En busca del socialismo encontrado Un poco más acá del caos primigenio, de la
tierra confusa y vacía, de las tinieblas que cubrían el abismo, del espíritu
que se cernía sobre la superficie de las aguas, tal vez en el primero o
segundo día de la creación, envueltos en la noche, desde donde seguimos
vigilando, en un mundo de ideas que chocan, se entrecruzan y, a veces,
se organizan; cuando todos los seres humanos se han convertido en sospechosos
potenciales, amar se ha transformado en otra forma extraña de terrorismo.
¡Que despierten los terroristas del mundo! ¡Terroristas del mundo, uníos! Si
somos capaces de temblar de indignación cada vez que se cometa una
injusticia, somos, seremos camaradas. Lo dice Rimbaud,
Letelier, Marx, Engels, Ludovico, el Che. Apiadémonos del surgimiento de las mayorías,
ayudémoslas a levantarse, démosle la mano al sufrimiento, al descalabro, al
descontento. Pesebricemos lo que sea preciso,
librémonos de la civilización, esa injusticia armada. La última utopía
optimista nos evoca un porvenir socialista, en el que cada hombre será un
creador, un poeta, o no será. No entre quien no crea en la dura batalla
necesaria para convertirse en un hombre nuevo, en el hombre del siglo XXI.
Quien no dé importancia al desarrollo pleno del individuo y su conciencia.
Tenemos porvenires por hacer. El futuro no un por-venir, sino un por-hacer.
Lejos de toda alienación universal, superémonos mediante el desarrollo de
toda potencialidad humana, de toda riqueza interior. Necesitamos un viraje a medida de hombre, de
ciencia, técnica, tecnología, creación. A partir de un Humanismo Científico
Creador que apunte hacia un equilibrio entre lo utilitario, lo pragmático y
lo teórico; lo social, lo productivo y lo ideológico, Estado Naciente,
rebelión, combate, fin del miedo. Otro modo de ser, vivir, sobrevivir.
Subversión de un orden natural, toma de conciencia colectiva. Ante la
desbocada violencia global, podríamos hablar de una Democracia Universal,
donde tendrían cabida proposiciones como |