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¿JESÚS FUE AMIGO DE LOS POBRES
O MÁS BIEN SUS AMIGOS / AMIGAS
ERAN MÁS BIEN RICOS?

Según una lectura imparcial de los evangelios

  1. Mantener la distancia entre Jesús y los evangelios
  2. ¿Qué entendemos por "pobres"?
  3. Los pobres en los evangelios.
    Analizados por un profesor de gramática
  4. Los amigos de Jesús. ¿Ricos? ¿Pobres?
  1. En el evangelio de la pasión / resurrección
  2. En el evangelio sinóptico
  3. En el Documento Q
  1. Los pobres en las bienaventuranzas
  2. Los pobres en la respuesta al Bautista
      
¿JESÚS FUE AMIGO DE LOS POBRES
O MÁS BIEN SUS AMIGOS / AMIGAS
ERAN MÁS BIEN RICOS?

Según una lectura imparcial de los evangelios

      

Tema actual:
Los amigos de Jesús. ¿Ricos? ¿Pobres?
En el evangelio de la pasión / resurrección

Acababa el primer capítulo diciendo:

Así, pues, con vuestro permiso no tendré la pretensión de hablar de Jesús (del cual no sabemos qué es lo que podemos saber), sino de lo que los diversos documentos evangélicos dicen de Jesús.

Hagamos ya una lectura de los evangelios (mejor dicho, de los diversos documentos evangélicos). Y como dice el programa, una "lectura imparcial".

Algunos ya pensaréis que esto es un segundo engaño. ¿Es posible que alguien de los que estamos aquí haga una lectura imparcial de los evangelios¿ Y otra pregunta: ¿Es posible hacer una lectura imparcial de algo que ha sido escrito de una manera no imparcial?

Hace un par de años un buen amigo de Cartagena (uno de los primeros jesuitas que participaron en la "aventura" de los curas obreros) me pasó un libro de un autor español que yo desconocía, Alfredo Fierro, y que ya estaba escrito desde el año 2012, publicado por la editorial Trotta con el título después de cristo.

Al irlo leyendo, sorprendido, me iba diciendo: "Este señor me está copiando".

Quien no tiene ningún peligro de copiarme es Pagola ni tampoco José Mª Castillo. Ni JJ. Tamayo.

Uno de los párrafos "copiados" podría ser este:

Según los evangelios Jesús se ganó adhesiones entre personas pudientes. Exceptuados los doce, que los evangelistas citan con sus nombres, los demás simpatizantes de Jesús, de cuyos nombres hay constancia, no pertenecen al pueblo llano, sino siempre a la clase dominante : Zaqueo, identificado como "rico" y "recaudador jefe" (Lc 19, 1-10); Nicodemo, un "notable entre los fariseos" (Jn 3, 1); José de Arimatea, "miembro del consejo", del sanedrín, y lo bastante rico e influyente como para poder pedirle a Pilatos el cuerpo del crucificado y acogerlo en un sepulcro nuevo de su propiedad (Mc 14, 43-46); una de las mujeres que le acompañan, Juana, "esposa del intendente de Herodes" (Lc 8, 3); la familia de Lázaro, supuestamente resucitado por un milagro suyo (Jn 11, 1-44), una familia, sin duda, de posibles, con recursos para permitirse ofrecer a Jesús y los suyos un convite, en medio del cual una hermana de Lázaro, María le unge con un caro perfume, que escandaliza a Judas (Jn 12, 1-8). Ninguno de ellos vivía en la pobreza.

Los pobres y los desheredados cuentan en los evangelios bastante menos de lo que se presume: tampoco consta en ningún sitio que a Jesús le hayan seguido o entendido mejor los pobres que los ricos.

Yo creo -cosa que espero poder demostraros- que me hubiera podido "copiar" mejor.

*         *         *

Alguna vez se ha dicho que el evangelio de Marcos no era más que un largo prólogo a un primer evangelio de la pasión / resurrección de Jesús y este "primer evangelio" fue seguido por Marcos y Juan.

Mateo y Lucas (y éste tomándose muchas "libertades") seguirían la versión de Marcos.

Como podéis ver hablo hipotéticamente, a partir de hipótesis. Quizás alguno de vosotros esté tentado de decirme: "Oye, que no hemos venido aquí a escuchar hipótesis". Mi respuesta es: "La única manera honesta y honrada, hoy día, de hablar de estas cosas es haciendo hipótesis".

