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MÁS SOBRE EL ERROR DEL DIOS ENCARNADO

Jesús y el Espíritu

En febrero del 2010 publiqué

EL ERROR DEL DIOS ENCARNADO

(si lo queréis leer)

en donde seguía las ideas de Roger Haight, expuestas en su libro Jesus, symbol of God, publicado el año 1999, que -como podéis suponer- recibió las correspondientes condenas de la Congregación para la Defensa de la Fe, en una notificación, firmada por el cardenal Joseph Ratzinger, el 13 de diciembre del 2004.

En lengua castellana, traducido por Antonio Piñero Sáenz, apareció el año 2007 (Jesús, símbolo de Dios), publicado por Editorial Trotta

El error, como recordaréis, había consistido en confundir una "personificación" (una figura metafórica del lenguaje) con una hipóstasis (una entidad real independiente)

Roger Haight, en su libro, cita diversas veces a James D. G. Dunn. Veámoslo.

James Dunn en
LA CONTRA de La Vanguardia
(29 junio 2009)

En la pàgina 183 cita christology in the making: a new testament inquiry into the origins of the doctrine of the incarnation, publicado en primera edición el año 1980:

Este símbolo [Espíritu] tiene sus raíces en una metáfora que caracteriza a Dios como inmanente al mundo, e indica el poder visible y los efectos de la presencia invisible divina. Como ha afirmado Dunn: "En este sentido el Espíritu divino no es en ningún sentido distinto de Dios, sino simplemente el poder de Dios; Dios mismo que actúa poderosamente en la naturaleza y sobre los seres humanos".

In other words, on this understanding, Spirit of God is in no sense distinct from God, but is simply the power of God, God himself acting powerfully in nature and upon men. (p. 133)

Y en la nota (35) añade:

En el período intertestamentario encontramos personificaciones del Espíritu cuando éste se relaciona o identifica con la Sabiduría. Pero en opinión de Dunn todos estos casos no son otra cosa que un lenguaje figurado para expresar a la vez la inmanencia y trascendencia de Dios.

¿Tenemos en todos estos casos algo más que una personificación, un recurso literario (o verbal) para hablar de la acción de Dios sin involucrarse una y otra vez en una descripción más complicada de cómo el Dios trascendente puede intervenir en la tierra? En otras palabras, simplemente un dispositivo de taquigrafía útil ('Espíritu de Dios', 'gloria de Dios', etc.), que puede tanto expresar el carácter de la inmanencia de Dios, como salvaguardar su trascendencia al mismo tiempo, sin más ni más. (pag. 134-135)

Have we in all these cases any more than a personification, a literary (or verbal) device to speak of God's action without becoming involved every time in a more complicated description of how the transcendent God can intervene on earth?; in other words, simply a useful shorthand device ("Spirit of God", "glory of God", etc) which can both express the character of God's immanence in a particular and safeguard his transcendence at the same time without more ado. (134-135)

En la página 187 citando igualmente christology in the making:

Y ¿qué significan estas afirmaciones?

Por una parte, algunos exegetas consideran abiertamente estos textos (Flp 2, 6-11; Col 1, 15-20; Mt 11, 25-30) como una representación de un Jesucristo preexistente.

Pero, por otra parte, otros intérpretes piensan que estos textos y sus paralelos están bastante lejos de eso. James Dunn, por ejemplo, reconoce que en su cristología sapiencial Pablo quiso mostrar que Jesús es la encarnación nueva y total de la Sabiduría divina. Admite también que Mateo supera a su fuente Q (en la que Jesús es un mensajero de la Sabiduría), identificando a Jesús con la Sabiduría misma.

Es claro que himnos, como el de Colosenses, están comparando a Jesús con la personificación de la Sabiduría divina. Además, este lenguaje metafórico de la personificación condujo finalmente a una cristología en la cual Jesús es de clase diferente a otros mediadores de Dios y disfruta del estado metafísicamente divino de la preexistencia personal.

