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Hola Domingo:
Voy a seguir con la correspondencia entre nosotros dos.
He leído, o quizás releído, las páginas de Marcel Légaut publicadas en el nº 20 (mayo-noviembre 2008) de CUADERNOS DE LA DIÁSPORA con el título Haced esto en mi memoria
Voy a poner mis "puntos sobre las íes"...
Hace unos meses Javier Domínguez me recriminaba mis comentarios al manifiesto "Revuelta de mujeres en la Iglesia" diciéndome que "es momento de apoyar a las mujeres en sus reivindicaciones, no de ponerles los puntos sobre las íes". Mi respuesta fue expresarle que el poner "los puntos sobre las íes" era "casi mi forma de apostolado, un apostolado no dirigido únicamente a mujeres, sino también a hombres".
Sigue mi consejo de siempre:
¡Deja los links para una segunda vuelta! |
Si quieres recordar...
|
...también a este escrito de Marcel Légaut, sabiendo que no voy a decir nada nuevo, sino que sólo será, siguiendo la pedagogía ignaciana, un "exercicio de repetición", o de repeticiones.
Me parece que Légaut sabe "demasiado" de Jesús, olvidándose de "la distancia de 9 metros" que debemos respetar entre Jesús y los evangelios. En este caso, sería mejor decir entre Jesús y los diversos documentos del Nuevo Testamento.
Entusiasmado por ese "un tal Jesús" (ese Jesús sin artículo de Mc 1,9), nos lo quisiste hacer cercano, a veces tan cercano que te olvidaste de mantener la distancia reglamentaria de los 9 metros entre los evangelistas y Jesús.
Eso se lo decía, ya hace unos cuantos años (en 2006), a Pope Godoy cuando vino de "predicador" a nuestros Ejercicios de Lamiarrita.
Otro consejo de siempre:
No todos los links te han de interesar |
entre Jesús y los Evangelios |
No respetar esa "distancia" es una deshonestidad, deshonestidad que pueden cometer "teólogos honestos". Ahora quien caía bajo "mis puntos sobre las íes" era Gonzalo Haya, predicador lamiarriteño en 2014.
Hay quienes (ya sean investigadores, exegetas, teólogos, sacerdotes preocupados por la predicación, catequistas, cristianos con el virus de la "fides quaerens intellectum" del que ya hablaba san Anselmo [la fe que busca su comprensión]), se consideran "honestos" y su "honestidad" no les pone ninguna traba a la hora de hablar de Jesús de Nazaret, y así te pueden explicar lo que Jesús dijo, hizo, pensó, e incluso hablar de su evolución interior y de sus experiencias espirituales...
Otros también se consideran "honestos" y su "honestidad" les impide sobrepasar ciertos límites. Estos solamente llegarán a decir: "Tal documento evangélico dice que Jesús...".
Y ponía unos cuantos ejemplos, entre ellos el de Lc 4, 16-22 (presentación de Jesús en la sinagoga de Nazaret), en donde se recuerda un texto del profeta Isaías (Is 61, 1ss)
NO ES HONESTO DECIR QUE... | |
...Jesús recortó el texto de Isaías y no quiso anunciar "el día de venganza de nuestro Dios" | ...el material propio del evangelio de Lucas dice que Jesús recortó el texto de Isaías y no quiso anunciar "el día de venganza de nuestro Dios". |
En el caso de Marcel Légaut este recuadro quedaría de la siguiente manera:
NO ES HONESTO DECIR QUE... | |
...Jesús confirió a su muerte el carácter sacrificial por el que Israel reconocía litúrgicamente su dependencia de Dios. | Pablo en una de sus cartas (2Cor 5, 14-17), introdujo una interpretación sacrificial veterotestamentaria: un hombre ha muerto por todos. |
Podríamos ampliar un poco el recuadro:
Fue posteriormente, unos veinte años después de la muerte de Jesús, cuando Pablo, un judío de la diáspora, a quien poco importaban las causas de la muerte de Jesús y que no demostró ningún interés por su vida, introdujo una interpretación sacrificial veterotestamentaria.
Amigo Domingo, ¿de dónde saca tu amigo Marcel Légaut cómo Jesús de Nazaret interpretó su muerte?
Dejaremos, si te parece bien, a exegetas, historiadores y gente de buen escribir, que nos digan cómo la interpretación paulina fue ganando espacios en algunos escritos de aquellos tiempos.
Fácil es ver la dependencia del evangelio de Marcos de la interpretación paulina:
Mc 10, 45 | y dar su vida
en rescate por muchos |
|
kai. dou/nai th.n yuch.n auvtou/
lu,tron avnti. pollw/nÅ |
Pero no todos los grupos de seguidores y seguidoras de Jesús aceptaron la interpretación paulina.