Coloco el principio de este primer evangelio de la pasión / resurrección en el episodio de la unción en Betania. Recordad lo que dije en el primer capítulo:

Uno de ellos el relato o narración de la pasión (prescindo ahora si sería necesario precisar mejor el título de esta narración), un documento que fue seguido por Marcos y Juan. Este último evangelio, el que llamamos de Juan, que hasta ahora había corrido las etapas de la carrera a "su bola", ahora, en esta última etapa se pone a correr con el grupo, demostrando siempre que, si quiere, puede ir a la suya. Esta primitiva narración de la pasión comenzaría con la narración de la unción en Betania.

La unción en Betania es como el pórtico de este evnagelio de la pasión / resurrección. En Marcos la unción es una unción real, mesiánica. Recuerda la unción de Saul por Samuel, un auténtico profeta del Señor (1Sa 3, 20):

1Sa 10, 1 kai. e;laben Samouhl to.n fako.n tou/ evlai,ou
kai. evpe,ceen evpi. th.n kefalh.n auvtou/
kai. evfi,lhsen auvto.n kai. ei=pen auvtw/|
ouvci. ke,crike,n se ku,rioj eivj a;rconta evpi. to.n lao.n auvtou/ evpi. Israhl
kai. su. a;rxeij evn law/| kuri,ou
kai. su. sw,seij auvto.n evk ceiro.j evcqrw/n auvtou/
Entonces Samuel tomó la redoma de aceite
y la derramó sobre su cabeza
y le besó diciendo:
Yahvé te unge por príncipe de su heredad.
Tú reinarás sobre el pueblo de Yahvé
y le salvarás de la mano de los enemigos que le rodean.

O la de Jehú por uno de los hermanos profetas de Eliseo.

2Re 9, 3 kai. lh,myh| to.n fako.n tou/ evlai,ou
kai. evpiceei/j evpi. th.n kefalh.n auvtou/
kai. eivpo,n ta,de
le,gei ku,rioj
ke,crika, se eivj basile,a evpi. Israhl
Toma entonces la redoma de aceite
y derrámala sobre su cabeza
y dile:
"Esto dice el Señor:
Yo te unjo por rey de Israel".

Adentrándose en las Escrituras, el autor (o el círculo de autores) de este evangelio, dirá:

Recordemo el texto de Marcos:

Mc 14, 3 katakeime,nou auvtou/
h=lqen gunh. e;cousa avla,bastron
mu,rou na,rdou pistikh/j polutelou/j(
suntri,yasa th.n avla,bastron
kate,ceen auvtou/ th/j kefalh/jÅ
Cuando estaba recostado a la mesa,
vino una mujer trayendo un vaso de alabastro
lleno de ungüento de nardo auténtico, de gran valor,
y rompiendo el vaso de alabastro,
lo derramó sobre su cabeza.

Y Jesús...

Cuando yo diga "Jesús" vosotros habéis de apretar -en el ordenador portátil que todos llevamos en la cabeza- la tecla "reemplazar": "los evangelios dicen que Jesús" o "Jesús según los evangelios".

...aceptó esta unción real, mesiánica, y también el compromiso de liberar a su pueblo. Y esta pretensión real, mesiánica engendró todo el proceso que se describirán en este evangelio- Y Jesús parece consciente que este proceso acabará en la sepultura.

Mc 14, 8 o] e;scen evpoi,hsen\
proe,laben muri,sai to. sw/ma, mou
eivj to.n evntafiasmo,nÅ
  ...ha hecho lo que ha podido,
anticipándose a ungir mi cuerpo
para la sepultura.

Otra razón para poner esta narración de la unción en Betania como pórtico del evangelio de la pasión / resurrección nos la da una pequeña palabra griega que el texto de Mateo añade al de Marcos:

Mc 14, 9 avmh.n de. le,gw u`mi/n(
o[pou eva.n khrucqh/| to. euvagge,lion
eivj o[lon to.n ko,smon(
kai. o] evpoi,hsen au[th lalhqh,setai
eivj mnhmo,sunon auvth/jÅ
En verdad os digo,
dondequiera que se predicare el evangelio
en todo el mundo,
se hablará de lo que ésta ha hecho,
para memoria de ella.
Mt 26, 13 avmh.n le,gw u`mi/n(
o[pou eva.n khrucqh/| to. euvagge,lion tou/to
evn o[lw| tw/| ko,smw|(
lalhqh,setai kai. o] evpoi,hsen au[th
eivj mnhmo,sunon auvth/jÅ
En verdad os digo,
donde quiera que sea predicado este evangelio
en todo el mundo,
se hablará también de lo que ha hecho ésta,
para memoria suya.

