Una crítica a Jacques Dupuis
a la cual me adhiero
Anar a la versió catalana
 
"La malaise" (el malestar) experimentada por André Couture es la misma "insatisfacción" que yo experimenté. Así se lo decía a Javier Melloni:
    Si he empezado este diálogo epistolar contigo es porque tu escrito, que quiere mantenerse dentro de los parámetros de la ortodoxia doctrinal, (y lo mismo me pasó con un artículo del P.Dupuis que no hace mucho condensé para Selecciones de Teología) me deja como una insastifacción: la intuición de que en algún rincón hay como una trampa, que en algún momento saldrá la "carta marcada"...
Je ne saurais cacher le malaise persistant ressenti à la lecture de ce livre. Le travail réalisé par Dupuis est énorme, l'érudition impressionnante, mais quelque chose heurte le croyant autant que l'historien des religions que je suis. Ce n'est pas que le christianisme dans toutes ses dimensions soit ici au centre du débat (423), ou que l'auteur se refuse à fonder son discours sur des dénominateurs communs qui ne sont que de banales abstractions en qui le croyant a peine à se reconnaître.    No sabría esconder el malestar experimentado leyendo este libro. El trabajo de Dupuis es enorme, su erudición impresionante, pero hay algo que me desazona, como creyente y como historiador de las religiones.
Y no es sólo el hecho de que el cristianismo, en todas sus dimensiones, sea aquí el centro del debate, ni el hecho de que el autor se limite a fundamentar sobre denominadores comunes que no son más que abstracciones insignificantes, en las cuales un creyente difícilmente puede llegar a reconocerse
Mais peut-être est-ce qu'on a trop l'impression qu'on se trouve ainsi à baillonner d'avance l'autre croyant
qui n'a plus la possibilité d'avoir une parole originale à dire, qu'on élabore une théologie des relations pour aujourd'hui dans un monde de communications intenses en n'utilisant que l'un des pôles de la communication, le moi.
Sucede que tenemos demasiado la impresión que silenciamos, poniendo una mordaza, desde el primer momento al otro creyente y le negamos la posibilidad de tener una palabra original para decir. Quizás, tambiém, es que fabricamos una teología de las relaciones, en un mundo hoy día de comunicaciones intensas, utilizando sólo uno de los dos polos de la comunicación, el nuestro.
On parle sans cesse dans ce livre des autres croyants, et on dirait que ces autres croyants ne s'y présentent que par bribes. Ils n'arrivent jamais à percer comme des interlocuteurs pleinement valables, avec à leur crédit autre chose que des "éléments" de vérité et de grâce. En este libro se habla sin cesar de los otros creyentes, pero estos otros creyentes sólo se hacen presentes a trozos. En ningún momento logran salir a la superficie como interlocutores plenamente válidos, concediéndoles nada más que unos pocos elementos de verdad y de gracia.
Il est vrai que Dupuis affirme que la vraie théologie des religions est contextuelle, et que son travail ne peut en fait servir que d'introduction générale (38). Mais jamais n'est vraiment critiqué l'universalisme auquel l'auteur semble avoir accès de par sa foi catholique (voir 426-428, 453-456, etc.). L'autre se situe au mieux dans le prolongement d'un moi ecclésial prêt à accueillir toutes les valeurs religieuses, ou de ce Royaume de Dieu qui s'étend au-delà des frontières de l'Église et qui est prêt à englober toute forme d'altérité spirituelle. Es verdad que Dupuis afirma que una auténtica teología de las religiones es contextual y que su libro no es más que una introducción general. Pero no llega a criticar en ningún momento un universalismo al que el autor parece que tiene acceso por su fe católica. En el mejor de los casos, el otro (el otro creyente) se situa en la prolongación de un "yo eclesial" dispuesto a acoger todos los valores religiosos, o en la prolongación de un Reino de Dios que se extiende más allá de las fronteras de la Iglesia, y que también está dispuesto a asimilar y englobar toda forma de alteridad espiritual. 
Malgré des déclarations contraires, on dirait une théologie qui ne parvient
pas à faire confiance à l'autre croyant, qui n'arrive pas à accepter la générosité d'un Dieu qui a de
toute évidence semé dans d'autres terres.
A pesar de estas afirmaciones, podemos decir que es una teología que no llegar a confiar en el otro creyente, que no llega a aceptar la generosidad (la gracia) de un Dios que evidentemente también ha sembrado en otros campos.
En dépit des larges efforts consentis, on dirait que cette théologie des religions reste incapable de
dépasser l'horizon d'un ordre religieux bien établi avec un centre et des marges et de prendre le risque d'accepter une société actuelle mouvante où se confrontent les groupes religieux les plus divers (grands et petits) et où la discussion l'emporte sur l'injonction.
A pesar de todos sus esfuerzos, hemos de decir que esta teología de la religiones se muesra incapaz de superar el horizonte de un universo religioso ya establecido, con un centro y unos límites bien marcados. E igualmente incapaz de arriesgarse a aceptar una sociedad como la actual, siempre en movimiento, en la cual conviven los más diversos grupos religiosos (tanto grandes como pequeños) y en la cual la imposición es superada por el debate.
Au-delà des voeux pieux et
distinctions savantes, j'ai l'impression qu'une telle entreprise théologique relève davantage d'une vision de chrétienté difficilement conciliable avec la sensibilité contemporaine
  Más allá de todos sus deseos piadosos y de sus distinciones sabias, tengo la impresión que toda su tarea teológica es más el fruto de una visión de cristiandad difícilmente conciliable con la sensibilidad contemporánea
Sciences Religieuses 
Revue canadienne 
Vol. 28 Number 1 / 1999
André Couture
Facultad de Teología 
y de Ciencias Religiosas
Universidad Laval (Canadà)

 
Gracias por la visita
Miquel Sunyol
sscu@tinet.cat
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