Manifiesto Nubes juntas,
sueños juntos, barrio humilde, desnudo, recio, original; tiempo viejo, sueño
pronto, incansable, su fuerza, su razón. Quedan la vigilia, el amor, la angustia
espiralada; el héroe en su paso, la sangre, la huida; las preguntas, la seña,
Sabremos del
columpio de la rabia, del camino que lleva al desespero; de las edades del
grito y la asechanza; de la vagina, de la pereza, de las prisas; del hambre,
del ladrido imperial, de los bellacos. Sabremos de las amargas grietas del
roble; de los burdeles del aire, de las esquinas del sueño; de los apellidos
del árbol, de las arenas del mal; de los basurales del pobre, de las entrañas
del daño. Sabremos de las distintas caras cristianas; de los entierros sin
hombros; de los suburbios sin santos; de los jirones de sueldo; de los
retazos del agua; de las gargantas sin voz; de los charcos del dólar; de los
gemidos del banco; de la señal del centavo. Armaremos salones, cajas, calles,
plazas; milagros, camerinos y tarimas; aceras, faroles y banderas. Armaremos
de acero los cantos. Hasta de dos en dos armarnos y amarnos hasta el fin.
Echaremos las sombras al viento, a las espaldas los arroyos, la barricada a
la paz. Contrataremos,
solicitaremos, inscribiremos a Dios. Perdonaremos a la cizaña, a la ortiga, a
los zancudos, a los cables, a la luz, a los técnicos, a su trabajo
subliminal. Volveremos al sitio, al encuentro, al abrazo, con la frente en el
cielo y el arma sin voz. Caminaremos despacio jardines, arrebol, sabana,
aldea, barrio, luna, albada. Juntaremos casa, avío, diapasón, resabios,
fincas y razones; víveres, dinero, el aceite, los garbanzos, el carriel.
Revisaremos listas, nóminas, retratos. Cuenta rendiremos. Ajustaremos tragos,
brindis, trasnochos, alegrías. Tornaremos al
cimiento, a los caminos, a las ruanas, al cuatro, las veredas. Contaremos con
el voto de los pájaros, con el aplauso de la tarde, con la confianza del
vino, con las señas de Puño en alto final grabar el sueño entre
los árboles desentrañar los secretos al asombro estar en el centro de la vida
de por vida tener mucha imaginación para ver la realidad asumir absurdos
enigmas laberintos y zozobras perpetuar la gloria del mundo en un grano de
maíz mantener la espada en la trocha que corresponda abrir compartir la
luz al mismo tiempo que la noche oscura encender lámparas en el túnel
de la infamia enloquecida empuñar
las manceras del
arado en el lugar apropiado en el
momento apropiado y en
la circunstancia apropiada |