No creo que sea necesario gastar más minutos para demostrar que Jesús está comiendo o cenando entre amigos. El relato de Marcos nos dejar adivinar que esta "casa de Simón el Leproso" es la misma en donde Jesús y los suyos se refugiaban de noche durante la última semana de Jerusalén (Mc 11, 11.12.19). El relato de Juan, por su parte, situará esta comida/cena en el marco de una familia ya bien conocida: la de Lázaro, a quien Jesús había resucitado de entre los muertos (o]n h;geiren evk nekrw/n VIhsou/j), y de sus dos hermanas Marta y María. Son amigos íntimos de Jesús ¿no?

Jn 11, 5 hvga,pa de. o` VIhsou/j th.n Ma,rqan kai. th.n avdelfh.n auvth/j kai. to.n La,zaronÅ
Jesús amaba a Marta y a su hermana y a Lázaro.
Jn 11, 11 La,zaroj o` fi,loj h`mw/n kekoi,mhtai\ avlla. poreu,omai i[na evxupni,sw auvto,nÅ
Lázaro, nuestro amigo, está dormido, pero voy a despertarlo.
Jn 11, 35s evda,krusen o` VIhsou/jÅ e;legon ou=n oi` VIoudai/oi( :Ide pw/j evfi,lei auvto,nÅ
Jesús lloró. Y los judíos decían:: "¡Cómo le amaba!."

Esta familia era totalmente desconocida por el relato sinóptico. Pero aquí tenemos un caso de posibles relaciones entre el evangelio de Juan y el material propio de Lucas: éste conoce una casa que Jesús visitaba, en donde vivían dos hermanas (Marta y María) que asumen en ambas narraciones papeles semejantes respecto a Jesús: Marta sirve (Lc 10, 40 / Jn 12, 2), María escucha a los pies de Jesús / unge los pies de (Lc 10, 39 / Jn 12, 3). En ambas narraciones Jesús sale en defensa de María.

Amigos íntimos y amigos ricos. El hecho que "muchos de los judíos habían venio a dar el pésame a Marta y María por la muerte de su hermano" (Jn 11, 19) indica un cierto estatus social, poder ofrecer un banquete (evpoi,hsan ou=n auvtw/| dei/pnon, Jn 12, 2) a Jesús y a todo su grupo, las referencias a la calidad y al precio del `perfume gastado.

Mc 14, 3 h=lqen gunh. e;cousa avla,bastron mu,rou na,rdou pistikh/j polutelou/j(
Vino una mujer trayendo un vaso de alabastro lleno de ungüento de nardo auténtico, de gran valor.
Jn 12, 3 h` ou=n Maria.m labou/sa li,tran mu,rou na,rdou pistikh/j poluti,mou
María, tomando una libra de ungüento de nardo legítimo, de gran valor...
Mc 14, 5 hvdu,nato ga.r tou/to to. mu,ron praqh/nai evpa,nw dhnari,wn triakosi,wn kai. doqh/nai toi/j ptwcoi/j\
Porque pudo venderse en más de trescientos denarios y darlo a los pobres.
Jn 12, 5 Dia. ti, tou/to to. mu,ron ouvk evpra,qh triakosi,wn dhnari,wn kai. evdo,qh ptwcoi/jÈ
¿Por qué este ungüneto no se vendió en trescientos denarios y se dio a los pobres?

Los pobres (toi/j ptwcoi/j) son presentados aquí como un grupo externo, ajeno a todo este conjunto formado por una familia anfitriona, por Jesús y sus discípulos que, reclinados (katakeime,nou auvtou/) sobre divanes, participaban en un banquete.

Una pregunta que queda en suspenso a la espera de recibir una respuesta más tarde: ¿Qué función tienen aquí los pobres?

Las tres unciones a Jesús

*         *         *

Sigamos en este primitivo evangelio de la pasión / resurrección, seguido por Marcos y Juan, pero dejando cada uno sus propias huellas. Por ejemplo, Marcos y Juan habían puesto una anotación cronológica a la unción de Betania:

Mc 14, 1 +Hn de. to. pa,sca kai. ta. a;zuma meta. du,o h`me,rajÅ
Cuando faltaban dos días para la Pascua y los Ázimos,
Jn 12, 1 ~O ou=n VIhsou/j pro. e]x h`merw/n tou/ pa,sca
Seis días antes de la Pascua, Jesús...

