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UN SERMÓN POR SANTA TECLA

DIGA LO QUE DIGA ROMA

Había pensado que, como buen tarragonino de adopción, os podría hablar hoy de "santa Tecla", pero cuando he empezado a mirar por internet me he dado cuenta de que no lo podría hacer, porque "santa" Tecla ya no existe. ¿Lo sabíais ya vosotras?

La verdad es que era una cosa que yo ya debiera de saber, porque como subscriptor gratuito a el pregó, (eclesial d'informació i opinió) ya había leído esta noticia en dos artículos de Valentí Fàbrega (julio de 2009 y de septiembre 2011), como una de las consecuencias del Concilio Vaticano II. Este prescribió una comisión para revisar el Martirologio Romano, donde están todos los santos y todas las santas.

Antes, en mis años de estudiante jesuita, cuando todavía vivíamos en grandes comunidades, al terminar la comida se leía el Martirologio del día, y así cada 23 de septiembre podía escuchar:

En Iconio de Licaonia, Santa Tecla, virgen y mártir, que fue convertida a la fe por san Pablo, y venció por la confesión de Cristo, en el imperio de Nerón, el fuego y las fieras; y después de muchos combates superados para enseñanza y ejemplo de muchos, pasó a Seleucia, y allí descansó en paz; los Santos Padres la celebran con grandísimas alabanzas.

Ahora los señores revisores (supongo que no había ninguna mujer) de la comisión vaticana han borrado estas líneas. Al borrar estas líneas querían suprimir, quizás, el recuerdo de una mujer que "evangelizaba y bautizaba" y suprimir la imagen de una mujer que hacía "pareja espiritual" con san Pablo.

Los revisores del santoral han decidio separar definitivamente Tecla de Pablo. La han convertido en un personaje sospechoso "dado su intento de hacer de Pablo un patrocinador de matrimonios espirituales entre parejas dedicadas a la vida ascética y como estos matrimonios son rechazables, también lo es la mujer que los propaga". Esta es la respuesta dada por la comisión vaticana a Anne Jensen, teóloga protestante.

Sefa Amell
Santa Tecla d’Iconi té problemes

Tecla (y poco importa aquí si es un personaje histórico o simplemente una figura legendaria) nos es conocida por una obra, de las llamadas "apócrifas", titulada Los Hechos de Pablo y Tecla, que parece ser una parte, que tuvo una difusión independiente, de la obra también apócrifa de Los Hechos de Pablo. Esta obra fue escrita a finales del siglo II por un sacerdote que la puso bajo la autoría del apóstol Pablo, una práctica corriente en aquel tiempo. Como otras obras del mismo género literario seguía los modelos de la novela griega de aquel tiempo: largos viajes, peripecias, peligros, salvaciones inesperadas, amantes que se reencuentras, erotismo… Una vida de santa Tecla debía, por exigencias del guión, presentar a la joven virgen totalmente desnuda, pues era la primera cosa que se hacía a los "mártires" (en ciertas comisarías modernas, también). Estas "exigencias de guión" aumentaban, ayer como hoy, la "taquilla".

El autor da, o quiere dar, un marco histórico a su obra y así sitúa el encuentro entre Pablo y Tecla en Iconio, la ciudad visitada, según Los Hechos de los Apóstoles, por Pablo y Bernabé durante su primer viaje (Ac 14, 1-7), de la cual no tuvieron más remedio que huir. Pero a las cartas de Pablo que, como ya sabéis nombra a muchas mujeres, nunca sale la joven Tecla de Iconio. Ni sus cartas auténticas hablan de Iconio; sí lo hará la Segunda Carta a Timoteo, que la podemos considerar de principios del siglo II:

...las persecuciones y sufrimientos, como aquellos que me ocurrieron en Antioquia, Iconio y Listra. ¡Qué persecuciones padecí! Pero de todas me sacó el Señor (2Tim 3, 11).

Pero, a parte de la novelística, esta obra apócrifa es, al menos, un doble testimonio. En primer lugar, es un testimonio de las tendencias ascéticas y rigoristas que predominaban en ciertos ambientes del cristianismo de aquel tiempo, para las cuales la relación sexual entre marido y mujer no era permitida ni para fines procreativos.

Y es también testimonio, prescindiendo ahora de si Tecla es historia o leyenda, de la reivindicación, en aquella época del cristianismo, del derecho de las mujeres de ser apóstoles, de poder predicar, evangelizar y bautizar.

Tecla, doncella de familia rica, escucha desde una ventana de su casa la predicación que un extraño, huésped en la casa vecina, hace. Las ventanas abiertas permiten que la voz pase de una casa a la otra, pero Tecla no ve la figura del extranjero que habla, un hombre, Pablo, que, según la descripción que este libro nos da, y es la única que la tradición nos ha dejado de san Pablo, era un hombre

...de baja estatura, de cejas juntas, calva la cabeza, piernas arqueadas, fornido, de ojos hundidos, con una gran nariz torcida, lleno de gracia, pues a veces se presentaba como un hombre, a veces tenía el rostro de un ángel.

La obra apócrifa resume la predicación por Pablo de la palabra de Dios referente a la abstinencia y a la resurrección en unas doce bienventuranzas. La primera es "Bienaventurados los puros de corazón porque ellos verán a Dios" y cuatro de las restantes rezan así:

Para este autor no hay resurrección futura si no se vive en castidad sin contaminación de la carne, rechazando los hombres sus mujeres y las jóvenes sus maridos.

