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En su forma original es un "sermón" a un grupo de mujeres de un instituto secular (IMS). Es el primero de una serie de cuatro que forman una catequesis sobre le "padrenuestro". Hace ya años, en 1999, ya traté este tema, siguiendo a Gerard Lohfink. ¿Qué pedía Jesús?
¿Conocéis a dom Guido?
Hace unos cuantos años un padre de familia se reía de mí por no conocerlo. Es un monje cartujano del siglo XII que escribió una carta a otro monje, el hermano Gervasio, sobre la vida contemplativa. El principio de la carta ya me gustó:
Cum die quadam (él escribía la carta en latín, pero ya se entiende ¿no? Cuando un cierto día), corporali manuum labore occupatus (mientras estaba ocupado en un trabajo corporal manual) de spiritali hominis exercitio (del ejercicio, de la actividad, espiritual del hombre) cogitare coepissem (empecé a pensar).
Este monje de la Cartuja del siglo XII vendría a decir que sólo pueden hablar de las cosas espirituales los que trabajan con sus manos.
Pone cuatro estadios o peldaños (el subtítulo de la carta es "La escalera de los monjes"): "lectio, meditatio, oratio, contemplatio" (lectura, meditación, oración y contemplación). Y en un monento dice:
...quod lectio sine meditatione est arida, meditatio sine lectione erronea
...la lectura sin meditación es árida; la meditación sin lectura és errónea.
La "lectio" es la historia, los hechos, aquello que es real... A ella se refería san Ignacio en el principio de los Ejercicios:
La persona que da a otro modo y orden para meditar o contemplar, debe narrar fielmente la historia de la tal contemplación o meditación, discurriendo solamente por los punctos con breve o sumaria declaración".
Es la misma intuición de la teología de la liberación, al menos de sus primeros teólogos, un Hugo Asmann por ejemplo, cuando decían que la "teología era una reflexión sobre una práctica concreta de liberación", sobre algo real.
Esta introducción es para hablar del "padrenuestro" y así me añado a los miles y miles y miles de hombres y mujeres que han tenido la osadía de hablar de esta oración. Las mujeres, últimamente, encuentran que se deberían cambiar algunas cosas.
Pero, que no cunda el pánico. No pienso hablar de nuestro "padrenuestro"; hablaré del "padrenuestro" de Jesús y los suyos. Y utilizo esta expresión de "Jesús y los suyos" para no entrar ahora a discutir si todo el "padrenuestro" proviene del propio Jesús. Si aceptamos la hipótesis de que pertenece al Documento Q (del cual ya os regalé un ejemplar), podemos pensar que responde a las expectativas surgidas en un grupo de seguidores muy cercanos a Jesús (comunidades palestinas de lengua aramea), que vivían (y padecían) una situación histórica muy concreta.
El "padrenuestro" de Jesús y los suyos responde a una situación concreta. El "padrenuestro" de Jesús y los suyos no es "urbi et orbe", como a veces los papas tienen esta pretensión cuando hablan desde su balcón. Quizás ha sido un error "eclesial" (un error compartido hasta ahora por "derechas" e "izquierdas") querer mantener la reiteración del "padrenuestro" cuando la situación histórica concreta ha cambiado.
¿De Jesús o de los suyos?
¿Pertenece al Documento Q?
Lo que dice John P. Meier
¿En qué otros escritos del Nuevo Testamento encontramos algún vestigio del "padrenuestro"? ¿Cómo es que no los encontramos si, como me escribía hace unos días un antiguo monje de Montserrat, es "una cosa tan absolutamente fundamental de la fe cristiana"?
La respuesta sería la misma que os di para explicar la "desaparición" del tema del Reino de Dios (tema central de la predicación de Jesús) en los escritos no sinópticos del Nuevo Testamento.
Si lo queréis recordar:
¿Se puede hablar del Reino de Dios
sin hablar de los romanos?
El "padrenuestro" responde a una situación histórica (socio-política-religiosa) concreta y esta situación desapareció el año 70, cuando los judíos perdieron la guerra contra los romanos. El tema del Reino de Dios y el tema del "padrenuestro" van muy unidos.