¿Error cronológico? ¿Una de tantas contradicciones que podemos encontrar en los evangelios? No, de ninguna manera.

Ni uno ni otro quieren hacer cronología: hacen teología. El relato de Marcos recuerda el profeta Oseas:

Os 6, 2 El nos dará vida a los dos días, y al tercero nos levantará y viviremos ante él.

A Juan le gusta recordar la Creación, los seis días de la Creación.

Gen 1, 31 Dios vio que todo lo que había hecho era muy bueno
Hubo una tarde y una mañana, y fue el sexto día
El día séptimo reposó de toda la obra que había hecho.

El día séptimo, hombre y mujer, desnudos sin avergonzarse (Gen 2, 25), comían de los frutos de todos los árboles del jardín (Gen2, 16) mientras el Señor-Dios, a los airecillos frecos de la tarde, se paseaba por el jardín (Gen 3, 8).

El séptimo día (Jn 20, 1), en el evangelio de Juan, hombre y mujer, en un jardín, se reencuentran. El diálogo es breve. El hombre dice: "María"; la mujer responde: "Rabunni, esposo mío". (Jn 20, 16). Una nueva creación empezaba.

En este intervalo, ya sea de dos días o de seis días, encontramos a Jesús y a los suyos, una vez más, reclinados alrededor de una mesa. No es necesario ahora entrar a discutir si están celebrando o no la cena pascual (en este punto Marcos y Juan vuelven a discrepar) ni discutir sobre lo que pasó en esta supuesta "última" cena. Nos interesa, más bien, el lugar donde se celebra la cena.

Mc 14, 15 kai. auvto.j u`mi/n dei,xei avna,gaion me,ga evstrwme,non e[toimon\ kai. evkei/ e`toima,sate h`mi/nÅ
El os mostrará una sala en el piso alto, grande, alfombrada, pronta. Allí haréis los preparativos para nosotros.

Una sala "en el piso alto", grande, preparada con alfombras y cojines. Ciertamente, no era en mi casa donde se celebró esta cena. Ni en ninguna de las casas de planta baja de mi barrio.

¿Quién era esta gente, conocida de Jesús / desconocida por los de su grupo? Serían amigos de Jesús... Tenían una buena casa...

¿Quién es aquel "otro discípulo" (a;lloj maqhth,j), "a quien Jesús amaba" (o]n hvga,pa o` VIhsou/j), que no era del grupo de los Doce, que "se reclinaba sobre el pecho de Jesús" (avnakei,menoj evn tw/| ko,lpw| tou/ VIhsou/)? (Jn 13, 23).

Cada vez me gusta menos la traducción de la Bíblia Catalana Inreconfessional: ahora, en vez del "se reclinaba sobre el pecho de Jesús" dice: "era al lado de Jesús". Es verdad que a continuación traducirá: "Él se reclinó sobre el pecho de Jesús".

Parece que algunos tienen miedo de que la foto del discípulo, supuestamente jovencito, "a quien Jesús amaba", salga colgando de un youtube. Se olvidan que es una foto "teológica", que quiere expresar la profunda experiencia de aquella cena: "Como me ha amado el Padre, así os he amado yo".(Jn 15, 9).

El amor del Padre (al Hijo) había quedado expresado en el prólogo de este evangelio con esta frase:

Jn 1, 18 Qeo.n ouvdei.j e`w,raken pw,pote\ monogenh.j qeo.j o` w'n eivj to.n ko,lpon tou/ patro.j evkei/noj evxhgh,satoÅ
A Dios nadie lo ha visto jamás; Dios Unigénito, que está en el seno del Padre, ése nos le ha dado a conocer.

El amor entre Jesús y los discípulos, representados por la figura de aquel "a quien Jesús amaba", queda expresado ahora de esta manera:

Jn 13, 23 h=n avnakei,menoj ei-j evk tw/n maqhtw/n auvtou/ evn tw/| ko,lpw| tou/ VIhsou/( o]n hvga,pa o` VIhsou/j\
Uno de sus discípulos, el que Jesús amaba, estaba recostado en el pecho de Jesús.

Después se nos dirá que era conocido del gran sacerdote (h=n gnwsto.j tw/| avrcierei) y que tenía fácil acceso a la casa / palacio de éste. Y que el servicio de la casa lo conocía suficientemente para permitir que Pedro entrara (Jn 18, 16).

¿Quién podría ser este "otro discípulo" a "quien Jesús amaba"? ¿Quizás el hijo de la casa?

