El punto de partida de la Teología India 
(Oferta de reflexión)


Clodomiro L. Siller A 
(CENAMI)

Vertientes de la Teología India

La experiencia religiosa de los pueblos indios… se debe confrontar continuamente con el proyecto redentivo, de futuro, y de salvación que posee el grupo. Ahora bien, ese proyecto, así como se percibe y se vive actualmente, en casi todos los pueblos indios actuales tiene dos fuentes: Una es la tradición autóctona antigua, que en algunos grupos existe también en textos escritos y en otros se ha mantenido por la fuerza de la tradición oral o ritual. Otra fuente es la tradición cristiana posterior o más reciente que históricamente no proviene de la cultura propia, sino que les fue comunicada o impuesta por otros sujetos con fe cristiana, y que no raras veces ha sido aceptado por los indígenas, incluso como elemento de identidad cultural. Por eso muchos se preguntan si la teología india no será por lo tanto mayoritariamente india-cristiana.
Pero debemos reconocer que a muchos eso les molesta, en cuanto que  lo perciben como una pérdida de la ansiada identidad que hoy los consolida y fortalece como pueblos.
Algunos teólogos, indios o no indios, piensan que la experiencia religiosa indígena debe ser confrontada con las dos fuentes, la india y la cristiana. Otros grupos están convencidos de que, en las circunstancias actuales de la humanidad, la confrontación debe hacerse sólo a partir de la propia fuente tradicional.
El problema es aún más candente puesto que muchos análisis han demostrado que en algunos grupos indígenas los elementos culturales o religiosos cristianos que los pueblos han asumido, no funcionan realmente ni como “enfoque cristiano” ni como “trascendencia cristiana” para su experiencia cotidiana; más bien son utilizados como “vehículos” para poder vivir muchos aspectos autóctonos, y éstos sí determinan el horizonte y la trascendencia de su vida. Sin embargo, también hay muchas experiencias indígenas en que los elementos cristianos se han profundizado, se han reformulado, se han repensado, aceptado y refuncionalizado, de modo que son expresiones de una religión indígena nueva.

Bases magisteriales para una Teología India

De una Pastoral Indigenista, hecha por no indígenas a favor de los indígenas, se llegó finalmente a una Pastoral Indígena, hecha por indígenas para los indígenas, con el apoyo de los no indígenas.

El estímulo del Vaticano II

Hacia las culturas indígenas
La Teología India es vivir, pensar y expresar la fe de los pueblos indios y, por lo tanto, en concreto, la libertad propia e ineludible de las culturas debe incluir también la libertad de que la fe se exprese y actúe según el enfoque cultural propio de cada pueblo indígena

Hacia las religiones indígenas
En la óptica del Concilio la Teología India no es otra cosa que sacar una de las consecuencias de que “cuando la Iglesia llega a los pueblos ya están en ellos las Semillas de la Palabra”. Tal posición deja la sospecha que en el diálogo y en el ecumenismo, los cristianos parten siempre desde una posición de superioridad respecto de las otras religiones: El cristianismo tiene a Cristo; las otras religiones sólo las "semillas de la Palabra.

Por lo demás, la certeza de que el anuncio de Cristo continuamente renueva la cultura(GS 58), purifica y eleva las costumbres de los pueblos (GS 61), deberá ser entendido con el mismo derecho y con el mismo sentido con que la Iglesia actuó con la cultura greco-latina, esto es, en el sentido de la recapitulación (GS 58), que es la de fecundar y completar, no la de censurar y dejarlo a la decisión del misionero, evangelizador o pastor. Por esto el Concilio dice que el Evangelio renueva desde dentro las dotes del pueblo (GS 58), según su específica dinámica y en el respeto de su capacidad de efectuar tal renovación.

