Un texto de Raymond E. Brown
La comunidad del discípulo amado
Pienso que existieron asimismo cristianos judíos que dejaron las sinagogas (o que fueron expulsados de ellas), los cuales eran conocidos públicamente como cristianos y que formaron iglesias y hacia los cuales, sin embargo, Juan mantuvo una actitud hostil a finales del siglo. Se nos indica su existencia por la presencia en el evangelio de judíos que eran públicamente creyentes o discípulos, pero cuya falta de fe real es condenada por el autor.
El primer claro ejemplo de esto se halla en 6, 60-66. El discurso que precede inmediatamente sobre el pan de vida tuvo lugar en una sinagoga (6, 59); y allí advertimos la objeción profundamente hostil por parte de "los judíos" a la pretensión de Jesús de ser el pan de vida, si eso se entiende como revelación divina bajada del cielo (6, 41-42), o como su carne y sangre eucarísticas (6, 53).
Entonces Jesús abandona la sinagoga y entabla diálogo con aquellos a los que Juan denomina sus "discípulos". Previamente, en el evangelio, este término designó a aquellos que acompañaban públicamente a Jesús y, de hecho, encontramos en 6, 67 que, en medio de los discípulos, están los doce. (Si Juan presenta a algunos de esos discípulos de una manera desfavorable, entonces no nos da ninguna razón para pensar que él se refiere a los cripto-cristianos que se hallan en las sinagogas). Algunos de esos discípulos públicos de Jesús protestan por lo que ha dicho en la sinagoga, diciendo que es algo que no pueden aceptar fácilmente y que no merece la atención. Presumiblemente, su disgusto se refiere particularmente a lo último que dijo Jesús, a saber, que el pan de vida es su carne que debe ser comida así como su sangre debe ser bebida para que los receptores tengan vida.
Es claro que Juan, en esta escena, se trasladó del ministerio histórico a la vida de la iglesia, y la elección juánica para introducir la doctrina eucarística en el discurso del pan de vida tiene cierta importancia eclesiológica para la comunidad juánica.
Como réplica, Jesús insiste en que sus palabras son Espíritu y vida y advierte que algunos discípulos realmente no creen. La elección de los que vienen a él y creen en él depende de] Padre. "Y desde entonces -refiere Jn 6, 66- muchos de sus discípulos se retiraron y ya no le seguían". Yo sugiero que aquí Juan se refiere a cristianos judíos que va no deben ser considerados verdaderos creyentes, puesto que no comparten la concepción juánica de la eucaristía.
Raymond E. Brown
La comunidad del discípulo amado
Estudio de la eclesiología juánica
Pág.72s
Ed. Sígueme