De Pavese a Sanguineti Pablo Mora allí donde no había
cielos ni tierra estaba el verbo y el verbo se estremeció y de sí creó
universos divino poder divina majestad grande relación de los días comienzan
los días reláfica que despertó consciente ¡menudo verbo! Despertó la tierra
despertaron los árboles despertó la palabra en el verbo cuenta por fin creado
el tiempo cuentan los días y las noches las nubes existen el verbo esgrime
palabras de piedra sacrosanto verbo tifón de tiempo verso y verbo palabra y
flor todo en un orden empieza por el centro orden divino acento primigenio
sale entonces un primer sol y siete soles pueblan un solo cielo siete cielos
poblados cada uno de siete soles y desde entonces cada trece días siete
cielos nuevos desde y hasta el infinito hablando en voces de preguntas se
abren las manos en medio de la tierra y se entendieron y se unieron y se
llenaron los campos y las montañas abrieron sus caminos y sucedió y es cierto
que los valles dormidos despertaron y los ríos penetraron el corazón del
valle y los de las montañas y hablaron los ríos el océano brotó de una de las
apasionadas conversaciones entre el río y la montaña y de agua se poblaron
las tierras el caldo prioritario calentó las calderas del tiempo y grano a
grano se desliza la vida primera candela de conciencia sonidos y silencios
sumidero del espacio por allí escapa el verbo su invención es casi inmortal y
si no hay viento es necesario crearlo entonces verbo hace viento sucede que
viento no muere y viaja y se anima y nacen todas las cosas los animales
enjambres de cosas para el verbo carne fuego sangre agua luz sonidos metal
músculo cerebro sueño creación universo Necesidad de construcción Fruto de las severas soledades turinesas, del friolento, mágico
entorno que envuelve al Piamonte, signado por el trauma proveniente de la
prematura muerte del padre, seguida del autoritarismo materno junto al de la
hermana mayor al tomar el puesto de la madre, Cesare Pavese mantendrá una
como poética del extrañamiento, a la par que una insólita patología o asfixia
existencial que lo acompañarán toda su vida. Sumido en un verdadero
horror instintivo, su sensibilidad, su masoquismo o tatuaje vivencial, los
confirma en Il mestiere di vivire: “Este es el rastro de una
crianza infligida con dureza a una índole sensibilísima y tímida de por sí.
Es el residuo de los terrores de gran parte de mi infancia.”
Ambiente que le hará concluir: “He aquí explicada mi capacidad
poética: partiendo de un estado de endurecimiento experimentar la
voluptuosidad de fundirse, de ablandarse -voluptuosidad que durará mucho,
mientras no se hayan volatilizado todos los escollos de mi infancia.”1 Precisamente
en Insomnio, Pavese nos refiere parte de este conflicto de marras: “Mi
padre no dormía de noche porque era viejo y le parecía que era perder el
tiempo… En un tiempo (cuando éramos niños), ya medio dormidos en el
lecho lo sentíamos tocar la cuerda en el establo y abrir de par en par la
portezuela que chillaba raspando. Entonces aquel rugido nos parecía una
amenaza, la verdadera voz de nuestro padre, que insomne velaba y en la noche
exponía la casa a los tremendos peligros que un rumor imprevisto puede
suscitar en la sombra… Era el mes de agosto y no había que sorprenderse
si un viejo no quería dormir. Mi madre poco a poco callaba, pero yo tampoco
lograba conciliar el sueño (me imaginaba el vino y las charlas de la noche).”2 La
nostalgiosa Turín, la urbe por antonomasia de Pavese, Hipótesis
o tesis, que viene a confirmar Cesare Pavese con su suicidio en una
habitación del Hotel Roma de Turín, el 27 de agosto de 1950, ratificando,
así, su proyecto, su contradictoria asfixia, situación existencial, cultivada
desde sus primeros años, al rescoldo de su agitada, tempestuosa investigación
poético-narrativa, de destrucción y de muerte, inmerso en las colinas y las Langhe
de Santo Stefano Belbo, donde naciera el 9 de septiembre de 1908.
Concluía, entonces, la faena humana de Pavese, convencido de que vendría la
muerte y tendría la mirada, los ojos de una mujer: Constance Dowling: Vendrá la muerte y
tendrá tus ojos- Para todos tiene la
muerte una mirada. Poema de Cesare Pavese De ideas
audaces para su tiempo, de espíritu complejo, desde muy joven Pavese se
dedicó al periodismo, afiliándose al Partido Comunista, por lo que sufrió
persecuciones y exilios durante el régimen de Benito Mussolini. En sus
últimos años, acaso desilusionado de sus juveniles entusiasmos políticos,
cayó en una intensa melancolía que lo llevó al fatal desenlace. Su gloria
como novelista la alcanzó rápidamente a partir de su muerte. Narrador
naturalista, con fuertes ribetes paisajísticos, acordes en su mayor parte a
su Piamonte natal, en el conjunto de su producción sobresalen la agudeza de
observación y una gran fuerza expresiva. Pesimismo, angustia, un
"algo" jamás encontrado palpitan en las novelas de Pavese.
Póstumamente fue publicado su Diario con el título Il mestiere di vivere (El
oficio de vivir), obteniendo una acogida mundial, tanto que no han faltado
insignes críticos que hayan afirmado ser el de Pavese un Diario muy superior
al de André Gide. Libero
Bigiaretti es un convencido de que el estilo de Turín es un estilo de
narrador y no de poeta. Refiérese a una ciudad donde domina l’esprit
de géométrie en su minuciosa cuadrícula urbanística, donde apenas tienen
cabida las semejanzas antes que las metáforas, la descripción tranquila,
reposada, antes que el grito o la exclamación, salvo alguna página lírica o
patética, derivada del majestuoso, manso y mundano paso del Po, cubierto por
la estupenda cadena de colinas verdosas que cobijan a la urbe soñolienta.
