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En los últimos años del siglo pasado hacía esta afirmación:
...que este "un, dos, tres" del Dios trinitario es un producto "a devolver". ¿Qué pinta la Santísima Trinidad en el Tchad?
La acompañaban otras ocho afirmaciones enmarcadas todas ellas en un recuadro encabezado por un "De Deo nihil scimus"·(De Dios no sabemos nada), que salía -donde las razones tipográficas le encontraron un sitio- en una de las páginas de mi cuadernillo "Con el pretexto de una encuesta", con la publicación del cual -por entregas, capítulo a capítulo- inauguraba a finales de 1999 esta web.
Este cuadernillo era una recopilación de "trozos de correspondencia mía con otros jesuitas y el motivo de haberlos reunido había sido un encuentro (diciembre 1997) de los jesuitas de Misión Obrera.
boletín mo nº 49 (enero del 98) publicaba todas las aportaciones que se habían presentado por escrito al encuentro. El "recuadro", que alguien -cariñosamente- me lo acusó de "provocador", tuvo de esperar al número siguiente.
El inicio de la web: Lo han leído y han dicho...
El recuadro provocador
El quadernet: Con el pretexto de una encuesta
Seguid mi consejo de siempre: dejad los "links" para una segunda lectura.
Uno de mis amigos de Bolivia me hizo unos comentarios sobre este "recuadro". En uno de ellos me decía:
Lo mismo se puede decir de la Trinidad. De Dios no sé nada, entonces ¿por qué no puede ser Padre e Hijo y Espíritu Santo? Estos días he estado en Oruro y Bernardo Gantier me enseño un pequeño cántaro que había encontrado con tres boquillas. Me decía: parece que hay una cultura antigua que representaba así a Dios, porque tenían una idea de que Dios era uno y tres.
Mi respuesta era:
El recuadro no añade nada al texto del cuadernillo, en el cual queda bastante claro que Jesús -para mí, no es la única solución, ni la recapitulación de todas las cosas, ni la exclusiva ni definitiva manifestación de Dios, ni el "Hijo de Dios"... Queda también claro en el texto que no me molestan nuestras afirmaciones dogmáticas siempre que no quieran ser contradictorias con las que otras puedan hacer.
Esto quiere decir que estoy de acuerdo contigo: si "de Deo nihil scimus", podemos decir que es Padre, e Hijo, y Espíritu Santo... No me molesta que lo digas, ni me siento obligado a no decirlo nunca, pero que no me quieran obligar a enseñar a los otros que Dios es de esta única manera.
Tú y yo sabemos (y supongo que otros también) que el "Dios trinitario" (una sola esencia, dos naturalezas, tres personas) fue la mejor fórmula "consensuada" que unos cristianos -en una determinada cultura y época- encontraron para expresar -bajo la convocatoria del emperador- su experiencia de fe en Jesús de Nazaret. Esto, tú y yo lo sabemos gracias a la "sucia historia de Efeso" que, como alumnos fieles, escuchamos del González Faus.
Y -y supongo que seguiremos de acuerdo- cuando vamos al Tchad o a Bolivia no estamos de ninguna manera obligados a seguir este "consenso imperial", sino que haríamos mucho mejor buscando otro "consenso", ya que ni las condiciones políticas, ni las culturales, ni las idiomáticas son las mismas. Y es posible que buscando un nuevo consenso encontremos un "porrón con tres bocas".
La Trinidad de Tulebras
Obra de Jerónimo Cósida
Volvamos a la afirmación de mi "recuadro provocador"
...que este "un, dos, tres" del Dios trinitario es un producto "a devolver". ¿Qué pinta la Santísima Trinidad en el Tchad?
La mención del Tchad quería recordar mis tres años (1971-1974) de "misionero" en aquel país del África subsahariana, donde no hice como mi hermano, el jesuita francés Jean Noël Crespel, el cuañ el 1º de junio de 1985 en Séhoué, un pueblo o ciudad de Benin, en la toma de posesión de su parroquia, "de rodillas, delante del Arzobispo, proclamó en lengua fongbe, el credo de Nicea".
"...à genoux, devant l'Archevêque, énonce en fongbe le symbole de Nicéee"
El rompecabezas numérico trinitario (este "un, dos, tres") ya nos venía en las preguntas y respuestas del catecismo:
¿Cuáles son los principales misterios de la Religión Cristiana?
Los principales misterios de la Religión Cristiana son Unidad y Trinidad de Dios, Encarnación y Redención
¿Qué quiere decir "Unidad de Dios"?
"Unidad de Dios" quiere decir que hay un solo Dios.