A través de las ventanas abiertas, la joven Tecla, hija de Teocleia y prometida ya por sus padres a un hombre de nombre Tamiris, se "convierte", y esta conversión, típica de esta literatura apócrifa rigorista y ascética, consiste en el rechazo de la sexualidad y de los vínculos de familia. La "conversión" para Tecla es ejercer su derecho a decidir sobre su futuro y sobre su cuerpo.

Las "leyes de la ciudad", la sociedad, no pueden permitir esta "conversión" y madre y prometido pedirán al gobernador un castigo ejemplar. "¿Por qué no te casas, según las leyes de los iconios, con Tamiris?", es la pregunta del gobernador, que la conducirá a su primer martirio: su cuerpo, sobre el que ella quería decidir, será expuesto totalmente desnudo a la ciudad reunida en el anfiteatro y su futuro acabará en la hoguera. El autor, un sacerdote, no deja de decir que el gobernador, a la vista de la joven virgen desnuda ya puesta en la hoguera, "se sorprendió al ver la grandeza de su belleza".

...a pesar de la gran llamarada que brilló, el fuego no la tocó. Dios, conmovido en sus entrañas, provocó un gran fragor sobre la tierra y extendió por encima una nube repleta de agua y granizo que descargó totalmente; mucha gente pasó apuros, algunos murieron, el fuego se apagó y Tecla quedó salva (AcPauTe, 22).

Esta abstinencia sexual, incluso con fines procreativos, defendida en esta obra de Los Hechos de Pablo y Tecla (y más todavía en Los Hechos de Tomás), ¿responde al pensamiento de Pablo?

En la Primera Carta a los Corintios Pablo responde a una pregunta que le han hecho y su respuesta es:

1Cor 7, 1 Sí, bueno es al hombre no tocar mujer
kalo.n avnqrw,pw| gunaiko.j mh. a[ptesqai

Y se pondrá como ejemplo:

1Cor 7, 8 Digo a los solteros y a las viudas les digo que les es mejor permanecer como yo
Le,gw de. toi/j avga,moij kai. tai/j ch,raij( kalo.n auvtoi/j eva.n mei,nwsin w`j kavgw,\

Pero Pablo sabe que la supervivencia de la comunidad depende de guardar las "leyes de la ciudad" y todas las recomendaciones que hace (esto os lo digo condescendiendo, no mandando [v. 6]) o todos los mandatos que quiere imponer (les ordeno, no yo, sino el Señor [v. 10]) indican la existencia en aquella comunidad de Corinto, proclive a "entusiasmos", de tendencias más ascéticas y rigoristas que romperían los lazo matrimoniales.

1Cor 7, 2 …que cada uno tenga su mujer y cada una tenga su marido
e[kastoj th.n e`autou/ gunai/ka evce,tw kai. e`ka,sth to.n i;dion a;ndra evce,twÅ
1Cor 7, 3 El marido dé a su mujer lo que le debe y lo mismo la mujer al marido
th/| gunaiki. o` avnh.r th.n ovfeilh.n avpodido,tw( o`moi,wj de. kai. h` gunh. tw/| avndri,Å
1Cor 7, 4 ...la mujer no es dueña de su propio cuerpo, lo es el marido; igualmente, el hombre no es dueño se su propio cuerpo, lo es la mujer
h` gunh. tou/ ivdi,ou sw,matoj ouvk evxousia,zei avlla. o` avnh,r( o`moi,wj de. kai. o` avnh.r tou/ ivdi,ou sw,matoj ouvk evxousia,zei avlla. h` gunh,Å
1Cor 7, 5 No os privéis el uno del otro; si acaso, de común acuerdo y por cierto tiempo, para dedicaros a la oración, y luego os juntáis otra vez.
mh. avposterei/te avllh,louj( eiv mh,ti a'n evk sumfw,nou pro.j kairo.n( i[na scola,shte th/| proseuch/| kai. pa,lin evpi. to. auvto. h=te(
1Cor 7, 10 ...que la mujer no se separe del marido
gunai/ka avpo. avndro.j mh. cwrisqh/nai
1Cor 7, 11 ...y el marido que no se divorcie de su mujer.
kai. a;ndra gunai/ka mh. avfie,naiÅ

Todas estas normas sobre "moral matrimonial" no vienen inspiradas por el evangelio, sino por la necesaria prudencia de guardar las "leyes de la ciudad", según la moralidad pagana.

Sobre la reivindicación de las mujeres a "enseñar y bautizar" (de la que sabéis más vosotras que yo), permitidme esta cita de Tertuliano, de alrededores del año 200, en su libro Sobre el bautismo (De baptismo)

Sin embargo, la osadía de la mujer que usurpó el derecho de enseñar, ¿arrebatará también el derecho de bautizar? […] Y si algunas defienden los Hechos, mal llamados de Pablo, y el ejemplo de Tecla, para justificar el derecho de la mujer a enseñar y bautizar, es necesario que sepan que el sacerdote que en Asia escribió esta obra como si fuera de Pablo, acabó convicto y confeso de haberlo hecho por amor del Apóstol, y perdió su dignidad. ¿Cómo puede parecer incluido en la fe que Pablo diera a la mujer el poder de enseñar y bautizar, él que nunca permitió a las esposas que preguntaran en la comunidad eclesial? Dijo: "que callen y pregunten a sus maridos en su casa" (1Cor 14, 34-35) (De Bautismo 17, 4-5)

Tertuliano ha visto cómo una vez más desde Roma le han dado la razón.

Ermita Mare de Déu de de Paretdelgada
23 setembre 2012

Gracias por la visita
Miquel Sunyol

sscu@tinet.cat
17 abril 2006
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