La introducción que presenta el evangelio de Lucas posiblemente sea un invento de su autor, un verdadero "autor". Si lo que él dice fuera verdad ("Uno de los discípulos le dijo: "Señor, enséñanos a rezar, como Juan enseñó a sus discípulos"), podríamos hacer -con el permiso de dom Guido- esta "meditatio", con el peligro de que, ya que la "lectio" no es segura, la "meditatio" nos salga errónea.
Los discípulos piden a Jesús una oración "distintiva" de su grupo, un signo propio del grupo, como el grupo de Juan Bautista ya tenía. Jesús, un judío, hombre de su pueblo, participando de las esperanzas de su pueblo, no se inventa ninguna oración nueva, sino que repite la que todos ya sabían (naturalmente, no al pie de la letra y, naturalmente, poniendo algunos añadidos significativos).
La pretensión de Jesús no es formar un nuevo grupo entre los judíos; la pretensión de Jesús -más atrevida- es conducir todo el pueblo a una renovación.
Y ahora -y ya dom Guido no frunce el entrecejo porque ve que vamos a hacer una "lectio" correcta- la "oración que Jesús nos enseñó" ya se la sabían de memoria todos los judíos que participaban en las reuniones, ya sea de las que se hacían en la sinagoga o de las que se hacían en las "casas de estudio" (esta diferencia se la dejamos por ahora a los investigadores)
¿Qué pedía la sinagoga?
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I. I. ¿Qué reivindicaba Jesús y los suyos?
Gracias por la visita
Miquel Sunyol sscu@tinet.cat 6 junio 1012 Última modificación: enero 2015 |
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La forma hipotética de un original arameo (de estructura densa y lacónica, concisa y directa, especialmente idónea para la memorización) no muestra las ampliaciones retóricas fomentadas por el uso litúrgico dentro de una comunidad (como la forma mateana, con expresiones paralelas a las de las oraciones judías sinagogales) ni la desviación desde una verdadera visión escatológica futura hacia las continuas necesidades de la vida diaria (como refleja el texto lucano en las peticiones "nosotros" primera y segunda).
Esto concuerda con la idea de que la forma hipotética tuvo su Sitz im Leben no en la iglesia primitiva, sino entre los discípulos del Jesús histórico. Ciertamente, el simple hecho de que esta forma aramea existiese con anterioridad a cualquiera de las dos que ya eran tradicionales en las iglesias de Mateo y Lucas antes de la composición de sus evangelios -probablemente, ya antes de que fuese reunida la tradición Q-, indica un origen muy antiguo de la oración.
Origen que, por otro lado, podría situarse en un ambiente palestino-arameo... Así, pues, como mínimo, nos encontramos ante una creación realmente temprana de los cristianos palestinos de lengua aramea, si no ante una enseñanza del mismo Jesús.
John P. Meier
Un judío marginal
II/I, pág. 357
Editorial Verbo Divino
Recordad:
Los textos citados no suponen mi acuerdo total con lo que dicen, pero ayudan a la reflexión de los posibles lectores
¿Es adecuado decir que el "padrenuestro" pertenece al material Q?
Si se piensa más específicamente en un documento escrito, caben varias posibilidades:
Quizás algunos críticos de Q pasan en relativo silencio sobre el padrenuestro porque su pertenencia a Q no es algo de lo que se sientan seguros
De la combinación o ulterior matización de estas posibilidades pueden resultar otras: la de una versión escrita de Q en la que cada evangelista hubiese introducido algunas modificaciones a causa de la praxis litúrgica de su iglesia; la de un material Q ya combinado con material especial de M (material exclusivo de Mt) o L (material exclusivo de Lc), etc
John P. Meier
Un judío marginal
II/I, pág. 432, nota 18)
Editorial Verbo Divino
Ya sabemos que John P. Meier, aceptando la hipotética existencia del Documento Q, permanece muy escéptico a la hora de hacer ulteriores afirmaciones sobre él