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Ver la "segunda página" de Alfredo Fierro
Apreciado Alfredo:
Reconozco mi derrota: leíste el honest to god antes que yo. Me ganaste por tus capacidades de poder leer en inglés. En aquellos años mi inglés no superaba el "My father is taylor".
Me pregunto cómo tu lectura de Robinson (julio 1965) como la subsiguiente de Bonhoeffer (enero 1966) y la posterior de Tillich ("esto ya más tarde") con la que ya tenías hecha de Bultmann ("lo conocía ya de antes") y su desmitologización, llegaron a los oídos de tus alumnos, los alumnos de aquel joven profesor de seminario de 1968.
Según tus recuerdos, recogidos en conversación en el atrio, no consta que tus alumnos te oyeran hablar de Robinson. Quizás sí que los jóvenes seminaristas te escucharan el nombre de Bonhoeffer:
Bonhoeffer, de quien he leído y me han convulsionado -¿a quién no?- sus cartas desde la prisión, sus cuestiones endiabladas, en ningún modo es teológicamente conservador; antes al contrario, son esas cartas lo más sugestivo, porque insólito, que se haya escrito en teología. (pág. 97)
¿Se atrevería el joven profesor a hablarles del "aunque no hubiera Dios". No consta.
¿Y de Tillich, "el más católico de los teólogos no católicos"?
Puede que mi pensamiento se halle impregnado de filosofía existencial, pero es lo que ahora hay, lo que tengo más a mano; y me sirve para marcar distancias entre la fe como actitud y la ortodoxia como conjunto de creencias de acuerdo con el dogma eclesiástico. ¿También con guiños a Tillich? No los niego. De él retengo, desde luego, la idea de tinte existencial, pero no ajena a Pascal y Dostoievski, de la religión cristiana como mejor respuesta a los enigmas de la existencia. (pág. 55)
En 1969 el profesor ya había leído a Tillich. Posiblemente the courage to be, publicado por primera vez en 1952, aunque quizás no lo hizo hasta 1968 cuando salió la primera traducción castellana con el título el coraje de ser.
He leído en algún sitio, quizá en Tillich, que no podemos expresar de forma racional nuestro conocimiento acerca de Dios, pero el conocimiento de esa imposibilidad es verdadero conocimiento. Aspiro, desde luego, a compaginar la fe, la teología, con el rigor del conocimiento.
Por supuesto, introducir la razón en la fe o al menos en la teología constituye operación de alto riesgo. No menos lo es, lo sería, una fe irracional, ajena del todo a la razón. Por eso, la teología tiene que explicarse a sí misma y explicar la fe ante los principios y las construcciones de la razón. (pág. 189)
¿Cuándo el profesor dejó de "aspirar a compaginar la fe, la teología, con el rigor del conocimiento"? ¿O todavía tiene esta "aspiración"?
Y, antes de acabar el curso, para que los seminaristas tuvieran todo un verano, en medio del quehacer de sus familias, para irlo asimilando
Ser religioso, sostiene Paul Tillich, significa interrogarse apasionadamente sobre el sentido de nuestra vida y estar abierto a las respuestas. La pregunta, pues, y además, no es extrateológica, sino proteológica. Con esa pregunta me quedo, desde luego, para repensar la teología entera. (pág. 201)
Me pregunto si aprovecharían el verano sus jóvenes alumnos, algunos de ellos mientras ayudaban en las tareas agrícolas propias de la temporada, para "interrogarse apasionadamente"
...sobre los interrogantes esenciales del ser humano: ¿qué es la verdad?, ¿dónde está el bien y dónde la justicia?, ¿qué vale la pena amar y qué valores, causas, merecen nuestra entrega?, ¿cuál es el destino humano?, ¿qué significa el sufrimiento de los hombres y qué su muerte? (pág. 57)
¿Les animaría de verdad a "estar abiertos a las respuestas", a todas las respuestas, vinieran éstas de donde vinieran? ¿O solo a las que podía plantear Charles Moeller?
Veo que citas le christianisme éclaté (Éditions du Seueil, 1974) (1), el libro firmado por Michel de Certeau (un jesuita) y Jean-Marie Domenach (un laico, director de la revista Esprit), quienes "hicieron apuesta por la pulverización del cristianismo" (2). De Michel de Certeau tengo un libro en casa (la faiblesse de croire), del cual algo habré leído, pues por él me enteré que
Au cours de son voyage aux USA en mai [1971], le P. Pedro Arrupe, supérieur général des jésuites, a voulu rendre visite a Daniel Berrigan dams sa prison.
Saber eso y "meter la pata" fue todo uno. Fiándome de Francisco García Salve (yo creo en la clase obrera), le copié este párrafo en diálogo -ficticio- con José M. Llanos (autor del prólogo):
¿Qué te parece, José María, amigo? La comedia [la visita del P. Arrupe a la família Oriol] salió muy bien, me contó un testigo. Todo en secreto porque el P. Arrupe, el General, no tenía tiempo de visitar en la cárcel de Zamora a sus presos, tres jesuitas rebeldes al otro general.
