NANAS DE LA CEBOLLA
.
(
Dedicadas a su hijo, a raíz de recibir una carta de su mujer,
en la
que le decía que no comía más que pan: y cebolla)
.
La cebolla
es escarcha
cerrada y
pobre.
Escarcha
de tus días
y de mis
noches.
Hambre y
cebolla,
hielo negro
y escarcha
grande y
redonda.
.
En la cuna
del hambre
mi niño
estaba.
Con sangre
de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada
de azúcar,
cebolla y
hambre.
.
Una mujer
morena
resuelta
en luna
se derrama
hilo a hilo
sobre la
cuna.
Ríete,
niño,
que te traigo
la luna
cuando es
preciso.
.
Alondra de
mi casa,
ríete
mucho.
Es tu risa
en tus ojos
la luz del
mundo.
Ríete
tanto
que mi alma
al oírte
bata el espacio.
.
Tu risa me
hace libre,
me pone alas.
Soledades
me quita,
cárcel
me arranca.
Boca que
vuela,
corazón
que en tus labios
relampaguea.
.
Es tu risa
la espada
más
victoriosa,
vencedor
de las flores
y las alondras
Rival del
sol.
Porvenir
de mis huesos
y de mi amor.
.
La carne
aleteante,
súbito
el párpado,
el vivir
como nunca
coloreado.
¡Cuánto
jilguero
se remonta,
aletea,
desde tu
cuerpo!
.
Desperté
de ser niño:
nunca despiertes.
Triste llevo
la boca:
ríete
siempre.
Siempre en
la cuna,
defendiendo
la risa
pluma por
pluma.
.
Ser de vuelo
tan lato,
tan extendido,
que tu carne
es el cielo
recién
nacido.
¡Si
yo pudiera
remontarme
al origen
de tu carrera!
.
Al octavo
mes ríes
con cinco
azahares.
Con cinco
diminutas
ferocidades.
Con cinco
dientes
como cinco
jazmines
adolescentes.
.
Frontera
de los besos
serán
mañana,
cuando en
la dentadura
sientas un
arma.
Sientas un
fuego
correr dientes
abajo
buscando
el centro.
.
Vuela niño
en la doble
luna del
pecho:
él,
triste de cebolla,
tú,
satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas
lo que pasa ni
lo que ocurre.
.
..
..