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EL DIOS ENCARNADO

¿UNA ILUSIÓN?

¿Quién es Georges Morel?


Lo que publicó
le monde
al morir Georges Morel.

La crítica de Paul Valadier, jesuïta, redactor-jefe de la revista Études (1981-1989), a Georges Morel en su obra jésus-christ ou dionysos, publicada en 1979.


¿Por qué interesarse
en Georges Morel?


Y todos los artículos en que he ido resumiendo páginas de Georges Morel

Resumo el capítulo Genèse de l'illusion del libro jesús dans la théorie chrétienne, el tercer volumen de Questions d'homme, de Georges Morel, (1921-1989), publicado el año 1977 por Éditions Aubier.

Soy muy consciente que este resumen, de forma esquemática, pide una mayor atención por parte del lector. Estos posibles lectores verán si les compensa el tiempo a dedicar. A mí, personalmente, me ha pedido mucho tiempo y me ha extrañado que un autor francés, que suelen tener fama de ser más claros que los alemanes, me exigiera este "mucho tiempo". Pero creo que ha sido un tiempo bien "amortizado".

Será oportuno recordar algunas fechas:

  • En el año 1977 se publicó en Inglaterra the mith of the god incarnate (El mito del Dios encarnado), un conjunto de artículos de diversos autores de la iglesia anglicana (teólogos, exegetas, especialistas en Nuevo Testamento...).
  • En el año 1993, diciséis años más tarde, ya sin amargura y con las aguas ya calmadas, John Hick, teólogo presbiteriano de Birmimghan, que había sido el editor del libro de 1977, vuelve a estudiar el tema en su libro the metaphor of god incarnate. christology in a pluralistic age
  • (La metáfora del Dios encarnado)

Podéis recordar
Las 14 tesis de John Hick

Facilitará la comprensión de este resumen la lectura del texto original que encontraréis en format pdf aquí. Para el resumen de hoy, podéis leer las páginas 111-118. Seguiré resumiendo el capítulo: Jesús, ¿fue un hombre tan diferente de nosotros?

Un artículo de hace ya un cierto tiempo "Jesús de Nazaret, puede ser el único redentor universal?", publicado

...lo acababa diciendo:

Nos es necesario examinar si el proceso que condujo las comunidades cristianas primitivas a la afirmación de la divinidad de Jesús es legítimo.

Nos bastará interrogarnos sobre el resultado de este proceso, es decir, sobre la tesis central del dogma cristiano: el dogma de la encarnación.

Intentaremos, pues, un análisis crítico de este dogma.

Es hora ya de hincar el diente, siguiendo el pensamiento de Georges Morel.

Recordar lo que ya está dicho

¿Cómo aquellas "primeras comunidades cristianas"
llegaron a la afirmación de la encarnación?

Recordad las cautelas que debemos adoptar
al hablar de "primeras comunidades cristianas"

Si las quieres recordar...

Y este texto de Earl Doherty

A. Según Oscar Cullmann: (pag. 59)

Hemos visto que los primeros cristianos llegaron a esta visión de Cristo (que Jesús era Dios en cuanto el Hijo) por un triple camino:

  1. aceptando el testimonio contenido en la vida de Jesús, con los acontecimientos del viernes santo y del domingo de pascua.
  2. a través de la gran experiencia litúrgica y personal de la presencia del Kyrios, Señor de la Iglesia, del mundo y de la vida de cada hombre y sabiendo que él es el mismo Jesús de la historia.
  3. reflexionando, desde la fe en el Señor presente y en el hijo del hombre crucificado, sobre la relación entre Jesucristo y todas las otras revelaciones de Dios.

Estos son los orígenes de la convicción cristológica del cristianismo primitivo.

Les premiers chrétiens sont parvenus à cette compréhension (que Jésus était Dieu même en tant que le Fils) par un triple cheminement:

  1. d'abord, en acceptant le témoignage contenu dans la vie de Jésus, avec les événements du Vendredi saint et de Pâques;
  2. ensuite, par la grande expérience liturgique et personnelle de la présence du Kyrios, Seigneur de l'Eglise, du monde et de la vie de chaque homme, ce Kyrios étant identique au Jésus de l'histoire;
  3. enfin, par la réflexion, poursuivie dans la foi au Seigneur présent et au Fils de l'homme crucifié, sur le rapport entre ce Jésus-Christ et toutes les autres révélations de dieu.