Habría que delucidar si, de verdad, existen las ciudades narrativas propiamente
dichas y las ciudades poético-descriptivas per se. Lo cierto es que
para quienes hemos tenido la ocasión de vivir en tan rectilínea y
aparentemente oscura, friolenta, misteriosa ciudad, toda arbolada, apenas si
el verso ha estado totalmente presente. En medio del señorial enigma
ensordecedor que al tiempo que envuelve el encanto paisajístico y
sentimental, de una manera cuasi demoníaca insufla en su habitante una
pesadumbre, una como modorra, donde la salvaje belleza de las colinas mismas
no permite el disfrute de Desde el
silencio nocturno de Turín, de pronto la nieve cabizbaja que discurre en el
frontal tejado es la que hace brotar el verso en su saudade: Este mirar caer la
nieve Indefensa y asida de
las tejas Qué blanco tan puro el
de la nieve Pero no yo que nací en
plena guerra ¡Que nunca más la nieve
se enrojezca!5 Yendo al
esbozo de una poética, en busca de que “cada poesía resulte una
construcción en sí” más allá de la selección implícita en el
“poemario” o presunto cancionero, cancionero-poema
construido (Las Flores del Mal u Hojas de hierba), en el
interior de Pavese va tomando consistencia la idea de la poesía-relato
-cada poesía, un relato-. Su
exigencia de una viril objetividad del relato, acompañada a la vez de
un sentimiento de misógina virilidad, le llevan a desembocar en una poesía-relato
que él soñaba objetiva. Es cuando no puede dejar de demostrar su hondo
placer, después de años de chillidos poéticos, por haber llegado a hacer
reír a una de sus poesías. Había descubierto la imagen, el propio
relato en su conjunto. De seguidas, pregona su enunciado, en torno a la
fuente de toda actividad poética: “La esencia de la poesía es la
imagen.” La considera el punto crítico de cualquier poética, de
nada fácil dominio o superación. Hasta que, agitado por el aguijón creativo,
concluye en El oficio de poeta: “Pero el caso es que
mis imágenes -y mis relaciones fantásticas- iban complicándose cada vez más y
ramificándose en atmósferas enrarecidas.” Atmósferas en las que
Pavese finca sus iniciales intuiciones, surgidas del paisaje de la infancia y
que a su vez apuntalan la “teoría del mito”.6 Falsa o
prematura la ambiciosa definición de la imagen como argumento del relato, en
una segunda instancia superada, señala Pavese: “Se tratará de
describir -no importa si directa o imaginativamente- una realidad no
naturalista sino simbólica.”7 Reconoce
en la tormentosa sensibilidad que reposa en su poesía, la proyección de
complejos y de angustias, la figura del “scappato di casa”
propia de la narrativa americana -afín a su background- y que en tanto
“fuga” y necesidad de evasión refleja la alienación del escritor
en la sociedad. Clásica referencia es la insistencia en una preciosa
remembranza, evocación de sus fuentes naturales primigenias: “Si
hay algún símbolo en mis poesías, es el símbolo del que ha escapado de casa y
regresa con alegría al pueblecito, tras haberlas pasado de todos los colores
y siempre pintorescas, con poquísimas ganas de trabajar, disfrutando mucho
con cosas sencillísimas, siempre generoso y bonachón y franco en sus juicios,
incapaz de sufrir a fondo, contento de seguir a la naturaleza y gozar a una
mujer, pero también contento de sentirse solo y sin compromisos, dispuesto a
recomenzar cada mañana: los Mares del Sur, en suma.”8 Reconoce
Pavese la persistencia, la reiteración, a modo de ritornello creador,
del aire piamontés; cómo sus imágenes no son sino múltiples e ingeniosas
facetas de la imagen primaria, fundamental: la de su tierra, su Piamonte y
él, preguntándose: “¿Tal mi tierra, tal yo?” A partir del
establecimiento del paralelo satisfecho entre el Piamonte y él, se propone en
su poesía futura el que no falte ese elemento, convencido como estaba de que
“la condición de todo impulso poético, por elevado que sea, es
siempre una atenta referencia a las exigencias éticas, y también prácticas,
como es natural, del ambiente donde se vive.” 9 “Lo
que equivale a decir -según él- que el primer fundamento de la poesía es
la oscura conciencia del valor de las relaciones, incluso las biológicas, que
viven ya con una larval vida de imágenes en la conciencia prepoética.” Pensaba
que seguramente le debería ser posible hacer poesía sobre una materia de
fondo no piamontesa, aunque hasta ahora no lo había sido nunca, reconociendo,
así, que aún no había “salido de la simple reelaboración de la
imagen representada materialmente por sus lazos originarios con el ambiente;
que, en otras palabras, en su laboreo poético había un punto muerto,
gratuito, un material subyacente del que no lograba prescindir.”10 Material
subyacente, eterno retorno, vivaz residuo objetivo, acopio vital, hormigón
histórico, telúrica esencia vivencial, memoria pasional, afectiva angustia,
asombro ante el primer nicho, terrígeno goce natural, sangre, vereda
indispensable, llamado del medio que lo circunda, lo posee y absorbe vaya a
donde vaya, venga de donde venga. Ligazón natural que explica, define
plenamente la unidad de su obra poética: una poesía situada en el corazón de
Los Alpes, en la nívea fulguración de su Piamonte, en su Ciudad Amada, su
Turín eterna. De la que en El oficio de vivir nos regala una
extraordinaria, espeluznante postal donde demuestra categóricamente el amor
que a Torino le profesara a tenor de una racionalización lírica,
intelectual, del “patrimonium salutis”, de su yo histórico
existencial de cara a todas las posibilidades ulteriores del renacer, del
bien óptimo, placentero, en progresiva homeostasis socioambiental-cósmico-
ideológica.11 Postal, estampa lírico-narrativa, que
paradójicamente, por enésima vez, nos retrotrae al paisaje que, en Pavese,
“se manifiesta obsesivamente y es inseparable en la relación con el
protagonista, como una génesis de su destino, fundamental y dramática.”12 He aquí
el texto de marras, donde Pavese brinda estupendas palabras de amor, de
estima, de fe, de esperanza a su ciudad adoptiva. Standone
lontano, comincio a inventare una funzione condizionatrice dell’arte
propria nel Piemonte e centralmente in Torino. Città della fantasticheria,
per la sua aristocratica compiutezza composta di elementi nuovi e antichi;
città della regola, per l’assenza absoluta di stonature nel materiale e
nello spirituale; città della passione, per la sua benevola propizietà agli
ozi; città dell’ironia, per il suo buon gusto nella vita; città
esemplare, per la sua pacatezza ricca di tumulto. Città vergine in arte, come
quella che ha già visto altri fare l’amore e, di suo, non ha tollerato
sinora che carezze, ma è pronta ormai, se trova l’uomo a fare il passo.