¿Qué significa "Misterio de la Santísima Trinidad"?
"Misterio de la Santísima Trinidad" significa que en Dios hay tres Personas iguales, realmente distintas
¿Cuántas naturalezas hay en Jesucristo?
En Jesucristo hay dues naturalezas: una divina y otra humana
¿Cuántas personas hay en Jesucristo?
En Jesucristo hay una sola Persona, que es divina: la Persona del Hijo de Dios.
Roger Haight, que con su libro Jesus, symbol of God, ya nos ayudó en el tema de "El error del Dios encarnado", vuelve hoy a ser nuestro principal ayudante. Aprovecho la lectura del último capítulo (La Trinidad) del mismo libro.
El también hace referencia a este "problema matemático":
Aunque la historia de la doctrina haya estado obsesionada con el problema matemático de la tríada junto con la unidad, y que la obsesión siga hoy, en realidad la doctrina no tiene nada que ver con esta cuestión. Es a menudo muy difícil no verse arrastrado a pensar que la cuestión en juego en la doctrina trinitaria es conciliar el tres con el uno al afirmar que tres hacen un Dios, o que un Dios se diferencia en tres "personas" distintas.
Roger Haight (pág. 507)
Si nos pusiésemos a exigir explicaciones al "Catecismo", éste se defendería diciendo que la culpa no era suya, que los auténticos responsables de este "rompecabezas" (algunos lo llaman misterio) eran los primeros Concilios Ecuménicos, ya que en ellos encontraríamos este maravillos juego del "uno" (un Dios / e[na qeo.n), del "dos" (dos naturalezas / evn du,o fu,sesin) y del "tres" (en tres hipóstasis / evn trisi.n uvposta,sesin h;goun prosw,poij)
Y para complicar las cosas, a veces hablaban de "una naturaleza" (mi,an fu,sin), o de una persona (eivj e[n pro,swpon kai. mi,an uvpo,stasin).
El "Catecismo" nos diría que ya comprendía que, de la misma manera que no se pueden sumar peras con manzanas, lo de sumar la divinidad (qeo,thj) y la humanidad (avnqrwpo,thj) era un poco así...
Pero así estaba en los Concilios, aunque ya nos avisaban que era una cosa algo rara:
Si quieres ver los textos conciliares:
Concilio de Nicea (año 325)
Concilio de Efeso (añ 431)
Concilio de Calcedonia (año 451)
Concilio de Constantinopla II (año 553)
¿No ves el texto en griego? Si lo quieres ver, haz click aquí
Ahora bien, si pidiésemos responsabilidades a los "Concilios", estos -como niños en el patio de la escuela- dirían que la culpa tampoco no era de ellos y señalarían con el dedo a los auténticos responsables. Y añadirían que ellos, los "Concilios" no habían hecho otras cosa que querer explicar, para la gente de su tiempo y con las palabras de su tiempo, un hecho real. Que fuéramos a pedir cuentas de este "rompecabezas" a los auténticos responsables.
Y seguirían añadiendo:
¡Y qué manía que nos tenéis desde hace un cierto tiempo! ¿No os iría mejor que, en vez de criticarnos, os pusierais a hacer lo que nosotros hicimos? Nosotros encontramos un "consenso" para nuestro tiempo, utilizando los paradigmas culturales y las palabras de nuestro tiempo… La verdad es que fueron los emperadores los que nos exigieron este "consenso", pues pensaban que la unidad política del imperio necesitaba sustentarse sobre una unidad religiosa… Si este "consenso" nuestro -que tuvo una cierta utilidad en aquel tiempo a pesar de que comportaría muchas "muertes en la hoguera" durante unos cuantos siglos- ha durado demasiado tiempo… no es un problema nuestro… Poneos, pues, a la faena y buscad otro "consenso" para vuestro tiempo, pero quizás sería mejor dar de nuevo paso a la rica pluralidad de interpretaciones sobre Jesús que existió en los primeros años.
El emperador Constantino y el Concilio de Nicea
en .pdf en .doc
(Extractado de la Vida de Constantino de Eusebio)
Comentario de Juan Luis Segundo
¿Quiénes son los auténticos responsables? ¿Cuál es este hecho que los "Concilios" querían explicar?
En el antiguo mundo grecorromano te podías encontrar con un dios o una diosa en cualquier esquina y la diferencia entre una persona normal y un dios o una diosa no era tan grande como la que existe hoy.