Telles sont les sources de la conviction christologique du christianisme primitif.

Oscar Cullmann
Christologie du Nouveau Testament
p. 287

B. Según un esquema moderno, explicado y criticado por Joseph Ratzinger (cuando era un teólogo) (pag. 111):

  1. El Jesús histórico habría sido una especie de doctor profético, marcado por la atmósfera de exaltación escatológica del judaísmo tardío.
  2. Este profeta habría anunciado la proximidad del Reino de Dios, en una forma estrictamente temporal y con un acento casi exclusivamente en el aquí y el ahora.

  3. Por razones bastante oscuras, Jesús habría sido arrestado, condenado y ejecutado, después de un fracaso total.
  4. Después, por un proceso no menos oscuro, habría nacido la fe en su resurrección, con la idea de que este hombre singular seguía manteniendo para los otros una significación histórica.
  5. Al cabo de un cierto tiempo, se llegó a creer que él volvería un día como Hijo del hombre o como Mesías

  6. En una etapa subsiguiente se habría puesto en boca del Jesús histórico el contenido de esta fe, como si él se hubiera realmente proclamado como Mesías e Hijo del hombre.
  7. Finalmente, muy rápidamente, esta interpretación se habría trasladado desde el mundo semítico al mundo helenístico, con consecuencias obviamente muy importantes.
  8. En el mundo semítico, Jesús había sido interpretado según las categorías judías de Hijo de hombre y Mesías; estas categorías, no teniendo ningún significado en el mundo helenístico, se habrían adaptado a los conceptos helenísticos. Para hacer inteligible la figura de Jesús,.los esquemas semíticos de Hijo del hombre y de Mesías serían sustituidos por la categoría helenística del hombre divino o el hombre-dios

La crítica de Joseph Ratzinger
Desde el único punto de vista del historiador, esta exposición forma una imagen tan absurda que, en cualquier caso, deberíamos estar más dispuestos y más fácilmente inclinados a creer que Dios se ha convertido en un hombre que a creer en la verdad de un tal conglomerado de hipótesis."

C. Según Joseph Ratzinger, cuando todavía escribía libros de teología (Foi chrétienne hier et aujourd'hui, 1969). (pag. 112)

  1. Al principio opera una completa separación cultural entre el concepto de hombre divino y el de hijo de Dios, dos conceptos que históricamente son del todo independientes y que no tienen relación alguna entre ellos, ni lingüísticamente ni real.

Aquí Ratzinger especifica que este título tiene sin embargo un paralelo lingüístico y real, en el mundo helenístico romano: la designación del emperador Augusto como hijo de Dios, Divi filius

  1. Es sólo recurriendo a la única tradición bíblica cómo se puede comprender el que Jesús pudiera ser designado como Hijo de Dios
  2. Ratzinger claramente distingue (como otros teólogos actuales) el título de Hijo de Dios y el de Hijo, que tienen un origen y un significado diferente.

Solo aquí queda plenamente claro que quien se pone completamente al servicio de los demás, que se compromete con total desinterés y despojo, es el hombre verdadero, el hombre del futuro, donde Dios y el hombre se unen.

C'est ici seulement que devient pleinement clair que celui qui se met entièrement au service des autres, qui s'engage dans le desintéressement total et la dépossession, celui-là est l'hmme véritable, l'homme de l'avenir, où Dieu et l'homme se rejoignent.

  1. Inmediatamente establece una conexión curiosa entre su afirmación precedente (en Cristo se establece un verdadero contacto entre Dios y el hombre) y las afirmaciones dogmáticas, sin llegar a implicar que este Cristo sea Dios mismo, que Dios mismo -el Hijo de Dios- se haya encarnado.
  2. Y, a continuación, justifica así su certeza de que, de hecho, el hombre Jesús es Dios mismo: es el acontecimiento de la pasión el que manifiesta al máximo, durnte la vida terrenal de Jesús, la identidad en él del ser y del obrar. El lugar de origen de la fe en Jesús como el Cristo (el lugar de origen de la fe cristiana) fue la cruz.

Desde la cruz, la fe se da cuenta de que este Jesús no hizo ni dijo alguna cosa, pero que en él el mensaje y la palabra son idénticos, que él es lo que él dice. Juan solo tuvo que sacar la última consecuencia: si es así, entonces este Jesús es la "Palabra".