Città, infine, dove sono nato spiritualmente, arrivando di fuori: mia amante
e non madre né sorella. E Molti altri sono con lei in questo rapporto. Non le
può mancare una civiltà, e io faccio parte di una schiera. Le condizioni ci
sono tutte.13 Diríamos
que Cesare Pavese hizo honor a la consciencia o interacción ontosófica
individuo-ambiente e individuo-ambiente-universo, donde el cuerpo
ecosistémico a partir del psíquico y psicosomático, apuntala todo proceso o
proyecto poiético, poiesológico, en vibrante corporeidad óntico-existencial
socio-creadora. Como los grandes genios creadores, en vida y en palabra,
Pavese homenajeó a la sabiduría del ser, universalizando, desde la opacidad
de la neblina y la nieve, la quimera, el orden, la pasión, la ejemplaridad,
la virginal espiritualidad de su querido lar. Tenebrosa, demoníaca lumbre,
que, absurdamente, lo llevase al estoicismo del suicidio, al amor-muerte, al
través del remolino de la impotencia, del derrumbe, del vivir peligrosamente,
de la inquieta angustia, que sonríe sola, desde la que brindara poesía
a los hombres, compartiendo penas, asombros, enigmas, soledades. Porque en su
vida, apenas tiempo tuvo para reconocer sus propias taras, escondidas en las
arenas movedizas de un aparentemente dulce valle repleto de múltiples,
sorpresivos interrogantes y misterios, que nunca supieron de su pena, su
cáncer, sus no-amores, sus secretos. Torino,
lugar del que se vuelve y a donde se volverá, vino a ser en el fondo una
herida siempre abierta por donde desahogó el poeta sus tantas atmósferas
enrarecidas. Los lugares únicos vienen a ser la fábula, el mito
cotidiano, el sello mítico, a modo de imagen central del retornar
perpetuo. Con todo y a pesar de uno y tanto embate, concluye tajantemente Pavese:
“Queda en claro que la necesidad de construcción nace, para
ti, de esta ley del retorno. Magnífico. Queda al tiempo en claro que el sentido
de tu vida no puede ser sino la construcción… Todo es repetición,
recorrer de nuevo, retorno. En efecto, incluso la primera vez es una segunda
vez.” 14 Lugares,
palabras y sensaciones, naturalismo y símbolos, realidad simbólica,
conciencia de los mitos, resumen su copioso itinerario creador, desplegado
desde Lavorare stanca hasta sus póstumas poesías de Verrà la morte
e avrà i tuoi occhi, conformando magistralmente el impetuosamente agitado
estro del mito pavesiano. Aunque
llego a decir que “la poesía consiste en dar a la página ese
simplicísimo temblor que da la realidad”15,
adelantándose al realismo mágico de hoy, nos ofreció un precepto singular
digno del mejor filósofo: “Contar las cosas increíbles como si
fueran reales -sistema antiguo-; contar las reales como si fuesen increíbles
-moderno.”16 Cesare
Pavese, convencido de ser coautor de la nueva historia, abrió camino a la nueva
poesía en permanente gestación, la que de hecho se prolonga ante todo
en Edoardo Sanguineti. Conteste con Salustio en que los mitos son cosas que
no sucedieron nunca, pero existen, están ahí, y consciente de que la poesía
es una como disciplina que trata de algo falso en la medida que es real,
se propuso ser testigo de la humana faena, fija la mirada en las pasiones del
hombre, en sus goces, glorias, pequeñeces, falsedades, arrogancias. Estando
al corriente de la concepción de la poesía como bella buggia,
ha podido suscribir el pensamiento de Luis Beltrán Guerrero: “Y nunca
con mayor razón, aquí, lo de razón de la sinrazón o verdad de la mentira, que
es el arte… Razón de la sinrazón es poesía. Imágenes, palabras,
metáforas, transfiguran la realidad inmediata, que es la realidad aparente.
La realidad verdadera (razón) la entrega el poeta en la aparente sinrazón de
su poesía… Si se cree que el mundo que los sentidos transmiten es
verdadero, entonces, poesía es sinrazón de la razón, mentira de la verdad.
Pero la belleza de esa sinrazón y de esa mentira, será entonces la verdadera
verdad. Belleza, verdad, justicia, bien, libertad, amor, son los nombres
distintos de Dios sobre la tierra. Poesía es, en definitiva, un modo de
conocer a Dios.”17 El diario
póstumo Il mestiere di vivere (1952) -laboratorio del poeta y del
narrador, del traductor y del estudioso de los mitos: ciertamente una trocha
del trabajo infatigable del lector voraz y curioso de lo nuevo- nos verifica
el paulatino tránsito de Cesare Pavese al ir abandonando la poesía por la
prosa, dándole la razón a Bigiaretti, quien notara en Turín un estilo
narrativo, no poético. Si bien
Pavese antes que ser conciencia de una generación per se, es un
escritor dotado de múltiples recursos, fondos y estratos, entre los que
predominan sus transparentes relaciones de carácter sobre todo estilístico o
ideológico-contenutístico, de estudio del lenguaje y de los mitos, trató
siempre de encontrar una forma suficientemente autónoma e innovadora, que le permitiera
liberarse de cualquier aliento predominantemente neo-romántico; así como
defenderse de todo hermetismo, camino de un cabal neo-realismo. Tras el retro
vanguardismo al principio fue el caos la tierra estaba confusa y vacía y las
tinieblas cubrían la luz del abismo pero el espíritu de dios se cernía sobre
la superficie de las aguas dijo dios haya luz y todavía envueltos en la noche
seguimos esperando importante una almohada donde recostar el alba recuperar
el hilván con que zurzamos el espacio de la caída donde vida sea arte arte
vida fija la mirada en el libreto asomarnos al canto de los árboles escuchar
el aplauso de los pájaros acabar con el vértigo la urgencia acabar con la
guerra que nos cruza con la noche que nos cruza con el hambre que nos cruza
paridora de soles cruce el alba acabar con la crisis que nos triza con el
caos que nos acosa con el caso del ocaso con el saco de la cosa con el asco
del ocaso que te acosa con la tisis que nos crispa acosar al caos al ocaso de
las cosas pasto sea de demonios el asco de los dioses el alba un día sea
inevitable la fuerza del grito la sombra del silencio la palabra de pie como
el rocío noche esclarecida de azul mañana que la fe vislumbra todo ocaso va
viene se repliega caos cosa caso asco saco acaso acoso grabar el sueño entre
los árboles desentrañar los secretos al asombro estar en el centro de la vida
de por vida tener mucha imaginación para ver la realidad asumir absurdos
enigmas laberintos y zozobras perpetuar la gloria del mundo en un grano de
maíz mantener la espada en la trocha que corresponda abrir compartir la luz
al mismo tiempo que la noche oscura encender lámparas en el túnel de la
infamia enloquecida empuñar las manceras del arado en el lugar apropiado en
el momento apropiado y en la circunstancia apropiada
Cesare
Pavese anticipa las razones de disenso de cara a la literatura de mediados
del siglo XX, manejadora de una apertura lingüística representada por la
“neo-vanguardia”, enarbolada por el Grupo 63
italiano -de los “novísimos”- y encabezada por el líder
indiscutible Edoardo Sanguineti, uno de los máximos poetas italianos vivos,
residente en su ciudad natal Génova, autor de una teoría de vanguardia en
clave marxista basada en el binomio ideología-lenguaje, dentro
del ciclo experimental que se sitúa en las vertientes de una visión del
mundo en vías de una “nueva novela” o “novela
experimental”. Su poética incentiva un plurilingüismo salpicado de non
sense al tiempo que un extrañamiento al interior de los contenidos
socioculturales. Novela
que, en concepción pavesiana, tendrá que empeñarse en profundizar la claridad
del mito. Novela experimental en cuanto que el sujeto -sujeto
proyectante- antes que proyectarse él mismo, proyecta el mundo. Angelo
Guglielmi, al preguntarse: ¿qué es la novela experimental; en qué momento de
la problemática de la evolución de la novela ésta nace? responde: “A mi
modo de ver, la novela experimental nace en el momento en que el escritor se
da cuenta, advierte que ya no logra tener una relación con las cosas, con la
realidad, utilizando los viejos esquemas interpretativos, o sea,
describiéndola según aquel conjunto de valores elaborados por la civilización
burguesa neocapitalista. A partir de este momento el escritor arroja a las
ortigas aquellos esquemas ya deteriorados y, en la necesidad de seguir
intentando una relación con la realidad, recurre a nuevos esquemas que ya no
son esquemas de significados sino esquemas formales, de ruptura, cuya
aplicación le permite recuperar una noción ‘liberada’ de realidad,
o sea, recuperar las cosas más allá de los falsos valores con que se
disfrazan.”18 Es cuando
Edoardo Sanguineti alude a la actividad mitopoiética ligada a la novela, a la
identificación básica entre poesía y actividad mitopoiética, concibiendo la
mitología como organización del discurso narrativo, y no como mera serie de
contenidos. En sintonía con Pavese en torno al sistema antiguo y moderno, en
alusión a lo real y lo increíble, Sanguineti muy puntual y atinadamente
