ACTA ROMANA
VIII, p. 557-559
La traducción es mía.
Se admiten correcciones y mejoras
sscu@tinet.cat

De los padecimientos que los Nuestros de España sufren por Cristo

A todos los Provinciales

Reverendo en Cristo Padre
Pax Christi

La gran caridad de Cristo que os enciende a todos vosotros hacia la universal Compañía, ha sido quizás la causa de que algunos de vosotros se hayan extrañado de que no os haya comunicado nada de los hechos de España, sometida a tan cruel persecución.

Pero de los hechos públicos no era necesario hablar, ya que los podíais conocer por los periódicos. Ni tampoco de nuestros Padres y Hermanos muchas cosas podía decir, en parte porque las noticias que nos llegaban eran poco ciertas y en parte porque la prudencia aconsejaba callar sobre muchas cosas, si queríamos mirar por la vida de los nuestros.

Sin embargo, para satisfacer los deseos de la mayoría, diré brevemente aquellas cosas que sin riesgos parece que pueden escribirse. Y en primer lugar, acerca de nuestros Padres y Hermanos que han obtenido una gloriosa muerte por Cristo.

Ciertamente no hemos sido dignos de obtener un número crecido de palmas [de martirio], como otras familias religiosas. El anticipado exilio de nuestros jóvenes y la disolución de las otras comunidades fue la causa de que los sicarios no pudieran hacer con los nuestros aquellas matanzas que hicieron con otros religiosos.

Crece, sin embargo, cada día el número de aquellos que han conseguido esta gloriosa corona. Siendo dificilísimo recibir noticias ciertas de aquellas regiones en que mandan los comunistas, obtenemos muchas sólo como rumores y sospechas. Diré, por lo tanto, primero los nombres de aquellos que con certeza han muerto

De la Prov. de Aragón: 5
De la Prov. Bética: en Málaga, 4
De la Prov. de León: en Gijón, 2; en Santander, 3;
De la Prov. de Toledo: en Toledo, 3

Hay además otros dieciocho, de varias provincias, cuya muerte es un rumor muy verosímil, pero todavía no suficientemente confirmado. No dudamos de que, antes de que toda España goce de paz, se sucedan matanzas atroces de muchos otros.

Están metidos en la cárcel:

De la Prov. de Aragón, 11
De la Prov. de Toledo, 14
De la Prov. de Castilla, 3
De la Prov.de León, 13

A esta Provincia [a la de León] pertenece el Seminario de Comillas, donde todos los nuestros que allí vivían (70 más o menos), fueron detenidos y conducidos a la ciudad de Santander bajo custodia; después 11 de ellos fueron encarcelados y el resto obtuvo la custodia de sus familias, que se han constituido fiadores de ellos. Actualmente se hallan en total dispersión.

Hay otros -no pocos- desaparecidos, sin ningún rastro de ellos. Otros muchos que se han visto obligados a buscar, con gran prudencia y trabajo, refugio y a ir cambiando de sitio. Una mínima parte, ya sea a través de complicados caminos e inauditos peligros, ya sea ayudados por una especial providencia de Dios, pudieron llegar a lugar seguro. De aquellos que están en España, poco diré.

En aquellas regiones que desde el inicio quedaron fuera del furor de los comunistas o que fueron conquistadas por el ejército regular, el orden y la vida civil florecen totalmente, y todos los ciudadanos lo consideran una singular providencia de Dios. Y entendiendo que la causa de tantos males debe ser buscada en los pecados privados y públicos, todos se han convertido con gran fervor de ánimo a Dios. Soldados y pueblo, que todo él apoya al ejército, creen que luchan por la religión y la patria y por la cultura cristiana.

Así, pues, los Nuestros, oyendo las confesiones de los soldados, convirtiendo a Dios a los enemigos encarcelados o condenados a muerte, reorganizando la vida cristiana en los pueblos cuyos sacerdotes fueron asesinados, llevan a cabo un trabajo ingente.

Son treinta los padres que acompañan a los soldados en el frente. Uno de ellos, el P. Juan Martínez García (de la Prov. de Toledo), mientras confesaba a un soldado herido, murió por la explosión de una bomba incendiaria juntamente con el soldado el 18 de septiembre.

Los jefes que administran esta parte pacificada de España, han empezado a restituir algunas casas a los nuestros, y ya al menos un colegio ha abierto sus puertas a los alumnos.

Los Provinciales de la Bética, de Castilla y de León, habiendo sido liberados ya casi todos sus territorios de la pasión de los comunistas, de nuevo han situado la curia provincial en ellos.

Cosa distinta son las provincias de Toledo y de Aragón, en las cuales siguen sometidas a los comunistas la mayoría de sus comarcas. De ahí nos llegan muy pocas noticias o inciertas, estando los servicios postales retenidos en manos de los comunistas, quienes censuran con avidez las cartas y otros envíos postales.

El culto y el sagrado sacrificio de la misa ha cesado casi por completo, al estar todas las iglesias quemadas o cerradas. Altares, cálices, ornamentos, imágenes de las casas privadas han sido entregados al fuego o a la destrucción, y en algunos lugares se ha dado orden a los ciudadanos de que entregaran, bajo graves penas, todas estas cosas voluntariamente a la hoguera pública para ser quemadas.

Los nuestros, sin embargo, hacen lo que pueden, lo que hacían los Apóstoles y Mártires, cuando sufrían las grandes persecuciones de los paganos.

Y éste es, Reverendos Padres y Carísimos Hermanos, el espíritu de los Nuestros, y de los otros religiosos y sacerdotes, e incluso de todos los católicos en esta dura desgracia. Todos están persuadidos de que ha regresado el tiempo de los Mártires, y que se han de soportarr sus propias desgracias y las de los suyos, y la muerte, con igual ánimo que aquellos fuertes Mártires las soportaron.

Rogad para que esta mentalidad y este coraje engendren aquellos frutos de santidad y de gloria divina que la Divina Providencia busca al permitir estos males.

Me encomiendo en sus santos Sacrificios

Roma, 2 de octubre de 1936
En la festividad de los Santos Ángeles Custodios

Siervo en Cristo
Wlodimirus Ledóchowski

En aquellas regiones que fueron conquistadas por el ejército regular, el orden y la vida civil florecen totalmente, y todos los ciudadanos lo consideran una singular providencia de Dios. 
Praepósito General
de la Compañía de Jesús
Oh, Wlodimiro, Wlodimiro! ¡Qué cosas de decir!!
¿Nadie te había hablado todavía
de la plaza de toros de Badajoz?
Eran cosas que habían pasado a mediados de agosto de 1936...




Gracias por la visita
Miquel Sunyol
sscu@tinet.fut.es 
Enero 2003
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