Un punto conflictivo que ha suscitado más problemas que no resuelto, es aquello que dice la Iglesia de que "con su obra consigue que todo lo bueno que ya hay depositado en la mente y en el corazón de estos hombres, en los ritos y en las culturas de estos pueblos no solamente no desaparezca, sino que cobre vigor y se eleve y se perfeccione para la gloria de Dios, confusión del demonio y felicidad del hombre" (LG 17). Tales afirmaciones han suscitado mucha dificultad. Si lo que encontramos en la cultura es bueno, no tiene necesidad de ser purificado, elevado, perfeccionado. el texto deberá ser profundizado, distinguiendo lo que hace la acción misionera y pastoral de la Iglesia, lo que opera la gracia de Dios y lo que corresponde a los pueblos al responder al Evangelio. Por lo demás, Dios, con su presencia en medio de los pueblos, concede su gracia, la cual libera la verdad y salvaguarda de cualquier contagio del maligno para restaurar todo en Cristo (AG 9). El sentido de todo lo que enseña el Concilio sobre la cultura, la religión, la revelación deberá ser propiamente esto y no cualquier interpretación que permita al misionero y al evangelizador de entrar con la hoz en la mano para separar y cortar, con el grave peligro de que, pretendiendo quitar la cizaña, arranque también la planta buena. Y un imparcial análisis histórico demuestra que, como Iglesia, nos hemos comportado así en muchas ocasiones. Por esto los padres conciliares nos ponen en guardia sobre el peligro de que las relaciones interculturales hagan perder la fidelidad viva a las tradiciones y costumbres de los pueblos (GS 56) y nos recuerdan que para poder dar testimonio de Cristo es necesario amar la vida y la cultura de los pueblos (AG 11). A veces, nos contentamos con conocerla, estudiarla, difundirla -y ya es mucho-, pero raramente la amamos, no sólo como "cosa", sino como "experiencia de vida" válida

El punto de partida para la Teología India

 Si con la ayuda de la lingüística y de la semántica, analizamos las prácticas de “religiosidad popular indígena”, descubriremos que el sentido que estas prácticas tienen está dado por las culturas indias y no por el cristianismo. Es decir, en estos 500 años ha prevalecido más la herencia de los antepasados autóctonos que la herencia de los antepasados cristianos o la acción de nuestras iglesias. Estamos prácticamente ante religiones indígenas nuevas. Son nuevos cristianismos encarnados en las tradiciones autóctonas. Y esta encarnación no fue hecha por los misioneros sino por la fuerza del Espíritu en los pueblos indígenas que les mantuvo la vida mediante una resistencia vivificante y santificadora.
Entonces, ¿qué teología queremos hacer?
Una podría ser la teología india-india, la cual debe hacer emerger explícita y gozosamente la experiencia cultural-teologal que se acalló durante los últimos siglos, para que entre con toda dignidad y derecho en el concierto de las teologías del mundo, con su especificidad y riqueza propias. Esta experiencia debe surgir desde la práctica sociocultural actual de los pueblos indios, confrontada con las propias fuentes, escritas u orales.
Otra teología que podríamos hacer sería la teología india-cristiana, que con la anterior tiene en común que se lanza desde la experiencia sociocultural de los indígenas de hoy, pero se confronta no sólo las propias fuentes, sino también con las fuentes del cristianismo.
 
 

DIÁLOGO

Nosotros tenemos una forma de entender a Dios presente en el pueblo, y no sólo como Semilla del Verbo en nuestras vidas. En qué quedamos, ¿tenemos la experiencia de Dios o sólo la experiencia y la presencia de su semilla? Para nosotros, lo que tenemos es a Dios (Diálogo en Plenario)
La doctrina de la Iglesia no dice que lo que hay en los pueblos son Semillas de Dios, sino Semillas del Verbo. La experiencia religiosa indígena es camino de salvación hacia Dios. Pero el Verbo es un acontecimiento histórico novedoso. Nació en Israel, tuvo un tiempo y una cultura determinada, lo mataron los judíos. La presencia plena del Verbo, en Cristo, no es una imposición ideológica sino una verdad histórica. Reconocer en las culturas de las comunidades Semillas del Verbo es una revalorización de la cultura india. (Diálogo)
La Semilla de la Palabra no es el fruto de la Palabra. En la dinámica pastoral y teológica de las Semillas de la Palabra lo que cuenta es hacer que la semilla produzca fruto…. Esto no ha sucedido con ninguna de las culturas indígenas. La Iglesia ni siquiera ha descubierto las Semillas presentes en nuestros pueblos, menos ha procurado que esas semillas fructifiquen. En el Magisterio la Iglesia reconoce la validez y la insuficiencia de la religión indígena, y que Cristo es la plenitud. Pero no se trabaja porque ese reconociemiento sea efectivo. (Diálogo)
 
 
 

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