sostiene: “El horizonte naturalista no es sólo un horizonte de
contenidos, un modo de percibir la realidad: es ante todo un modo de narrar,
es esta organización de materiales de acuerdo al principio de una fabulación
verificable en la inmediatez de lo vivido. La novela nueva, en general, pone otra
vez el acento precisamente sobre el elemento de ficción, sobre lo que
definiría como la conciencia mitopoiética: cuenta una historia que es al
mismo tiempo verdadera y falsa.”19 Es en
este momento histórico-literario donde la experiencia de Pavese cobra la
mayor vigencia, resultando verdadero maestro de estilo y de vida ante las
generaciones que le sucedieron, particularmente encarnadas en el Grupo
63 y Sanguineti,
según Guido Davico Bonino, define la novela experimental como aquella
“en la que (con el ejemplo de algunos grandes del siglo XX: Joyce,
Kafka, Mann) se advierte una transparencia mitológica, pero de una mitología
no metahistóricamente asumida en filigrana, sino fundada sobre la base de una
antropología como historia.”21 En
opinión de Fausto Curi, tal novela “es la que no cesa de
cuestionar las estructuras de la novela burguesa tradicional… Lo que el
escritor experimenta lo experimenta como cultura, pero sobre todo como
lenguaje… la experiencia directa que tiene es la experiencia de una
determinada situación de lenguaje… Y es obvio, para mí, que una
experiencia lingüística es siempre también una experiencia ideológica.”22 Por su
parte, Antonio Porta, en referencia al ámbito de la antropología entendida
como historia, al interior de la psicopatología, en pro de una nueva
antropología, concluye: “No es que el novelista pretenda que uno se
deba comportar, mover, etc., en la vida, exactamente como en las novelas experimentales;
es absurdo, evidentemente, pero sus proposiciones, en sustancia, intentan
ampliar cada vez más el campo visual, desplazar la línea del horizonte,
descubrir nuevas posibilidades para el lector y para una nueva sociedad. No
me parece que haya otro modo de definirnos como experimentales.”23 Pavese,
evocando su poética, tras el rigor del ejercicio estilístico, encaminado en
una dirección mítica, no se olvida de expresar a su amigo Sanguineti, en el
mes de febrero de 1950, algunos consejos en torno al esclarecimiento del mito
y a las motivaciones absurdas e irracionales del inconsciente, a las que en
cambio dará libre paso la “neo-vanguardia”, particularmente
Sanguineti, en obras como Laborintus, Triperuno, Capriccio italiano, Il
Giuoco dell’Oca. He aquí los términos de
la correspondencia: Questa non è poesia, e nemmeno stile:
sono giochi di prestigio. Aggiunga che la vertiginosa difficoltà testuale
delle sue pagine, sentendosi benissimo che non scopre terreno nuevo ma ripete
un tono, non invoglia allo sforzo di tensione necessario per farsi capire.
C’è poi una grave sproporzione fra l’atteggiamento sibillino di
rivelatore di misteri e la materia che traspare sotto le parole: semplici
esitazioni e perplessità dell’adolescenza. / So che i consigli non
servono a nulla, ma al posto suo io cercherei di ridurre quella qualunque
ispirazione che si sente in corpo a un sommesso ed elementare linguaggio da
‘nursery’, da tiritera rimata (non scherzo): si vedrà così che
cosa ne rimane. O meglio ancora a un lucido discorso prosastico,
un’analisi e constatazione… Darne cioè l’equivalente
critico - è un ottimo esercizio. (Lettere,
1926-1950).24 La erlebnis
humano-poética pavesiana al través de su vivir trágico-peligroso,
constituye acontecimiento de amor-angustia-muerte, de realidad-esperanza-desesperación,
configurando su proyecto poético, reduciendo todo acontecer externo a una
problemática individual, revestida de significación universal, en su obsesión
por hacer poesía al mito. Éste, en conjunto, constituye su alto magisterio
ético y artístico fincado en su comportamiento humano, sociocreador, dentro
de una visión que incluya al hombre, al poeta y a la obra, es decir, al
autor, la actividad, el proceso, el acontecimiento, la ejecución. Etnología,
clasicismo, metaforización, experimentación lingüística, desenfreno
dionisíaco, retorno, soledad, depresión, violencia, injusticia, salvación,
memoria, peligro, desesperación, tragedia, pasión, el símbolo, el mito, el
reino de lo salvaje, el secreto, la incógnita, la sencillez, la parquedad, el
insomnio, el sueño, el encanto, el asombro, vienen a ser los rieles
pavesianos -la razón de vida- por donde ha de circular la nueva poesía que
provendrá o generará su complejo magisterio creador. “Su
escritura fue un rito destinado a expulsar los demonios del tiempo histórico
y del espacio fluyente, ceremonia hecha para que sus personajes regresaran a
sus edades tempranas, al amanecer oculto por la madurez y la era adulta. Es
el mito del retorno a la infancia a través de imágenes sugestivas,
misteriosas, capaces de hacer sentir el encanto de la evocación, de lo
insólito, del asombro ante un lenguaje tensionante y estremecedor… El
mito es para Pavese una posibilidad de congelar el tiempo primordial, el
estático, el del instante original. Las imágenes atávicas siempre están
actuando en nuestro inconsciente y se manifiestan oníricamente y
especialmente en la historia.”25 Justamente,
al rescoldo de la fogata del Mayo Francés del ’68, tuvimos la
satisfacción de conocer a algunos de los integrantes más preclaros del Grupo
63, entre ellos: Luigi Malerba, Alfredo Giuliani, Alberto Gozzi,
Giorgio Manganelli, Nanni Balestrini, Antonio Porta, Elio Pagliarini, Angelo
Guglielmi y Edoardo Sanguineti. Ora en el Teatro Stabile, ora en la sede de Ligado a
la explosión de la nueva vanguardia italiana, autónoma personalidad
creativa, corresponsable de la antololgía I Novissimi, que en
1961 abrió una nueva estación a la poesía italiana contemporánea, Sanguineti
estaba plenamente convencido de: … che Pavese diceva; allora dissi (a
me stesso)… Bajo la
bandera de la “neo-avanguardia” o “neo-experimentalismo”,
Il Grupo, a la luz del Grupo 47 de Il
Gruppo 63 se propuso un cambio radical de prospectiva en el lenguaje y en
la concepción de la poesía. En referencia a las relaciones con el tejido
socio-político, tarea fundamental era la relación del escritor con la
realidad, estableciendo previamente los deslindes entre ideología y lenguaje. Yendo a
la impronta ideológico-política trazada por Pavese, hemos de recordar cierto
ensayo polémico aparecido en la revista soviética “Novi Mir”,
donde Gheorghi Breitburd dedica cuarenta cuartillas al desenvolvimiento de la
neo-vanguardia italiana. Acusada ésta de un “retorno al
provincialismo”, los neo-vanguardistas esgrimen, entre tanto, su
eslogan “Avanguardia contro tradizione”. Mientras,
irrumpe la posición expresada por Angelo Giulielmi: a) “rinuncia
alla ideología”; b) “rinuncia al ruolo sociale
dell’artista (il suo engagement)”; c) “rinuncia alla
funzione comunicativa dell’arte”. Ante la confusión
ideológica derivada, reaparece la cuestión del “ruolo sociale
dell’arte”, “l’autonomia culturale e scelte
poltiche”. Nuevamente, sobresalen las objeciones de Edoardo
Sanguineti en el sentido de una vanguardia que asuma la función de expresar la
verità ultima sulla situazione dell’intellettuale nel mondo presente. En
conjunto, la aludida polémica no hizo sino reconfirmar el empeño marxista del
que fuera portaestandarte Cesare Pavese, respecto a la específica autonomía
cultural en las artes y tendencias políticas, asignándole a la política el
contenido que le daba Gramsci de lucha por la participación moral e
intelectual de todos. Dimensión política que implica un empeño cultural,
colectivo, de la sociedad en pleno, del escritor u obrero en general. Ciertamente,
la neo-vanguardia italiana perseguía ante todo un crecimiento de la
vitalidad imaginativa vehiculizada en un lenguaje socializado, en un como
deseo de que muriese la conciencia vieja frente a los nuevos retos. Ante el
interés social de una exigencia realista-comunicativa, de una expresión
patético-verosímil, de una cultura en movimiento, de ser posible, contra el statu
quo mismo, en busca de una poesía explosiva, en la que el verdadero
problema ideológico fuese el estilístico, mimetizando, intertextualizando la
palabra en la acción, en la praxis creadora desde los nutrientes de la misma
fantasía semántica, en fecunda completitud zetético-poiesológica. Esta
dinámica teatralización del neo-vanguardismo de marras, en permanente
provocación pública, viene a significar el mejor testimonio de la “messa
in scena” del copioso ideario -weltanschauung- de Cesare
Pavese, quien, desde su visionario mirador literario, constituye una de las
figuras más vivas, sobresalientes, con que haya contada y cuente la
literatura italiana del siglo XX. Si nos
hemos demorado en la reproducción de la anterior mise-en-scène -escenografía-
es porque con el mayor de los orgullos podemos decir: io ero là! De
esa fiesta espiritual, supimos, fuimos testigos entre los años 1966-1968.