En el mundo antiguo, sin embargo, el concepto de divinidad estaba definido de una manera mucho menos clara y las condiciones para su uso eran marcadas por exigencias mucho menores. Aquel era un mundo en el que había, en expresión de san Pablo "muchos dioses y muchos señores" (2Cor 8,5)
John Hick
La metáfora del Dios encarnado
Y citados por él mismo:
Y en el helenismo popular había muchos "hijos de Dios", entendiéndose, bajo esta expresión, hombres santos e inspirados.
Arzobispo Michael Ramsey
En el mundo romano del período del Nuevo Testamento, las palabras "divino", "hijo de Dios" y aun "Dios" eran usadas de un modo más o menos intercambiable.
Y Roger Haight viene a decir, más o menos, lo mismo:
En el mundo politeísta griego y romano, o más generalmente en las culturas mediterráneas que tenían una serie enorme de religiones, y donde el mundo constaba de un ámbito supraempírico o sobrenatural lleno de seres espirituales y divinidades menores... En tal contexto era fácil pensar en el Logos como un Dios secundario.
Roger Haight, pág 500
Teniendo presente este contexto, podemos fácilmente aceptar que
En algún momento durante el siglo I, probablemente pronto en la historia de la formación de la comunidad cristiana, Jesús se convirtió en el centro y objeto del culto cristiano, en objeto de adoración.
Roger Haight, pág. 272
Y más adelante:
Históricamente, los cristianos dieron culto a Jesús revelando así su actitud hacia él como una figura divina, y este hecho conformó la situación vital de la cual surgieron las doctrinas conciliares sobre Jesús.
Roger Haight, pág. 481
Y en nota nos avisa:
Sería importante determinar qué tipo de divinidad se afirmó de Jesús en los variados contextos históricos durante el período primitivo del desarrollo de la cristología. Debemos recordar que no sólo el mundo celestial estaba superpoblado de tota clase de seres divinos de niveles diferentes -ángeles y demonios, poderes y principados-, sino también que se estaban desarrollando las concepciones sobre el status de la trascendencia divina, por ejemplo, la trascendencia absoluta que estaba implícita en una interpretación de la creación a partir de la nada. En otras palabras, no se puede suponer que la idea de trascendencia absoluta esté incluida en el término "divino".
Roger Haight, pág. 572 nota 63
Este "culto a Jesús" no tuvo una evolución gradual, sino que fue desigual y diferente en las diversas comunidades. Una prueba de esta "desigual evolución" la podemos encontrar comparando las "eucaristías paulinas" (las testimoniadas en los escritos del Nuevo Testamento) y las "eucaristías de la Didajé" (o Doctrina de los Doce Apóstoles), que reflejarían unas comunidades más judías.
Podéis recordar:
Los relatos de la institución en el Nuevo Testamento
La eucaristía en La Doctrina de los Doce Apóstoles
Si explicable es este "culto a Jesús" en el mundo grecorromano, no podemos descartar un cierto "culto a Jesús" surgido también entre los seguidores judíos de Jesús. Roger Haight se refiere a la obra (One God, One Lord) de Larry W. Hurtado, en la cual éste investiga como los primeros judeocristianos veneraron a Jesús en el culto, al mismo tiempo que mantenían el monoteísmo.
Según Haight, L.W. Hurtado examina los precedentes y los modelos conceptuales en la tradición judía que facilitaron esta acomodación y concluye que la devoción cristiana a Jesús incluía a Jesús como agente principal de Dios para la salvación, no por separado sino siempre "para gloria de Dios" (Flp 2, 9-11).
La devoción a Jesús no implicó su confusión con Dios o hacer de Jesús un segundo Dios.
Larry Hurtado
La anterior cita de John Hick era la cuarta tesis de las catorce con las que yo resumía su libro The Metaphor of God Incarnate, tesis que llevaba este corolario:
Puede presumirse con seguridad, que si el medio en el cual la teología cristiana se desarrolló hubiese sido hebraico y no griego, ella no habría producido una doctrina de la encarnación tal como ésta es tradicionalmente comprendida
La novena tesis decía:
Cuestionar la idea de Jesús como encarnación literal de Dios implica también cuestionar la idea de Dios como la de literalmente tres personas en una (la doctrina de la Trinidad se deriva de la doctrina de la encarnación).
Si Jesús fue Dios en la tierra, también tiene que haber sido Dios en el cielo, de manera que la teología cristiana requería por lo menos en este sentido una doble divinidad. Cuando el Espíritu Santo, no diferenciado en un principio del espíritu de Jesús, fue añadido como una hypostasis distinta, la doble divinidad se convirtió en trinidad.
