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La terra acaparada

E. W. Stegemann - W. Stegemann
Historia social del cristianismo primitivo Los inicios en el judaísmo y las comunidades cristianas en el mundo mediterráneo

Herodes el Grande imitó, en cierta medida, a los soberanos helenísticos imponiendo, por un lado, tasas muy elevadas y, por otro, confiscando enorme propiedades de tierras. Tanto si las utilizaron como propiedades personales, como si las cedieran a su favoritos, en cualquier caso la tierra fue trabajada cada vez más por arrendatarios, jornaleros, esclavos. De este modo, pasó una notable cantidad de tierra a manos de propietarios no judíos, mientras creció el porcentaje de los arrendatarios judíos, lo cual, como es natural, elevó asimismo el potencial de conflictividad social. (Pág. 156)

Existen, efectivamente, algunos indicios que hacen pensar que Herodes y sus sucesores, así como sus favoritos, tuvieron, casi por todas partes, grandes propiedades rústicas en Palestina, quizás con la sola excepción de los, alrededores de Jerusalén, donde tenían sus posesiones las familias del estrato superior no herodiano y, no en menor medida, las familias de la aristocracia sacerdotal, como la de Flavio Josefo. También en el nuevo Testamento aparecen reflejos de esta situación, sobre todo en las parábolas (Mc 12, 1-12; Lc 15, 11ss; 16,1ss). No faltan, además, alusiones a la posesión de la tierra en los alrededores de Jerusalén con referencia a los seguidores de Jesús (Cf. Mt 27, 57ss; Mc 15, 21; Ac 4, 36; 5,1). (Pág. 157)

Gracias por la visita
Miquel Sunyol

sscu@tinet.cat
Abril 2008

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