¿Conocía tu amigo Marcel Légaut la Didach,? También circula bajo el título de "Doctrina de los [doce] Apóstoles".
El texto de la Didach, [Didakhé] o DOCTRINA DE LOS DOCE APÓSTOLES, cuya existencia sólo nos era conocida por referencias de autores antiguos, fue encontrado en un manuscrito griego de Constantinopla y publicado el año 1883. Parece que se trata de una compilación de elementos muy antiguos, la mayoría de los cuales podrían datarse en el siglo I.
El año 1873, un monje ortodoxo llamado Filoteo Bryennios, que llegó a ser metropolita griego de Nicomedia, descubrió, cerca de Constantinopla, un códice griego del año 1057, denominado Codex Hierosolymitanus, que contenía, entre otros textos, la Didaché. El códice se conserva actualmente en la biblioteca del Patriarcado de Jerusalén.
El conjunto está formado por diversas instrucciones de carácter moral, litúrgico y disciplinar, quizá para uso de los predicadores itinerantes. Su particular interés consiste en darnos a conocer las formas más primitivas de la catequesis moral, con fuerte influencia judía, y los elementos más antiguos de la liturgia bautismal y eucarística, como también la organización eclesiástica en el momento en que, junto a los predicadores ambulantes, empieza a surgir una jerarquía estable y una organización en las iglesias locales.
Si hubiera conocido este venerable texto ("un texto exhaustivamente estudiado desde su redescubrimiento") quizás hubiera sacado (listo como era) las mismas conclusiones que John Dominic Crossan:
Y ya no hubiera hablado tanto de "Haced esto en memoria mía".
Ejercicios de repetición:
El "movimiento de Jesús" La "eucaristía" en la Didajé Y otros hacían cosas parecidas... |
Algunas expresiones de Marcel Légaut no me parecen justificadas, por ejemplo, cuando mete en el mismo saco a todos los apóstoles:
La enseñanza de los apóstoles insiste, especial y casi exclusivamente, en el sacrificio cruento de Jesús, víctima propiciatoria por los pecados de los hombres.
Esto llevó a los apóstoles a hacer de la muerte en la cruz el fin último y casi único de la vida de Jesús, la respuesta directa a una voluntad expresa y explícita de Dios; respuesta que satisfacía un decreto inflexible e implacable de justicia.
Los apóstoles afirmaron que aquella muerte era, sin más, el rescate por el pecado, tal como ellos lo concebían. Y, en su predicación, esta muerte, comprendida así, se convirtió en la pieza central de una doctrina que la justificaba y que, de este modo, la arrancaba de la situación y del devenir histórico de Jesús, que ellos convertían en algo meramente accesorio e instrumento de la voluntad divina, siendo así que eran, en sí, por su razón de ser, de capital importancia espiritual. Al dar como razón de la muerte de Jesús la voluntad de Dios -del Dios que entonces concebían-, esta teología dispensaba, equivocadamente, de buscar el sentido y el alcance de la misión de Jesús en la vida de los hombres que llegan a ser, poco a poco, ellos mismos, de un modo real, bajo la llamada de Dios.
Ya hace unos cuantos años le criticaba a Xavier Melloni el uso de expresiones parecidas, que parecen olvidar o ignorar la "desconcertante variedad" o la "diversidad incontrolada" de aquellos grupos que tenían a Jesús de Nazaret como su referente.
Ya veo que también debería criticar el título largo de la Didajé que, según Adolf von Harnack sería: "La instrucción del Señor a los gentiles por medio de los doce Apóstoles".
¿Existió este grupo de "los doce apóstoles". Algunos lo ponen en duda...
A lo largo del siglo XX, cierto número de críticos relevantes han considerado probable o cierto que el grupo de los Doce surgió realmente en la Iglesia primitiva y luego fue retrotraído al ministerio de Jesús.
John P. Meier
Un judío marginal
III, 148
Deberías decirme si Marcel Légaut distingue bien en sus escritos "los discípulos", "los apóstoles", "los Doce", no sea que, como Mary E. Mills, mezcle estos tres términos bien distintos.
Me da la impresión que Marcel Légaut desconocía los "números Strong". ¿Y tú, a pesar de todas mis recomendaciones, los sigues desconociendo?
No sigas mi consejo de siempre:
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Si quieres recordar...