Saboreamos el fervor, la marcialidad con que Il Gruppo 63
se exponía y exponía su proyecto, sus planes, sueños, utopías. Prácticamente,
se asistía a un verdadero montaje cultural ideológico-poético. A una
manifestación artístico-espiritual, donde la lectura era lúcido espectáculo,
en la que la improvisación, el diálogo o el “monodiálogo”,
magistralmente ejecutados por los protagonistas del Gruppo, denunciaban
claramente la autenticidad, el lungo miraggio que les permitiese como colectivo
echar la vista adelante hasta oír la melodía del futuro. Era como si
se propusiesen leer para aprender a través de la exploración y el
descubrimiento. Interpretar del mejor modo el malestar difundido en la
sociedad de su tiempo. Un deseo irresistible de construir el nuevo texto, el
alcance de la nueva palabra, la fisonomía de la nueva poesía. Parafraseando
a Pierre Bourdieu, Il Gruppo 63 al interior de un inconsciente
cultural con peso funcional específico, asido a un particular “pathos
metafísico”, representaba la tonalidad de humor que coloreaba las
expresiones del momento. Reflejo de los pensamientos profundos de su
generación, expresaba la visión del mundo necesaria -la utopía
concreta-. En complicidad inmediata, situado y fechado, venía siendo la voz
de su sociedad y de su época. Integraba Il Gruppo un definido campo
intelectual a modo de campo magnético, con líneas de fuerza, lugares
comunes, en los que el discurso, el lenguaje, el encuentro, el entendimiento,
les permitía un abordaje común de los distintos problemas que su proyecto
creador les demandaba, les exigía, en procura de un intelectual autónomo,
inmerso en una autonomía o libertad creciente.27 Desde los
albores del futurismo, iniciador de la historia de los movimientos
de vanguardia en el mundo, pasando por el ámbito neorromántico
y la encrucijada del hermetismo de la década del veinte, inicia
su aventura el nuevo realismo -gran estación poética italiana-
volcado en una narrativa y en una poesía narrativa, dispuesto, reiterémoslo,
a reflejar la angustia, los padeceres del hombre de su tiempo. Surge a
renglón seguido, como hito cultural, en la poética italiana, la nueva
vanguardia, representada ante todo por el Gruppo 63 en
correspondencia con valores como Maiakovski, Joyce, Brecht y Dylan Thomas. Edoardo
Sanguineti -figura de las más destacadas del Grupo- apuntó siempre hacia una vanguardia
revolucionaria dentro de una poesía que cumpliese una función social, al
infinito, como lo testimonian los dos puntos al final de cada uno de sus
poemas, en señal de que no terminasen ni terminen nunca. Sanguinteti,
al abordar la experiencia de los “Novissimi”, nos adelanta
una clave de lectura acerca del móvil o secreto de su obrar poético. Es
cuando señala la partida de la idea de un retorno al desorden28.
Fórmula concluyente, lato sensu, para la nueva vanguardia en su
conjunto: el retorno al desorden es el camino real del retorno a lo
trágico.29 Desorden
que de inmediato nos remonta a Arthur Rimbaud como fuente natural, cuando
expresa que quería ser vidente mediante un largo, inmenso y razonado desorden
de todos los sentidos. O en sus propias palabras:
“Je veux être poète, et je travaille à me rendre voyant: vous ne
comprendez pas du tout, et je ne saurais presque vous expliquer. Il
s’agit d’arriver à l’inconnu par le dérèglement de tous les
sens”.30 Desorden
que nos reporta al “descuartizamiento”, a las estructuras
descuartizadas típicas de Balestrini y del mismo Sanguineti, sobre todo en
obras como Triperuno donde el lector asiste a un simpatiquísimo
laberinto infernal a lo largo de sus 88 páginas. Aventuras a contracorriente,
a contra orden, que nos conducen a la conclusión formal con la que,
inconscientemente, Edoardo Sanguineti califica, evalúa su propia obra al
ponderar la de Balestrini: “Es una calculada combinación
explícitamente propuesta como una de las infinitas posibles combinaciones del
material lingüístico, en un universo enteramente compuesto de meras
posibilidades y combinaciones lingüísticas.”31 Se diría grosso
modo que la poética de Sanguineti, apunta a un peculiar arte
combinatorio a partir de un trabajado y respectivo cálculo
combinatorio, que sobreviviendo a un enérgico descuartizamiento,
en palabra dilatada, acuñada y combinada, protagoniza una auténtica alegoría
amargamente verosímil de nuestro mundo, la que más allá del desarmable,
patético cálculo combinatorio, desemboca en una poesía electrónica,
una poesía ex machina, la misma que cada día con mayor
celeridad, en evidente aggiornamento, se enseñorea y reta sin
evidenciarse claramente sus inalcanzables, posibles, extremos desenlaces,
entre los muchos tours y détours del polisémico, polivalente pensamiento
poético de nuestros días. En orden
a la participación, por ejemplo, máxime delante de los novísimos espacios del
hipertexto, según sean las características del hardware y del software
disponibles, así como la fase de implementación de los datos en los
espacios lógico y visible, se tendrán distintos tipos de fruición, de fuitore,
espectador, lector, en cuanto cocreadores de la obra. A partir
de un primer espacio, el lógico, acompañado del visible, se llega a un
espacio propiamente manejado por el usuario-lector-navegador. De este último spazio
agito “emerge che questa terza dimensione dell’ipertesto
accoglie e modula sia le azioni concrete della navigazione, sia le modalità
cognitive che strutturano l’atto di lettura. Anche in questo caso,
dunque, l’articolazione dello spazio si evidenza non come sovrastuttura
che semplicemente ‘ospita’ un contenuto e le relative strategie
