna de fuego, | |||
Avanza por la larga calle, | |||
Creciendo con la fuerza del viento. | |||
185. | Hirviendo, como si saliera de las fauces de un horno, | ||
El aire arde, las vigas crujen, | |||
Caen los postes, vibran las ventanas, | |||
Lloran los niños, las madres corren de un lado para el otro, | |||
Y bajo los escombros, | |||
190. | Gimoteos de animales. | ||
Todo corre, huye, se pone a salvo, | |||
La noche se ilumina como el día; | |||
Llevado por la larga cadena de las manos, | |||
Que compiten, para ser cada cuál la más rápida, | |||
195. | Vuela el cubo de agua, y, formando altos arcos, | ||
Brotan manantiales, chorros de agua. | |||
Se acerca volando la tormenta, aullando | |||
Busca la llama rugiente | |||
Que, crepitante sobre el seco fruto, | |||
200. | Invade los graneros | ||
Y la seca madera de las vigas. | |||
Y la tormenta, como si, con su soplido | |||
Quisiera llevarse consigo, en su huida poderosa, | |||
todo el peso con el que carga la tierra, | |||
205. | Crece, gigantesca, | ||
Hasta lo alto del cielo. | |||
Sin esperanza | |||
Cede el hombre ante la fuerza de los dioses: | |||
Con impotencia ve, y con estupor, | |||
210. | Cómo perecen sus obras. |
Devastado por el incendio y abandonado | |||
Está el lugar, | |||
Áspero lecho de salvajes tormentas, | |||
En los desiertos huecos de las ventanas | |||
215. | Habita el espanto | ||
Y las nubes del cielo, desde lo alto | |||
Miran adentro. | |||
Una última mirada | |||
A la tumba | |||
220. | De sus bienes | ||
Echa el hombre – | |||
Y después, con ánimo alegre, toma su bastón de caminante. | |||
Por más que el fuego se lo haya robado todo, | |||
Un dulce consuelo le queda: | |||
225. | Cuenta las cabezas de sus seres queridos | ||
Y, ¡mira!, nadie falta a su recuento. | |||
En la tierra se ha acogido el metal fundido, | |||
Felizmente, el molde se ha llenado como debía. | |||
¿También saldrá bella a la luz, | |||
230. | Haciendo que hayan valido la pena arte y fatigas? | ||
¿Y si la colada ha ido mal? | |||
¿Y si el molde ha reventado? | |||
¡Ay! Mientras todavía nos agarramos a la esperanza, | |||
La desdicha, tal vez, ya nos ha golpeado. | |||
235. | Al oscuro seno de la tierra sagrada | ||
Confiamos la obra de nuestras manos, | |||
Confía el labrador su semilla | |||
Esperando que germine | |||
En mies bendita, según los designios del Cielo. | |||
240. | Una semilla aún más preciosa guardamos | ||
Con duelo y llanto en el seno de la tierra, | |||
Esperando que, levantándose de los ataúdes, | |||
Florezca a un destino más hermoso. | |||
Desde la catedral, | |||
245. | Con toques pausados, llenos de inquietud, | ||
Tañe la campana | |||
Un canto fúnebre. | |||
Sus toques luctuosos acompañan, con gravedad, | |||
A un peregrino en su último viaje. | |||
250. | ¡Ay! Es la esposa, la amada, | ||
¡Ay! Es la madre fiel, | |||
A quien el negro príncipe de las sombras | |||
Aparta de los brazos de su esposo, | |||
Del tierno grupo de los hijos | |||
255. | Que ella le dio en la flor de sus años, | ||
A los que vio crecer, junto a su pecho fiel, | |||
Con satisfacción de madre – | |||
¡Ay! Los tiernos lazos que unían la casa | |||
Se han roto para siempre jamás, | |||
260. | Pues ella, la que fuera la madre de la casa, | ||
Mora ahora en el país de las sombras, | |||
Pues falta su fiel gobierno | |||
Ni vela por ellos su preocupación solícita. | |||
En este lugar huérfano reinará | |||
265. | La extraña, vacía de amor. | ||