À partir de la croix, la foi réalise que ce Jesús n'a pas fait ou dit quelque chose, mais qu'en lui message et parole sont identiques, qu'il est ce qu'il dit. Jean n'avait qu'à tirer l'ultime conséquence: s'il en est ainsi alors ce Jesús est "Parole".

  1. Podemos resumir el proceso de la fe cristiana en la divinidad del hombre llamado Jesús así: en Jesús hay identidad de la acción, la palabra y el ser / tal identidad sólo puede existir en Dios /entonces Jesús es Dios. (Curiosa argumentación)

Para esta fe, en Jesús hay identidad de la acción, la palabra y el ser; y tal identidad solo puede existir en Dios; entonces Jesús es Dios.

Pour cette foi, en Jesús il y a identité de l'agir, de la parole et de l'être; et une telle identité ne peut exister qu'en Dieu; donc Jesús est Dieu.

  1. Y acabamos con este otro texto de Ratzinger:

Jesús es visto desde la cruz que habla más fuerte que todas las palabras: él es el Cristo, eso es suficiente. El Yo crucificado del Señor es una realidad tan plena que todo lo demás pasa a un segundo plano.

En una segunda etapa, a partir de la inteligencia así adquirida sobre Jesús, se comenzó a reflexionar sobre sus palabras. Para su asombro, la comunidad reviviendo sus recuerdos debía percibirse ahora que en la palabra de Jesús existí esta misma manera de centrar todo en su Yo; Su mensaje, leído en retrospectiva, se presenta de tal manera que siempre conduce a este Yo, a la identidad de la palabra y a la persona y que siempre nos devuelve a esa identidad.

En una última etapa, Juan pudo conectar al final los dos movimientos. Su evangelio es, por así decirlo, la lectura de las palabras de Jesús a partir de la persona, y de la persona a partir de sus palabras. El hecho de que Juan presente su cristología, su testimonio de fe en Cristo, como el mensaje de la historia de Jesús, el que haga de esta historia una cristología, muestra que la unidad de Cristo y de Jesús se cumple, una unidad que se mantiene como constitutiva para toda la historia posterior de la fe.

Jesús est vu à partir de la croix qui parle plus fort que toutes les paroles: il est le Christ, cela suffit. Le Moi crucifié du Seigneur est une réalité si pleine que tout le reste passe à l'arrière-plan.

Dans une deuxième étape, en partant de l'intelligence ainsi acquise sur Jesús, on se mit à réfléxir sur ses paroles. À son grand étonnement, la communauté revivant ses souvenirs devait s'apercevoir maintenant que dans la parole de Jésus il y a cette même façon de tout centrer sur son Moi; son message, lu rétrospectivement, se présente de telle façon qu'il débouche toujours sur ce Moi, sur l'identité de la parole et de la personne et qu'il nous ramène toujours à cette identité.

Dans une dernière étape, Jean pouvait relier en fin les deux mouvements. Son évangile est pour ainsi dire la lecture des paroles de Jesús à partir de la personne, et de la personne à partir de ses paroles. Le fair que Jean présente sa christologie, son témoignage de foi au Christ, comme le message de l'histoire de Jesús, qu'il fasse de cette histoire une christologie, montre que l'unité de Christ et de Jesús est accomplie, unité qui demeure constitutive pour toute l'histoire ultérieure de la foi.

La crítica de Georges Morel (pag. 116)

Es cierto que si hubiera en Jesús una identidad absoluta entre su palabra, su acción y su existencia, él sería un poco más que hombre, algo diferente de un ser finito, un dios en consecuencia.

No hay duda que Jesús enfantizó su Yo y la unidad de este Yo con sus acciones y lenguaje.

Jesús tiene una aguda conciencia del doble hecho de que él no tiene sentido sino es en relación con su obra y su obra en relación con Dios, pero no se puede afirmar que esta relación sea absoluta.

Siempre intentan hacer el mismo camino: primero, subrayar que Jesús es diferente de todos los otros hombres; después, querer convencer que esta diferencia es absoluta; y, finalmente, concluir que esta es la diferencia entre Dios y los hombres.

De hecho, es falso pretender que Cristo se distinga de manera fundamental de nosotros por el hecho de comprometerse él mismo en su palabra: no es específico de Cristo el hacerse a sí mismo y el entregarse a sí mismo en su obrar.

