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Consejos de lectura Y unos consejos del siglo XIV... Si es tu primera visita...
¿Quiénes son estos "bandoleros" crucificados con Jesús?
¿Quiénes son estos lh|sth,j?

Mc 15, 27 Kai. su.n auvtw/| staurou/sin du,o lh|sta,j(
e[na evk dexiw/n kai. e[na evx euvwnu,mwn auvtou/Å
Juntamente con él crucificaron dos bandoleros,
uno a la derecha y el otro a la izquierda.
Mt 27, 38 To,te staurou/ntai su.n auvtw/| du,o lh|stai,(
ei-j evk dexiw/n kai. ei-j evx euvwnu,mwnÅ
Crucificaron entonces con él a dos bandoleros,
uno a la derecha y el otro a la izquierda.
Jn 19, 18 o[pou auvto.n evstau,rwsan(
kai. metV auvtou/ a;llouj du,o
evnteu/qen kai. evnteu/qen( me,son de. to.n VIhsou/nÅ
Allí lo crucificaron
con otros dos,
uno a cada lado y Jesús en medio.

Suposición:
Las personas ejecutadas
en un mismo grupo,
suelen pertenecer
al mismo "sumario"

Hagamos una primera mirada al alexandre, al diccionario griego-francés que utilizo:

lh|sth,j( ou/ voleur à main armée, ravisseur, brigand
ladrón armado, bandido, bandolero, salteador

Esta palabra griega utilizada por Marcos y Licas la encontramos muy a menudo en la obra del historiador judío pro-romano Flavio Josefo.

Ya la encontramos aplicada por Flavio Josefo a Ezequías, de quien dice que era un to.n avrcilhsth,n (jefe de bandoleros), el cual el año 47 antes de Cristo había sido capturado y muerto por Herodes (el del nacimiento de Jesús). Para saber quién era este avrcilhsth,j, serà bueno ver las reacciones que su muerte provocó. Estas reacciones nos las explica el mismo Flavio Josefo (quien no tenía ninguna simpatía por esta gente) en sus dos obras: La guerra de los judíos [Bell], Las Antigüedades de los judíos [Ant].

Breve descripción histórica:
El año 63 (antes de Cristo) los romanos -por medio de Pompeyo, a quien habían pedido ayuda los dos hermanos asmoneos Hircano II y Aristóbulo II en sus pretensiones al trono de Jerusalén- hicieron la primera invasión de Palestina. Los partidarios de Hircano abren la puertas de Jerusalén a Pompeyo y los de Aristóbulo se encierran en el Templo, en donde resisten durante tres meses a las tropas romanas. Al final, en "el día del ayuno de la Olimpiada 179 (otoño del 63 aC), Pompeyo y sus hombres pueden entrar Sancta Sanctorum del Templo. Pompeyo reorganiza el país poniéndolo bajo la jurisdicción de la provincia romana de Siria y nombrando sumo sacerdote a Hircano II (retirándole el título de rey e imponiéndole un tributo), quien más tarde será nombrado etnarca por Julio César. Éste, reconociendo que quien gobierna de verdad a la sombra de Hircano es el idumeo Antípatro, lo convierte en procurador de Judea. Éste nombra a su hijo mayor, Fasael, gobernador de Jerusalén, y a Herodes, todavía muy joven, gobernador de Galilea.

Una doble reacción:

A la muerte de Herodes el Grande (el del nacimiento de Jesús) hay un período de diversas revueltas, tanto en la ciudad de Jerusalén como en toda Judea. La primera de la que nos habla, una vez acabado el duelo oficial, se refiere a "no pocos que estaban dispuestos a la revuelta" (ouvk ovli,goi tw/n newteri,zein proh|rhme,nwn) y que comenzaron un duelo particular (ivdi,ou pe,nqouj) por todos aquellos que habían sido ejecutados (algunos de ellos quemados) por el asunto del águila de oro de la puerta del Templo (Bell II, 5).

Los instigadores de la destrucción de esta imagen (Flavio Josefo nos habla de "una revuelta popular" [demotikh, tij evpana,stasij]) habían sido dos doctores (sofisth,j), Judas y Matías, que conocían muy bien las leyes de la patria (ma,lista dokou/ntej avkribou/n ta. pa,tria).
En Ant (XVII, 148) son descritos com "demagogos" (tinej tw/n dhmotikwte,rwn avnqrw,pwn). Muchos jóvenes acudían (ouvk ovli,goi prosh,|esan tw/n ne,wn) a escuchar sus explicaciones (tou,toij evxhgoume,noij tou.j no,mouj).
Muriéndose ya el rey Herodes estos doctos piensan que ya ha llegado el momento (kairo.j evpithdeio,tatoj) de vengar el honor de Dios (timwrei/n h;dh tw/| Qew/|) y de destruir (kataspa/n) todo aquello (ta. e;rga) que se había hecho sin seguir las leyes tradicionales (kataskeuasqe,nta para. tou.j patri,ouj no,mouj). Y estos dos venerables doctores para acabar de animar a los jóvenes añadían que "era hermoso morir por las leyes de la patria" (kalo.n ei=nai le,gonte,j( eiv kai, tij ge,noito ki,ndunoj( uvpe.r tou/ patri,ou no,mou qne,skein), mucho más que morir de cualquier enfermedad. (Bell I, 648ss).