Hasta que la campana se haya enfriado | |||
Dejad reposar el duro trabajo. | |||
Como el pájaro en el follaje, | |||
Así se divierta cada uno. | |||
270. | A la luz titileante de las estrellas | ||
Libre ya de cualesquiera deberes, | |||
El mozo escucha tocar a vísperas, | |||
Pero el maestro tendrá que proseguir con el duro trabajo. | |||
A lo lejos, en la agreste foresta, el caminante | |||
275. | Aprieta con viveza el paso | ||
Camino de su querida cabaña natal. | |||
Balando regresan | |||
Las ovejas al establo | |||
Y las manadas de vacas, | |||
280. | De ancha frente y pelo lustroso, | ||
Llegan mugiendo, | |||
Al sentir, cercanos ya, sus acostumbrados establos. | |||
Cargado de grano, | |||
Traqueteando pesadamente, | |||
285. | Entra el carro en el granero; | ||
Sobre los haces de espigas, | |||
Descansa la guirnalda | |||
De flores multicolores, | |||
Y los jóvenes segadores | |||
290. | Corren al baile. | ||
Se van apaciguando calle y mercado, | |||
Y los moradores de la casa | |||
Se reúnen alrededor de la cálida llama de la luz, | |||
Mientras las puertas de la ciudad se cierran chirriando. | |||
295. | La tierra se | ||
Cubre de negro, | |||
Pero al seguro ciudadano no le espanta | |||
La noche | |||
Que despierta al horrible malhechor | |||
300. | Porque el ojo de la ley está vigilante. |
Orden sagrado, benéfico | |||
Hijo del cielo, que une lo igual | |||
Con alegría, ligereza y libertad, | |||
Que inició la construcción de las ciudades | |||
305. | A las que luego llamó a los salvajes insociables | ||
Que moraban en los campos incultos, | |||
Y entrando en las cabañas de los hombres | |||
Les avezó a costumbres apacibles | |||
Y tejió el más precioso de los lazos: | |||
310. | La necesidad de tener una patria. | ||
Mil manos laboriosas se mueven activas, | |||
Se ayudan mutuamente en alegre unión | |||
Y en este ajetreo fogoso | |||
Se hacen manifiestas todas las fuerzas desplegadas. | |||
315. | Bregan maestro y mozo | ||
Bajo la sagrada protección de la libertad. | |||
Cada uno está contento con su sitio | |||
Y se enfrenta al faccioso que tal cosa desprecia. | |||
El trabajo adorna al ciudadano | |||
320. | Y la prosperidad es la recompensa de su esfuerzo, | ||
Si al rey le honra su dignidad | |||
A nosotros nos honra la laboriosidad de nuestra manos. | |||
Paz preciosa, | |||
Dulce concordia, | |||
325. | ¡Quedaos, quedaos | ||
Amigablemente sobre esta ciudad! | |||
¡Que nunca llegue el día | |||
En el que las hordas de la guerra feroz | |||
Recorran desenfrenadas este apacible valle, | |||
330. | En el que el cielo | ||
Al que pinta encantadoramente | |||
El suave rojo del atardecer | |||
Refleje con espanto el salvaje incendio | |||
De pueblos y ciudades! | |||
335. | Rompedme ahora este envoltorio, | ||
Ha cumplido con su propósito, | |||
Para que ojo y corazón puedan regalarse | |||
Con la perfección de esta obra. | |||
Golpead, golpead con el martillo | |||
340. | Hasta que estalle la capa del molde: | ||
Para que la campana resurja a la vida | |||
Debe romperse en añicos el molde. | |||
El maestro sabrá romper el molde | |||
A su debido tiempo, con avezada mano, | |||
345. | Pero, ¡Ay si el metal fundido | ||
Se libera a sí mismo en torrentes ardientes! | |||
Ciego de furia, con el estruendo del trueno, | |||
Revienta el edificio hendido, | |||
Y como si surgiera de las fauces abiertas del infierno | |||
350. | Escupe destrucción e incendio. | ||
