EL COCIDO
Se discuten principios. Se da por sabido
que uno, al llegar a casa, tendrá su cocido.
Y de dónde sale?
Se afilan las ideas. Se vuelve y se revuelve
lo que sí, lo que no, lo que creo yo.
Y encima, dale,
cuando uno vuelve a casa sigue en la discusión,
y le dice a su mujer: «¿No tenía razón?»
Y el cocido, ¿quién lo hace?