Un inciso entre parénteis ya que hoy toca hablar de Jesús, pero no de su madre. Pero recordad: "Desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa". (Jn 19, 27). Quizás, en sus últimos años, la madre Jesús no necesitaba ir a la fuente por agua. Ya vivía en una casa "con servicio". Quizás quien iba a la fuente por agua era una criada (paidi,skh) llamada Rode (ovno,mati ~Ro,dh) (Cf. Ac 12, 13). La palabra griega podría ser traducida también por "esclava".

Y en esta cena celebrada en el piso alto, en una sala grande con alfombras y cojines, ¿alguien piensa en los pobres? Pues, sí. ¿Cómo podríamos nosotros pensar que en un momento tan importante para Jesús y los suyos, los pobres estarían exluidos?

Cuando Judas, a la palabra de Jesús "aquello que estás haciendo, hazlo pronto" (}O poiei/j poi,hson ta,cion) (Jn 13, 27), sale de la sala, algunos piensan que

Jn 13, 29 le,gei auvtw/| Îo`Ð VIhsou/j( VAgo,rason w-n crei,an e;comen eivj th.n e`orth,n( h' toi/j ptwcoi/j i[na ti dw/|Å
...que Jesús le decía que comprara todo lo que necesitaban para la fiesta, o que diera algo a los pobres.

Los pobres están presentes como puro objeto de beneficencia (toi/j ptwcoi/j), pero de ninguna manera pertenecen al grupo a quien Jesús, durante la cena, llama "amigos".

Jn 15, 15 u`ma/j de. ei;rhka fi,louj( o[ti pa,nta a] h;kousa para. tou/ patro,j mou evgnw,risa u`mi/nÅ
A vosotros os digo amigos, porque todo lo que oí de mi Padre os lo he dado a conocer.
*         *         *

En este primitivo evangelio de la pasión / resurrección encontramos un tercer lugar, que ya estaba pre-anunciado en los dos relatos anteriores: la tumba de Jesús.

En el evangelio de Marcos, la acción de la sepultura de Jesús recae sobre José de Arimatrea, personaje que sale por primera vez en este evangelio. Marcos nos lo presenta como miembro del sanedrín (bouleuth,j), calificándolo de "distingido" (euvsch,mwn), uno de tantos que esperaban la llegada del Reino de Dios (o]j kai. auvto.j h=n prosdeco,menoj th.n basilei,an tou/ Qeou/) (Mc 15, 43).

"Miembro distingido / respetado del sanedrín", ¿quizás era como un pobre Xirinacs en el Congreso o como un Labordeta, pobre maestro de escuela? El evangelio de Mateo nos despeja las dudas: "vino un hombre rico (a;nqrwpoj plou,sioj) de Arimatea, que se llamaba José". El evangelio de Mateo no sabe si este "hombre rico" esperaba el Reino de Dios (¿un rico puede esperar el Reino de Dios?), pero sabe que este hombre rico era "discípulo de Jesús" (o]j kai. auvto.j evmaqhteu,qh tw/| VIhsou/) (Mt 27, 57).

Lucas añade que era un hombre "bueno y justo" (avnh.r avgaqo.j kai. di,), que "no había apoyado le decisión y actuación" del sanedrín (ou-toj ouvk h=n sugkatateqeime,noj th/| boulh/| kai. th/| pra,xei auvtw/n) (Lc 23, 50-51).

Según el relato de Marcos este hombre se encarga de todo: se atreve a pedir el cuerpo de Jesús a Pilato, compra una sábana (avgora,saj sindo,na), baja el cuerpo (kaqelw.n auvto.n), lo envuelve con la sábana (evnei,lhsen th/| sindo,ni), lo deposita en el sepulcro (e;qhken auvto.n evn mnhmei,w|) y cierra la puerta del sepulcro con una piedra (proseku,lisen li,qon evpi. th.n qu,ran tou/ mnhmei,ou). El sepulcro estaba abierto en la roca (o] h=n lelatomhme,non evk pe,traj).

Mateo nos da algún detalle más: la sábana era limpia (sindo,ni kaqara/), el sepulcro -sin estrenar- era el de José de Arimatea, que se lo había hecho abrir en la roca (evn tw/| kainw/| auvtou/ mnhmei,w| o] evlato,mhsen evn th/| pe,tra|) y la piedra que cerraba el sepulcro era "grande(li,qon me,gan) (Mt 27, 59-60). Lucas también nos dirá que en el sepulcro no habían puesto todavía a nadie (ou- ouvk h=n ouvdei.j ou;pw kei,menoj) (Lc 23, 53).