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El número correspondiente a "discípulo" (maqhth.j) (que abarca singular/plural) es el "tres, uno,cero, uno", y para el femenino "discípula" (maqh,tria) es el "tres, uno, cero, dos".
http://www.blueletterbible.org/lang/lexicon/lexicon.cfm?Strongs=G3101&t=KJV
http://www.blueletterbible.org/lang/lexicon/lexicon.cfm?Strongs=G3102&t=KJV
El correspondiente a "apóstol" (avpo,stoloj) es el "seis, cinco, dos".
http://www.blueletterbible.org/lang/lexicon/lexicon.cfm?Strongs=G0652&t=KJV
Y el de "los doce" (dw,deka) es el "uno, cuatro, dos, siete"
http://www.blueletterbible.org/lang/lexicon/lexicon.cfm?Strongs=G1427&t=KJV
Yo diría que cuando Marcel Légaut habla de "los apóstoles", al menos en los párrafos citados antes, se refiere al grupo -quizás inexistente- de "los Doce", los que salen retratados por Leonardo da Vinci (foto que preside -o presidía- muchos comedores), a los que Jesús -según el evangelio de Lucas (22, 19)- les dijo:
Lc 22, 29 | Haced esto
en memoria mía |
|
tou/to poiei/te
eivj th.n evmh.n avna,mnhsin |
Y Lucas -el único evangelio que recuerda esa "última recomendación" del Señor- lo copia de Pablo, uno que no sale en la fotografía de Leonardo. Poco fundamento, pues, para todo el edificio que se monta Marcel Légaut.
A los ochenta años todavía uno puede ir aprendiendo cosas sobre los evangelios.
Otras cosas se van aprendiendo a los ochenta años: que uno ya no puede ir por senderos de montaña que otros recorren con las manos en los bolsillos. Un "aprendizaje" de estas dos últimas semanas
Gracias por este "Peñalara" de este septiembre. Supongo que será el último desnivel de 600m. de mi vida.
Me he fijado en la perícopa de Mc 14, 12-16 / Mt 26, 17-19 / Lc 22, 7-13 (preparación de la cena pascual) y en el primer versículo de la siguiente: Mc 14, 17 / Mt 26, 20 / Lc 22, 14.
Ya sabes que, como soy un pobre catequista, sigo la hipotesis que hoy día parece la más aceptada: Mateo y Lucas copian de Marcos (y del Documento Q). Dejemos para otro día de quién copia Marcos.
En la perícopa se habla de "discípulos" (oi` maqhtai. auvtou/, meta. tw/n maqhtw/n auvtou/) y en el primer versículo de la siguiente Marcos inicia un giro hablando solamente de "los doce" (meta. tw/n dw,deka), dejando desconcertados a los otros dos. Mateo seguirá, según algunas versiones, hablando de "doce discípulos" (meta. tw/n dw,deka maqhtw/n) y Lucas hablará de "apóstoles" (oi` avpo,stoloi su.n auvtw/), aunque algunas versiones -quizás siguiendo a la Vulgata- hablarán de "los doce apóstoles" (oi` dw,deka avpo,stoloi su.n auvtw/).
Me parece que tu amigo Marcel Légaut no releía los diversos documentos del Nuevo Testamento con la misma profundidad que yo a mis ochenta años. Veo que en el evangelio de Marcos "los discipulos" (toi/j maqhtai/j auvtou/) no vuelven a salir hasta Mc 14, 32, cuando, acabada la cena, se van "de copas" a un lugar llamado Getsemaní:
Mc 14, 32 | Y dice a sus discípulos | |
kai. le,gei toi/j maqhtai/j auvtou/ |
Quizás me ha salido un poco irreverente este "irse de copas", pero el texto evangélico (Mc 14, 36) me lo permite:
Mc 14, 36 | ¡Aparta de mí esta copa! | |
pare,negke to. poth,rion tou/to avpV evmou/ |
No es necesario, me parece, haber sacado una buena nota de exégesis (asignatura que creo que no teníamos) para darnos cuenta que aquí, como en tantas otras partes, tenemos una mezla de documentos: uno, el que habla de "discípulos"; otro, el que habla de "los doce":
Mc 14, 17 | Al atardecer
llegó con los doce. |
|
Kai. ovyi,aj genome,nhj
e;rcetai meta. tw/n dw,dekaÅ |
||
Mc 14, 20 | Es uno de los doce,
el que moja el pan conmigo en el plato. |
|
Ei-j tw/n dw,deka(
o` evmbapto,menoj metV evmou/ eivj to. tru,blionÅ |
En la perícopa concreta de lo que algunos llaman "institución de la eucaristía" (Mc 14, 22-25) no tenemos ni "discípulos", ni "los doce", ni "apóstoles"; todo son pronombres que deben ser referidos, en el evangelio de Marcos, a "los doce".
