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Odio la máscara
y vicio
Del corredor
de mi hotel:
Me vuelvo
al manso bullicio
De mi monte
de laurel.
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Con los pobres
de la tierra
Quiero yo
mi suerte echar:
El arroyo
de la sierra
Me complace
más que el mar
.
Denle al
vano el oro tierno
Que arde
y brilla en el crisol:
A mí
denme el bosque eterno
Cuando rompe
en él el sol.
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Yo he visto
el oro hecho tierra
Barbullendo
en la redoma:
Prefiero
estar en la sierra
Cuando vuela
una paloma.
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Busca el
obispo de España
Pilares para
su altar;
¡En
mi templo, en la montaña,
El álamo
es el pilar!
.
Y la alfombra
es puro helecho,
Y los muros
abedul,
Y la luz
viene del techo
Del techo
de cielo azul.
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El obispo,
por la noche,
Sale, despacio,
a cantar:
Monta, callado,
en su coche,
Que es la
piña de un pinar.
.
Las jacas
de su carroza
Son dos pájaros
azules:
Y canta el
aire y retoza,
Y cantan
los abedules.
.
Duermo en
mi cama de roca
Mi sueño
dulce y profundo:
Roza una
abeja mi boca
Y crece en
mi cuerpo el mundo.
.
Brillan las
grandes molduras
Al fuego
de la mañana,
Que tiñe
las colgaduras
De rosa,
violeta y grana.
.
El clarín,
solo en el monte,
Canta al
primer arrebol:
La gasa del
horizonte
Prende, de
un aliento, el sol.
.
¡Díganle
al obispo ciego,
Al viejo
obispo de España
Que venga,
que venga luego,
A mi templo,
a la montaña!
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