En este relato no hay embalsamiento del cuerpo: éste ya "había sido ungido para la sepultura" (proe,laben muri,sai to. sw/ma, mou eivj to.n evntafiasmo,n) en Betània (Mc 14, 8) y también porque era necesario dejar faena para las mujeres y poder explicar su ida al sepulcro "pasado el sábado" (diagenome,nou tou/ sabba,tou) (Mc 16, 1).

En el evangelio de Juan, José de Arimatea también sale como un "discípulo de Jesús, pero a escondiodas por miedo a los judíos" (w'n maqhth.j tou/ VIhsou/ kekrumme,noj de. dia. to.n fo,bon tw/n VIoudai,wn) y es él el que pide a Pilato "llevarse el cuerpo de Jesús" (i[na a;rh| to. sw/ma tou/ VIhsou/) (Jn 19, 38).

El Evangelio de Pedro 3 dice que José acudió a Pilato antes de la crucifixión para pedir el cuerpo de Jesús y lo identifica como amigo de Pilato, pero se trata casi con seguridad de una deducción a partir del dato tradicional de que Pilato accedió a la petición de José. (Raymond E. Brown).

Juan, sin embargo, piensa que el relato de Marcos da demasiado trabajo a un solo hombre y le busca un compañero, un hombre que ya conocemos: Nicodemo, "el que primeramente había ido a encontrarlo de noche" (o` evlqw.n pro.j auvto.n nukto.j to. prw/ton) (Jn 19, 39). Ya sabemos, pues, que es un fariseo (+Hn de. a;nqrwpoj evk tw/n Farisai,wn), miembro destacado del sanedrín (a;rcwn tw/n VIoudai,wn) (Jn 3, 1) y "maestro de Israel" (o` dida,skaloj tou/ VIsrah.l) (Jn 3, 10). También sabemos que un día defendió a Jesús delante de los "grandes sacerdotes y fariseos" (pro.j tou.j avrcierei/j kai. Farisai,ouj) (Jn 7, 45), aunque fuera uno de ellos (ei-j w'n evx auvtw/n), diciendo: "¿Acaso nuestra ley juzga alguien sin escucharlo y saber qué ha heccho?" (Mh. o` no,moj h`mw/n kri,nei to.n a;nqrwpon eva.n mh. avkou,sh| prw/ton parV auvtou/ kai. gnw/| ti, poiei/È) (Jn 7, 50-51).

Se trata de un miembro del Gran Consejo (Sanedrín), que entre los del régimen, gozaba de la categoría de jefe (7, 26.48; 12, 42). Los jefes aparecen como las autoridades supremas y entre ellos se encuentran los sumos sacerdotes y ciertos fariseos (Juan Mateos)

"Nicodemo" es un nombre griego, que no era raro entre los judíos bajo la forma de "Naqdimon". El Talmud de Babilonia, Taanith 20a, conoce a un Naqdimon ben Gurion (o Bunai), conocido en Jerusalén como hombre rico y generoso por los años anteriores al 70. Es casi seguro que Nicodemo pertenecía al Sanedrín (Raymond E. Brown).

Nicodemo no llega con las manos vacías: traía "una mezcla de mirra y aloe, como de 100 libras" (fe,rwn mi,gma smu,rnhj kai. avlo,hj w`j li,traj e`kato,n). Si aquella mujer de Betania, con una libra de perfume, ya había levantado críticas, ¿qué podríamos decir ahora ante las cien libras de Nicodemo? Ciertamente, es una cantidad desorbitada..., pero no si se trata de la sepultura de un rey.

Tenemos noticias de que semejantes dispendios eran cosa habitual en el sepelio de los reyes. Josefo, Ant. XVII, 8,3,199, narra que los aromas o perfumes (aromata) empleados en la sepultura de Herodes el Grande fueron llevados por quinientos siervos. En un "tratado menor" del Talmud (TalBab, Ebel Rabbathi o Semahoth, 8,6, un texto medieval que, sin embargo, recoge materiales antiguos) se conserva la tradición de que a la muerte de Rabbí Gamaliel el Viejo (ocurrida probablemente ca. 50 dC) el prosélito Onkelo quemó más de ochenta libras de aromas. Cuando se le preguntó por qué lo hacía, respondió citando Jer 34, 5, como un ejemplo de que a la muerte de los reyes se quemaban perfumes, y afirmó al mismo tiempo que Gamaliel valía más que un centenar de reyes. En la misma dirección podría apuntar la mención de un huerto, ya que en el AT se relacionan con huertos los sepulcros de los reyes de Judá (2Re 21, 18.26). En Neh 3, 16 se dice que la tumba de David, según la tradición popular (cf. Ac 2, 29), estaba en un huerto.

