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Capítulo
VIII
La etapa de Zaragoza Sección Primera Preparando el diálogo con el P. Arrupe |
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Contenido de este capítulo | |||||||||||
* Preparando el diálogo
con el P. Arrupe * La cena en El Picarral |
De la Crónica oficial
A las 7.30 [de la tarde del martes 5 de mayo] despega finalmente el bimotor de Aviaco [del aeropuerto de Barcelona] rumbo a Zaragoza, donde aterrizaría una hora más tarde. Esperan en la pista de nuevo el P. Moragues, provincial de Aragón, el P. Boix y los superiores locales. Ligero forcejeo con los perodistas que pretenden sin conseguirla una conferencia de prensa.
La primera escala zaragozana es la de Nuestra Señora de Belén, parroquia obrera en el barrio de El Picarral. La cena es muy cordial y asisten algunos jesuitas obreros del Barrio Delicias y va seguida de un amplio intercambio donde el P. Carmelo Martínez y demás asistentes exponen con plena sinceridad al P. General sus puntos de vista sobre la situación actual de la Compañía ante la Misión Obrera y otras actividades.
El Padre insiste en la dificultad de este ministerio y la necesidad de una identificación con el cuerpo de la Compañía. Insinúa que la situación española le parece similar a la que tenían en Francia hace algunos años.
El coloquio no puede prolongarse todo lo que hubiesen querido los presentes. a pesar de ello, la llegada al Colegio del Salvador para percoctar se hace ya muy tarde.
De las Noticias de la Provincia de Aragón (Circular 9/70 Quater)
Número especial con ocasión de la visita del M.R.P. General
En El Picarral. Se inició el diálogo con el tema de la visita al Jefe del Estado. Pero como de esta cuestión ya informamos en números anteriores y aquí no se aporta nada nuevo respecto a lo dicho anteriormente, pasamos directamente a otros temas del diálogo
Los jesuitas que en aquellos momentos formaban parte de la comunidad de la Parroquia de Nuestra Señora de Belén (Camino de Julisbol s/n, Barrio de El Picarral), son, según el catálogo, Carmelo Martínez, Juan Acha, Luis Anoro, Eugenio Arraiza, Manuel Fortuny
Refiriéndose a ellos, el que era Provincial en aquel tiempo, Ignacio Jesús Moragues, respondiendo a la pregunta ¿Cómo explicas la actitud diferente de los jesuitas de Misión Obrera de Zaragoza?, decía:
En Zaragoza, la diferencia es que allí había cuatro sacerdotes y un escolar. Y de los cuatro sacerdotes, tres eran mayores que yo. Carmelo Martínez, me superaba tanto en edad como en años de Compañía; Juan Acha, por supuesto; Eugenio Arraiza, también. El único que debe ser de mi edad o un poco menor es Luis Anoro. Y un escolar, Manuel Fortuny.
Claro, ellos tenían más cohesión; estaba más aceptada en la Provincia la Misión Obrera de Zaragoza. Porque, además, tenían una base espiritual, que era la parroquia. Carmelo Martínez era el párroco; Juan Acha no trabajó nunca...
Tenían un peso en la Provincia. Carmelo era elegido normalmente para participar en las Congregaciones Provinciales, no faltó a ninguna hasta que se salió...
La comunidad de El Picarral
Más cosas según una carta de noviembre 1969
Los jesuitas de El Picarral se prepararon para recibir el P. Arrupe, no sólo pensando -y discutiendo- qué cena le darían, sino también qué cosas le querían decir y exponerle. Prueba de ello es el documento "Guión-Base para el diálogo con el P. Arrupe". Este documento lo encontré en los archivos de la comunidad de El Picarral, no lleva indicación de lugar ni de tiempo ni de autor. Anotaciones a mano indican "abril 1970" y "Luis a.".
El autor -muy posiblemente Luis Anoro- lo presenta como "texto base de discusión" y pide la aportación de enmiendas concretas "a la totalidad, a párrafos y a frases". Parece presentado con cierta urgencia de tiempo, pues la reunión para discutirlo se ha de hacer "hoy mismo, lunes". Recordemos que la visita del P. Arrupe es un martes, el 5 de mayo.
Este "hoy mismo" nos puede dar una de las características de la Misión Obrera de aquel tiempo: vivir las cosas con urgencia. Es por eso que yo me inclinaría a datar este documento -a pesar de la indicación "abril 1970" en el primer fin de semana del mes de amyo y, descartando el sábado, que era el Primero de Mayo que ya tenía sus ocupaciones, en el mismo domingo y presentado a sus compañeros el lunes.