Pero Dunn afirma no encontrar en la tradición judía anterior a Jesús consideración alguna de la Sabiduría como hipóstasis o entidad divina, pues ello no tendría cabida en el monoteísmo judío. Estas afirmaciones sobre la Sabiduría no pasan de ser una personificación figurada.

James Dunn concluye su apartado &18 (El Espíritu de Dios en el Judaísmo pre-cristiano) con estas palabras:

En resumen, poco o nada existe en el judaísmo pre-cristiano que prepare para una especie de identificación entre Jesús y el Espíritu, que Pablo y Juan parecen haber previsto, y nada para provocar la idea de una encarnación del Espíritu en o como un hombre.

Así, pues, acerca de la idea del Espíritu como una entidad en algún sentido independiente de Dios, del Espíritu como una hipóstasis divina, no hay nada.

To sum up, there is little or nothing in pre-Christian Judaism to prepare for the sort of identification between Jesus and the Spirit which Paul and John seem to have envisaged, and nothing to provoke the idea of an incarnation of the Spirit in or as a man.
But the idea of the Spirit as an entity in any sense independent of God, ofSpirit as a divine hypostasis, there is nothing (pàg. 136)

*     *     *

El 2011 la Editorial Verbo Divino publicó, traducido por José Pérez Escobar, un libro de James Dunn con el título ¿dieron culto a jesus los primeros cristianos? los testimonios del nuevo testamento

La obra original había sido publicada el año anterior con el título "Did the First Christian Worship Jesús? The New Testament Evidence".

Hablé del "culto a Jesús" en febrero del 2011 al preguntarme, por segunda vez, sobre la Trinidad cristiana. La primera vez (año 1999) la pregunta había sido:

LA TRINIDAD CRISTIANA

¿Misterio o ignorancia?

En la segunda vez (año 2011) la pregunta era:

LA TRINIDAD CRISTIANA

¿Misterio o ignorancia? ¿O una simple doctrina?

No es necesario recordar que el tema del "Dios encarnado" y el tema de la "Trinidad cristiana" son interdependientes. La novena tesis, de las catorce con las que yo intentaba resumir el libro de John Hick, la metáfora del dios encarnado, decía:

9


Cuestionar la idea de Jesús como encarnación literal de Dios implica también cuestionar la idea de Dios como la de literalmente tres personas en una (la doctrina de la Trinidad se deriva de la doctrina de la encarnación).

Si Jesús fue Dios en la tierra, también tiene que haber sido Dios en el cielo, de manera que la teología cristiana requería por lo menos en este sentido una doble divinidad. Cuando el Espíritu Santo, no diferenciado en un principio del espíritu de Jesús, fue añadido como una hypostasis distinta, la doble divinidad se convirtió en trinidad.

Si quieres ver
las Catorce tesis

Veamos, pues, cómo y de qué manera nos puede ayudar este último libro de James Dunn, que yo todavía no conocía cuando traté estos temas.

*     *     *

La primitiva cristología nació a partir de las concepciones que el judaísmo pre-cristiano (o el judaísmo del Segundo Templo, o el judaísmo intertestamentario) tenían sobre las relaciones entre el Creador y el mundo creado: cómo intentaban salvar el abismo entre Creador y creación (abismo reconocido por la mayoría de las religiones de la época), cómo explicaban la comunicación entre el Dios inimaginable (del cual no se puede hacer ninguna imagen) y Trascendente y la humanidad creada.

Israel estaba convencido de que Dios se había comunicado a través de esa brecha, en particular, a los patriarcas, a Moisés y a los profetas. (pág. 94)

Y no sólo era cuestión de explicar cómo podía existir esta comunicación, sino cómo se hacía real la presencia de Dios en la realidad cotidiana de la humanidad.

La figura de los "ángeles" ("el ángel del Señor", "el ángel de Dios", "el ángel de la presencia") fue un recurso para hablar de la inmanencia de Dios (su participación en este mundo) sin menoscabar su trascendencia.