El tema de que Jesús fue sepultado al estilo de los reyes sería una excelente conclusión para el relato de la pasión. (Raymond E. Brown).

Jer 34, 5
Y como se quemaron perfumes en los funerales de tu padre, los reyes que te han precedido, así se quemarán en los tuyos, y se te harán lamentaciones: "¡Ay, Señor!", pues soy yo quien lo digo, yo Yahvé
Cfr. 2Cro 16, 14; 21, 19

En el evangelio de Juan el cuerpo de Jesús es enterrado como Dios manda: "Entonces..." (e;labon ou=n to. sw/ma tou/ VIhsou/ kai. e;dhsan auvto. ovqoni,oij meta. tw/n avrwma,twn( kaqw.j e;qoj evsti.n toi/j VIoudai,oij evntafia,zein) (Jn 19, 40).

miroforas1 (235K)Estos dos hombres no dejan faena para las mujeres... Si solo tuviéramos el evangelio de Juan, nos hubiéramos quedado sin las magníficas iconas de las "miróforas" o sin "el colectivo de mujeres", y no añado "de iglesia", porque en aquel tiempo nadie había pensado todavía que fundar una iglesia podía convertirse con el tiempo en un buen negocio.

El evangelio de Marcos (y el de Mateo y Lucas a su cola) nos habla de este "colectivo de mujeres" y nos lo presenta tres veces, dándole así una función: la de unificar en un solo relato tres narraciones, la narración del calvario, la narración de la sepultura y la narración del sepulcro vacío.

Este colectivo de mujeres es propio del evangelio de la pasión / resurrección: de ellas nadie había hablado. ¿Quiénes son los miembros de este colectivo? En primer lugar, y en las tres listas, María Magdalena (Mari,a h` Magdalhnh.), seguida por otra María, señalada como "la madre de Santiago el menor y de José" (VIakw,bou tou/ mikrou/ kai. VIwsh/toj), y la tercera es Salomé en el evangelio de Marcos y "la madre de los hijos de Zebedeo" (h` mh,thr tw/n ui`w/n Zebedai,ou) en el evangelio de Mateo. ¿Se refieren a la misma mujer? Pero estas tres son las que "pintan" en un grupo más amplio de mujeres que han quedado en el anonimato (el que unos "pinten" y otros queden en el anonimato ha pasado siempre y en todas partes). Para Marcos son unas "cuantas mujeres" (+Hsan de. kai. gunai/kej), para Mateo son "muchas" (+Hsan de. evkei/ gunai/kej pollai.), que se lo miraban desde lejos (avpo. makro,qen qewrou/sai). Como veis, el baile de cifras después de una manifestación es una cosa que ha pasado siempre y en todas partes. Es verdad que en el versículo siguiente Marcos se corregirá y hablará de "muchas otras" (kai. a;llai pollai.).

Este amplio colectivo de mujeres está descrito con una doble función: "seguir" (hvkolou,qoun auvtw/) y "servir" (dihko,noun auvtw/|) a Jesús. De los "discípulos masculinos" los evangelios nunca dicen que "sirvieran" a Jesús: ellos sólo lo "siguen".

No sé si esto se podría considerar una "discriminación de género" o querer poner ya desde el principio las cosas claras...

Años más tarde, este amplio colectivo de mujeres, cuando explicaban historias de abuelas a sus nietos, no olvidaban nunca de decir: "Yo participé en la subida", como muchos de nosotros diremos "Yo participe en la cadena". La subida, más teológica que histórica, de Galilea (avpo. th/j Galilai,aj) a Jerusalén (eivj ~Ieroso,luma).

Son mujeres de Galilea. ¿Qué más podemos saber de ellas?

El autor del evangelio que nosotros llamamos de Lucas (un evangelio fascinante, menospreciado y odiado por todos aquellos cristianos que quieren que las cosas sean o blancas o negras), nos da más detalles. Lucas no es demasiado amigo del protagonismo de las mujeres y, así, incluirá este colectivo de mujeres dentro de un grupo más amplio de "todos los conocidos de Jesús" (pa,ntej oi` gnwstoi. auvtw/|), que desde lejos miraban la crucifixión.