El "duelo particular" por estos dos doctores y sus jóvenes (oiv de. tou,j sofista.j penqou/ntej) acabó en un baño de sangre. Los soldados de Arquelao (hijo de Herodes) penetraron en el Templo, en donde aprovechándose de la fiesta de Pascua se habían reunido (evn tw/| iverw/| suneiste,kesan) los del duelo buscando -entre la gente campesina venida de las aldeas (evk th/j cw,raj lao.j a;peiroj)- refierzos para su revuelta (trofh.n th/| sta,sei porizo,menoi) y mataron unos tres mil hombres. (Bell II, 8ss)

De esta historia ¿qué conclusiones podemos extraer? Constatar una mezcla entre "dosctores respetados" y gente dispuesta a la revuelta, oposición a un gobierno extranjero (como era el de Herodes) supeditado totalmente a Roma y defensa férrea de "las leyes patrias" (la ley de Moisés), participación activa de la clase campesina en movimientos iniciados por grupos urbanos "revolucionarios". Destacar en todo esto un fuerte contenido "teocrático".

Como no estamos en una clase de historia no es necesario hablar de todas la revueltas y sublevaciones que siguieron a la muerte de Herodes, pero sí que debemos hacer mención de una de ellas: la de Judas, hijo de Ezequías, el que ya conocemos como "jefe de bandoleros" detenido y muerto por Herodes (VIou,daj uivo.j VEzeki,a to/ katatre,conto,j pote th.n cw,ran arvcilhs|tou/ kai. ceirwqe,ntoj uvfV VHrw,dou basile,wj).
Ahora su hijo, unos cuarenta años más tarde, comienza en Galilea, concretamente en Séforis (después de Tiberiades, la ciudad más importante de la Galilea Inferior, reconstruida poco después por Herodes Antipas convirtiéndola en "el ornato de la Galilea" (pro,schma tou/ Galilai,ou panto.j) (Ant I, 27).

Ya sabéis que Séforis está sólo a 7 km. de Nazaret y que no sale nunca en ningún texto del Nuevo Testamento. Y que era una ciudad fuertemente helenizada.

Ahora, este Judas reúne mucha gente desesperada (susth,saj plh/qoj ouvk ovli,gon) (susthsa,menoj plh/qoj avndrw/n avponemohme,nwn),
y, robando los depósitos de armas del rey (avnarrh,gnusin ta.j basilika.j ovploqh,kaj), arma a sus hombres (tou.j peri. auvto.n ovpli,saj) (o[plize tou.j peri. auvto.n)
se dedica a combatir a todos los que desean llegar a ser reyes (toi/j th.n dunastei,an zhlou/sin evpecei,rei) (Bell II, 56),
ya que él también aspiraba a la corona (kai. zhlw,sei basilei,ou timh/j), según nos dirá en su segundo libro (Ant XVII, 271), en donde hace una descripción más "negra" de este personaje.

Había un tal Judas, hijo de Ezequías, aquel temible jefe de bandoleros que, no sin grandes trabajos, había sido capturado por Herodes. Este Judas, por los alrededores de Séforis de la Galilea, reunió una multitud de hombres desesperados y atacó el palacio real, apoderándose de todas las armas que había, y así armó a sus hombres, y se apoderó también de todas las riquezas. Terrorizó toda la región por sus incursiones y saqueos, buscando una rica fortuna e incluso los honores de la realeza, esperando llegar a esta dignidad no por la práctica de la virtud, sino por el exceso de su injusticia.