Y además de los ángeles

Los escritores de las Escrituras de Israel y de la literatura judia intertestamentaria (apócrifos y pseudoepigráficos) tenían otros modos de concebir la relación de Dios con la creación y la inmanencia divina. (pág. 94)

El autor, James D.G. Dunn, destaca entre ellos, estos tres: el Espíritu, la Sabiduría de Dios, la Palabra de Dios. E irá preguntándose si, a partir de la concepción que de ellos se hacía el judaísmo pre-cristiano, se podía desarrollar una cristología del Dios encarnado.

O dicho de otra manera: si en el judaísmo pre-cristiano el Espíritu, la Sabiduría, la Palabra estaban consideradas como entidades divinas, individualizadas, diferenciadas del Dios Trascendente, que en un momento dado (cuando llegó la plenitud de los tiempos) se pudieran encarnar en un hombre determinado.

*     *     *

Comencemos por el Espíritu.

Algunos autores sostienen que el Espíritu de Dios llegó a considerarse como un agente divino independiente en la literatura del Segundo Templo. De hecho, así podría interpretarse Sab 1, 7 y 9, 17, donde se dice que el Espíritu de Dios llena el mundo o es enviado desde lo alto. (pág. 96)

Sab 1,7 Porque el Espíritu del Señor llena la tierra
y Él, que todo lo abarca;
tiene la ciencia de todo.
Sab 9, 17 ¿Quién conoció tus designios
si tú mismo no le diste la Sabiduría,
y enviaste de lo alto tu Espíritu Santo?

Pero una interpretación que sea más coherente con el modo en que Israel y el judaísmo primitivo concebían a Dios nos llevaría a concluir simplemente que se trata de un modo de hablar de la omnipresencia divina y de la unción o inspiración que él llevaba a cabo. Análogamente con la función del Espíritu en la creación, como en Jdt 16, 14 o en 2 Baruc 21, 4, ¿llegaría a entender un israelita o un judío del Segundo Templo estos pasajes como una afirmación de la existencia de un poder diferente al poder constantemente creador de Dios? (pág. 96)

Jdt 16, 14 Que te sirvan todas tus creaturas
a una orden tuya empezaron a existir,
para construirlas enviaste tu Espíritu;
nadie se rebela contra tus mandamientos.
2Bar 21, 4 Tú que has hecho la tierra, escúchame;
Tú que has fijado el firmamento por la palabra
y has asentado las alturas del cielo por el Espíritu,
Tú que has llamado desde el principio del mundo lo que todavía no existía, y te han obedecido...

¿Se diferencian en algo estos pasajes, por ejemplo, de los siguientes?

Ps 104, 30 Cuando envías tu Espíritu, renace la creación
y renuevas la vida sobre la tierra.
Ps 143, 10 Tu Espíritu es bueno:
¡que me conduzca por tierra llana!.
Is 63, 10 Pero ellos es rebelaron
y entristecieron su Espíritu santo.

Todos estos ejemplos son modos de hablar de Dios, de la acción creadora divina que abarca todo, de la inspiración que Dios suscita, de la tristeza profunda que experimenta por el comportamiento de su pueblo. (pág. 96)

Los teólogos de Israel admitieron, desde tiempos antiguos, la existencia de un doble aspecto en Dios: su aspecto invisible e inimaginable y su intervención en la creación y en la humanidad, revelándose, salvando e inspirando. (pág. 97)

El Espíritu de Dios es una de las formas de concebir el modo cómo Dios se relaciona con su creación y con su pueblo: era y es la presencia real de Dios, el Dios que espira, inspirando, así, a los profetas y sabios. (pág. 96)

Y citando a Mehrdad Fatehi nos quiere recordar que:

En el judaísmo en su conjunto, el Espíritu se refiere a la función de Dios con respecto a la creación y a su pueblo... Nunca se concibe ni se experimenta como una entidad diferente o en cierto modo independiente de Dios. La experiencia judía del Espíritu es siempre y esencialmente una experiencia del mismo Dios... El vocabulario del Espíritu se usa precisamente cuando se tiene en el punto de mira la presencia y la actividad personal de Dios. (pág. 97, nota 39)

