VIENTOS
DEL PUEBLO ME LLEVAN
.
Vientos del
pueblo me llevan,
vientos del
pueblo me arrastran,
me esparcen
el corazón
y me aventan
la garganta.
.
Los bueyes
doblan la frente,
imponentemente
mansa,
delante de
los castigos:
los leones
la levantan
y al mismo
tiempo castigan
con su clamorosa
zarpa.
.
No soy de
un pueblo de bueyes,
que soy de
un pueblo que embargan
yacimiento
de leones,
desfiladeros
de águilas
y cordilleras
de toros
con el orgullo
en el asta.
Nunca medraron
los bueyes
en los páramos
de España.
.
¿Quién
habló de echar un yugo
sobre el
cuello de esta raza?
¿Quién
ha puesto al huracán
jamás
ni yugos ni trabas,
ni quién
al rayo detuvo
prisionero
en una jaula?
Asturianos
de braveza.
vascos de
piedra blindada,
valencianos
de alegría
y castellanos
de alma,
labrados
como la tierra
y airosos
como las alas;
andaluces
de relámpagos,
nacidos entre
guitarras
y forjados
en los yunques
torrenciales
de las lágrimas;
extremeños
de centeno,
gallegos
de lluvia y calma,
catalanes
de firmeza,
aragoneses
de casta,
murcianos
de dinamita
frutalmente
propagada,
leoneses,
navarros, dueños
del hambre,
el sudor y el hacha,
reyes de
la manera,
señores
de la labranza.
hombres que
entre las raíces,
como raíces
gallardas,
vais de la
vida a la muerte,
vais de la
nada. a la nada:
yugos os
quieren poner
gentes de
la hierba mala,
yugos que
habréis de dejar
rotos sobre
sus espaldas.
.
Crepúsculo
de los bueyes
está
despuntando el alba.
Los bueyes
mueren vestidos
de humildad
y olor de cuadra:
las águilas,
los leones
y los toros
de arrogancia,
y detrás
de ellos, el cielo
ni se enturbia
ni se acaba.
La agonía
de los bueyes
tiene pequeña
la cara,
la del animal
varón
toda la creación
agranda.
.
Si me muero,
que me muera
con la cabeza
muy alta.
Muerto y
veinte veces muerto,
la boca contra
la grama,
tendré
apretados los dientes
y decidida
la barba.
.
Cantando
espero a la muerte,
que hay ruiseñores
que cantan
encima de
los fusiles
y en medio
de las batallas.