No se me ha escapado -en mi profunda relectura de los evangelios- que Mateo, que ya había precisado que "los doce" de Marcos eran "los doce discípulos", reitera esta precisión también aquí :
Mt 26, 26 | y lo dio a los discípulos | |
kai. dou.j toi/j maqhtai/j |
Esta posible mezcla de documentos, de la que yo no sé hasta qué punto Marcel Légaut podía ser consciente, posibilita todo un cúmulo de dudas de tal modo que podamos repetir las conclusiones de Crossan:
Debería ya acabar aquí, pues esto se va alargando demasiado y no habrá ya quien me siga leyendo. Dejo, quizás, para otra ocasión el poner "los puntos sobre las íes" a algunos otros párrafos. Por ejemplo, sin querer ser exhaustivo:
¿Tenía [Jesús] quizá, cada vez mayor conciencia de la distancia que había entre su religión y la de su pueblo, distancia para muchos aún invisible pero evidente ya para él? (p. 26)
La fosa que se abría rápidamente entre Jesús e Israel tras el entusiasmo inicial se debía más a la impotencia espiritual de un auditorio desbordado por los hechos que al rechazo de una autoridad oficial atrincherada tras las tradiciones inmemoriales del orden religioso establecido. (p. 27)
No entra dentro de mi apostolado el comentar aquellos párrafos con los que estaría de acuerdo, en los que Légaut apunta una crítica a mantener, a día de hoy, lo "sacrificial".
La práctica del sacrificio cruento ofrecido a la divinidad no es específicamente judía sino que se da en todas las religiones bajo formas más o menos primitivas... Asimilar la muerte de Jesús a un sacrificio cruento exigido por Dios, dueño todopoderoso de la vida, que la da y la quita a voluntad, era presentar una explicación de la misma fácil de entender no sólo por los judíos sino también por los catecúmenos procedentes del paganismo. (p. 40)
En particular, la noción de sacrificio perdió, poco a poco, la significación espiritual que tenía cuando ésta se imponía por encima de las costumbres judías o paganas, más o menos puerilmente supersticiosas. El sacrificio cruento, que antaño fue un acto religioso, ya no parecía proceder sino de una barbarie indigna de Dios. La ofrenda en forma de homenaje simbólico, que sustituyó insensiblemente al sacrificio entendido como una destrucción real, tampoco tenía mayor significación para el hombre contemporáneo. (p. 47)
Ejercicios de repetición:
Si no tienes una teología sacrificial, ¿por qué nos haces una eucaristía sacrificial? |
Habrás visto que, en mi canon eucarístico, no separo el momento de la "comunión" de la "consagración", sino que el repartir el pan y el vino se hace a continuación del "tomad y comed" y del "tomad y bebed". La razón principal del cambio no está en este párrafo de Marcel Légaut...
Para un número también importante, la misa es el tiempo de preparación para la comunión eucarística. Desdichadamente, su final precipitado suprime el recogimiento que debería completar la comunión para que ésta no se redujera a una simple práctica sacramental. (p. 48)
...pero lo explica un poco.
Ahora sí, que ya acabo.
Muy cordialmente
Miquel
Gracias por la visita
Miquel Sunyol sscu@tinet.cat 29 noviembre 2020 |
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Mediada ya esta catequesis eucarística llega a mi conocimiento por EL PREGÓ y por ATRIO que el Vaticano quiere introducir un pequeño cambio en la misa: ya no podremos decir "por todos", deberemos decir "por muchos". Esta falta de espíritu universalista por parte de las altas instancias vaticanas ha herido los sentimientos de muchos cristianos "sin fronteras" Se han producido, en consecuencia, reacciones críticas... Yo podría añadirme a ellas... El Vaticano invade competencias de las comunidades locales. ¿No tienen éstas el derecho de expresar en sus reuniones eucarísticas -si así lo sienten- su fe en una salvación universal? La razón dada por el Vaticano (ser más fieles al texto latino de las ediciones típicas: "pro multis") no la encuentro muy acertada: si hubiera pedido fidelidad al texto griego de las palabras que el Nuevo testamento pone en boca de Jesús: u`pe.r u`mw/n (por vosotros), u`pe.r pollw/n (por muchos). Pero con algunas de las reacciones críticas producidas no estoy demasiado de acuerdo. Algunas de ellas parecen tener miedo a introducir cambios... Y yo soy de los que pienso que son necesarios muchos cambios. Filológicamente, no soy nadie para opinar "si el pro multis latino tiene un valor semántico reductivo con relación al oi` polloi, griego", pero posiblemente -según un artículo de Justin Taylor- en algunos escritos de los primeros tiempos cristianos, la expresión griega oi` polloi, puede referirse a un conjunto numéricamente indeterminado, pero bien definido como grupo. Yo animaría a Casimir Martí a convocar en su parroquia esta catequesis indicada en el documento vaticano, para explicar que Jesús no murió ni por muchos, ni por todos; pura y simplemente murió ajusticiado. Más tarde, algún grupo cristiano, no todos, quisieron dar a esta muerte una significación sacrificial. |