Arquelao lo hizo tan mal (tan cruelmente) que los mismos romanos, al cabo de nueve años, lo sacaron de la circulación: llamado a Roma por el César fue desterrado a una ciudad de la Galia y su reino (Judea, Samaria e Idumea) pasó a ser provincia romana, gobernada por un procurador (evpi,tropoj th/j ivppikh/j para. Vrwmai,oij ta,xewj Kwpw,nioj). Se llamaba Coponius, y esto suponía la pérdida total de la poca independencia que les quedaba, suponía también un nuevo impuesto y ya no quedaba manera de mantener la ficción de que Yahvé reinaba sobre su pueblo.
Lo primero que hicieron los romanos fue hacer un censo para poder controlar el impuesto: es el famoso censo del nacimiento de Jesús, colocado por Lucas fuera de tiempo. La provincia romana de Coponius estaba integrada, aunque no tatalmente, a la provincia de Siria, de la que Quirino era el "legado imperial", enviado por el emperador para hecer el inventario de los bienes

El territorio de Arquelao fue convertido en provincia romana y fue enviado como procurador Coponius, el cual pertenecía a la clase ecuestre de los romanos, recibiendo del César todos los poderes, incluso el de condenar a muerte.
Durante su gobierno un galileo, llamado Judas (tij avnh.r Galilai/oj VIou,daj o[noma), incitó al pueblo a la revuelta (eivj avpo,stasin), recriminándoles que aceptaran pagar tributos (telei/n fo,non) a los romanos y que soportasen obedecer, además de a Dios, a señores mortales (qnhtou.j despo,taj). Este h0ombre era un doctor (sofisth.j) que había fundado su propia secta (ivdi,aj ai`re,sewj) que no tenía nada que ver con las otras (fariseos, saduceos, esenios).
Guerra de los judíos II, 117

En Ant (XVIII, 1) da algún detalle más.

Pero un cierto Judas, el Gaulanita, de la ciiudad de Gamala, con la ayuda de un fariseo, Sadoc, recurrió a la sedición (evpei,geto evpi. avposta,sei). Proponían que este censo no era otra cosa que una esclavitud completa y hacían una llamada al pueblo a reivindicar su libertad. Si llegaban a tener éxito, decían, seguirían gozando de los bienes ya adquiridos, y, en caso de no lograrlo, tendrían al menos la gloria y el honor de haber demostrado una grandeza de espíritu. Por otra parte, la divinidad colabora preferentemente a la realización de los proyectos humanos si, con todos los ánimos, los hombres ho ahorran ningún trabajo para llevarlos a término. Como la gente escuchaba con alegría sus discursos, la audacia de su empresa hizo grandes progresos, y no hubo mal que no fuera engendrado por ellos y del cual el pueblo no fuera agobiado más de lo que uno podría decir.

El evangelio de Lucas quiere dejar claro que la familia de Jeús se sometió al censo

Flavio Josefo hace una larga lista de todos los males engendrados por estos dos hombres:

Estos son los resultados de la cuarta filosofúa (teta,rth filosofi,a), la raíz (r`i,za) de la posterior destrucción total (o` fqo,roj) del país.
Flavio Josefo entra en una cierta contradicción. En su primer libro (Bell II, 117) nos dice que esta secta propia de Judas no tenía nada que ver con las otras tres (saduceos, fariseos, esenios) y en el segundo libro (Ant XVIII, 23) confiesa que es muy parecida a la de los fariseos, exceptuando un punto: su amor por la libertad (tou/ evleuqe,rou e;rwj), consecuencia de su creencia en Dios como único señor y amo (mo,non hvgemo,na kai. despo,thn to.n Qeo.n).

Opinión de John Dominic Crossan:
Muy posiblemente Flavio Josefo tiene razón al afirmar que las propuestas de Judas constituían una novedad, ya que el pueblo judío llevaba viviendo sometido a otros imperios desde hacía unos seiscientos años. Pero Judas podía remontarse unos mil años atrás, hasta los tiempos de 2Sam 24, cuando Dios envió una peste sobre Israel para castigar el censo de David, y afirmar así que su filosofía era más antigua que cualquiera de las otras tres. Pero no es esta cuestión (si era una novedad o no) la que nos interesa; más significativa es la cuestión de si realmente las propuestas de Judas y Sadoc fueron la semilla de todo lo que sucedió después. En este sentido la respuesta ha de ser totalmente negativa. La relación de causalidad propuesta por Flavio Josefo entre la cuarta filosofía de Judas y los acontecimientos posteriores responde únicamente al plan de su obra y su afirmación de que esta filosofía fue el origen de todos los males constituye una mera simplificación narrativa. Es un intento deliberado de Flavio Josefo el de convertir todos los insurgentes que no gozaban de sus simpatías en una gran masa de bandidos.