Podéis recordar:
Las catorce tesis de John Hick
El tema de la trinidad cristiana ya lo he tratado en esta web bajo el título
En aquel tiempo (quizás año 2002) era sólo una pregunta, una invitación a preguntarse. Por eso, sólo presentaba tres textos. Uno era un fragmento de una carta mía a Antonio, un cura que ya llevaba unos años en los cerros de Petare (Caracas):
Ahora dicen que el cristianismo no es más que la forma religiosa cómo el judaísmo logró sobrevivir en el mundo cultural helenizado de la cuenca del Mediterráneo. Este fue el mérito de Pablo... La "trinidad" sería la expresión final del proceso de "paganización" incoado por Pablo.
La "paganización", aunque suene mal a nuestros oídos, no tiene por qué ser una cosa mala. Hoy día la traduciríamos por "inculturalización": en este caso concreto, el esfuerzo por adaptarse a la concepción religiosa del mundo greco-romano, que como dijo -quizá con un poco de retraso- el Vaticano II alguna chispilla de verdad tenía.
Esta carta había sido publicada en boletín mo (núm 38. nov 1991).
El segundo texto presentado era de Raimon Panikkar:
La visión trinitaria de la Realidad es poco menos que una invariante cultural. Se encuentra prácticamente en todas las tradiciones de la humanidad. Ha sido una cierta concepción elitista y autosuficiente de la trinidad cristiana la que ha propagado la idea del monopolio cristiano de la Trinidad.
Lo había dicho en el V Congreso de Teología (Madrid, setembre 1985). Y el tercero, se lo robaba a Eugen Drewermann de su libro clérigos. Psicodrama de un ideal:
En concreto, el dogma de la Trinidad profesado por el cristianismo, si se compara con ciertos paralelos en la historia de las religiones, se puede interpretar indiscutiblemente como una variante -transformada, eso sí, en un sentido patriarcal- de la tríada familiar arquetípica: padre, madre e hijo. Por ejemplo, en la teología tebana del Antiguo Egipto se reconocía la tríada de divinidades Amón, Mot y Khons, y los vínculos familiares entre Osiris, Isis y Horus constituían el trasfondo teológico de la sucesión dinástica de los faraones.
(pág. 271)
En otro tema (La verdad de los mitos, último capítulo de mi Catequesis Navideña) volvía a utilizarlo:
También hay otras religiones, como el hinduismo, que tienen su Hombre-Dios; de hecho, los hindúes creen que Visnú, segunda persona de una divinidad trinitaria, la Trimurti, se encarnó en el Hombre-Dios Krisna.
(Ibid. pág. 140)
La lectura del popol vuh (Las historias antiguas del Quiché), durante mi viaje a Guatemala (año 2000), me recordó lo que me había dicho mi amigo de Bolivia: "Parece que hay una cultura antigua que representaba así a Dios porque tenían una idea de que Dios era tres y uno". Había una concepción trinitaria de la divinidad. Así me expresaba en el tema de Las semillas del Verbo (segunda parte):
Sin olvidar la multiplicad de nombres que dan a Dios, "ordenados en parejas creadoras de acuerdo con la concepción dualística de los quichés", podemos leer este texto:
Solamente había inmovilidad y silencio
en la oscuridad, en la noche.
Sólo el Creador, el Formador,
Tepeu, Gucumatz,
E Alom, E Qaholom,
estaban en el agua rodeados de claridad.
Estaban ocultos bajo plumas verdes y azules,
por eso se les llama Gucumatz.
De grandes sabios, de grandes pensadores,
es su naturaleza.
De esta manera existía el cielo
y también el Corazón del Cielo,
que éste es el nombre de Dios
y así es como se llama.
Llegó aquí entonces la palabra,
vinieron juntos Tepeu y Gucumatz,
en la oscuridad de la noche,
y hablaron entre sí Tepeu y Gucumatz.
Hablaron, pues, consultando entre sí y meditando;
se pusieron de acuerdo,
juntaron sus palabras y su pensamiento.
Entonces se manifestó con claridad, mientras meditaban, que cuando amaneciera debía aparecer el hombre. Entonces dispusieron la creación y crecimiento de los árboles y los bejucos y el nacimiento de la vida y la creación del hombre. Se dispuso así en las tinieblas y en la noche por el Corazón del Cielo, que se llama Huracán.
El primero se llama Caculhá Huracán.
El segundo es Chipi-Caculhá.
El tercero es Raxa-Caculhá.
Y estos tres son el Corazón del Cielo.
Santa María de Azogue
Betanzos
Parece, pues, que Raimon Panikkar tenía razón cuando hablaba de esta "invariante cultural".