En los recuerdos de Luis Anoro
Esto lo comentamos nosotros, lo que revela que teníamos discusiones a fondo... El mero hecho de que yo me anime a poner por escrito las cosas previas revela un nivel de discusión fuerte en el colectivo y también en nuestra comunidad.
El valor de este documento radica en que puede ser considerado como una válida exposición de la situación anímica de los jesuitas de Misión Obrera dentro de la Compañía de Jesús. El que ellos "reciban" al P. Arrupe no quiere decir que se distancien de los análisis intra-jesuíticos de sus comapñeros de Valencia o de Barcelona; son más bien conscientes de que, recibiendo al P. Arrupe, le dan a éste la posibilidad de escuchar las mismas cosas que los jesuitas de Misión Obrera de Valencia y Barcelona hubiesen también querido expresarle.
Tuvimos una reunión en casa y se decidió: si los otros no lo quieren recibir, tienen muy buenas razones para hacerlo y nosotros también estamos de acuerdo, pero ¿Por qué no recibirle, pero para decirle todo lo que no ha podido oír de los otros? Con este argumento quedó justificado para nosotros que recibiéramos el P. Arrupe en nuestra casa, y decidimos que cada uno de los cinco hablaría de un tema con toda libertad, sabiendo que entre todos debíamos exponerle las tensiones de la Misión Obrera española del momento.
Encabezaba el documento una premisa: la contradicción en la práctica que se daba entre el grupo jesuítico de Misión obrera y la Compañía
Hay aspectos fundamentales de la Compañía que todos admitimos en su formulación generalísima (p.ej.: "la pobreza, firme muro de la religión") e incluso en su aplicación teórica (vivir como pobres y a su servicio), pero que en la aplicación práctica se dan las diferencias contradictorias. Esto hace pensar que el sentido de palabras tan fundamentales como la pobreza es tan equívoco que en realidad responde a dos contenidos esencialmente dispares.
Nuestra aplicación práctica de estos conceptos religiosos e ignacianos básicos, nos sitúan en la postura disidente respecto al cuerpo de la Compañía y nos hace experimentar muy honda y vitalmente las siguientes TENSIONES:
La primera tensión a la que están sometidos es ver cómo la "práctica" de la Compañía de Jesús contradice el mensaje evangélico
Desde nuestro ambiente (de la única manera como nosotros lo podemos ver), las aplicaciones prácticas [realizadas por la Compañía] del espíritu que todos admitimos contradicen radicalmente el mensaje que se nos ha confiado.
Y los ejemplos saltan al momento:
Ni nosotros, ni los militantes o gente consciente con quien convivimos, entendemos cómo pueda conciliarse el espíritu de las Bienaventuranzas
No se niegan a aceptar un pluralismo dentro de la Compañía de Jesús, supuestas "las concepciones sociológicas opuestas entre los mismos jesuitas", pero advierten que "un serio pluralismo" no se puede confundir nunca con "una falsa tolerancia irenista" y, poniendo ejemplos concretos,
...lo que creemos que de ninguna manera puede admitirse en una institución llamada religiosa es que una parte trate de imponer su visión mediante el uso de poderes "ajenos" (ejemplos del arreglo de cierto Provincial de América Latina con el Ministro del interior o el artículo de Vizcaíno Casas en las provincias de Valencia defendiendo el nuevo colegio de San José en un momento crítico).
No sé cuál es este "arreglo" del Provincial con el Ministro... Intentaré averiguarlo...
Pero sí que exigen ("nuestra vocación nos exige") para todo jesuita ("sea cual fuere la configuración sociológica o política que defina a cada miembro")
Más adelante (las prisas nunca son buenas para hacer un documento bien ordenado) vuelven sobre este punto
El título de la segunda tensión, a la que viven sometidos, podría ser: La vergüenza de ser jesuitas.
Vergüenza que experimentamos de nuestro "apellido de jesuitas" en nuestra labor testimonial y pastoral
Se preguntan que cómo pueden "aparecer como uno más en el trabajo y en la autoliberación del pueblo" si han de cargar "con nuestra condición de jesuitas" y, consecuentemente, con
Ciertamente, aunque hayan experimentado que el "apellido de jesuitas" no es el mejor aval delante del "pueblo"...
El esfuerzo misionero por ser del pueblo nos enfrenta con nuestra condición de jesuitas
...rechazan una solución fácil
...presentarnos como otros muy distintos de los "jesuitas", con lo que nos aceptarían a nosotros personalmente, aunque rechazasen a los "otros".
pues , incluso contradictoriamente, se sienten vinculados profundamente a la Compañía
Somos una parte de la Compañía[, que está de hecho] en contradicción radical con lo que por vocación estamos obligados a ser.
