Benvolgut Miquel

Antes que nada, permíteme caer en el tópico de desearte un Buen Año.

Te agradezco mucgo tu carta, que he encontrado muy estimulante. ¡Ojalá pudiésemos tener estos diálogos entre compañeros!

"Siento" decirte que estoy totalmente de acuerdo con lo que dices en cada uno de los puntos en donde pones tu bisturí y he encontrado esplédido -te lo digo de verdad- el artículo sobre "Una puerta" y no "La puerta" que lleva a la salvación. Me alegro que finalmente dos periódicos de Tarragona lo publicaran.

La cita que comentas enviada por Emma Martínez Ocaña (a la cual conozco, aunque nos hayamos enontrado pocas veces) es de hace unos años, pero la continuaría diciendo, consciente de que es un lenguaje religiosos "ad intra", no para los de fuera, y que tiene implícitos endogámicos, como muy bien has observado.

"Salvación" es un término-concepto religioso con el cual ciertamente ya no nos sentimos identificados.

Tiene que ver con la asunción de la finitud de la que hablas.

El hecho de decir que "lo que nos salva es reconocer que somos él" no quiere decir que sólo somos los cristian os los que, por el hecho de reconocer a Cristo, somos los únicos que nos salvamos, sino que lo que nos hace cristianos es que este Él-que-somos lo reconocemos a través de Cristo (por eso somos cristianos), mientras otros lo reconocen a través de otros caminos: Buda para los budista, Allah para los mulsumanes, el humanismo para los a-teos, etc... Lo que intento decir es que Él es la plenitud de lo que estamos llamados a ser...

El reto que tienen las rligiones actualmente, a mi manera de ver, es doble:

• Sin dejar de utilizar su lenguaje, abrirlo de tal manera que no sea excluyente ni exclusivo (algunos pienan que esto es imposible y que por eso las religiones han de extinguirse).
• No perder la polaridad "trascendencia-inmanencia". Existe el peligro de reducirlo todo a la mente, a lo que podemos comprender y entender, con el peligro de perder el estremecimiento ante lo Sagrado, no como algo que aplasta, sino, al contrario, que dilata, que expande, que nos deja en un "salvífico" no-saber, salvífico de nuestras proyecciones, que ahora, en lugar de míticas, son racionalistas, que nos dejan a medio camino.

Hay mucho camino a rcorrer. Me alegra saber que estamos tan cercanos, aunque nuestras formas de ser y de expresarnos sean tan diferentes.

Un abrazo

Xavier