Mi osadía fue a más, pues, después de leer a Pedro Miguel Lamet, (arrupe. un profeta para el siglo xxi)...
Otras muchas visitas y encuentros tuvo Arrupe en Estados Unidos, pero lo más insólito fue su visita al Padre Daniel Berrigan en la cárcel de Danbury, Conneticut, donde este jesuita estaba cumpliendo condena por la quema de ficheros de reclutamiento para Vietnam en Maryland, en 1968. Berrigan, poeta y escritor dramático además, había sido detenido en agosto de 1970, después de varios meses de vida clandestina, por miembros del F.B.I.
...me atreví a poner esta coletilla en letra pequeña:
Los lectores de Pedro Miguel Lamet, después de la lectura de su libro, siguen ignorando que durante el viaje del Padre Arrupe a España de 1970 había jesuitas en la cárcel de Zamora.
Pocos días después recibí la reacción de Pedro Miguel Lamet ("En la cárcel de Zamora no había ningún jesuita durante el viaje del P.Arrupe a España"). Hechas las oportunas indagaciones tuve que dar la razón a Lamet: la verdad es que no había ningún jesuita en Zamora porque el que hubiera debido estar (Andreu Vilà Tintoré) recibió el oportuno indulto. Para la historia ha quedado una sugestiva correspondencia entre Pedro Miguel y yo.
Los jesuitas de la cárcel de Zamora
Mi correspondencia con Pedro Miguel Lamet
No sé si sabes cómo y por qué Michel de Certeau murió como jesuita. Le comunicó a su superior su decisión de publicar un libro (el que tú citas) sin pasar por la correspondiente censura. El superior le advirtió lo que ello acarrearía (recuerda el caso de Díez-Alegría o el menos conocido de Joan Leita). Michel de Certeau lo aceptaba (su expulsión de la Compañía de Jesús).
Pero por aquellas fechas (mayo 1974) había muerto el cardenal (jesuita) Jean Danielou en casa de Mimí Santoni, una prostituta. La Compañía de Jesús en Francia no se podía permitir dos escándalos al mismo tiempo.
Pocas semanas después, a mi regreso de los tres años "misioneros" en el Chad, llegaba a Niza. Recuerdo todavía una frase del jesuita que me vino a recibir: "Si Le Canard lo dice es verdad". Le Canard había sido el único periódico en dar ciertos detalles concretos de la muerte del cardenal. (Si quieres verlo) (También puedes ver otros comentarios).
Sí que sabrás que el funeral de Michel de Certeau (París, enero 1986) reunió a toda la "crême" de París ("les représentants les plus éminents de toutes les disciplines des sciences humaines, de grandes figures intellectuelles, de gauche et de droite, des clercs et des laïcs" (3)), aunque quizás no superaran los "veinte o treinta mil" de Friedrich Schleiermacher (Berlín, febrero 1834). ¿Se sorprendieron cuando escucharon como canto de entrada el "Je ne regrette rien" de Edith Piaf? Quizas lo copie para mi funeral...
Déjame recordar que en uno de mis primeros sermones, en una eucaristía con un grupo de chavales del Tribunal de Menores, a quienes acompañaba en sus vacaciones, a petición de los responsables del centro (compañeros míos jesuitas), les hablé de Edith Piaf y de un boxeador. De esos jesuitas en el Tribunal de Menores salió no hace mucho un artículo en Sapiens. (Si lo quieres ver)
Debo agradecer a mi amigo Domingo Melero el haberme puesto sobre la pista de Michel de Certeau, le marcheur blessé de François Dosse, publicado en 2002.
Acabas tus reflexiones, sobre las cuales no tengo nada que decir, con la imagen de "las esquirlas del jarrón" roto. Ciertamente, un búcaro roto no es ya un búcaro. ¿Qué esquirlas conservan sentido? ¿Qué esquirlas no debemos enviarlas al cubo de los deshechos?
¿Sería el papado una esquirla de este cristianismo roto? ¿Conserva sentido este papado "infalible"? ¿Y qué pensar del señor que no ha renunciado a la "infalibilidad"? Bueno, tampoco ha renunciado (y ya ha tenido tiempo) a las prerrogativas que los papas medievales (Gregorio VII y Bonifacio VIII) se autootorgaron. Por poner un ejemplo: el de poner y deponer obispos
Del DICTATUS PAPAE a la UNAM SANCTAM
de Gregorio VII a Bonifacio VIII
Mi selección de textos de Bonhoeffer es un poco más amplia que la tuya. Además de la carta del 30 de abril de 1944 (¿Qué cristianismo en una época irreligiosa?), tengo seleccionadas unas cuantas más que me han servido tanto para una Primera Comunión (Volver a empezar) como para un funeral (Dios no es un tapa-agujeros) y otros eventos.