Lc 23, 49 ei`sth,keisan de. pa,ntej oi` gnwstoi. auvtw/| avpo. makro,qen kai. gunai/kej ai` sunakolouqou/sai auvtw/| avpo. th/j Galilai,aj( o`rw/sai tau/taÅ
Todos sus conocidos y las mujeres que le habían seguido de Galilea estaban a distancia y contemplaban todo esto.

No repetirá sus nombres tres veces como hacen Marcos y Mateo, sino una sola vez y al final cuando, volviendo del sepulcro, van a explicarlo a los discípulos, "a los Once y a los otros" (toi/j e[ndeka kai. pa/sin toi/j loipoi/j). A regañadientes (no tiene otro remedio) ha de poner en primer lugar a María Magdalena, seguida de una Juana, desconocida por los otros evangelios, y, en tercer lugar, María, "la madre de Santiago".

Lc 24, 10 h=san de. h` Magdalhnh. Mari,a kai. VIwa,nna kai. Mari,a h` VIakw,bou kai. ai` loipai. su.n auvtai/jÅ
Eran María Magdalena, Juana y María de Santiago, y las demás que estaban con ellas.

El de Lucas, es el único evangelio que nos habla de este colectivo de mujeres participando activamente en el anuncio (khru,sswn kai. euvaggelizo,menoj) del Reino de Dios (th.n basilei,an tou/ qeou/) por ciudades y pueblos (kata. po,lin kai. kw,mhn) de Galilea, juntamente con los Doce (oi` dw,deka).

Lc 8, 2s kai. gunai/ke,j tinej [ ] Mari,a h` kaloume,nh Magdalhnh,( kai. VIwa,nna gunh. Couza/ evpitro,pou ~Hrw,|dou kai. Sousa,nna kai. e[terai pollai,( ai[tinej dihko,noun auvtoi/j evk tw/n u`parco,ntwn auvtai/jÅ
...y algunas mujeres [...]: María, llamada Magdalena, Juana, la mujer de Cusa, administrador de Herodes, Susana y muchas otrass, que los proveían con sus bienes.

Nos podemos preguntar por qué Lucas, cuando habla de las mujeres, se ve obligado a añadir unos paréntesis más bien despectivos. De estas mujeres dirá que "habían estado curadas de espíritus malignos y de enfermedades" (ai] h=san teqerapeume,nai avpo. pneuma,twn ponhrw/n kai. avsqeneiw/n) y de María Magdalena, también aquí a la cabeza del grupo, dirá que "de ella habían salido siete demonios" (avfV h`j daimo,nia e`pta. evxelhlu,qei), un paréntesis que ha tenido graves consecuencias para el buen nombre de esta mujer.

Para el tema de hoy nos interesa, y mucho, el tercer paréntesis: "las cuales los servían con sus bienes" (ai[tinej dihko,noun auvtoi/j evk tw/n u`parco,ntwn auvtai/j).

Que las mujeres no se me enfaden: la función de este colectivo de mujeres es, una vez más, "servir". Creo que hay una serie de palabras (seguir, servir, subir a Jerusalén...) que tienen un sentido teológico preciso y que deberían ser traducidas siempre (en una traducción dirigida al estudio de la biblia) de la misma manera. Después, para una lectura pública, podríamos optar por otras expresiones: "los mantenían" (versión monjes de Montserrat), "los proveían" (BCI), "les prestaban ayuda" ( ), "los atendían" (BLA), "le ayudaban" (JM).

Pero una "lectura imparcial" de los evangelios, al menos la que yo puedo hacer, no tiene ninguna pretensión de dictaminar conductas a seguir hoy día...

Estas mujeres que iban en el grupo de Jesús no eran pobres: tenían sus bienes, sus dinerillos; aquello mismo que Jesús exigió al joven rico que se lo vendiera y se lo diera a los pobres (ta. u`pa,rconta). Y esta Juana, "la mujer de Cusa, el administrador de Herodes" (gunh. Couza/ evpitro,pou ~Hrw,|dou), ¿qué pinta en este grupo de Jesús? Ya os he dicho que el de Lucas es un evangelio fascinante...

Es posible que la imagen de un Jesús mantenido por unas mujeres ricas no nos acabe de gustar demasiado... Es posible que la estrecha relación entre Jesús y María Magdalena, una mujer rica, no nos acabe de convencer demasiado...

Las mujeres de Jesús

María Magdalena

Gracias por la visita
Miquel Sunyol

sscu@tinet.cat
24 marzo 2014
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