¿Encierra esta frase una amenaza seria?
Si un joven nos manifestase su vocación religiosa o sacerdotal no podríamos recomendarle, en conciencia, el noviciado de la Compañía.
Recordemos lo que los jesuitas de Misión Obrera de Catalunya le habían comunicado al P. Arrupe en su carta:
Con profunda amargura se lo decimos, P. Arrupe, su visita nos acorrala una vez más a sentir vergüenza ante el pueblo por el hecho de ser jesuitas.
A la hora de la cena fue Manolo Fortuny quien explicó al P. Arrupe esta vergüenza de ser jesuita.
Y si el P. Arrupe -cosa que no hizo (El P. Arrupe no intentó en ningún momento refutar lo que nosotros le decíamos, y se mostró siempre muy atento a lo que le manifestábamo), como recuerda Manolo- hubiese cortado sus explicaciones, diciendo: Mirad, la Compañía de Jesús ya me la conozco, incluso es posible que mejor que vosotros. Si vengo aquí es para conoceros a vosotros, los jesuitas de Misión Obrera, a quienes ciertamente no os conozco demasiado...
Los jesuitas de El Picarral tenían preparada la respuesta
El camino emprendido, con todas sus vacilaciones y revisiones a las que intentamos someternos, nos va plenificando espiritual y humanamente y nos va acercando a un redescubrimiento del espíritu evangélico e ignaciano, al que vemos cada vez más conectado con el camino que se nos descubre
Y lo hubiesen ido concretando en estos puntos, presentados como "experiencia personal y de equipo":
Sí, la verdad es que, viviendo en el barrio y trabajando,
Nuestras aspiraciones de vida cristiana y religiosa se van llenando...
pero no podrán dejar de añadir, compartiendo mesa con los representantes oficiales de la Compañía de Jesús (P. General, P.Asistente, P. Provincial...)
...al margen de la marcha general de la Compañía
Añadiendo
Nos duele profundamente que los que acaparan públicamente el renombre de jesuitas van por caminos muy distintos.
Por una parte, confiesan
Nos sentimos afectivamente alejados de una Compañía que da la impresión de mirarse a sí misma más que al mundo en la concreción esencial de su servicio entre los pobres como fidelidad a su misión eclesial y evangélica.
y, por otro lado, expresan sus miedos con esta pregunta:
¿Es que se nos va marginando prácticamente del cuerpo de la Compañía por más declaraciones oficiales de ortodoxia que nos avalen?
Este documento (ni otros, tampoco) no llegará a precisar si es la Misión Obrera la que se aleja de la Compañía de Jesús o es la Compañía de Jesús quien va marginando la Misión Obrera. De hecho, hay un horizonte más amplio que el de la Compañía de Jesús
Complementariamente, nos sentimos afectivamente unidos mucho más a algunos seglares y sacerdotes seculares que comparten nuestra aspiraciones que a jesuitas que viven en la misma ciudad.
El documento
Un poco arreglado
para una lectura más cómoda
(en formato .doc)
El documento
Tal cual, puro y duro
(en formato .pdf)
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diario de barcelona , 13 de mayo de 1970 |
Gracias por la visita
Miquel Sunyol sscu@tinet.cat 23 octubre 2005 Última revisión:23.04.06 |
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Más tarde, a partir del 72 Superior de la casa, del 73 Consultor de la Provincia.
En el 74 se pone a trabajar en fàbrica
Deja la Compañía el 81
Muere en Zaragoza el
Jubilado. Sigue en la misma comunidad, aunque ésta dentro del barrio haya cambiado de dirección.
El 75 deja de vivir en la comunidad. El 76 deja la Compañía
El 78 será ordenado de sacerdote
A partir del 84 en Kyabé (Rép. du Tchad)
Entre los agradables recuerdos, también ha venido algún regustillo amargo: Que Moragues me trate de más viejo qué él (dando muestras de lo mal que me conocía)
Lo único que recuerdo y no lo olvidaré nunca es el título del tema que yo escogí para exponerle a Arrupe: "La vergüenza de ser jesuita".
Intentaré describir desde qué experiencia vi como lo más natural hablarle de este tema.".
A En aquel tiempo yo trabajaba en una empresa de fundición de acero, pero como ayudante de laboratorio. Por allí, de tanto en tanto, venían los dos jóvenes ingenieros técnicos, que de hecho eran clase media, y hablaban de los hijos del todopoderoso contable de la empresa que iban al colegio de los jesuitas. Ellos se sentían clase inferior y sin poder adquisitivo para llevar los hijos a un tal colegio. Yo me mantenía en un rincón secando los vasis sin ningún derecho a participar en aquella conversación, pero abriendo del todo mis oídos que escuchaban cosas que me llegaban tan adentro.
