Convencido de que el Reino de Dios estaba próximo, impulsó un programa de revolución social para restablecer un igualitarismo justo y unas relaciones de mutuo apoyo socio-económico en las comunidades rurales, que constituían la forma básica de la vida de las gentes.

La literatura evangélica describe un pueblo fuertemente endeudado y hambriento, invadido por la parálisis física y social y mayoritariamente desesperado por las circunstancias. Incluso las formas sociales fundamentales de la familia y de la comunidad rural se desintegraban ante la presión del orden imperial romano. Pág. 137)

* * *

Lejos de invitar a la gente a abandonar a sus familias y a dejar sus costumbres sociales y sus normas, lo que exacerbaría la desintegración social en proceso en Siria-Palestina, Jesús quiso reforzar la familia y la solidaridad social.

Invocando el fundamental "mandamiento de Dios" de la alianza -"honra a tu padre y a tu madre" es el ejemplo ilustrativo- como la única base de las relaciones sociales, Jesús insistió en que el empleo de los recursos campesinos debe ser prioritario sobre el mantenimiento del templo.

Prohibiendo el divorcio para volverse a casar (Mt 19, 3ss), al invocar los relatos de la creación sobre la solidaridad entre el marido y la mujer, Jesús reforzaba el vínculo matrimonial como el núcleo esencial de la forma social fundamental de la familia.

* * *

Además de reforzar la familia como unidad social, Jesús también impulsó a las comunidades rurales a asumir responsabilidades ante la desintegración de algunas unidades familiares. (Pág. 143) )