I concluye esta parte sobre el Espíritu de esta manera:

No encontramos ningún indicio de que se le diere culto al Espíritu de Dios: lo que corrobora que nunca fue considerado como un ser independiente de Dios. (pág 97)

*     *     *

De hecho, el año 2010 James D.G. Dunn seguía manteniendo sus afirmaciones de 1980:

En el judaísmo tardío, a medida que la trascendencia de Dios se reafirmaba, se fue desarrollando la creencia en una serie de seres intermedios entre Dios y el mundo: los más importantes eran las hipóstasis (la Sabiduría, la Shekinah, la Palabra) y los ángeles, de los cuales el judaísmo conocía unos cuantos, cada uno de ellos con una individualidad particular. (H. Ringgren)

That with emphasis on God's transcendence he becomes increasingly more elevated has, as is well known, in late Judaism led to the development of the belief in a series of intermediaries, who stand between God and the world and, so to say, mediate his action to the world. First and foremost among these intermediary beings are the hypostases (Wisdom, the Shekinah. the Word) and angels, of which Judaism knows a number each with his particular individuality. (Pàg. 129)

La pregunta es ésta: si en el judaísmo pre-cristiano ya se pensaba en hipóstasis (entidades individualizadas) divinas y seres intermedios, entonces ¿hasta qué punto el monoteísmo judío se estaba diluyendo o, al menos, modificando y hasta qué punto se abrían las puertas hacia una doctrina cristiana de Jesús como un divino mediador y hacia una doctrina de la encarnación? Es decir, si Jesús el Cristo era la encarnación de uno de estos seres intermediarios.

The point of course is this: if pre-Christian Judaism was already thinking in terms of divine hypostases and intermediaries then to that extent Judaism's monotheism was already being diluted or at least modified, to that extent precedents were being evolved for a Christian doctrine of Jesus as divine mediator, and to that extent room was being made for a Christian doctrine of incarnation, that is of a Jesus Christ who was the incarnation of one of these 'intermediary beings'. (Pàg. 130)

Estos seres intermediarios proporcionaron maneras de afirmar la cercanía de Dios, expresiones sobre la inmanencia de Dios, sin comprometer su trascendencia. Pero de ninguna manera podían ser considerados como seres divinos personales, diferentes de Dios.

...these so-called 'intermediary beings' are better understood as ways of asserting God's nearness, his involvement with the world, his concern for his people. These words provided expressions of God's immanence without compromising his transcendence… and may by no means be regarded as personal divine beings distinct from God. (Pág. 130)

Precisemos la pregunta: ¿el judaísmo pre-cristiano proporcionó el lenguaje para que los primeros cristianos hablaran de la pre-existencia de Jesús y de la encarnación? Y no sólo el lenguaje: ¿el judaísmo pre-cristiano proporcionó al cristianismo primitivo una conceptualización sobre hipóstasis e intermediarios divinos entre Dios y los hombres que conducirían a los primeros cristianos de manera inevitable a identificar a Jesús con uno (o más) de estos divinos seres?

So our question re-emerges: did pre-Christian Judaism provide language for the earliest Christians which, when they applied it to Jew, became the language of pre-existence and incarnation? And not just language: did pre-Christian Judaism provide earliest Christianity with a conceptualization of divine hypostases or intermediaries between God and man which led the earliest Christians inevitably to identify Jesus with one (or more) of that divine beings? (Pág. 131)

Debemos preguntarnos: ¿Era ya el Espíritu considerado como una hipóstasis semi-independiente en tiempos de Jesús?

So we must ask: Was the Spirit already thought of as a semi-independent hypostasis at the time of Jesus? (Pág. 131)

Con otras palabras: ¿la comprensión pre-cristiana del Espíritu y de los ángeles da alguna explicación al por qué y al cómo de los orígenes de la doctrina de la encarnación? Y si los primeros cristianos hicieron alguna identificación entre Cristo y el Espíritu o entre Cristo y un ángel, ¿implica esto la idea de Cristo como pre-existente?

