ALTURAS
DE MACCHU PICCHU
.
XII
.
Sube a nacer
conmigo, hermano.
Dame la mano
desde la profunda
zona de tu
dolor diseminado.
No volverás
del fondo de las rocas.
No volverás
del tiempo subterráneo.
No volverá
tu voz endurecida.
No volverán
tus ojos taladrados.
Mírame
desde el fondo de la tierra,
labrador,
tejedor, pastor callado:
domador de
guanacos tutelares:
albañil
del andamio desafiado:
aguador de
las l grimas andinas:
joyero de
los dedos machacados:
agricultor
temblando en la semilla:
alfarero
en tu greda derramado:
traed a la
copa de esta nueva vida
vuestros
viejos dolores enterrados.
Mostradme
vuestra sangre y vuestro surco,
decidme:
aquí fui castigado,
.
porque la
joya no brilló o la tierra
no entregó
a tiempo la piedra o el grano:
señaladme
la piedra en que caísteis
y la madera
en que os crucificaron,
encendedme
los viejos pedernales,
las viejas
lámparas, los látigos pegados
a través
de los siglos en las llagas
y las hachas
de brillo ensangrentado.
Yo vengo
a hablar por vuestra boca muerta.
A través
de la tierra juntad todos
los silenciosos
labios derramados
y desde el
fondo habladme toda esta larga noche
como si yo
estuviera con vosotros anclado,
contadme
todo, cadena a cadena,
eslabón
a eslabón, y paso a paso,
afilad los
cuchillos que guardasteis,
ponedlos
en mi pecho y en mi mano,
como un río
de rayos amarillos,
como un río
de tigres enterrados,
y dejadme
llorar, horas, días, años,
edades ciegas,
siglos estelares.
.
Dadme el
silencio, el agua, la esperanza.
.
Dadme la
lucha, el hierro, los volcanes.
.
Apegadme
los cuerpos como imanes.
.
Acudid a
mis venas y a mi boca,
.
Hablad por
mis palabras y mi sangre.
.