Mi selección de textos de Bonhoeffer
¿Qué hacer con todos estos textos? Comprenderás que en una Primera Comunión (posibilidad que ya no creo posible) o en un funeral (posibilidad bastante más posible) no me pondré a leer un texto de Friedrich Nietzsche, de el anticristo, por ejemplo. Es el que ahora voy leyendo en mis trayectos de autobús.
Casi me alegro de no haber leído antes a Nietzsche: algunos podrían pensar que mi comentario sobre Lucas como "fabricante de pecadores"...
Lucas, el fabricante de pecadores
...depende de haber leído textos como el siguiente:
...los "pecados" se vuelven indispensables en toda sociedad organizada de manera sacerdotal: ellos son las auténticas palancas del poder, el sacerdote vive de los pecados, tiene necesidad de que se peque... Artículo supremo: "Dios perdona a quien hace penitencia"; dicho claramente: a quien se somete al sacerdote (4).
A otro del trío de "la sospecha" (Karl Marx) lo he leído y no lo he leído, pues lo leí a través de persona interpuesta (Jean Yves Calvez): siguiendo consejos de González Faus dediqué un verano (el de 1962 entre primero y segundo de filosofía) a la lectura pausada (esto es, resumiendo por escrito) de el pensamiento de carlos marx, editado por Taurus en 1958, a los dos años de su aparición original (la pensée de karl marx). Hubo un tiempo en que me preguntaba si dedicarme a Marx o a Jesús: ganó el segundo. No sé si algunos hubieran preferido que me dedicara al primero.
Del tercer "sospechoso"·(Sigmund Freud) no tengo ni idea.
Estos "maestros de la sospecha" ¿cómo se "colaban" en las clases del joven profesor que ya por entonces los leía? ¿Qué culpa tienen ellos de la descristianización? El tema de la "descristianización" ya lo tocaste en Después de Cristo, uno de los fragmentos que entró en mi selección
¿Des-cristianización? ¿No-cristianización?
La última vez que estuve en Francia me compré Comment notre monde a cessé d'être chrétien. Anatomie d'un effondrement de Guillaume Cuchet (Éditions du Seuil, febrero 2018). Me decepcionó un poco. Antes de comprarlo ya hubiera podido suponer que "notre monde" era "La France" y, quizás, también hubiera podido fijarme que el título rezaba "comment" y no "pourquoi". Lo encontré demasiado sociológico, demasiado estadístico... Me parece que solo retuve la pregunta de quién había "descristianizado" más, si el Concilio o el Mayo 68. ¿O la Humanae vitae?
El "effondrement" de Cuchet y el "éclatement" de Michel de Certeau ¿vendrían a ser sinónimos a pesar de los cuarenta y cinco años que los separan?, ¿se refieren al mismo proceso, al mismo fenómeno?
Aquí podríamos hablar del "tercer hombre" de François Roustang, pero ya me voy alargando demasiado. Pero si te quieres alargar...
Voy a ir acabando, pues. En la anterior respuesta ya decía que nuestro "Cristo" solo se podía mantener dentro de nuestra imagen tradicional de Dios: por tanto puedo suscribir tu frase:
No hay modo de salvar a un Cristo sin Dios
Alguna que otra vez ya he dicho que a Jesús de Nazaret llegamos mejor por la "ruta sur" que por la "ruta norte". La "ruta norte" es la de los viajes de Pablo; la "ruta sur" es la que, arrancando de Santiago, to.n avdelfo.n tou/ kuri,ou (el hermano del Señor, Gal 1, 19), nos llega, recorriendo la costa sur del Mediterráneo, con los seguidores de Mahoma. Puedo, pues, también suscribir tu siguiente frase:
Y tampoco hay modo de hacer descansar al monumental Cristo paulino sobre la tela de araña de lo que a ciencia incierta se sabe sobre Jesús".
Y si en algún próximo sermón sigo hablando del "etsi Deus non dareur" (aunque Dios no existiese, como si Dios no existiese), ¿será por pura pereza intelectual?
Muy cordialmente
Miquel
Gracias por la visita
Miquel Sunyol sscu@tinet.cat 3 julio 2022 |
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(1) | Traducido en Argentina como el estallido del cristianismo. | |
(2) | Por las recensiones ofrecidas por Revue Philosophoque de Louvain veo que las posiciones de uno y del otro no son del todo coincidentes. El libro tiene su origen en un debate televisivo entre ambos sobre el tema Le Christianisme, une nouvelle mythologie. (Ver la recensión de Jean-Robert Armogathe y la de R. Mehl). También me ha interesado esta otra recensión. | |
(3) | www.liberation.fr/livres/2002/09/12/un-certain-de-certeau_415211/ | |
(4) | El Anticristo, & 26. |