In other words, does pre-Christian understanding of Spirit and angels give any due to the why and how of the origins of the doctrine of the incarnation? And if the first Christians did make any sort of equation between Christ and Spirit, or between Christ and an angel (including 'the angel of the Lord'), did this imply or carry with it the thought of Christ as pre-existent?

Cuando se habla del Espíritu de Dios, la comprensión no es sólo de un poder procedente de Dios, sino del poder de Dios, de Dios mismo ejerciendo su energía eficaz. Esto queda claro en diversos puntos.

When however the talk is of the Spirit of god the understanding is not merely of a power from God, but of the power of God, of God himself putting forth efficacious energy. This comes out most clearly at several points. (Pág. 133)

Experimentar el Espíritu de Dios es experimentar Dios como Espíritu

To experience the Spirit of God is to experience God as Spirit.

En el período intertestamentario ¿el Espíritu de Dios llegó a ser alguna cosa más parecida a una entidad divina separada y distinta de Dios? Es posible argumentar que el Espíritu de Dios llegó a ser representado más como una distinta hipóstasis en los estratos más tardíos del Antiguo Testamento y en el judaísmo postbíblico. Por ejemplo, la costumbre rabínica de citar la Escritura con las palabras "El Santo Espíritu dice".

But what about the intertestamental period? Does the same hold true there? Or does the spirit of God come to denote something more like a separate divine entity distinct from God?

As we have seen (above n.8) it is indeed possible to argue that Spirit of God came to be represented more as a distinct hypostasis in the later strata of the OT and in post-biblical Judaism. Apart from the references already cited (p. 130) we could refer to such passages as Ps. 104, 30, Ps 143, 10, Is 63, 10, and to the rabbinic habit of quoting scripture with the words: "The Holy Spirit says". (134)

Pero tengo que confesar que veo poca diferencia entre estas acepciones y las de períodos anteriores: son simplemente elaboraciones del tradicional punto de vista de que toda vida es el aliento creador de Dios. El Espíritu Santo de Dios, el Espíritu del Señor son variaciones del "Yo".

But I have to confess that I see little difference between such usages and those of earlier periods. Ps 104, 30 and Jdt 16, 14 are simply elaborations of the traditional view that all life is the creative breath of God. In Is 63, 9-14 God' Holy Spirit, the Spirit of the Lord, are simply variations on the "I", along with the angel of this presence" and "his glorious arm"

De hecho, en el período que más nos interesa (el judaísmo justo antes del cristianismo) el papel atribuido al Espíritu parece que había disminuido mucho… en los escritos rabínicos, el Espíritu es principalmente el Espíritu de profecía, pero éste era un papel que pertenecía ya casi por completo al pasado…

In point of fact, in the period which most concerns us (Judaism just before emergence of Christianity), the role attributed to the Spirit seems to have been greatly diminished… In rabbinics writings the Spirit is preeminently the Spirit of prophecy. But this is a role which belongs almost entirely to the past... (Pág. 134)

Las únicas excepciones dentro del judaísmo palestinense pre-cristiano era la gente de Qumrán: sólo los manuscritos del Mar Muerto devuelven al Espíritu la prominencia anterior como una fuerza en el momento presente. Pero no hay ninguna idea del Espíritu como hipóstasis, el Santo Espíritu es simplemente una manifestación de la actividad salvífica de Dios.

The only real exceptions to all this within pre-Christian Palestinian Judaism were the Qumran covenanters; only in the Dead Sea Scrolls does Spirit come back into prominence as a force in present experience. But here there is no idea of the spirit as a hypostasis; the Holy Spirit is... simply a manifestation of God' saving activity. (pag. 135s)

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CATEQUESIS DEL ERROR DEL DIOS ENCARNADO
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Miquel Sunyol

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11 noviembre 2014
Actualizado: marzo 2016
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