Más tarde, ya he visto que la pregunta (¿misterio o ignorancia?) ya había recibido una respuesta clara por parte de John Hick:
La fórmula [verdadero Dios - verdadero hombre] pone delante de nosotros un "misterio", pero no un misterio divino, sino un misterio que ha sido creado por un grupo de seres humanos reunidos en Calcedonia.
Roger Haight nos recuerda, a su vez, que "Dios es un nisterio, pero no las doctrinas":
Los teólogos entienden por misterio la incomprensibilidad de Dios como Dios. El término "misterio" nunca se usa para referirse a un estado provisional de conocimiento. Por tanto, aunque es verdad que Dios es el misterio (absoluto), no es verdad que una doctrina sea un misterio. Las doctrinas son simplemente doctrinas, es decir, formulaciones humanas pensadas para arrojar luz sobre la experiencia religiosa.
Cathérine La Cugna
Philosophers and Theologians on the Trinity
La pregunta inicial (¿misterio o ignorancia?) hubiera debido estar más abierta y haber dado posibilidades a otras respuestas. La "trinidad cristiana" quizás sea un "lenguaje", quizás sea una "doctrina", quizás sea una "teología"…
Roger Haight nos propone esta tesis viniendo a repetir la novena tesis de John Hick:
La teología trinitaria depende completamente de la cristología y la doctrina sobre la Trinidad se generó en el curso del desarrollo de la cristología (el único modo de entender críticamente la doctrina de la Trinidad es trazar su desarrollo histórico)
El lenguaje trinitario, como todo lenguaje religioso, es siempre simbólico, metafórico, analógico, y, a lo largo de los tiempos, este lenguaje (simbólico, metafórico, analógico) no mantiene siempre un significado estable y unívoco: ante nuevas situaciones recibe un nuevo significado. No podemos, pues, tomar el lenguaje trinitario como una información objetiva sobre Dios. Hacerlo comportaría problemas insolubles.
La Trinidad, técnicamente hablando, es una doctrina y no un nombre de Dios.
Roger Haight (pág. 498)
La doctrina de la Trinidad es un producto de la evolución de las ideas
Roger Haight (pág. 575, nota 13)
El lenguaje y la lógica de la teología trinitaria, la misma doctrina de la trinidad, son completamente dependientes
La doctrina de la trinidad es lo que es para conservar o proteger la experiencia de la salvación que se halla en su base.
Roger Haight (pág.508)
El desarrollo de esta concepción comienza también en los textos del Nuevo Testamento. Si se considera el testimonio de este corpus, se puede decir que el lenguaje cristiano sobre Dios es necesariamente trinitario.
Roger Haight (pág.508)
La doctrina trinitaria es una doctrina secundaria, derivada de una determinada cristología. Históricamente, es el producto de un desarrollo que, a lo largo de siglos, tuvo el pensamiento cristiano sobre Jesús, desarrollo difícil de reseguir: podemos hablar de confusión, pero no de misterio.
La mayor parte de las cristologías del Nuevo Testamento no hubiesen pedido una doctrina de la trinidad.
Algunas de las cristologías del Nuevo Testamento no van en dirección de una teología trinitaria inmanente a la vida divina. Más bien la reflexión que se movió en la dirección de la doctrina trinitaria surgió de las cristologías sapienciales y del Logos que vieron a Jesús no sólo como un maestro de sabiduría sino como una encarnación de la sabiduría de Dios.
Roger Haight (pág. 506)
No fue la reflexión teológica neotestamentaria la que hizo inevitable la doctrina de la trinidad, quizás fue un simple "hecho", que en un primer momento pasaría totalmente desapercibido, quien puso en marcha el largo camino hacia las disputas sobre las relaciones de Jesús de Nazaret y Dios que dieron como resultado -por la inteligencia o falta de ella de unos cuantos hombres- la doctrina trinitaria del "uno, dos, tres".
¿Cómo adorar a Jesús y no ser politeísta?
No se da culto o se reza a Jesús en tanto en cuanto es éste un ser humano y una criatura; más bien se rinde culto y se reza a Dios en y por Jesús. Este lenguaje de la plegaria a través de Jesús, de ir al Padre por el Hijo, tiene una larga tradición y refleja el modelo dominante del Nuevo Testamento. Aunque Geoffrey William Hugo Lampe encuentra algunos casos de plegaria a Jesús en el Nuevo Testamento, la idea dominante es que el culto tiene lugar a través de Jesús porque éste es el mediador de nuestro culto a Dios
Roger Haight (pág. 481)
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Miquel Sunyol sscu@tinet.cat 24 febrero 2011 Actualizado: febrero 2015 |
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