Susana Bombal
.
Alta en la tarde,
altiva y alabada,
cruza el
casto jardín y está en la exacta
luz del
instante irreversible y puro
que nos da
este jardín y la alta imagen
silenciosa.
La veo aquí y ahora,
pero también
la veo en un antiguo
crepúsculo
de Ur de los Caldeos
o
descendiendo por las lentas gradas
de un
templo, que es innumerable polvo
del planeta
y que fue piedra y soberbia,
o
descifrando el mágico alfabeto
de las
estrellas de otras latitudes
o aspirando
una rosa en Inglaterra.
Está donde
haya música, en el leve
azul, en el
hexámetro del griego,
en nuestras
soledades que la buscan,
en el espejo
de agua de la fuente,
en el mármol
de tiempo, en una espada,
en la
serenidad de una terraza
que divisa
ponientes y jardines.
Y detrás de
los mitos y las máscaras,
el alma, que
está sola.
.