di fruizione, ma, soprattutto, come una dimensione profundamente
strutturante, sia rispetto al livello semantico, sia rispetto alle strategie
pragmatiche.”32 Valga
decir que en cuanto fruición electrónica cabe distinguir al menos seis
categorías en la lectura hipertextual: la exploración, la consulta, la
investigación, el aprendizaje, la construcción del texto y el denominado
juego del laberinto. Todo en procura de un específico espacio en la
interacción entre texto y lector -fruidor-, con miras a la costruzione
del senso. De donde
además de la competencia cognitiva se ha de contar con la competencia
práctica, “accanto a un ‘saper-essere’ e a un
‘saper-fare’, anche un ‘sapere-agire’, declinato
nella capacità di ‘usare’ e in quella di ‘realizzare’…
attraverso l’utilizzo degli strumenti offerti dal sistema.”33
De manera
que el rol del lector cibernético delante del texto electrónico ha de
enriquecerse cada día en cuanto polo receptivo. El nuevo texto, “il
testo elettronico sembra privilegiare la dimensione della visibiltà, fornendo
così un aiuto all’utente, ma, al tempo stesso, rendendolo partecipe del
livello di organizzazione del testo.”34 Nos
detuvimos en estas últimas consideraciones con el propósito de asomarnos al
complejo acto de decodificación-construcción que hoy por hoy espera y reta al
usuario/lector/fruidor del reino electrónico en el que nos corresponde vivir. Ante los
álgidos avatares del enigmático ruedo o electrónico collage que hoy
alrededoriza y sorprende a la humana especie, entre
construcción-reconstrucción del nuevo texto o hipertexto, donde la lectura se
transforma en escritura, en altro testo, en desconstrucción de la
unidad del sentido (Derrida); inmersos en el juego, il gioco del
laberinto, donde los lectores “si rivolgono
all’articolazione del labirinto più che al contenuto delle sue
stanze”35, adquiriendo una competence más
articulada, fina, ingeniosa y productiva, concluiríamos en que, en sinergia
compartida, adelantándose en años, siglos, las vanguardias y sus líderes, a
pesar de dárselas por agotadas o derrotadas, tanto son capaces de anunciar,
vaticinar el sorpresivo advenir escondido en la asombrosa veta material de la
técnica y la ciencia, cuanto asegurar a las generaciones poéticas y al hombre
en pleno la supervivencia del sueño, la poesía, la palabra, más allá del
embrujo encantatorio de la máquina, a la luz de la neurociencia, de la
poiesología, de la razón poética, capaz de salirle al paso a la
idolatría de la razón técnica, la “razón pura” y la utopia
telemática. A tenor
de cierta constante surgida en el ámbito de la arquitectura de mediados del
siglo XX conocida como “architectural revival” ante la
paradoja del pasado redescubierto con efecto oscilatorio de vuelta a
lo anterior -retro vanguardismo: redescubrimiento del pasado
como solución o contestación al presente ya obsoleto-36
en cuanto “reavivación”, reactivación o revitalización del pasado
a modo de trampolín para alcanzar el andamiaje-alumbraje para nuestro
devenir, continuar siendo utopía en marcha frente a un siglo naciente que ha
de ser poético o no será; postular un auténtico renacimiento, redención
tecno-humanista, humanístico-tecnológica, que fije rumbo al destino histórico
del hombre mediante la recuperación de su propia esencia a partir de una retro
vanguardia en acción, capaz de retomar el principio de conservación de lo
mejor de los valores del pasado, de la neo vanguardia de ayer, donde
la sabia evolución creadora -in suo esse perseverare conatur (Spinoza)- nos
confirme que el esse de algo es a un tiempo su fieri:
perseverar en su ser dentro de su propio devenir, esforzarse por perseverar a
fin de proseguir, persistir indefinidamente.37 Continuidad-conservación,
pasado-presente, obsolescencia- plenitud, gestión-completitud han de ser las
pautas que indiquen la mejor salida a la neo poética de hoy. Frente al
galopante secuestro del orbe por la globalización y el consumismo
neo-capitalista, cabe preguntarse, entonces, cómo quedan la poesía y la vanguardia.
Justamente, cuando ante el actual mercado literario, tenemos “la
ineluctable prostitución del poeta en relación con el mercado como instancia
objetiva, y con el producto artístico como mercancía.”38
El axioma
acuñado por Marx en El Capital: las mercancías son mensajes
progresivamente se ha venido entendiendo como la mercantilización de los
mensajes dentro de un mensaje-mercancía o arte como mercancía. “Cio
vuol dire che i messaggi dell’avanguardia non sono destinati a esser
decodificati come rappresentativi dell’ideologia dominante.”39
En decir de Sanguineti: “La vanguardia se rebela, estructuralmente
hablando, contra la mercantilización estética.”40
“Cio che l’avanguardia esprime è… una verità generale di
carattere sociale… Si tratta… del fatto che l’avanguardia
si costituisce, alle radici, nella forma della contestazione; e che tale
contestazione, nell’atto stesso in cui si genera sul terreno estetico,
mette in causa, inmediatamente, la struttura stessa dei rapporti sociali.”41 Como
señala Hans Magnus Enzensberger: “Per
il potere, che non puo riconoscere altra arché oltre se stesso, la
poesia è anarchica; intollerabile, perché non la può strumentalizzare;
sovversiva per il solo fatto che esiste… La poesia tramanda il
futuro. Di fronte alle realizzazioni del presente, essa ricorda l’evidenza:
ciò che non è ancora statu realizzato. Cioè
ci sono cose ovvie già realizzate e cose ovvie non ancora realizzate; e la
poesia richiama la nostra attenzione sulle seconde… La poesia è
anticipazione, sia pure nel modo del dubbio, della rinuncia, della negazione.