John Dominic Crossan
Jesús,
vida de un campesino judío

Pàg. 153

Y quizás, sin él quererlo, explicita los motivos teológicos de la llamada de Judas y Sadoc: Dios es el único Señor y ningún hombre puede ser llamado con este nombre (mhde,na a;nqrwpon prosagoreu,ein despo,thn). Una "teología" que también encontramos en los evangelios.
Mt 23,8 u`mei/j de. mh. klhqh/te( ~Rabbi,\ ei-j ga,r evstin u`mw/n o` dida,skaloj( pa,ntej de. u`mei/j avdelfoi, evsteÅ
kai. pate,ra mh. kale,shte u`mw/n evpi. th/j gh/j( ei-j ga,r evstin u`mw/n o` path.r o` ouvra,niojÅ
mhde. klhqh/te kaqhghtai,( o[ti kaqhghth.j u`mw/n evstin ei-j o` Cristo,jÅ
Pero vosotros, en cambio, no os dejéis llamar "señor", pues vuestro maestro es uno solo y vosotros todos sois hermanos
y no os llamaréis "padre" unos a otros en la tierra, pues vuestro Padre es uno solo, el del cielo
tampoco dejaréis que os llamen "directores", porque vuestro director es uno solo, el Mesías.

Flavio Josefo no nos dice cómo acabaron estos dos hombres; quizás nos diría que ya se sabe cómo acaba esta clase de gente: crucificados por los romanos, tal como ya nos dijo al explicar el final de las revueltas a la muerte de Herodes. Si hemos de hacer caso a los Hechos de los Apóstoles, "Judas murió y todos sus partidarios se dispersaron" (Ac 5,37)

Así fue cómo murieron, unos cuarenta años más tarde, dos de sus hijos, Santiago y Simón. El padre (Judas el Galileo) actuó el año 6 dC., cuando después de la destitución de Arquéalo, su reino pasó a ser gobernado directamente por Roma. Del 41 al 44 Herodes Agripa I fue nombrado rey por los romanos, reunificando el antiguo reino de su abuelo Herodes el Grande, pero a su muerte, el año 46, todo el país pasó a ser gobernado de nuevo directamente por Roma, por medio de prefectos o procuradores (evpi,tropoj). El segundo de estos, Tiberio Alejandro (46-48), judío renegado, sobrino de Filón de Alejandría, hizo crucificar a los dos hijos de Judas. Flavio Josefo no nos explicita las causas.

Comentario de S.G.F. Brandon:
Claudio sustituyó Cuspius Fadus por Tiberio Alejandro (46-48). Este era hijo de Alejandro, alabarca (magistrado supremo de los judíos de Alejandría), y sobrino de Filón. Sin duda, el emperador lo consideró particularmente apto para gobernar la Judea, dado su origen y su educación judía. Pero el hecho de haber abandonado la religión de sus antepasados lo convertía en persona non grata para los judíos. Flavio Josefo sólo nos recuerda una sola iniciativa de Tiberio Alejandro, y ésta es muy significativa: crucificó dos hijos de Judas el Galileo, Santiago y Simón. No nos da ningún detalle, pero estos dos descendientes del fundador del partidp celote no hubieran tenido este final si no se hubieran hecho notar por sus palabras o por sus acciones. Nos podemos, pues, preguntar si no se habían abierto de nuevo las hostilidades, en un espíritu celota, contra un procurador romano que era un judío apóstata: era ciertamente un buen blanco para todo judío animado del celo religioso de Pinás (Num 25).

S.G.F. Brandon
Jesus and the zealots

Gracias por la visita
Miquel Sunyol

sscu@tinet.cat
22 diciembre 2010
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josephus (20K)

La meva família no només era de raça sacerdotal, sinó que era la primera de les vint-i-quatre classes. A més a més, la meva mare era de sang reial i els seus avantpassats foren durant un llarg període de temps summes sacerdots i reis... Vaig néixer de Maties, el primer any del regnat de Caius Cèsar [Calígula, l'any 37/38].
Els meus progressos en els estudis em guanyaren una fama de memòria i d'intel·ligència superiors a les normals. Encara de catorze anys tots em felicitaven pel meu amor a l'estudi, i contínuament sacerdots i notables de la ciutat venien a veure'm per aprendre de mi algun punt essencial de les nostres lleis.
Als setze anys vaig voler tenir experiència de les diverses sectes del nostre poble (fariseus, saduceus, essenis). I també, havent sentit parlar d'un tal Bannus que vivia en el desert, vestit amb allò que li proporcionaven els arbres i menjant del que la terra produeix espontàniament, fent abundoses ablucions de dia i de nit, em vaig convertir en deixeble seu.
Passats tres anys vaig tornar a la ciutat, i vaig seguir els principis de la secta dels fariseus
Quan Fèlix era procurador de la Judea [52-60], quan jo tenia vint-i-sis anys, vaig haver d'anar a Roma per alliberar a uns sacerdots amics meus, obtenint aquest favor gràcies a Popea, la dona del Cèsar...

De la seva Autobiografia