Cristo das Trincheiras A ras de lluvia, patria, soledad y
espera. Impetuosamente y sin reparo alguno. En homenaje al histórico Cristo
de las Trincheras, el que reposa en el Mosteiro da Batalha – Portugal -. Sin
una mano, sin pies, después de haber estado en el frente, de sol a sol, entre
borrasca, plomo y lluvia, en una y otra guerra, a ras de guerra, hoy,
permanente lámpara votiva en la ruinosa oscuridad de un vetusto monasterio,
espeluznando al mundo en fantasmal plegaria. Cristo, el hombre, eternamente,
un gran dolor en viaje, en esta ominosa hora menguada, turbia, oscura,
lluviosamente nocturna, en esta hora humosa que en sombras nos envuelve. Sed
de mundo, cerviz de noche, contrito, solitario y muerto. Cristo pobre, pobre
- pobre… del pobre… buen hermano, bueno, colérico cordero al descubierto,
nuevamente con látigo inclemente arrojando a los nuevos mercaderes, tan
pierna arriba en su agonía, al aire el brazo, en ademán resuelto y justiciero,
combatiente, insurgente, fiel miliciano… Tú – el revolucionario más valiente
-. Tú – el más rebelde y noble montonero -. ¡Sal de tu iglesia! ¡Coge la
montaña! ¡Y a quienes luchan rige y acompaña en tan heroica y santa rebeldía! Cristo de las trincheras, Cristo ahumado, Al descubierto, roto, desolado, De trinchera en trinchera, chispa, lumbre, Cristo de La Batalha, iluminado, |