Non che essa parli del futuro: parla come se un futuro fosse
possibile, come se fosse possibile un colloquio libero fra non-liberi, come
se non vi fosse estraneazione ed assenza di linguaggio.”42 Distantes
como estamos de alcanzar la utopía concreta implícita en el
desiderátum de la mejor vanguardia, pensamos que una verdadera convergencia o
relación entre vanguardia, ideología y lenguaje, entre lenguaje y
pensamiento, estaría dada, como lo propone Ferruccio Rossi-Landi, por la
constitución de una futura scienza globale dell’uomo,
ciencia que en nuestro caso nominamos poiesología dentro de los
óptimos parámetros de la inter-transdisciplinariedad, tal como lo hemos
venido señalando en los distintos ensayos adelantados en la sede de esta
calificada Revista Espéculo.43 En
efecto, Rossi-Landi apunta: “A tale scienza sarà possibile lavorare
più direttamente solo dopo che il uso oggeto -l’umanità stessa- sarà
statu unificato, e in tale processo tutte le articolazioni delle discipline
oggi esistenti saranno state culturalmente rivoluzionate.”44 Plantea,
igualmente, Rossi-Landi la homología frente a la analogía y la
metáfora; homología que, según él, no ha sido frontalmente analizada y
menos el esquema, el método homológico capaz de explicar y diferenciar a
fondo la producción material de la lingüística, llegando a sostener “che
chi ha il potere si appropia sia della produzione degli oggetti materiali sia
della produzione degli oggetti linguistici: naturalmente in guise diverse per
via delle differenze fra i due tipi di oggetti.” 45
Como secuela discursiva, consiguiente-mente, alude a la realidad de la alienación
lingüística válida para explicar el desenvolvi-miento tanto de la crítica
literaria como de los medios de comunicación masivos dentro de la más
auténtica génesis de la dimensión social. Desde los
albores de este siglo XXI, entre la zafra del pensamiento cibernético,
telemático, antes que abandonar la utopía, hemos de tornar cada día a ella,
por la vía de un retro vanguardismo que, saliéndole al paso a uno y
otro fenómeno emergente, sea capaz de explicar y brindar salidas a los tantos
cambios perceptivos provenientes de los nuevos móviles espacio-temporales.
Redescubrimiento del pasado. Recorrer de nuevo. Necesidad de
construcción. (Pavese dixit). Reconstrucción a partir del retorno
creador. Surge,
entre otras tantas, la alternativa de una polivalencia poética
que contemple, estudie, analice y explique, entre otras vehiculizaciones, las
posibilidades de adaptabilidad del poema en cuanto enriquecimiento tanto en
el orden endógeno como exógeno -vital-social-. Polivalencia que a tiempo y
felizmente nos la prefigura Edoardo Sanguineti al indicarnos, con sus
célebres dos puntos con que rubrica sus creaciones, lo inconcluso de cada
poema, la perentoria y evidente necesidad de completitud creadora de parte
del lector en busca del producto sinérgico-colectivo- poético o zetético
poiesológico en que ha de afianzarse, a pesar de la angustia de este
tiempo, la nueva conciencia cibernética, la nueva sociedad, la nueva palabra,
el nuevo texto: Coda todo
átomo de todo cuerpo atrae a todo otro átomo tanto de su cuerpo como de
cualquier otro con una fuerza que varía en razón inversa a los cuadrados de
las distancias entre el átomo atrayente y el átomo atraído energía compartida
danza de electrones se trabaja crea se recrea en intercambios simétricos de
compartida sinergia estructuras disipativas nada fijo todo flujo repentino
reordenamiento interactivo selección natural nueva entidad irreversibilidad
acontecimiento posibilidad orden a través de la fluctuación interacción
conocimiento tácito en lo más hondo la verdad cada palabra en las demás -dios
es una letra- en un hombre todos los hombres formando el universo desde una
misma butaca viviendo la vida homología fundamental fluir de la energía lo
repentino y nuevo el contacto locura circular a la intemperie compleja
realidad del universo áreas comprometidas disponibles para un futuro no
programado distorsiones de cualidad trama encantada al azar al margen de la
conciencia nadie escoge adivina termina adivinando ver lo que todos ven y
nadie piensa recuperar recuerdos palabras expresiones ideas sucesos imágenes
cantos galerones melodías escudriñar activamente los dispositivos abiertos
semiabiertos reconocibles (in)imaginables tocar el cerebro como se toca el
piano expresar las ideas con palabras y oraciones adecuadas lejos de todo
guirigay sampablera baturrillo papiamento comprobando adelantando avanzando
retrocediendo evaluando juzgando ponderando descomponer el contenido en
palabras-pasos simples comprensibles traducirlo en lenguaje propio que algo
diga a quienes permanecen en otro mundo estén dormidos o sigan durmiendo dar
con el hallazgo intuirlo en el reposo después del insomne largo rodeo duro
laborioso en fecunda fructífera tormenta demostrar la superioridad del
deslave subliminal ante el consciente porque el yo crea su cerebro -producto
de la mente- mientras más fe tengamos en nuestra mente mejor trabaja preocupa
tanto mutilar castrar el pensamiento divergente no aceptar la oposición
lógica fundada neutralizar al desestabilizador anárquico sancionar la
discrepancia razonada desorden caos sinsentido el que canta fuera del coro
desentona aun cuando sea el único entonado importa con plena libertad mental
crear la imagen la metáfora -su reino su justicia- lo otro lo demás ha de
venir por añadidura Quaerite ergo primum regnum Dei, et iustitiam eius: et
haec omnia adiicientur vobis. [Mateus 6.33].46 ADDENDA Le note
che seguono provengono da "STORIA DELLA LETTERATURA ITALIANA - '800 *
'900 - Una nuova proposta di studio", Gavino - Olivieri, Edizioni del
Giglio. Le
tappe fondamentali della neoavanguardia sono: 1) la
rivista "Il Verri" (1956) diretta dal Luciano Anceschi;
fiancheggiata più tardi, nel 1962, dalla vittoriniana rivista
"Menabò"; 2) l’antologia I novissimi (1961), curata
da A. Giuliani e con testi di Sanguineti, Forte, Pagliarani, Balestrini,
Porta; 3) la pubblicazione, nel 1962,
dell’Opera aperta di Umberto Eco, che teorizzava le posizioni del
movimento; 4) la costituzione, a Palermo, del
"Gruppo ‘63", facente capo agli autori succitati. I canoni della neoavanguardia, che parte dal rifiuto dell’ideologia neo-capitalistica e del
linguaggio corrente che la esprime ("tutta la lingua tende oggi a
diventare una merce"), sono, in sintesi, questi: a) data la crisi della storia e delle
ideologie e la conseguente indecifrabilità del reale, unica arte attendibile
è quella che trascrive la "disintegrazione dell’uomo storico"
e della realtà storica - registrando la realtà unicamente nella sua
dimensione fenomenologica, nei suoi "oggetti", nelle sue
"cose" nel suo "caos" - "allo stato brado, al grado
zero... al livello di una teoria fisica" (Guglielmi) al di là di ogni
giudizio storico e morale; b) tale operazione di registrazione
mimetica e neutra di quel "labirinto", che è la condizione umana,
si rende possibile solo attraverso il linguaggio che, come al tempo dei
simbolisti, viene così ad assumere un valore assoluto: "l’universo
è considerato dalle avanguardie come un fatto essenzialmente
linguistico". Ma poiché "ogni linguaggio già esistente è il
prodotto di una realtà che viene contestata nell’atto stesso del suo
farsi, il segno di una società con la quale i "novissimi" non
vogliono avere nulla da spartire, ogni linguaggio corrente viene rifiutato,
ogni parola riscattata dai significati già convenuti, e offerta allo stato
"liquido" (Gianni): si giustificano anche, alla luce ditali
premesse, gli esperimenti di poesia e di musica elettronica. Influiscono sulla neo-avanguardia:
a) l’école du regard o del nouveau-roman
o visivismo francese, il cui teorizzatore, Alain Robbe-Grillet, sosteneva la
necessità di registrare passivamente "le cose", il labirinto della
realtà, senza tentare d’interpretarla (Nel labirinto, 1959); b) il teatro di S. Beckett, volto a rappresentare
l’assurdo, il nulla; c) lo strutturalismo, una metodologia che
studia la lingua nei suoi elementi interrelati e l’opera d’arte
nei suoi elementi puramente tecnico-linguistici, con esclusione di ogni
valutazione storica ed ideologica. (Vedi gli scrittori E. Sanguineti, E.
