Versión para imprimir
Página preparada para una
resolución de 1024 x 768
Pobres... ¿o empobrecidos?

E.W. Stegemann - W. Stegemann
Historia social del cristianismo primitivo
Los inicios en el judaísmo
y las comunidades cristianas en el mundo mediterréneo

A partir de la dominación tolemaica y seléucida, los pequeños agricultores y sus familias, por tanto la mayor parte de la sociedad judía, experimentaron un constante empeoramiento de sus condiciones de vida, hasta la pérdida total de sus tierra y, en consecuencia, de su autonomía, así como la reducción a la servidumbre y a la pobreza. Sólo con la liberación macabea y bajo la soberanía asmonea mejoró su suerte, para volver a empeorar después, de manera sensible, bajo la dominación romana y herodiana. Probablemente, a los artesanos, a los comerciantes y a los pequeños empresarios les iba un poco mejor. Pero todo dependía, claro está, del tipo de artesanía o del ramo de ocupación. (Pág. 180)

* * *

Los cambios económicos que tuvieron lugar en la Palestina del tiempo de la dominación romana se pueden caracterizar como "una grave falta de tierra", es decir, como una reducción al extremo de la superficie per cápita utilizable con fines agrícolas. Había más y más personas que debían proveer a su propio sustento cada vez con menor cantidad de tierra. La consecuencia fue la disolución de las formas tradicionales de asentamiento. A pesar de que la superficie de las tierras cultivadas se extendía cada vez más, un número mayor de cultivadores directos disponía de una cantidad cada vez menor de tierra. Al mismo tiempo, las confiscaciones y la presión fiscal reducían cada vez más el margen de consolidación personal, por lo que aumentaba de continuo el número de los agricultores que perdían su tierra. El endeudamiento y la expropiación de los pequeños agricultores son los signos distintivos de la época romana. En consecuencia, se puede hablar, efectivamente, de un verdadero y propio proceso de empobrecimiento. La reducción de los pequeños agricultores libres a la condición de jornaleros o incluso a la de mendigos, pasando por el estadio de arrendatarios, no representó una excepción en absoluto. Así, por un lado, creció el número de los que trabajaban la tierra como pequeños arrendatarios o incluso como jornaleros y ya no como propietarios, y, por otro, la propiedad rústica se concentró en manos de unos pocos. Pueblos enteros acabaron por encontrarse así, incluso como asentamientos, a expensas de los grandes propietarios, mientras que, viceversa, de pocas factorías autónomas se constituyeron aglomeraciones de muchas casas más pequeñas. (Pág. 159)

* * *

Está claro que el empobrecimiento de los pequeños cultivadores dio un notable impulso al bandolerismo y a la formación de movimientos revolucionarios. No es casualidad que los círculos asmoneos desautorizados siguieran reclutando, precisamente entre los pequeños agricultores, escuadras de partidarios para sus batallas contra la clase dominante romana y herodiana. El clima revolucionario producido por el nuevo ordenamiento de Palestina realizado por Pompeyo constituye asimismo una característica socio-política de todo el período hasta la (primera) gran rebelión. Lo que entonces se recogió, por decirlo así, fue lo que Pompeyo había sembrado más de cien años antes. (Pág. 160)

Gracias por la visita
Miquel Sunyol

sscu@tinet.cat
Abril 2008

Cerrar manualmente