Apreciado Alfredo:

No sé si después de tanto tiempo sabré retomar el hilo. Ya sabes, viajé "a Cartagena". A los amigos les digo que voy como "representante de la Compañía de Jesús" al homenaje que amigas y amigos tributan a Mariano González Mangada. Este año era el vigésimo séptimo aniversario. Mirando papeles he visto que empezaría a ir en 2010, cuando se celebraría el XIV aniversario.

Puedes mirar este papel

Este año con el par de fotos que tomé he confeccionado una hojita (un pdf) intercalando unos párrafos de su diario de la aguja de 1900. No hace falta ser muy mal pensado para sospechar el por qué de la selección de estos párrafos. ¡Ay! ¡Qué desagradecimos somos con nuestros viejos profesores! Que conste que siempre he dicho que ha sido mi mejor profesor, tanto en latines y griegos como, más tarde, en cristología.

La hojita de este año

Lo que ya no confieso tanto es que este viaje "a Cartagena" también sirve para inaugurar mi "temporada de playa" en aguas algún tanto más calentitas.

Antes de caer la noche, todos los años veo aparecer, doblando el cabo Cope, el dei gloria, huyendo con todas las velas al viento, perseguido a poca distancia por el jabeque corsario, en carrera vertiginosa hacia la muerte. ¿Qué transportaría este bergantín mercante de los jesuitas para que su capitán no arriara la bandera? ¿Por qué no buscó refugio bajo los dos cañones de cabo Cope?

Todo eso sucedía dos meses antes de que se publicara la pragmática real de Carlos III, ordenando "el extrañamiento de los jesuitas de los dominios españoles y la ocupación de sus temporalidades..."

Otro suceso que ha demorado mi respuesta ha sido la muerte de Víctor Codina. Es posible que algunos digan: "Ahora que ha muerto, ¡déjalo ya en paz!". Así, más o menos, se expresaba mi hermano de Bolivia, compañero suyo durante años en Oruro. He querido tributarle mi homenaje particular a quien en aquellos años setenta se jugó el provincialato: gracias a él los estudiantes pudimos ir "a pisos" y "estudiar y trabajar".

He querido reunir todos los escritos que, durante estos largos años, nos hemos entrecruzado entre él y yo, y que ya estaban publicados, con su correspondiente permiso, en mi web. Pensaba que el "copiar y pegar" iría más rápido, pero todo pide su tiempo.

Nuestros escritos

Vayamos ya a lo nuestro.

A estos párrafos de Marcel Légaut que yo te citaba en mi anterior respuesta y en los cuales tú metes tu "espada afilada", aunque -gracias a no sé qué dios- con menos intenciones exterminadoras que el Yahvé del profeta Ezequiel. (Ez 21).

La vitalidad del cristianismo se mide tanto por los múltiples grupos de este tipo que surgen, diversos en extremo, cuanto por la discreción y la rapidez de su desaparición cuando conviene. La Iglesia sólo puede vivir verdaderamente a la altura de su misión renaciendo sin cesar a partir de comunidades que la engendran después que ellas mismas han nacido de ella; comunidades que después, tras de haberla servido, se eclipsan y desaparecen.

Tienes toda la razón. ¿De dónde sale este "a la altura de su misión"? ¿De dónde sale esta "misión"? Supongo que partimos (Légaut no) de que Jesús no fundó nada, pero podemos admitir que una organización puede señalarse ("autoasignarse") unos fines, unas metas, una misión.

El respeto que merezca un hombre como Marcel Légaut no es óbice para afirmar que es "acrítico" ante los evangelios. No hace mucho (en noviermbre del 2020) en carteo con Domingo Melero (el que muy posiblemente es el referente en España de Légaut, presiente de la Asociación Marcel Légaut) le ponía "los puntos sobre las íes", a partir de sus reflexiones sobre "Haced esto en memoria mía".

• Me parece que Légaut sabe "demasiado" de Jesús, olvidándose de "la distancia de 9 metros" que debemos respetar entre Jesús y los evangelios.

Los 9 metros reglamentarios

• ¿De dónde saca Marcel Légaut cómo Jesús de Nazaret interpretó su muerte?

  ...Jesús confirió a su muerte el carácter sacrificial por el que Israel reconocía litúrgicamente su dependencia de Dios.

• ¿Conocía Marcel Légaut la didach, o doctrina de los doce apóstoles?

Si hubiera conocido este venerable texto quizás hubiera sacado las mismas conclusiones que John Dominic Crossan: la inexistencia de una institución eucarística "solemne, formal y definitiva" por parte del propio Jesús.

• Algunas expresiones de Marcel Légaut no me parecen justificadas, por ejemplo, cuando mete en el mismo saco a todos los apóstoles.
• ¿Distingue bien en sus escritos "los discípulos" (3101 / 3102), "los apóstoles" (0652), "los Doce" (1427), o mezcla estos tres términos bien distintos?

Entre pàréntesis los correspondientes números Strong. ¿Los conocía Légaut?

• Lucas, el único evangelio que recuerda esa "última recomendación" del Señor (Haced esto en memoria mía), lo copia de Pablo (1Cor 11, 24.25), uno que no sale en la fotografía de Leonardo da Vinci. Poco fundamento, pues, para todo el edificio que se monta Marcel Légaut.

Todas esas preguntas me permitían acabar diciendo:

Me parece que tu amigo Marcel Légaut no releía los diversos documentos del Nuevo Testamento con la misma profundidad que yo a mis ochenta años.