La idea de que Jesús -como hombre- es absolutamente idéntico a su obra traiciona el evangelio: los sinópticos no sólo no afirman la divinidad de Jesús, sino que no dibujan de él el retrato de un hombre perfecto; describen, más bien, un hombre limitado.

Y, por el contrario, es específico de una cierta mentalidad el magnificar la figura de Cristo a costa de una depreciación de los otros seres humanos.

Il est vrai que, s'il y avait en Jésus une identité absolue entre sa parole, son action et son existence, il serait autre chose qu'un homme, autre chose qu'un être fini: un dieu par conséquent

Jésus a [certes] une conscience aiguë du double fait qu'il n'a de sens que par rapport à son oeuvre et son oeuvre par rapport à Dieu: mais rien ne justifie la transition de cette proposition à celle d'après laquelle ce rapport serait absolu, de telle sorte qu'aux premiers temps du christianisme on aurait eu finalement raison de proclamer la divinité de Jésus.

Le procédé est toujours le même: il s'agit d'abord de souligner que Jésus est différent du reste des hommes, puis de convaincre que cette différence est absolue, de façon à conclure qu'elle est finalement la diférence qui existe entre Dieu et l'homme

C'est le propre de tout homme digne de ce nom de ne pas séparer abstraitement sa personne de ses actes et de ses paroles, de s'y engager aussi intégralement que possible (ainsi que le notait Platon avant des milliers d'autres)

Il n'est pas spécifique du Christ de se faire et de se donner dans une oeuvre: que le Christ se soit engagé dans ses actes et ses paroles plus profondément que la plupart d'entre nous ne signifie pas qu'il soit d'une essence différente

Par contre, il est spécifique d'une certaine mentalité de chercher à magnifier le Christ par une dépréciation des autres hommes

L'une des illusions entretenues par la théologie est de donner à croire qu'elle ne fait qu'exprimer le contenu des récits évangéliques: les synoptiques, non seulement n'affirment jamais leur foi en la divinité de Jésus, mais ne tracent de leur héros un portrait d'homme parfait.

Para continuar :
¿Es Jesús un hombre tan diferente?

Gracias por la visita
Miquel Sunyol

sscu@tinet.cat
2 diciembre 2018
Última actualización octubre 2019
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Recordad este fragmento de Earl Doherty que posiblemente ya tenéis leído:

Los documentos ponen de manifiesto un panorama del primer cristianismo punteado con una desconcertante variedad de comunidades y sectas, rituales y creencias acerca de una entidad de Jesucristo, la mayoría de las cuales muestran poco terreno común y ninguna autoridad central. También falta cualquier idea de tradición apostólica que remontara a un hombre humano y a su círculo de discípulos. Los estudiosos se contentan con diseñar esta situación como una multiplicidad de respuestas diferentes para el Jesús histórico, pero tal fenómeno no sólo es increíble, sino que en ninguna parte está atestiguado con evidencia. Por el contrario, toda esta diversidad refleja expresiones independientes de las tendencias religiosas más extendidas de la época, basado en la expectativa del Reino de Dios y en la creencia en una fuerza divina intermediaria que proporciona el conocimiento de Dios y un camino para la salvación. Sólo con los Evangelios, que comenzaron a aparecer probablemente hacia el final del siglo, muchos de estos elementos fueron reunidos para producir la figura compuesta de Jesús de Nazaret, en una historia midráshica acerca de una vida, ministerio y muerte ubicado en la época de Herodes y Poncio Pilato.

Earl Doherty
The Jesus Puzzle in a Nutshell

The documentary record reveals an early Christian landscape dotted with a bewildering variety of communities and sects, rituals and beliefs about a Christ/Jesus entity, most of which show little common ground and no central authority. Also missing is any idea of apostolic tradition tracing back to a human man and his circle of disciples. Scholars like to style this situation as a multiplicity of different responses to the historical Jesus, but such a phenomenon is not only incredible, it is nowhere attested to in the evidence itself. Instead, all this diversity reflects independent expressions of the wider religious trends of the day, based on expectation of God's Kingdom, and on belief in an intermediary divine force which provided knowledge of God and a path to salvation. Only with the Gospels, which began to appear probably toward the end of the first century, were many of these elements brought together to produce the composite figure of Jesus of Nazareth, set in a midrashic story about a life, ministry and death located in the time of Herod and Pontius Pilate.