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¿Existieron "cristianismos"
sin Jesús de Nazaret?
Umberto Eco en
el péndulo de foucault
nos da
una descripción de su época
Si la quieres ver...
Hubo en el siglo II / III unos intelectuales cristianos que intentaron presentar a los intelectuales greco-romanos de su tiempo la doctrina de los cristianos sin hablar ni de Jesús, ni de su muerte y resurrección. Ni ¡del Reino de Dios!
Son los que agrupamos bajo el nombre de "apologistas". Vivieron en ambiente urbano y se muestran como autores del siglo XX / XXI: las palabras recibidas ya no sirven, el Jesús presentado en los evangelios ya no puede ser presentado a una cierta cultura de su tiempo, una cultura que quería desembarazarse de toda aquella serie de dioses que morían y resucitaban.
Subrayo la frase "una cierta cultura de su tiempo", porque no podemos esquematizar este tiempo (siglos II y III), convirtiéndolo en una cosa monolítica.
¿Cómo podían ellos en el siglo II / III ridiculizar los mitos griegos para presentar a continuación otros mitos semejantes?
¿Estamos nosotros dispuestos en el siglo XX / XXI a renunciar a nuestras narraciones evangélicas de nacimiento, muerte y resurrección, para presentar a una cierta cultura de nuestro tiempo nuestra manera de vivir en nuestro mundo aunque Dios no existiera?
A finales de la primera mitad del siglo XX, en medio de los horrores de la Segunda Guerra Mundial y desde una cárcel alemana, un cristiano, el pastor protestante Dietrich Bonhoeffer, recuperaba intuiciones de siglos pasados y nos urgía a "vivir con Dios etsi Deus non daretur" (como si Dios no existiera, aunque Dios no existiera).
En estos años del siglo XXI, otro cristiano, el jesuita Roger Leaners, nos invita a "vivir en Dios sin Dios".
¿No seguían las huellas de los apologistas?
Taciano, el Sirio | Atenágoras de Atenas | Teófilo de Antioquía | Anónimo | Minucio Felix |
Discurso a los griegos | Súplica a favor de los cristianos | A Autólico | Carta a Diogneto | Octavio |
Nos honran con su presencia, ocupando las sillas de la FILA 0, los por todos conocidos
A los que queráis examinar con detalle nuestra doctrina, yo os haré una exposición sencilla y completa (XXX).
Y Taciano en esta "exposición completa"
Del texto se deduce que era un personaje no cristiano, culto, de alto nivel social, "extraordinariamente interesado en instruirse sobre la religión de los cristianos" y que lleva a cabo esta indagación con "mucha inteligencia y cuidado" (I, 1)
"La más fascinante de todas las apologías", nos dice Earl Doherty; una defensa de la fe cristiana que nos puede dejar boquiabiertos.
Los apologistas según Adolf Harnack en l'essència del cristianisme (1900)
Los apologistas según Alfredo Fierro en después de cristo (2012)
Gracias por la visita
Miquel Sunyol sscu@tinet.cat 9 diciembre 2014 |
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La época de los apologetas
¿Es usted consciente de la grandeza de la época, entre el segundo y el tercer siglo después de Cristo? No por los fastos del imperio en su ocaso, sino por lo que entretanto estaba floreciendo en la cuenca del Mediterráneo.
En Roma los pretorianos degollaban a sus emperadores, y en el Mediterráneo florecía la época de Apuleyo, de los misterios de Isis, de ese gran retorno de la espiritualidad que fueron el neoplatonismo, la gnosis... Tiempos felices, cuando los cristianos no habían tomado aún el poder y no se dedicaban a eliminar a los herejes.
Época espléndida, habitada por el Nous, fulgurada de éxtasis, poblada de presencias, emanaciones, demonios y cohortes angélicas. Es un saber difuso, inconexo, antiguo como el mundo, que se remonta más allá de Pitágoras, hasta los brahmanes de la India, los hebreos, los magos, los gimnosofistas, e incluso hasta los bárbaros del extremo norte, los druidas de las Galias y de las islas británicas.
Los griegos pensaban que los bárbaros eran tales porque no sabían expresarse, con esos lenguajes que para sus oídos demasiado educados sonaban como ladridos. En esta época, en cambio, se decide que los bárbaros sabían mucho más que los helenos, precisamente porque su lenguaje era impenetrable. ¿Acaso cree usted que los que bailarán esta noche conocen el significado de todos los cantos y nombres mágicos que pronunciarán? Por suerte no, porque el nombre desconocido funcionará como ejercicio de respiración, como vocalización mística.
La época de los Antoninos... El mundo estaba lleno de maravillosas correspondencias, de semejanzas sutiles, que era preciso penetrar, hacer que penetrasen en uno, a través del sueño, la oración, la magia, que permite actuar sobre la naturaleza y sobre sus fuerzas mediante la influencia de lo similar en lo similar. El saber es inasible, volátil, escapa a toda medida. Por eso el dios que triunfa en esa época es Hermes, inventor de todas las astucias, dios de las encrucijadas, de los ladrones, pero artífice de la escritura, arte de la elusión y de la diferencia, de la navegación, que conduce al extremo de cada límite, donde todo se confunde en el horizonte, de las grúas para levantar las piedras del suelo, y de las armas, que transforman la vida en muerte, y de las bombas de agua, que hacen levitar la materia pesada, de la filosofía, que seduce y engaña...
¿Y sabe usted dónde está hoy Hermes? Aquí mismo, usted lo ha visto a la puerta, lo llaman Exu, ese mensajero de los dioses, mediador, comerciante, ignaro de la diferencia entre el bien y el mal.
Umberto Eco
El péndulo de Foucault
Pàg. 250