Citas a Danielle Hervieu-Léger, nacida en 1947, (personaje desconocido por mí hasta ahora) y veo, por los títulos de algunos de sus libros, escritos en colaboración con su marido, Bertrand Hervieu, (por ejemplo, le retour à la nature : au fond de la forêt… l'état, Paris, Le Seuil, 1979, des communautés pour les temps difficiles : néo-ruraux ou nouveaux moines, Paris, Le Centurion, 1981), que podría estar pensando, entre otros, en el itinerario vital de Marcel Légaut: de profesor a pastor de cabras en las montañas prealpinas.

Aceptemos que "de las iglesias" no sólo surgen "herejías" (Ernst Bloch), sino también nuevos grupos, nuevos movimientos, en esa dialéctica, que bien señalas, "entre ortodoxia(s) y herejías, entre iglesia(s) y sectas o comunidades y grupúsculos cristianos", prescindiendo ahora de si son "innovadores, revolucionarios o reformistas".

Tienes razón en el adjetivo "efímeros". La Misión Obrera ¿ha durado más de cincuenta años? ¿Cuánto tiempo duró La Longuera, inspirada en Lanza del Vasto, en plena Sierra del Segura, "icono en las décadas de los 80 y 90 de la convivencia en común, la no violencia y la producción de alimentos ecológicos".

Cito La Longuera a la que visité en algunas ocasiones, ya que en ella participaron algunas parejas amigas (Paco, Pilar; Juan, Puri).

Sobre la vida de los grupúsculos (Misión Obrera) que surgen de las instituciones (Compañía de Jesús) ya hice mis reflexiones hace unos cuantos años. Imposible me resulta ahora (aunque no hace mucho que lo vi) encontrar el archivo en cuestión, pero más o menos vendría a decir lo siguiente:

Un grupo grande puede admitir el surgimiento de algún grupo innovador. El grupo grande (la institución) mantiene la calma y les deja hacer, que vayan haciendo, e incluso puede llegar a admitir algunas de sus propuestas. Con el tiempo una buena parte del grupo innovador va abandonando la institución (y el grupo). Al final, los que quedan no tienen más remedio que "readmitirse" en las estructuras (algo cambiadas, ciertamente) de la institución.

Aquí podría ir bien aportar un documento, obtenido en mi viaje a Cartagena, relativo a Misión Obrera, que el otro día no pude añadir. Es la carta de Isidoro Galán a su Provincial pidiendo salir de la Orden ⁽¹⁾. Es de noviembre del 2003.

Sobre la cuestión que te persiste, te concedo plenamente "la mayor", sobre todo desde que ayer mismo una amiga de más de noventa y pico años, retirada ya, desde hace unos meses, en la "casa-madre-enfermería" de su institución, me venía a decir lo mismo: el tiempo que hace que no sale nada "nuevo" de tendencia -permíteme la expresión para entendernos-"izquierdosa".

Supuesto el hecho, ¿cuál es su interpretación?

Yo, aquí, saltándome unas cuantas líneas tuyas, te repetería:

Un cristianismo practicado se transmite, mientras que el no practicado, no. Y todavía esta otra: el cristianismo eclesiástico se transmite, mientras que no lo hace el no eclesiástico. comunión y liberación lleva más de medio siglo transmitiéndose en una medida en que no lo han hecho grupos y movimientos cristianos innovadores.

Cristianos y cristianas, que participaron en las famosas "Comunidades cristianas de base", ¿qué lograron transmitir a su descendencia?

¿Y los hombres y mujeres de la HOAC? ¿O los que, quizás a otros niveles sociales, participaban en los "equipos de matrimonios"?

A muchos no les queda más remedio que contentarse con los "valores éticos" que sus vástagos demuestran. Además de esa transmisión de "valores éticos" (cosa nada despreciable), ¿qué otra cosa hubieran debido transmitir?

¿Una cierta "vinculación" a la institución eclesiástica?

¿Una cierta "adhesión" a unas "creencias", a unas afirmaciones dogmáticas? ¿A una fe?

Aquí podríamos volver a Légaut, a su distinción entre "fe" y "creencias".

¿Cabe preguntarse por qué la "derecha" transmitió y por qué la "izquierda" no transmitió? O, quizás, ni la "derecha" llegó a "transmitir"... O, al menos, se quedó muy lejos de sus propias expectativas...

Me parece que tu pequeña estadística familiar (hijos bautizados / nietos sin bautizar) compensa suficientemente tu búsqueda infructuosa de estadísticas numéricas más amplias.

Este "hijos bautizados / nietos sin bautizar" ya señala suficientemente el futuro que en nuestro mundo le espera al cristianismo institucionalizado.

Cuando del latín se pasó a las lenguas vernáculas la gente empezó a darse cuenta de que "todo aquello" ya no iba con ellos.

De mi charla sobre el concilio que ya he citado alguna vez:

Dejadme recordar el chiste de las dos viejecitas. Cuando el sacerdote se gira de cara al pueblo y dice "El Señor esté con vosotros", una viejecita pregunta a la otra: "¿Qué ha dicho?", y la segunda viejecita responde: "Dominus vobiscum". Es un chiste, pero encierra una dura verdad: al hablar en la lengua vernácula la gente se dio cuenta que el lenguaje litúrgico (sus ritos, sus símbolos, sus palabras...) era de otro planeta. Y si el núcleo litúrgico es la eucaristía ("comer su carne... beber su sangre...") no tengo reparos en suprimir la expresión "de otro planeta", y la cambio afirmando que desde hace miles y miles de años, desde aquellos tiempos que nosotros llamamos "prehistóricos", unas pinturas, por ejemplo las de Altamira, nos manifiestan la misma teología: "comer su carne... beber su sangre... la de la divinidad sacrificada... para que el pueblo viva" ⁽²⁾. Ciertamente, una reforma litúrgica necesita algo más que guitarras.