Doquiera que reine sin sentido la fuerza bruta | |||
No podrá formarse ninguna estructura: | |||
El bien común no puede prosperar | |||
Cuando los pueblos se liberan a sí mismos. | |||
355. | ¡Ay, si en el seno de las ciudades | ||
En silencio se ha ido acumulando la yesca, | |||
Y el pueblo, rompiendo sus cadenas, | |||
Recurre, con espanto, a las armas para ayudarse a sí mismo! | |||
Es entonces cuando la revuelta, tirando de las cuerdas de la campana, | |||
360. | Resuena aullando, | ||
Y, bendecida únicamente para dar de sí sones de paz, | |||
Entona la consigna de la violencia. | |||
¡Libertad! ¡Igualdad! se oye resonar, | |||
El apacible ciudadano corre a las armas, | |||
365. | Las calles se llenan, y los edificios públicos, | ||
Rondan sin rumbo bandas de asesinos, | |||
Y las mujeres se convierten en hienas | |||
Y se divierten con el horror, | |||
Y desgarran con dientes de pantera, | |||
370. | Aún palpitante, el corazón del enemigo. | ||
Ya no hay nada sagrado, se rompen | |||
Todos los lazos impuestos por el temor reverencial, | |||
El bueno cede su sitio al malvado, | |||
Y todos los vicios imperan a sus anchas. | |||
375. | Despertar al león es peligroso, | ||
Mortífero es el diente del tigre, | |||
Pero el más horrible de los horrores | |||
Es el hombre en su locura. | |||
¡Ay de aquellos que presten al irremediablemente ciego | |||
380. | La antorcha celestial de la luz! | ||
Porque ella no le va a iluminar, sólo podrá prender fuego | |||
Y convertirá en cenizas ciudades y países. | |||
¡Dios me ha dado la alegría! | |||
¡Mirad! Cual astro dorado, | |||
385. | De su vaina de arcilla, liso y reluciente, | ||
Se va pelando el corazón de metal. | |||
Desde la corona hasta su boca | |||
Brilla como los rayos del sol, | |||
También los pulcros rótulos de los blasones | |||
390. | Alaban al experto artífice. | ||
¡Entrad!, ¡Entrad! | |||
Mozos todos, cerrad el corro, | |||
Para bendecir, al tiempo que la bautizamos, a la campana: | |||
Concordia sea su nombre, | |||
395. | Y que[, a su son,] la comunidad se reúna, llena de amor, | ||
En la concordia y la comunión de los corazones. |
¡Que éste sea, de hoy en adelante, su oficio, | |||
Para el que la ha creado el maestro! | |||
Que la vecina del trueno flote | |||
400. | En la azul bóveda celeste, | ||
Elevándose, alta, por encima de la baja vida terrestre, | |||
A tocar del mundo de las estrellas, | |||
Sea ella una voz que resuene desde lo alto, | |||
Como la hueste reluciente de los astros | |||
405. | Que alaban, en su carrera, a su creador | ||
Y dirigen el año coronado. | |||
Que su boca de metal se dedique | |||
Sólo a lo eterno y serio. | |||
Y que a cada hora, con sus rápidas alas, | |||
410. | Toque fugazmente el tiempo. | ||
Preste su boca al destino | |||
Y ella misma sin compasión, sin corazón, | |||
Acompañe con su vaivén | |||
Las variadas vicisitudes de la vida. | |||
415. | Y del mismo modo que el sonido se va apagando en el oído | ||
Después de resonar poderosamente desde su boca, | |||
Así enseñe que nada permanece, | |||
Y que todo lo terrenal se desvanece. | |||
Ahora, con la fuerza de la soga, | |||
420. | Sacádmela de su fosa, | ||
Para que se eleve hasta el reino del sonido, | |||
Hasta el aire del cielo. | |||
¡Tirad! ¡Tirad! ¡Levantadla! | |||
Ya se mueve, ya flota: | |||
425. | Signifique alegría para esta ciudad, | ||
Paz sea su primer tañido. | |||
Tarragona, enero 2005 | ||