Los documentos ponen de manifiesto un panorama del primer cristianismo punteado con una desconcertante variedad de comunidades y sectas, rituales y creencias acerca de una entidad "Cristo/Jesús", la mayoría de las cuales muestran poco terreno común y ninguna autoridad central. También falta cualquier idea de tradición apostólica que remontara a un hombre humano y a su círculo de discípulos. Los estudiosos se contentan con diseñar esta situación como una multiplicidad de respuestas diferentes para el Jesús histórico, pero tal fenómeno no sólo es increíble, sino que en ninguna parte está atestiguado con evidencia. Por el contrario, toda esta diversidad refleja expresiones independientes de las tendencias religiosas más extendidas de la época, basado en la expectativa del Reino de Dios y en la creencia en una fuerza divina intermedia que proporciona el conocimiento de Dios y un camino para la salvación. Sólo con los Evangelios, que comenzaron a aparecer probablemente hacia el final del siglo, muchos de estos elementos fueron reunidos para producir la figura compuesta de Jesús de Nazaret, en una historia midráshica acerca de una vida, ministerio y muerte ubicado en la época de Herodes y Poncio Pilato.
The documentary record reveals an early Christian landscape dotted with a bewildering variety of communities and sects, rituals and beliefs about a Christ/Jesus entity, most of which show little common ground and no central authority. Also missing is any idea of apostolic tradition tracing back to a human man and his circle of disciples. Scholars like to style this situation as a multiplicity of different responses to the historical Jesus, but such a phenomenon is not only incredible, it is nowhere attested to in the evidence itself. Instead, all this diversity reflects independent expressions of the wider religious trends of the day, based on expectation of God's Kingdom, and on belief in an intermediary divine force which provided knowledge of God and a path to salvation. Only with the Gospels, which began to appear probably toward the end of the first century, were many of these elements brought together to produce the composite figure of Jesus of Nazareth, set in a midrashic story about a life, ministry and death located in the time of Herod and Pontius Pilate. Earl Doherty
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Dejadme precisar un poco más. Cuando digo "evangelios" no quiero decir "Mateo, Marcos, Lucas, Juan (y con eso no quiero negar que cada uno de estos textos tenga su individualidad, su singularidad, su teología). Cuando digo "evangelios" quiero referirme a los "documentos" que dieron origen a los evangelios actuales.
Uno de ellos, un relato o narración de la pasión (prescindo ahora si sería necesario precisar un poco más el título de esta narración), que fue seguido por Marcos y Juan. Este último evangelio (el que llamamos de Juan), que hasta ahora había corrido las etapas de la carrera "a su bola", ahora, en esta última etapa, se pone a correr con el grupo, demostrando siempre, que si quiere, puede ir a la suya. Esta primitiva narración de la pasión comenzaría, según el orden de Juan, con el relato de la unción en Betania.
No es ahora el momento de preguntarnos cómo los autores de los evangelios de Marcos y Juan lo encontraron ni de qué manera lo utilizaron.
También sabemos (mejor dicho, suponemos) que la versión de Marcos fue seguida por Mateo y Lucas (éste último tomándose unas cuantas libertades para borrar y añadir)
El relato de la Pasión
¿Historia recordada?
¿Profecía historizada?
Segundo documento: el relato, más bien narrativo, que encontramos en Marcos, desde el bautismo de Jesús a la última semana en Jerusalén, que fue "copiado", independientemente el uno del otro, por Mateo y Lucas, que ha dado lugar a la expresión de "evangelios sinópticos".
Tercer documento: el llamado Documento Q (que algunos llaman "Evangelio Q"): todo aquello que es común a Mateo y Lucas y que no se encuentra en Marcos.
Si quieres saber más...
El Documento Q
El documento joánico y aquellas partes que son propias de Mateo y Lucas. Y no olvidemos los evangelios de la infancia (en Lucas y Mateo) que, a pesar de hablarnos de ángeles y de vírgenes, de pastores y reyes, de magos de Oriente y estrellas, de matanzas de niños y de huidas, también nos quieren hablar de Jesús.