ROMANCE
DE LA PENA NEGRA
A José
Navarro Pardo
.
Las piquetas
de los gallos
cavan
buscando la aurora,
cuando por
el monte oscuro
baja Soledad
Montoya,
Cobre amarillo,
su carne
huele a caballo
y a sombra.
Yunques ahumados
sus pechos,
gimen canciones
redondas.
-Soledad,
¿Por quién Preguntas?
sin compaña
y a estas horas?
.
-Pregunte
por quien pregunte,
dime, ¿a
ti qué se te importa?
Vengo a buscar
lo que busco,
mi alegría
y mi persona.
-Soledad
de mis pesares,
caballo que
se desboca
al fin encuentra
la mar
y se lo tragan
las olas.
-No me recuerdes
el mar
que la pena
negra brota
en las tierras
de aceituna
bajo el rumor
de las hojas.
-¡Soledad,
qué pena tienes!
¡qué
pena tan lastimosa!
Lloras zumo
de limón
agrio de
espera y de boca.
-¡Qué
pena tan grande! Corro
mi casa como
una loca,
mis dos trenzas
por el suelo,
de la cocina
a la alcoba.
¡Qué
pena! Me estoy poniendo
de azabache
carne y ropa.
¡Ay,
mis camisas de hilo!
¡Ay,
mis muslos de amapola!
-Soledad,
lava tu cuerpo
con agua
de las alondras,
y deja tu
corazón
en paz, Soledad
Montoya.
.
---ooo000ooo---
.
Por abajo
canta el rio:
volante de
cielo y hojas.
Con flores
de calabaza
la nueva
luz se corona.
¡Oh
pena de los gitanos!
Pena limpia
y siempre sola.
¡Oh
pena de cauce oculto
y madrugada
remota!
.