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Renovar la aliança socio-económica

Richard A. Horsley
Jesús y el imperio
El Reino de Dios y el nuevo desorden mundial

La clave para la renovación de la gente, con todo, eran sus relaciones económico-sociales en las comunidades rurales, que constituían el entramado básico de la vida común. Apelando al bagaje de la tradición cultural de las personas, Jesús impulsó la renovación de la alianza mosaica para animar y conducir a una renovación de la comunidad de la alianza cooperativa. (Pág. 150)

En las relaciones económicas locales, deben volver a los valores apreciados y a los principios centrales de la alianza del mutuo compartir y a la cooperación. (Pág. 153)

La renovación de la alianza se dirige a gentes cuyas comunidades se están desintegrando por conflictos económicos y sociales entre familias presionadas por una creciente escasez de recursos para subsistir debido a las presiones externas o al imperialismo romano y a la férrea tributación a los gobernantes clientelares de Roma. De hecho, estos conflictos disuelven la estructura del mutuo compartir de la alianza y la cooperación que tradicionalmente mantenían integradas a las comunidades rurales. Los contenidos de la alianza renovada abordan directamente esos conflictos que debilitan o hacen enfermar. Habiendo proclamado las bendiciones del inminente Reino de Dios, que ofrece al pueblo nuevas esperanzas, Jesús restaura los principios de la alianza, el mutuo compartir y la cooperación, en términos que tuvieran una profunda resonancia en la gente.

No se trata sólo de una enseñanza, dado que viene en el contexto de la recreación de la alianza en la que la gente se compromete con Dios y con los otros para formar una comunidad de solidaridad y de mutua provisión. Esto implica más que el mero respeto de los derechos económicos del otro, no codiciar y no robar. Desde otro principio de la tradición de la alianza, Jesús hace que la gente se comprometa con el compartir activo de los escasos recursos en un tiempo difícil para todos. Como en la oración del Reino, la gente se compromete a no sólo a facilitarse préstamos, sino a cancelar los pagarés de los deudores. Este compromiso proactivo de la alianza para forjar la solidaridad y la cooperación comunitarias funciona como una estrategia de resistencia frente a los gobernantes, cuyo progresivo engrandecimiento es proporcional a la desintegración de las comunidades rurales, que, sin la protección de la ayuda mutua, se convertirán en campesinos jornaleros dependientes económicamente de sus gobernantes. (Pág. 155)

* * *

Jesús, evidentemente, asumió que Dios había dado la tierra a las familias y a las tribus ancestrales con un derecho inalienable como base para vivir. En la tradición de la alianza israelita encontró una inagotable reserva de enseñanzas destinadas a que las familias fueran económica y socialmente viables, como miembros de sus comunidades rurales y manteniendo relaciones socio-económicas igualitarias.

Apelando a esos valores y principios tradiciones, Jesús invitó al pueblo a asumir el control de sus propias vidas mediante una revolución social. (Pág.162)

Por último, es significativo que, en circunstancias de relativa impotencia frente al orden imperial romano, Jesús llame a renovar el compromiso con los valores económicos y políticos de la alianza y a comportarse así en las comunidades. Pero fue precisamente en esas circunstancias de pobreza lacerante e impotencia virtual donde Jesús y sus seguidores encontraron indispensable luchar por la práctica de esos valores y principios de justicia, cooperación y solidaridad. El orden imperial estaba vigente. Jesús, sin embargo, llamaba a la gente a tomar el control y a reconstruir su propia vida comunitaria con la esperanza de que el orden imperial estaba condenado por Dios. (Pág.162)

Gracias por la visita
Miquel Sunyol

sscu@tinet.cat
Abril 2008

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