LA VUELTA DE MARTIN FIERRO

Dende ese punto era juerza
Abandonar el desierto,
Pues me hubieran descubierto;
3690 Y aunque lo maté en pelea,
De fijo que me lancean
Por vengar al indio muerto.

A la aflijida cautiva
Mi caballo le ofrecí,
3695 Era un pingo que alquirí,
Y dondequiera que estaba,
En cuanto yo lo silbaba
Venía a refregarse en mi.

Yo me le senté al del pampa;
3700 Era un escuro tapao .
Cuando me hallo bien montao,
De mis casillas me salgo;
Y era un pingo como galgo
Que sabía correr boliao

3705 Para correr en el campo
No hallaba ningún tropiezo;
Los ejercitan en eso.
Y !os ponen como luz
De dentrarle a un avestruz
3710 Y boliar bajo el pescuezo .

El pampa educa al caballo
Como para un entrevero
Como rayo es de ligero
En cuanto el indio lo toca;
3715 Y, como trompo, en la boca
da güeltas sobre de un cuero.

Lo barea en la madrugada;
Jamás falta a este deber.
Luego lo enseña a correr
3720 Entre fangos y guadales
¡Ansina esos animales
Es cuanto se puede ver!

En el caballo de un pampa
No hay peligro de rodar ,
3725 ¡Jué pucha!, y pa disparar
Es pingo que no se cansa;
Con proligidá lo amansa
Sin dejarlo corcobiar.

Pa quitarle las cosquillas
3730 Con cuidao lo manosea;
Horas enteras emplea,
Y por fin sólo lo deja
Cuando agacha las orejas
Y ya el potro ni cocea.

3735 Jamás le sacude un golpe,
Porque lo trata al bagual
Con pacencia sin igual;
Al domarlo no le pega,
Hasta que al fin se le entrega
3740 Ya dócil el animal.

Y aunque yo sobre los bastos
Me sé sacudir el polvo
A esa costumbre me amoldo;
Con pacencia lo manejan
3745 Y al día siguiente lo dejan
Rienda arriba junto al toldo.

Ansí, todo el que procure
Tener un pingo modelo,
Lo ha de cuidar con desvelo
3750 Y debe impedir también
El que de golpes le den
O tironén en el suelo.

Muchos quieren dominarlo
Con el rigor y el azote,
3755 Y si ven al chafalote
Que tiene trazas de malo,
Lo embraman en algún palo
Hasta que se descogote.

Todos se vuelven pretestos
3760 Y güeltas para ensillarlo;
Dicen que es por quebrantarlo.
Mas comprende cualquier bobo
Que es el miedo del corcobo
Y no quieren confesarlo.

3765 El animal yeguarizo,
perdónenme esta alvertencia,
Es de mucha conocencia
Y tiene mucho sentido ;
Es animal consentido ;
3770 Lo cautiva la pacencia.

Aventaja a los demás
El que estas cosas entienda.
Es bueno que el hombre aprienda,
Pues hay pocos domadores
3775 Y muchos frangoyadores
Que andan de bozal y rienda

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Me vine, como les digo,
Trayendo esa compañera;
Marchamos la noche entera,
3780 Haciendo nuestro camino
Sin más rumbo que el destino,
Que nos llevara ande quiera.

Al muerto, en un pajonal
Había tratao de enterrarlo,
3785 Y después de maniobrarlo
Lo tapé bien con las pajas,
Para llevar de ventaja
Lo que emplearan en hallarlo.

En notando nuestra ausencia
3790 Nos habían de perseguir,
Y al decidirme a venir,
Con todo mi corazón
Hice la resolución
De peliar hasta morir.

3795 Es un peligro muy serio
Cruzar juyendo el desierto;
Muchísimos de hambre han muerto,
Pues en tal desasosiego
No se Puede ni hacer fuego
3800 Para no ser descubierto .

Sólo el arbitrio del hombre
Puede ayudarlo a salvar;
No hay auxilio que esperar,
Sólo de Dios hay amparo.
3805 En el desierto esmuy raro
Que uno se pueda escapar.

¡Todo es cielo y horizonte
En inmenso campo verde!
¡Pobre de aquel que se pierde
3810 que su rumbo estravea
Si alguien cruzarlo desea
Este consejo recuerde.

Marque su rumbo de día
Con toda fidelidá,
3815 Marche con puntualidá,
Siguiéndolo con fijeza,
Y si duerme, la cabeza
Ponga para el lao que va.

Oserve con todo esmero
3820 Adonde el sol aparece;
Si hay ñeblina y le entorpece
Y no lo puede oservar,
Guárdese de caminar,
Pues quien se pierde perece.

3825 Dios les dio istintos sutiles
A toditos los mortales;
El hombre es Uno de tales,
Y en las llanuras aquellas
Lo guían el sol, las estrellas,
3330 El viento y los animales.

Para ocultarnos de día
A la vista del salvage,
Ganábamos un parage
En que algún abrigo hubiera,
3340 A esperar que anocheciera
Para seguir nuestro viage.

Penurias de toda clase
Y miserias padecimos:
Varias veces no comimos
3840 O comimos carne cruda;
Y en otras, no tengan duda,
Con reices nos mantubimos.

Después de mucho sufrir
Tan peligrosa inquietú,
3845 Alcanzamos con salú
A divisar una sierra,
Y al fin pisamos la tierra
En donde crece el ombú

Nueva pena sintió el pecho
3850 Por Cruz, en aquel parage,
Y en humilde vasallage
A la Majestá infinita
Besé esta tierra bendita
Que ya no pisa el salvage.

3855 Al fin la misericordia
De Dios nos quiso amparar;
Es preciso soportar
Los trabajos con costancia,
Alcanzamos una estancia
3860 Después de tanto penar.

Ahí mesmo me despedí
De mi infeliz compañera.
"Me voy, le dije, ande nuiera,
Aunque me agarre el Gobierno,
3865 Pues infierno por infierno,
Prefiero el de la frontera. "

Concluyo esta relación,
Ya no puedo continuar.
Permitanme descansar:
3870 Están mis hijos presentes,
Y yo ansioso por que cuenten
Lo que tengan que contar.

 

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