Pagliarini, N. Balestrini, A. Pizzuto) In conclusione La
neoavanguardia presenta alcune affinità con la cultura decadente, dalla quale
però la separa una differenza sostanziale: a) nasce
come delusa reazione ad un precedente atteggiamento positivo di fronte alla
realtà e alla storia, così come decadentismo era stato in parte reazione
all’ottimismo positivistico; b) lo stato di crisi coinvolge alcuni
valori fondamentali e la stessa realtà, che si presenta come enigma e caos; c) al linguaggio, e non più alla
ideologia, è assegnato il compito di prendere contatto con questa nuova
realtà: la parola diventa così centro e chiave dell’esistenza. Le audacie analogiche dei simbolisti non
dovettero, un secolo fa, sembrare molto più azzardate del
"mistilinguismo" di un Sanguineti o delle esperienze di un
Robbe-Grillet o di un Beckett - volte com’erano, le une e le altre, a
dare la visione dell’enigma-vita; d) ma differenza sostanziale è il punto
di vista da cui viene guardata questa realtà, che i decadenti (dai simbolisti
agli espressionisti, agli ermetici) mettevano a fuoco, riplasmavano,
riassorbivano nel crogiuolo dell’io, e che le nuove avanguardie invece
esprimono attraverso il naufragio dell’io "nel mare dell’oggettività":
"il punto di vista è quello del magma", come bene ha osservato
Calvino. Del
quale ancora ci piace citare una considerazione inerente alla speranza di una
letteratura della "coscienza", che si contrapponga a quella della
passiva accettazione: "...E' la sfida al labirinto che vogliamo salvare,
è una letteratura della sfida al labirinto che vogliamo enucleare e
distinguere dalla letteratura della resa al labirinto". Una nota
di Pasolini: "… il neo-sperimentalismo (...) è un momento della
cultura tipica del Novecento, cioè del decadentismo, mentre il realismo è un
prodotto estetico della ideologia che si oppone al Novecento, ed è, nei
programmi, antidecadentistica [...]. Ora, la caratteristica principe del
neo-sperimentalismo è l’"irrazionalismo", mentre la caratteristica
principe del realismo è il "razionalismo". (Da
"L’Espresso", 3 giugno 1962. Il brano è riportato in Guida al
Novecento, di S. Guglielmino, Principato, Milano, 1971, p. 722). FUENTE: http://www.maristi.it/vt/graziano/neorealismo.html NOTAS [1]
PAVESE, Cesare. El oficio de vivir. Barcelona, Editorial Bruguera,
1980. p. 265. [2]
PAVESE, Cesare. Insomnio. En: Magazín Dominical. Bogotá, domingo 2 de noviembre de 1997, No. 755, pp. 12-13. [3] PAPINI, Giovanni. Torino e i
filosofi. En: Colli, Giuseppe: “Torino da leggere”,
Torino, Editrice Il Punto, s/f, p. 109. [4] PAVESE, Cesare. Verrà a morte e
avrà i tuoi occhi. [5]
MORA, Pablo. Axioma. En: A coro en el asombro. San Cristóbal,
Táchira, Venezuela, Biblioteca de Autores y Temas Tachirenses, No. 171, 2000,
p. 49. [6]
PAVESE, Cesare. El oficio de vivir, op. cit., pp. 13-25. [7] Ibídem. p. 32. [8] Ibídem. pp. 50-51. [9] Ibídem. p. 17. [10] Ibídem. p. 41-42. [11] PALMIROTTA, Francesco. Ontosofia Psicosomatica. Bari, stampato in
proprio, 1993. pp. 174-176. [12] LUNA, Marcelo: Cesare
Pavese y “Lavorare stanca”. En: GIBRALFARO. Revista de
Ciencias Sociales. Publicación didáctica de difusión cultural. Año II. Número
13. Octubre 2003. [13] PAVESE, Cesare. Torino.
En: Colli, Giuseppe, “Torino da leggere”, Torino Editrice
Il Punto, s/f. p. 111. [14] PAVESE, Cesare.
op. cit. P. 352. [15] Ibídem. p. 348 [16] Ibídem. p. 353. [17] MORA; Pablo. Esbozo de una Crítica de [18] GRUPO 63. La novela experimental. Caracas, Monte Ávila
Editores, 1971. p. 107 [19] Ibídem. pp. 173-174 [20] Ibídem. p. 138. [21] Ibídem. pp. 143-144. [22] Ibídem. p. 161-162. [23] Ibídem. p. 162. [24] GIUGLIELMINETTI, Marziano. ZACCARIA,
Giuseppe. Cesare Pavese Introduzione e guida allo studio dell’opera
pavesiana. Firenze, Le Monnier, 1979. p. 138, [25] CASTRO, Gabriel Arturo. Cesare
Pavese. En: En: Magazín Dominical. Bogotá, domingo 2 de noviembre de
1997, No. 755, p. 13. [26]
SANGUINETI, Edoardo. Triperuno. .Milano, Feltrinelli Editore, 1964.
pp. 70 y 88. [27]
BOURDIEU, Pierre. Campo intelectual y proyecto creador. En: AA.VV. Problemas
del estructuralismo. México, XXI Editores, 1971. pp.135-182. [28] SANGUINETI,
Edoardo. Vanguardia, ideología y lenguaje. Caracas,
Monte Ávila Editores, 1969. p.46. [29] Ibídem. p. 67. [30] RIMBAUD, Arthur. Oeuvres - Opere. Milano, Feltrinelli
Editore, 1964. p. 334. [31] Op. cit. p. 73. [32] BETTETINI, Gianfranco et alii. Gli spazi dell’ipertesto. Strumenti
Bompiani, Piacenza, 1999. p.148. [33] Ibídem. p. 96. [34] Ibídem. p. 98. [35] Ibídem. pp. 134-136. [36] MUNIZAGA
V., Gustavo. "La nueva arquitectura y la ciudad". En:
Revista de Urbanismo, N° 5, Santiago de Chile, publicación electrónica
editada por el Departamento de Urbanismo, F. A .U. de http://revistaurbanismo.uchile.cl/n5/munizaga.html [37] GÓMEZ HURTADO,
Álvaro. La revolución en América. Bogotá, Plaza & Janes, 1978. p.
307. [38] SANGUINETI, Edoardo. Op. cit. p. 7. [39] ROSSI-LANDI, Ferruccio. Semiotica e ideología. Milano,
Bompiani, 1979. p. 105. [40] Op. cit. p. 11. [41] ROSSI-LANDI, F. op. cit. ídem. [42] Ibídem. pp. 108-109. [43]
MORA, Pablo. Ensayos de http://poesia.org.ve/poema.php?codigo=1020 [44] Op. cit. p. 213 [45] Ibídem. p. 273. [46] MARTÍNEZ MIGUÉLEZ, Miguel. El paradigma emergente. México, Editorial
Trillas, 1997. pp. 123-158 |