B A la hora del "bocadillo" nos reuníamos todos los trabajadores, uno sentado sobre un rollo de hierro, el otro sobre una vagoneta del tren de fundición, cada uno donde se encontraba más cómodo para desenfundar aquel bocata envuelto en una hoja del periódico local del domingo anterior. En aquella conversación , tan espontánea y a la vez de un lenguaje tan directo sobre temas de salarios, sobre temas políticos, sexuales y anticlericales, era una expresión bien conocida la palabra "jesuita" para lanzarla contra alguien a quien se quería insultar, ya sea para calificarlo como falso o como traidor. Ellos no sabían que yo era jesuita. Años más tarde me elegirían como delegado de empresa por parte de los trabajadores.
C Por aquel tiempo, no recuerdo exactamente las fechas, se realizó la operación venda de los terrenos del antiguo colegio de los jesuitas de El Salvador, en el centro neurálgico de la ciudad. La prensa local hablaba a menudo de ello y se hablaba de que la operación supondría entre unos 600 y 900 millones de pesetas de aquel tiempo. Eran cifras astronómicas en aquel momento. Yo recuerdo que en aquel tiempo ganaba 3.000 pts al mes. No es de extrañar, pues, con todo lo que acabo de contar, de que nunca nos dejasen participar en la discusión de aquella operación.
La comunidad de El Picarral
Más cosas según una carta de noviembre 1969
Queridos amigos:
Siguiendo el ejemplo de los béticos, me pongo un rato a daros noticias de nuestras vidas. Comenzaré por Valencia.
Pasemos ahora a Zaragoza.
El piso de El Terminillo se ha cerrado. Allí estaban Mario Cuartero, que por su salud no trabajaba pero que llevaba consiliaría de JOC; el H. Luis Noarbe que trabaja en confección y Luis de Pablo que había acabado Filosofía en Sant Cugat-Barcelona y que trabajaba a pleno tiempo. Al reestructurarse el Noviciado con Sanfeliu nuevo Maestro de novicios, se pensó en hacer una casa de jesuitas en diversos ministerios que conviviesen con los futuros novicios, como especie de pre-noviciado. A esta casa, después de hablarlo con el Provincial y con nuestro Coordinador de M.O. , Luis Anoro, va a vivir Mario. Luis Noarbe ha ido a vivir al colegio de Mola, aunque sigue trabajando y comerá en el piso de los novicios. Luis de Pablo irá a vivir con los de la parroquia de El Picarral. Noarbe y Mario continuarán los contactos con los de El Picarral, sobre todo el último más intensos.
El Picarral la dirección es: Parroquia de Ntra. Sra. De Belén. El Picarla, Camino de Juslibol s/n. Tlf. 35 39 82. Ahora tienen los dos pisos, pues las monjas que vivían en el piso de al lado y que trabajaban varias y ayudaban en la parroquia, se han ido a vivir en otro piso sito en la misma parroquia, dejándoles libre el que ocupaban. Son ahora 6: Acha y Carmelo Martínez que atienden la parroquia (curas S.I.). A Carmelo lo eligieron arcipreste los mismos curas de las parroquias vecinas y con ello el obispo Cantero se lo tendrá que tragar, le guste o no. Luis Anoro y Eugenio Arraiza (curas S.I. en el trabajo), que viven en una habitación alquilada en casa de una familia (duermen, mejor dicho, pues lo restante de la vida lo hacen con los de la parroquia). Eugenio ha estado este último mes un poco chanca del estómago. El y Luis Anoro trabajan en talleres metalúrgicos. Eugenio había hecho el curso de PPO de pintura de autos y trata de colocarse en esto. Manolo Fortuny es el segundo año que trabaja allí en una empresa de ayudante de químico (algo así como mozo de almacén); es maestrillo. También hizo con Eugenio el curso de pintura de autos. De Pablo ha encontrado trabajo en TUSA (una empresa a tres minutos de la parroquia) de unos 200 obreros. Hubo acción obrera allí el curso pasado, en la que la parroquia ayudó.
Se tiene contacto cordial con el grupo S.I. de Hechos y Dichos y Colegio Mayor Pignatelli, que son grupos en línea en el compromiso temporal. Últimamente estuvieron a punto de secuestrar un número de Hechos y Dichos, por un artículo de Ramiro Reig en que se hacía una alusión al caso MATESA. Al final han salido bien librados él y la revista, que ya había sufrido otras varias lides con Información y Turismo.
La copia encontrada va sin firma.
Del contexto se deduce que su redactor fue
Rafa Casanova